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Les Luthiers, maestros de inigualable gracia

Por casi medio siglo estos argentinos han explotado el humor de manera singular, con refinancia y ocurrencias de carcajada. Tan graciosos y originales como los instrumentos y personajes que han creado, acompañan con su ingenio a la mechuda Mafalda, otra creación de ese país boreal

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MAYO, 2010. Son bromas y chistes ya memorizados sin embargo el auditorio estalla en carcajadas como si las escuchara por primera vez. Enseguida viene una presentación musical con curiosos instrumentos y con letras igualmente divertidas. Al terminar cada presentación de Les Luthiers el público sale complacido, feliz, y lleno de optimismo gracias al refinado buen gusto de estos cinco argentinos que por casi cincuenta años han hecho reír a América latina y a España. Son irreverentes, pero nunca groseros, serios, mas nunca aburridos. Son los verdaderos artesanos del humorismo argentino.

Un humorismo sin igual, como lo atestigua Mafalda, del gran Quino, compañera de la sonrisa espontánea pese a ser lector que se conozca todas las peripecias editoriales de la precoz mechuda. "Lo que hacía más pasables los terribles años de la dictadura argentina era escuchar a Les Luthiers", nos comentó hace tiempo un argentino radicado por estos lares, y refirió que el generalato (¡ni el mismo Perón en un país peronista-peronero!) escapó de los dardos de estos cinco genios: "En lo más profundo de mi pecho/un solemne sentimiento brotará/sentimiento de lealtad/y de respeto/que de mi ronco pecho brotará/¡te amo... María Cristinaaa!", abre una solemne marcha militar, con una letra de amor de lo más jocosa "¡Y le dije con voz temblorosa/este sitio está lleno de insectos!" y es que ella se ofendió "Cuando le dije/cuando le dijeeee/¡Pecho tieeeerraaaa!" Tras escuchar este relato, nos queda claro que Perón fue un Les Luthier involuntario.

Les Luthiers debe su nombre a esos artesanos de la Edad Media que creaban instrumentos musicales de la manera más insólita, pero que también eran irreverentes. Si existe la reencarnación, lo que estos argentinos hacen hoy es concluir ese trabajo que dejaron pendiente hace siglos. Y qué manera de hacerlo. No dejan títere sin testa. ¿El respetadísimo tango? Con una voz labrada en Gardel, nos cantan "Porque te fuiste mamáááá/con ese Gil antipático/por qué te fuiste mamita/que tiene él que yo no" y remata con una amenaza que nos orilla a la risotada "si (mamá) no me pasá más guita/me iré a vivir con papá". Vaya baquetón.

Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Marcos Mundstock, Daniel Rabinovicth y Carlos Núñez Cortés son la alineación actual de Les Luthiers. Ha habido cambios, pero la esencia no se pierde. Desde sus inicios en los sesenta se enfocaron a lo bufo y a la comicidad, pero bien hecha. Y así siguen hasta la fecha, es estima que han vendido más de 8 millones de discos y que más de 5 millones de personas los han visto en vivo. Por cierto, quien tenga oportunidad de verlos en persona más vale se abstenga de llevar alimentos pues no tendrá oportunidad de consumirlos, por las risas, y porque el estómago le dolerá por tanto subir y bajar la mandíbula con sus chistes y ocurrencias.

Dos alter ego de Les Luthiers destacan en su jocosa trayectoria. Uno de ellos es Johan Sebastian Mastropiero, autor del ya referido Manor Tango y también musicalizador de la tragedia de Edipo de Tebas y el vals del segundo, una maravilla para todo aquel que se anime a escuchar su descripción, cuyo "desenlace es abrupto/un pizzicato tanto de ritmo alocado/paradójicamente a cargo de las flautas". Otro de sus representados es Rodrigo Díaz de Carreras, incansable conquistador que llega a las tierras que él denomina "Rodrigombia".

¿Y qué tal Yugurtu Mge, quien tuvo que huir desesperadamente de la aldea a causa de la escasez de rinocerontes? Yugurtu llega a América y pide consejo a su tío Oblongo, el brujo de la aldea, para que consiga el éxito y el aplauso. "Estoy realmente impresionado de esa oruga con cabañas que mencionas... ¡en mi vida había escuchado de algo que se pareciera tanto a un tren!", le responde en una de sus misivas.

La narración del ballet "El Lago Encantado" como si se tratara de un partido de futbol es suficiente para hacerse fan de Les Luthiers. La princesa Malixendra y el príncipe Vasily, llamado así por su carácter dubitativo. nos harán reír al disfrutarlos en DVD, en CD o en video. Un humorismo inigualable. El historial incluye samba, música paraguaya, chilena, colombiana y aun de mariachi. Pero la mofa no se limita a lo latinoamericano: Les Luthiers también nos ha divertido con mofas a Barry White, la música disco y los Beatles. Y, claro, a esas canciones cursis que grababa Palito Ortega en los setenta y que invariablemente llevaban como protagonista a una llamada telefónica.

No todo ha sido carcajadas en la historia de Les Luthiers. En los setenta casi toda Sudamérica estaba cubierta por dictaduras; luego de cada presentación los asistentes debían apresurarse para llegar a sus casas antes que se decretara el toque de queda. Los entes autoritarios de izquierda y derecha siempre se han distinguido por su pésimo sentido del humor, con lo cual puede asumirse que tanto el general Velasco Alvarado en Perú como el general Videla difícilmente esbozaron risas al oír hablar de Les Luthiers, cuyo show no era político pero ellos tampoco eran apolíticos. Su función era, como refería aquel amigo gaucho referido párrafos antes, distraer a la gente un poco del ente totalitario que se había adueñado de las calles.

Pero aquellos días, diría don Rodrigo Díaz de Carreras, se han acabado para mejor. Desearíamos tener por siempre aquí a Les Luthiers, esperanzados en que el tiempo se estirara para disfrutar de sus chistes, su música, sus ocurrencias, sus guiones salpicados de ingenio argentínicamente puro. Son la necedad que tenemos para pasear la carcajada que rara vez encontramos hoy en otras latitudes de nuestras vidas.

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