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INTERNACIONAL/Especial elecciones EUA

Reflexiones en torno a una victoria pírrica

Si juzgáramos por lo que publica la prensa, esta fue una derrota catastrófica para los republicanos mientras Trump será felizmente corrido a patadas de la Casa Blanca. Sin embargo y pese a los brutales ataques en su contra, un frustrado juicio político y todo el poder fáctico en su contra, el mandatario estuvo a milímetros de resultar reelecto.

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NOVIEMBRE, 2020. Es prácticamente un hecho que Donald Trump perdió su reelección frente a John Biden. Peor esto de ninguna manera representa un fracaso absoluto para el copetudo mandatario, como los medios nos han querido hacer creer. Nos han dicho, inflados de orgullo, que Biden ha sido el presidente más votado de la historia, lo cual es verdad, pero es igualmente cierto, como apunta, Brendan O'Neill, director de la revista libertaria Spiked¡ que "más de 73 millones de personas han votado por (Biden), con lo cual rompió la marca establecida por Obama de 69.5 millones en el 2008. Sin embargo Trump también rompió esa marca en esta elección, pues hasta el momento ha recibido 69.7 millones de votos, lo que lo convierte en el segundo presidente más votado en la historia de Estados Unidos", incluida, naturalmente, Hillary Clinton en el 2016. Obviamente, la prensa jamás se ha va a molestar en reportar este hcho.

Por lo visto los hackers rusos, eso villanos de bigote relamido y calva putinesca se abstuvieron esta vez de interferir en las elecciones como lo hicieron hace cuatro años cuando, debido a sus trapacerías, le arrebataron el triunfo a la pobrecita de Hillary Clinton. Y aparentemente, el Colegio Electoral ya no es tan obsoleto como se pensaba hasta hace poco cuando los demócratas abogaban por su abolición, pues esta vez sí funcionó a las mil maravillas dándole el triunfo a Joe Biden. Mark Zuckerberg dejó de ser el niño desobediente de las redes sociales.

Estas son algunas reflexiones nos quedan después de las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos, y donde asumimos que el Colegio Electoral efectivamente declarará a Biden presidente (és este y no los medios el que tiene esa facultad), presentamos algunas reflexiones. Si Trump era el malo, Biden es el peor. Al tiempo.

Siendo mexicanos... ¿no percibimos que hubo fraude electoral?

Hasta las 10 de la noche del martes las elecciones presidenciales en Estados Unidos habían transcurrido con normalidad. A media tarde los demócratas llevaban una leve ventaja en Florida pero al llegar los votos procedentes del condado de Hialeah, un condado que había sido un bastión demócrata, fue cuando se decidió la balanza a favor de Trump en ese estado.

Pero después de las 11 pm, los centros de conteo en los estados de Wisconsin, Michigan y Pennsylvania anunciaron que "suspenderían" el proceso hasta la mañana siguiente, algo a lo que el estado de Georgia se sumó poco más tarde. Curiosamente, nadie de quienes realizaba el conteo se fue a descansar y, por el contrario, se negó el acceso a los observadores, incluso a los de tendencia demócrata al tiempo que las ventanas fueron tapadas con cartulinas, algo que incluso reportó el periódico liberal The Philadelphia Inquirer.

Casualmente, el "break" se dio en momentos que la votación a favor de Trump empezaba a repuntar o llevaba una leve ventaja.

En ocasiones la ventaja no era tan leve. Según información del vloguero Tim Pool, antes de la medianoche del martes, Trump llevaba una ventaja cercana a los 300 mil votos en Pennsylvania. Pero sorpresivamente, al iniciarse el conteo comenzaron a aparecer cientos de miles de votos a favor de Biden en esos estados dentro de lo que claramente fue una "caída del sistema" provocada por los demócratas de modo que la ventaja de Trump se "evaporó" conforme aparecían paquetes, según Pool, "llegados quién sabe de dónde". El fenómeno resultó en que los demócratas literalmente "resucitaran" haciendo votar incluso a los muertos al punto que Winsconsin y Michigan dieron una "voltereta" que se veía improbable apenas unas horas antes.

