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Y DEMÁS/Hipocresías
Tolerancia
a mi conveniencia
Escondidos en la victoria
progresista de Barack Obama, los grupos intolerantes ya empezaron su campaña ofensiva contra quienes no piensan como ellos. La ocurrido a una concursante de belleza debiera ser una advertencia para detenerlos antes que su censura eche raíces en Norteamérica
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MAYO, 2009. Esa preciosidad que vemos en la foto de arriba es Carrie Prejean. Seguramente el lector está al tanto de cómo hace algunas semanas, la también Miss California sufrió un brutal ataque de los medios luego de manifestar que para ella, el matrimonio debe estar conformado por un hombre y una mujer. La reacción de uno de los jueces, un tal Perez Hilton, fue de un torquemada cualquiera al afirmar que se sentía "profundamente ofendido" por la respuesta de Prejean y exigió que se le retirara su corona. Perez Hilton vendría a ser el equivalente gringo de esos "periodistas" de espectáculos que tenemos aquí, como
Pepillo Origel o Pedro Solá, algo que no da precisamente muchas tablas de seriedad de las cuales asirse.
Hilton no se siente realmente "ofendido" porque él mismo haya declarado ser gay, algo a lo que por supuesto tiene derecho. No; le enfureció que Prejean represente a California, al que se considera uno de los estados más "progresistas" de Estados Unidos pero que el pasado diciembre votó en contra de una ley que autorizaba el matrimonio entre homosexuales y que de carambola le dio a Sean Penn su segundo Óscar por encarnar a un activista gay de San Francisco, una manera simbólica que el Hollywood igualmente "progresista" empleó para manifestar su descontento pese a haberse tratado de una iniciativa sometida al voto.
"El país entero está indignado por semejantes declaraciones", expresó Hilton días después en el programa que Larry King tiene en CNN. Sin embargo un par de encuestas realizadas por la firma
Rasmussen lo desmienten: una de ellas arrojó que un 63 por ciento coincide con Prejean y que dentro de ese 27 por ciento que no está de acuerdo, 19 por ciento coincide con que la chica debería decir lo que quiera sin temor alguno a sufrir represalias, es decir, apenas un 8 por ciento habría sentido la misma "irritación" que Hilton, cifra que difícilmente hablaría por "el país entero".
La sorpresa de Prejean debió haber sido enorme. Seguramente sus padres le inculcaron que nació en un país donde puede decir abiertamente lo que piensa sin que una Gestapo o una orwelliana policía del pensamiento la meta en una mazmorra. Tal vez le hicieron saber que donde vive, la Constitución garantiza la libertad de cultos y que puede asumirse como cristiana son sufrir vejaciones como en la época de las catacumbas. O bien le advirtieron que al no estar de acuerdo con las opiniones de otros no necesariamente quiere decir que se les deba asilenciar o mandar callar. Prejean actuó conforme a todos estos preceptos y Hilton, cuya mente de troglodita le impide aceptar y tolerar puntos de vista discordantes de los suyos se mostró, sin más, como miembro de un clan totalitario, el mismo que diariamente se queja de que la "derecha norteamericana quiere revivir los días del macartismo" y demás clichés.
Días después se filtraron en la red unas fotografías donde supuestamente Prejean posa con poca ropa. Todo suena más a truco de Photoshop, pero en caso de ser reales ¿qué tiene de malo? ¿Acaso el no apoyar el matrimonio entre homosexuales impide que una chica se desnude frente a una cámara? Al contrario, la Miss California sabe que un buen físico hay que lucirlo y merece aplauso por ello.
Por otro lado, el multimillonario Donald Trump, quien organiza Miss América, podrá ser un tipo a quien nadie dará jamás el título de Míster Simpatía, pero tampoco nadie podría acusarlo de agachado ante el embate de Hilton y sus secuaces "progresistas". "Ella respondió con franqueza a una pregunta del jurado, algo que es parte del certamen" y refrendó que permanecería con la corona. A continuación Trump lanzó el ingenioso dardo: recalcó la postura de Prejean era también la suya magnate y la del presidente
Obama. ¿Sólo era algo "ofensivo" cuando lo decía una chica de 17 años, ganadora de un concurso de belleza?
Algo que ha hecho de Estados Unidos una aplanadora económica es si libertad. Sin ésta difícilmente habríamos visto la revolución tecnológica, por ejemplo. Si el poderío económico fuera el principal motor para
atraer inmigrantes, millones de personas en el mundo estarían haciendo planes para emigrar a China. Pero no lo hacen ni lo harán porque saben que sin libertad no podrán innovar. Y esta libertad incluye el disentir. Perez Hilton puede hacer los corajes que quiera porque una concursante no contestó lo que él quería escuchar. Pero al exigir que por ello la muchacha sea poco menos que cocida en aceite hirviendo es propio de alguien que desprecia esa libertad que existe en su país. En vez de ello, el "periodista" del showbizz sería feliz donde solamente quienes concuerden con él pueden expresarse libremente.
Los días de potencia mundial de Estados Unidos terminarán cuando esa libertad de decir lo que se piensa sin tapujos se asfixiada en nombre de lo "políticamente correcto". Ese peligro se cierne hoy en ese país donde, con la excusa de un presidente "progresista" habita en la Casa Blanca, han impulsado una censura abiertamente estalinista. A manera de valladar, Prejean está en oportunidades de demostrarnos cómo la belleza y la inteligencia sí son compatibles. Bien por lo que le dijo en su cara al "periodista" Hilton. Y doblemente mejor porque ha defendido esa opinión.
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Reservados, 2009 |
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