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Literatura/Censura

Se agudiza la guerra PC-clásicos literarios

El embate políticamente correcto vive hoy en Gran Bretaña uno de sus momentos más preocupantes, y no solo apunta a la literatura sino a la portación de crucifijos en oficina sy planteles públicos. Y es que a quien le parezcan ofensivas obras como El Príncipe Feliz, Blanca Nieves y Peter Pan necesita hacer cita con un sicólogo.

ABRIL, 2012. Los activistas políticamente correctos no descansarán hasta que impongan su visión del mundo en el resto de la sociedad. Esta mescolanza de códigos de ética, de comportamiento, de lenguaje y de manera de expresarse son muestra clara, y real, de aquel neohabla del que advertía George Orwell en su novela 1984. Tal código tiene en Gran Bretaña una de sus trincheras más fuertes y donde se está llegando a extremos impensables hace apenas unas décadas. Por ejemplo, estos activistas --quienes hacen mayoritariamente su labor desde el gobierno, faltaba más-- están a punto de ganar una batalla donde se prohibiría el uso de crucifijos en universidades y oficinas públicas (¡esto en el país donde nació la Iglesia Anglicana!) y otra más restringiría, "por ofensivos" los cánticos y porras que pudieran agreder al contrario durante un juego deportivo. ¿Se puede ser más amargado?

Pues sí, sí se puede, y para evitar que la niñez se contamine con ideas que pudieran afectar su madurez emocional, varias ONGs británicas promotoras de lo políticamente correcto están organizando una campaña para prohibir o retirar del mercado novelas clásicas que, en su opinión, "ya no van con los tiempos actuales y exhiben conductas que expresar racismo, misoginia y falsos valores", según señala Behaviour Now, una ONG que igualmente esta a favor de prohibir los desfiles de moda por considerarlos "clasistas" y los concursos de belleza a lo que llama "sexistas". Nada dice, sin embargo, de competencias como Mr. Universe o concursos gay.

Behaviour Now tiene en su "lista negra" (que no afroamericana) libros que recomienda "salgan del mercado por la distorsión de conceptos que propagan" y entre éstos incluye El Retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde y su pequeño, maravilloso cuento, El Príncipe Feliz. ¿Qué pero le ponen estos señores (o damas) a dichas obras universales? Bueno, a que en ambos se acude a un "poder divino", así nomás. Suponemos que en el caso de Mr. Gray, a que vende su alma al diablo para no envejecer y, al segundo, que al final los ángeles se llevan el corazón del príncipe y a la golondrina muerta al reino de Dios. Quizá nuestros amigos PC querían que uno fuera donado a la ciencia y los restos del ave enterrados cuidadosamente para venerar así a la Madre Tierra.

La lista sigue y nos provocaría estruendosas carcajadas a no ser que estos grupos ya prohibieron en ese país que se mantengan celebraciones nacidas en la Edad Media y que según ellos "ofenden a la comunidad musulmana". Ya desde hace rato los chiflados PC han exigido que se declare ilegal la circulación en Gran Bretaña de las novelas Tom Sawyer y Huckeleberry Finn de Mark Twain porque ahí se emplean palabras "ofensivas" contra las minorías raciales. También exigen que la novela Lady Chatterley's Lover de D.H. Lawrence sea retirada no por inmoral, como se consideró en su tiempo, sino por "sexista". Entre la lista se encuentran Pinocho ("las hadas pueden crear en la niñez una imagen falsa de su realidad), Peter Pan ("la idea de vivir una eterna adolescencia que trae su recompensa") y, agárrese, Cenicienta ¡porque es clasista! Y de Blanca Nieves, que los enanos sean estigmatizados y se haga burla de corta estatura. (Imaginemos las protestas que los activistas PC habrían levantado de haber existido en 1949 cuando se les otorgaron siete oscaritos durante la ceremonia de premiación).

En pocas palabras, a Behaviour Now le enferma toda aquella historia que incluya hadas madrinas, alusiones a un ser superior, valores como la amistad incondicional, la exclusión de minorías raciales o que afecten el ecologismo. Curiosamente, ni Behaviour Now ni otra organización PC ha protestado por libros como American Psycho, las películas de Tarantino o los videojuegos que promueven la violencia.

La página electrónica Spiked¡ da cuenta de esta locura PC., Mark Furedi escribe en un texto reciente: "Cada una de estas propuestas va de la mano con nuestra paulatina pérdida de libertades, y no reaccionamos en el entendido de que estas prohibiciones son necesarias en búsqueda de una sociedad más plural y tolerante. Pero no será con prohibiciones como sino con la comprensión de nuestro pasado como lograremos esto. No podemos juzgar un libro escrito hace 100 0 200 años con nuestros conceptos y prejuicios de lo que está bien y está mal actualmente".

Y es ahí donde yace el punto central de tan absurda censura. Sus autores reflejaron le modo de pensar de la época que vivieron. Llamar "nigger" a una persona de color era totalmente aceptable en tiempos de Mark Twain, por más ofensivo que nos pueda sonar hoy. En los anuncios comerciales de los años sesenta se muestra a las amas de casa a mujeres con escasa inteligencia que gustosas abrazan una aspiradora que recibieron como regalo navideño o se preguntan cómo funciona una computadora. Son actitudes claramente sexistas pero también es cierto que en esa década hubo reacción hacia ellas a través de movimientos como el feminismo, el cual a la larga resultó triunfante. Lo importante es ver que si en su momento se consideraba "correcto" algo que hoy es considerado "ofensivo", hay que enfocarnos más en el avance, y no en el retroceso que nos permitió dejar atrás tales conceptos. Pero no es, como dice Furedi, a través de ridículas prohibiciones sino con entendimiento de ese momento histórico como evitaremos que ese comportamiento se repita.

El problema central de organizaciones como Behaviour Now es que consideran que en el pasado existían los conceptos absolutos al contrario del relativismo moral que hoy buscan implantar. No es casualidad que en las obras literarias que quieren prohibir el bien y el mal tienen líneas claramente definidas, que los héroes vistan de azul y los villanos de negro.

¿Lograrán su propósito los activistas PC? Deberemos preocuparnos seriamente en caso que prohíban portar crucifijos en sitios públicos. En ese momento y desde algún lugar del infierno, cierto personaje de mostacho que se consideraba a sí mismo una divinidad sonreirá, sintiéndose reivindicado.

 

Cuando originalmente salió a la venta se convirtió en best-seller, término que en aquellos años aún otorgaba cierto prestigio. Con el tiempo, este libro ya emite cierto olor a obsolescencia aunque sus planteamientos aún encienden sabrosas pláticas. Cierto o no lo que postula, entretiene horrores

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Releída a un clásico de la paranoia publicitaria

Cuando originalmente salió a la venta se convirtió en best-seller, término que en aquellos años aún otorgaba cierto prestigio. Con el tiempo, este libro ya emite cierto olor a obsolescencia aunque sus planteamientos aún encienden sabrosas pláticas. Cierto o no lo que postula, entretiene horrores

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