Adicionalmente, Arizona fue una muestra muy fuerte de que hubo fraude electoral. A las 7 de la tarde se "cantó" el ese estado para Biden pero menos de 20 minutos después se anunció que hubo un "malentendido" y que el recuento aún no había terminado. Curiosamente, el "canto" de Arizona comenzó a ser difundido por las agencias noticiosas antes que Nuevo México, que se encuentra al este. ¿Cómo se dio ese extraño fenómeno?

Jay Valentine de la página americanthinker señala un "olvido" elemental por quienes orquestaron el fraude: "A diferencia de sus vecinos, Arizona no se apega al horario de invierno de modo que se dio como un hecho que en ese estado sería la misma hora que en Nuevo México y que los centros de votación cerrarían a la misma hora. Por esa razón el conteo en Arizona tuvo que continuar y se echó para atrás la victoria de Biden. Detalles como éste profundizan la idea de que se orquestó un fraude".

Porque de no haber sido así ¿por qué el fenómeno no se repitió en otros estados que de uno u otro modo sí cumplieron con las expectativas electorales que se esperaban? ¿Y por qué Winconsin, Michigan, Pennsylvania y Georgia? Para el analista español Florentino Portero, "lo de Georgia es una venganza por las elecciones para gobernador del 2018 donde la candidata demócrata perdió por un margen pequeñísimo, en Wisconsin por la derrota del 2016. en Michigan por el enfrentamiento directo con la gobernadora Gretchen Whitmer y en Pennsylvania se encuentra el principal centro de operaciones de los "activistas" al servicio del Partido Demócrata. Hubo algo de simbolismo y de logística en la elaboración del fraude electoral".

Algo similar se había planeado para Florida, donde el candidato demócrata también perdió contra Ron De Santis por apenas un puñado de votos. La diferencia fue que en el sur de la Florida el voto a favor de Biden se daba por descontado.

Solo el odio a Donald Trump ha nublado el juicio a muchos analistas en México ante lo que claramente fue un fraude electoral el cual, por supuesto, estarían hoy denunciando si hubiera beneficiado al copetudo mandatario. Un país que ha visto infinidad de fraudes electorales puede detectar sin problemas esa anomalía y sin embargo ningún analista, ni periodista ni columnista ni nadie ha reparado en este hecho.

¿Cuál oleada azul? El Senado será republicano y en el Congreso los demócratas perdieron asientos y no recuperaron ninguna gubernatura

Desde mediados de octubre, los demócratas y sus medios aláteres insistían en que todo se perfilaba para que hubiera una "marejada azul" en noviembre. Pero cuando poco a poco comienza a caer el polvo de las elecciones, se está evidenciando que los demócratas perdieron más de lo que ganaron al llevar a Joe Biden a la presidencia.

La "marejada azul" habría significado una victoria demócrata no solo de la presidencia sino del Senado en poder de los republicanos y aumentar la presencia demócrata en el Congreso. Y si bien la conquista de la primera se veía difícil, era responsabilidad de Nancy Pelosi, líder de la Cámara Baja, no solo retener el dominio demócrata en ese recinto sino aumentar el número de asientos; consiguió lo primero pero no lo segundo pues los republicanos conquistaron trece asientos, todos ellos por mujeres (porque, no lo olvidemos, los demócratas insisten en que los "machistas" y los misóginos son los republicanos).

Dicho de otro modo, Pelosi falló en su cometido y es un hecho que a partir de enero la presión al interior del Partido Demócrata será mayor para deponerla.

La mayoría republicana en el Senado será el principal avatar para impedir que los demócratas lleven a cabo muchos de sus descabelladas propuestas que, de aplicarse, causarían un daño irreparable a la economía norteamericana, entre ellas el Plan Verde.

