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Tres libros que hicieron negra historia

Uno es de autor anónimo, otro de un conocido empresario norteamericano y el otro de uno de los peores dictadores de la historia. Si bien no son culpables directos del Holocausto, Los Protocolos, El Judío Internacional y Mi Lucha siguen siendo mamotretos muy leídos, en especial el Medio Oriente, donde muchos dan por cierta la supuesta conspiración ahí referida

AGOSTO, 2011. Se le ha perseguido durante siglos, pero fue durante el siglo XX cuando la población judía intentó ser borrada de la tierra por Adolfo Hitler, quien junto con Heinrich Himmler, jefe de las SS, buscó lo que llamó "solución final", esto es, liquidar a cuantos judíos fuera posible en los campos de concentración. Pero aquella locura comenzó a cultivarse décadas atrás, gracias a tres libros a los cuales,si no se les puede culpar directamente del Holocausto, sin duda contribuyeron a crear el ambiente en el éste cuál se desarrolló.

Dos de las tres obras en referencia siguen siendo hoy consultadas, pero hay otra que con frecuencia encabeza la lista de best-sellers en los países islámicos, y no podía ser otra que Los Protocolos de los Sabios de Zion. Luego de los atentados del 2001, el mamotreto en cuestión vendió más de 50 mil ejemplares en una semana tan solo en las librerías de El Cairo.

¿Y de qué trata Los Protocolos? Habla de una supuesta reunión secreta entre varias altas personalidades de origen judío y con enorme influencia cultural, política y económica y quienes acuerdan una conspiración junto con la masonería para imponer un "gobierno mundial" donde la judía sería la única religión imperante; del mismo modo se destruirían los cimientos de la sociedad occidental y se perseguiría a quienes profesaran otras creencias. 

El libro apareció por primera vez en 1903 y causó un tremendo furor y, de forma inevitable, una serie de ataques contra la comunidad judía, mucha de la cual manifestó que ni idea tenía de semejante conspiración, argumento lógico si asumimos que supuestamente había sido urdida por las altas esferas de la política y las finanzas y de la cual casi todo ellos estaban excluidos. Tiempo después se supo que los Protocolos habían sido publicitados por un tal Ivan Korovski, jefe de la policía secreta del Zar aunque la autoría correspondía al editor Pavel Krushvan. quien a su vez había plagiado al material de otro libro escrito por Maurice Joly décadas atrás. El disparate, sin embargo, continuó vivo por muchas décadas, tanto que hoy sobran quienes creen en esas tonterías.

¿Y por qué durante el zarismo se publicó esa obrita? Porque se había detectado que los principales jóvenes sediciosos que buscaban derrocar a Nicolás II, entre ellos un tal León Bernstein (más conocido como León Trostky) eran de origen judío.

El segundo libro, aparecido en 1920, fue El Judío Internacional, el primer problema del mundo, de Henry Ford, el famoso empresario automovilístico. La obra se convirtió en best-seller inmediato y desató histeria en Estados Unidos sobre todo al ver que lo que ocurría en Rusia parecía comprobar la conspiración. Lo que Ford había hecho era recopilar una serie de nombres de inmigrantes judíos llegados a Norteamérica y a los que culpaba de tener como meta destruir los valores cristianos de Estados Unidos a través de la masonería, a la que consideraba su brazo más importante para conseguir el dominio mundial. El libro estaba obviamente inspirado en Los Protocolos; Ford únicamente había amoldado la información para el lector estadounidense.

Y decimos "amoldado" porque resulta altamente dudoso que Ford haya escrito el libro: su gusto por las letras o la investigación nunca lo caracterizaron por lo que es probable que haya acudido a uno o varios escritores fantasmas que difícilmente hubieran vendido el libro si no llevara el nombre de una persona tan famosa en ese país. Había otra razón, corroborada por los biógrafos de Henry Ford: el empresario tenía un profundo desprecio por los banqueros y prestamistas, quienes le otorgaron créditos con altísimos intereses cuando la compañía que fundó estaba en pañales. Por el otro, odiaba a los sindicatos que querían agremiar a los empleados de la Ford Motor Company. El hecho de que los primeros fueran en su mayoría judíos y los segundos, a su juicio, manipulados por la masonería, lo llevó a publicar este libro, más que nada producto de su desagradable experiencia personal con los agiotistas.

Y pese a haber conocido a Adolfo Hitler y que el régimen nazi lo reconoció con una medalla, en 1940 Henry Ford recapacitó en torno a su libro y pidió que cesara su publicación; se retractó públicamente de lo ahí escrito y aunque no confiaba mucho en el presidente Roosevelt, lo apoyó en su entrada a la segunda guerra aunque sugirió que no se tuviera como aliada a la URSS. Ya era tarde para eso, como para evitar los efectos que El Judío Internacional había tenido en muchas cabezas fanatizadas por las ideas vertidas en ese libro.

Por supuesto que sin Los Protocolos ni El Judío Internacional habría salido a la venta Mein Kampf, escrito por Adolfo Hitler y publicado por primera vez en 1925. Se trataba, por un lado, de la vida personal del futuro dictador y, por el otro, una denuncia contra "el poder judío y la masonería" que buscaban "imponer el marxismo a nivel mundial". En un país devastado por la hiperinflación como lo era Alemania y la búsqueda de responsables no extraña que Mi Lucha haya tenido un éxito impresionante, máxime porque la población culpaba a los banqueros de la crisis, y de los cuales, a mediados de los años veinte, manejaban alrededor del 75 por ciento de la Banca alemana.

Con todo y su desdén, Hitler no tuvo empacho alguno en firmar un pacto de no agresión con Stalin y cuyo rompimiento desembocaría en el mayor derramamiento de sangre que haya visto el continente europeo en toda su historia. Sin embargo Mi Lucha sigue vendiéndose relativamente bien aunque su compra y venta en casi toda Europa está prohibida, aun por Internet. Donde Mein Kampf es actualmente muy popular es en el Medio Oriente. El presidente iraní Amhanidejad aceptó que tiene una copia en su librero y Yasser Arafat, el extinto líder palestino, refirió alguna vez que era uno de sus "libros de cabecera"; también estaba entre los libros favoritos de Saddam Hussein. La página web islamhoy.org lo llama "un libro esencial, con ideas que se proyectan hasta hoy" y ofrece bajar una copia gratuita.

¿Son estos tres libros los culpables de que seis millones de personas terminaran incineradas en crematorios nazis? Más bien ayudaron aplanaron el camino para el desastre que venía; únicamente Mi Lucha propone abiertamente la exterminación de los responsables pues Los Protocolos y el libro de Ford se enfocaron más en de "desenmascarar" la conjura. De cualquier manera los tres apenas esconden su desprecio hacia la que consideran raza "diferente", que para ellos vendría siendo lo mismo que "inferior". Son tres muestran de hacia dónde pueden llegar los disparates cuando éstos quieren ser expuestos como algo verdadero.

 

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