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Si los demócratas quieren perder la Casa Blanca, postularán a Hillary Clinton

La imagen que se tiene, sobre todo en el exterior de Estados Unidos, es que la sucesora natural de Barack Obama es Hillary  Clinton y que los votantes de ese país, convencidos por sus propuestas, gustosamente le entregarán su voto. Lo cierto es que los republicanos recibirían un regalo increíble de sus rivales demócratas si la ex secretaria de Estado obtiene la candidatura presidencial

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ABRIL, 2015. Federico Sáenz, columnista lagunero, se congratuló hace algunas semanas de que "el mejor legado que dejará Barack Obama será la primera presidenta de Estados Unidos en la figura de Hillary Clinton". Las carcajadas de este autor debieron haber despertado a algunos vecinos aquella mañana de domingo. Carcajadas tremendas, por cierto ante el modo en que un columnista pueda exhibir semejante ignorancia ante lo que en realidad son la política norteamericana y su conexión con los electores. De hecho, al momento de escribir este artículo, nuestras carcajadas han resucitado.

Lamentamos desilusionar a Sáenz: ni Barack Obama dejará "de legado" a Hillary Clinton --ambos militan en grupos antagónicos dentro del Partido Demócrata y desde hace rato no se hablan-- ni Hillary Clinton tiene asegurado el triunfo en las elecciones de noviembre del 2016; de hecho, el mejor regalo que podrían recibir los republicanos el próximo año es la nominación de Hillary Clinton pues prácticamente les estaría asegurando su regreso a la Casa Blanca.

Los votantes norteamericanos lo saben mejor. Sería bueno que Sáenz se enterara que las elecciones intermedias, las que se efectuaron el pasado noviembre, le dieron una paliza tremenda no solo a Barack Obama sino a la tendencia que se presentará en las elecciones del próximo año. Como muestra, durante los últimos 40 años, el partido que pierde las elecciones intermedias pierde las elecciones presidenciales o las gana el partido contrario; el único que rompió esa tendencia fue George W. Bush, quien perdió la mayoría republicana en el 2002 pero aún así logró reelegirse dos años más tarde.

No es todo, naturalmente. Los fanáticos de la señora Clinton han deseado colocarla como un icono feminista a la que ya están creándole una coraza políticamente correcta para evitar que se refieran a ella con términos "machistas" durante su campaña. Desafortunadamente para ella --y para el columnista Sáenz-- la figura de la "candidata femenina-progresista" que gana espacios políticos no es más que una mentirilla más de los medios pro Hillary: como prueba, los demócratas nominaron a cinco mujeres a las gubernaturas en Texas, Massachussets, New Hampshire, Wisconsin, Dakota del Sur y Rhode Island. Las demócratas únicamente ganaron dos de esas cinco gubernaturas mientras las candidatas republicanas a la gubernatura en tres estados, Nueva México, Oklahoma y Carolina del Sur derrotaron a los candidatos hombres demócratas

En el Senado el horizonte tampoco le pinta bien a Hillary: los demócratas postularon mujeres contra hombres en Georgia, Louisiana, Montana, Carolina del Norte, Oklahoma y Carolina del Sur y New Hampshire y éstos ganaron en todos los casos, en éste último estado con un cerrado margen. 

La señora Clinton no goza, en absoluto, de esas simpatías que únicamente son detectadas fuera de Estados Unidos. Su libro Hard Choices, por el cual la ex secretaria de Estado recibió un adelanto de 15 millones de dólares, se acumuló en las librerías aun y cuando cada ejemplar era vendido "de remate", en ocho dólares cuando su previo original era de 24 dólares. A fines de año la revista People, obligada por ley a publicar sus niveles de circulación, reveló que mientras la portada que más ejemplares vendió fue aquella donde aparecía Robin Williams, con 2,450,721 copias, la que menos vendió mostraba a Hillary Clinton. Vendió 451,321 copias.

Madame Secretary es una serie producida por el actor Morgan Freeman, uno de los pocos obamaníacos que igualmente brincó a convertirse en hillarymaniaco. Madame Secretary tiene el claro propósito de posicionar a Hillary Clinton entre los votantes jóvenes al presentarla como una mujer dinámica (caracterizada por Tea Leoni, esposa de David Duvichny, el de Los Expedientes Secretos X), un tanto madura pero a la vez ya muy experimentada en la política. Pero luego de un inicial brinco en preferencias, la serie comenzó a bajar su rating y no ha logrado recuperarse. Loa mayoría de televidentes que desertaron se encuentra en el rango de entre quienes tienen entre 25 y 45 años, es decir, el segmento que podría darle un espaldarazo a Clinton en las urnas.

Asimismo, y si quiere alcanzar la nominación presidencial, la señora Clinton deberá aclarar ciertos puntos antes que la obliguen sus enemigos políticos. Entre estos se encuentra lo que realmente pasó en Bengazi, Libia, donde el embajador norteamericano fue asesinado por una turba de fundamentalistas, asunto que la prensa norteamericana ha recibido con bostezos; y el más reciente ¿por qué cuando era secretaria de Estado, Hillary Clinton no utilizaba la red ultrasecreta y protegida de la Casa Blanca y en vez de ello tenía hasta ocho cuentas distintas como parte de la organización Clinton? (y con la información de esos mails sospechosamente borrada, además). ¿Qué tenía que esconder durante su gestión?

Tampoco la fama de su marido podría ayudarle gran cosa. Imposible olvidar cómo mintió al Jurado al decir que no conocía "a esta mujer, la señorita Lewinsky" cuando en un video se veía como se saludaban efusivamente, eso sin olvidar sus coscolinas escapadas con por lo menos una decena de féminas. Si Hillary Clinton se tragó tanta puesta de osamentas fue por amor... al poder, claro está.

También se sabe hoy que aquello de que la señora Clinton era "una de las 10 mejores abogadas de Estados Unidos", que es una mujer de "una inteligencia superior" --que por cierto no ha mostrado como funcionaria-- y que vive "modestamente" son cuentos inventados por la prensa. ¿Cómo puede presumir de austeridad alguien que suele cobrar hasta 65 mil dólares por conferencia?

En suma, los adoradores de Hillary Clinton como Federico Sáenz se beneficiarían ellos mismos al informarse más sobre la política norteamericana y no juzgar desde una capa tan superficial.

Y es que si después de todo Hillary Clinton logra la nominación presidencial demócrata, la mayoría de los gritos de alegría provendrán, paradójicamente, de los republicanos. A ese grado llegan sus niveles de desprestigio.

 

 

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1 comentarios

permanazo79 escribe 15.04.15

Todos los medios de comunicación en México celebran que la señora Clinton se haya ido a comer unos tacos a un restaurante que se llama chipotle aunque yo coincido con este artículo ¿qué otro mérito tiene la señora aparte de ser la esposa de un ex presidente? Como senadora de Nueva York no hizo absolutamente nada y como secretaria de Estado de Obama dejó todo hecho un desastre. Repito, no sé que le ven los periodicos mexicanos a Hillary Clinton

 

 

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