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Y DEMÁS/Hipócritas

Ricky Gervais, descontón a la repugnante hipocresía de Hollywood

Ya era hora, francamente. Hollywoood bulle en doble moral y enfrenta un rechazo cada más grande entre los amantes del cine, pero los actores, directores y guionistas insisten en dar al mundo lecciones de moralina. Con su regañiza, el conductor Ricky Gervais dijo que todo era un broma, pero has servido para refrescar al tufo a alcantarilla políticamente correcta en que se ha convertido la otrora casa de los sueños

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ENERO, 2020. El año que acaba de concluir fue uno de los peores para Hollywood no solo por la bancarrota de ideas sino también por su baja taquilla reflejo de que una abrumadora mayoría de los espectadores rechazan la moralina que los estudios quieren administrar a la fuerza a los millones de aficionados al cine que existimos en todo el mundo.

La industria del cine está totalmente plagada por las llamadas "políticas de identidad" así como por una encomienda que busca imbuir ideas e ideologías que nada tienen que ver con disfrutar una película a manera de entretenimiento. Como referíamos en otro artículo, ir a una sala a ver un largometraje ha dejado de ser un placer para convertirse en una tortura, no solo por un molesto afán doctrinario sino por la espantosa fata de originalidad en los tema y los personajes presentados (¡ya basta de Hellboy, por Dios!)

Por ello lo ocurrido recientemente en la entrega de los Globos de Oro fue más que plausible y quizá, quizá, represente el primer patadón para echa fuera de Hollywood a las "políticas de identidad" que tanto daño le han hecho a esa industria. Nada más imaginemos cuántos guiones excelentes, cuántas historias, cuántos personajes cautivantes están actualmente congelados porque no son "inclusivos", podrían "herir" la susceptibilidad de algunos espectadores y no van de acuerdo con la retórica woke, con la "representatividad" y el dar a los roles femeninos poderes supernaturales. Y por supuesto, también imaginamos cuántos millones de dólares la industria del cine está dejando de recaudar porque ninguna de esas historias ha sudo aprobada para su rodaje y distribución.

Paradójicamente es Hollywood, la que por años difundió por el mundo todo tipo de aberrantes estereotipos --música de mariachi de fondo cuando aparecía una escena en México-- la que ahora quieren dictar lecciones de moralina al resto del mundo; una industria que por décadas ha vivido entre escándalos, traiciones, acostones de unos contra otros y cuya riqueza contrasta a niveles obscenos con sus discursos donde dicen estar a favor de "los que menos tienen" y que exigen "abrir las fronteras para todos" pero que viven en sus residencias amuralladas en Beverly Hills y Palm Springs con guardias a la puerta quienes exigen a todo aquel que se estacione en la calle a que se retire inmediatamente. Esa hipocresía se ha desbordado desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos.

Ricky Gervais es un comediante británico más fácilmente recordado como el curador (director) en las películas de Una Noche en el Museo, estelarizadas por Ben Stiller y Robin Williams. Desde hace cuatro años Gervais ha sido el conductor de los globos de Oro, un "oscarito" creado para que la prensa internacional dejara de quejarse que a ellos no los tomaban en cuenta a la hora de determinar cuál película y cuáles actores habían sido los mejores. Pero dado que esta fue la última ocasión en que Gervais sería el conductor, tuvo el gran tino de denunciar en su monólogo inicial la hipocresía de los presentes en la ceremonia.

Gervais comenzó: "Afterlife es un programa acerca de un hombre que se quiere matar porque su esposa ha muerto de cáncer, pero todavía hay más, pues conforme avanza la segunda temporada nos damos cuenta que no se quiere suicidar... igual que Jeffrey Epstein". Ante las expresiones de soponcio del público, Gervais continuó: "Cállense, sé que (Epstein) es su amigo de todos ustedes pero eso no me importa".

Segundos después y mientras hablaba sobre la película Once Upon a Time in Hollywood y sobre la manía de  su protagonista Leonardo di Caprio por conseguirse novias veinteañeras Gervais dijo: "Leonardo diCaprio atendió el estreno de esa película, y cuando se acabó, la chica que lo acompañaba ya era más vieja que él. Incluso el Príncipe Andrés le dijo 'vamos, amigo, ya casi cumples los 50 años, hijo..."

Podemos imaginar en este punto la reacción de los asistentes, sobre todo de Tom Hanks, quien puso cara de urgencia por irse al sanitario cuando lo enfocaron las cámaras. Peor ahí no terminó todo. Gervais prosiguió; "Todos ustedes se ven muy monos  llegando a bordo de sus limusinas.. ya llegue aquí a bordo de una limusina y su placa fue hecha por Felicity Huffman (la actriz que pasó unos días en prisión cuando se supo que había pagado 15  mil dólares a un funcionario del Colegio Vassar para que "revisara aprobatoriamente" el examen de admisión de su hija).

Enseguida Gevrais se fue contra Tim Cook, el director de Apple y también presente en la ceremonia: "Apple sacudió a la industria de la televisión con The Morning Show, una soberbia serie acerca de la dignidad y de cómo siempre hay que hacer lo correcto, una compañía que maneja empresas en China donde a sus empleados los explota y les paga una miseria" y cerró su monólogo de manera magistral: "Si esta noche ganan ustedes uno de los premios no usen la plataforma para hacer declaraciones políticas. Ustedes no saben nada del mundo real. La mayoría de ustedes pasaron menos tiempo en la escuela que Greta Thunberg así que si ganan, suban al escenario, acepten su premiecito, agradezcan a su agente, a su dios y lárguense..."

Con ese monólogo, Gervais neutralizó de antemano  los discursos demagógicos y chocantes que las celebridades suelen dar tras recibir su premio. Pero no eso no impidió que Michelle Williams prácticamente agradeciera haber recibido su reconocimiento a que años atrás se practicó una aborto que, intuimos, le permitió perseguir sus sueños en Hollywood. Por supuesto que, a menos que se trate de una violación, ¿acaso Williams jamás ha escuchado que existen infinidad de métodos de control natal, ya sean pastillas, parches, inyecciones y preservativos? Y si lo sabe ¿por qué entonces no los utilizó?

Gervais ha reiterado que él es un liberal pero que urgía dar una buena sacudida a esas celebridades pedantes y y sobradas de sí mismas quienes, efectivamente, ni idea tienen de cómo funciona el mundo real; después de todo era la última ocasión que Gervais sería el anfitrión en esa ceremonia, a sus 58 años ya es multimillonario y anda tiene qué perder.

Si ser liberal equivale a exponer la nauseabunda hipocresía de esas celebridades, que nos apunten en el vagón donde Ricky Gervais va a bordo. Sería un boleto bastante bien aprovechado, por no mencionar divertido.
 

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