El trumpismo no morirá con la presidencia de Trump

Lo primero que intentará hacer la izquierda norteamericana a partir de enero será tratar de borrar todo rastro de Donald Trump: incluso varios legisladores demócratas han exigido que su imagen sea removida de la sala de presidentes de la Casa Blanca (no lo conseguirán: se necesitaría la aprobación de las tres cuartas partes del Senado, por lo menos cuatro magistrados de la Suprema Corte, la aprobación de 35 estados de la Unión y, más importante, que la razón esté ligada a un delito relacionado con traición a la patria o intento de disolución de los demás poderes).

Desafortunadamente para los demócratas, el trumpismo no terminará con el final de la presidencia de Donald Trump. De hecho y conforme se vaya desgastando la imagen de Biden --algo inevitable dado el principio de alzheimer que padece el mandatario electo-- el trumpismo saldrá reivindicado, incluso en las elecciones intermedias del 2022.

Los republicanos acumularon un valiosísimo activo entre las minorías raciales, básicamente los latinos y los afroamericanos aunque también un número récord de la comunidad musulmana votó por ellos. Es compromiso de ese partido mantenerlos, escuchar sus inquietudes para con su apoyo obtener la mayoría en el Congreso dentro de dos años.

El trumpismo no se irá, igualmente, porque ha dado a buen sector de los republicanos una capacidad de liderazgo que ese partido no había tenido desde los años de Ronald Reagan. Como bien lo ha dicho el analista político Victor Davis Hanson, "cada pifia política cometida por el gobierno de Joe Biden irá reivindicando al trumpismo, aunque ya no sea Trump quien lo encabece". Ese esperarse que los políticos republicanos sean capaces de cultivar y hacer crecer ese preciado capital político.

Biden y el intento de los medios por tapar la corrupción con un dedo

Quizá desde los tiempos del presidente Woodrow Wilson no se veía como probable inquilino de la Casa Blanca a un político con tantas corruptelas a sus espaldas. La diferencia, claro, es que en esta ocasión la prensa se ha encargado de cubrir este hecho a la mayoría de los norteamericanos, una prensa mezquina que bostezó ante las claras evidencias de manejos oscuros con Ucrania, que mintió una y otra vez asegurado que nada sabía de la relación de su hijo Hunter Biden con el gobierno de ese país y quien en ningún momento rebatió las graves acusaciones en su contra.

¿Quién duda que esos medios no harán lo mismo con todas la corruptelas que se darán dentro de un gobierno de Joe Biden? Después de todo, cuando todos saben que el jefe es un corrupto, ya no existen razones para mantener la ética entre sus colaboradores.

Biden, mal candidato, peor presidente

¿En que se basó la campaña de Joe Biden? En atacar al presidente Trump y en proponer remedios mágicos, entre ellos que la salida del actual mandatario per se resolverá todos los problemas que aquejan a Estados Unidos. Biden no ha presentado una sola propuesta, y cuando lo hace no tarda en contradecirla.

En un principio Biden dijo que apoyaba el Plan Verde y luego afirmó que "no era viable" para volverlo a apoyar a las pocas semanas". Pero sobre todo ¿cómo esperar que un presidente que tiene claros principios de alzheimer, que confunde 250 mil con 250 millones y que padece lagunas mentales pueda alcanzar niveles de estadista? ¿Alguna vez se detuvieron a pensar quienes votaron por Biden cómo serán las reuniones que (inevitablemente) Biden tendrá con Vladimir Putin y con el tirano chino Xing Ping y donde los intereses de Estados Unidos se encontrarán sobre la mesa? ¿Es posible concebir que un presidente con un deterioro cognitivo progresivo podrá hacer frente a los grupos terroristas en la ola de atentados que, sin duda también se incrementarán en todo el mundo los próximos meses ante la presencia de un mandatario débil en la Casa Blanca? ¿Cómo actuará Biden ante una emergencia de esta naturaleza si con frecuencia suelta declaraciones sin sentido que en vez de calmar a la opinión pública, la alarmarán más?

¿Realmente pensaron en todas esas consecuencias quienes votaron por Biden, impulsados más por el odio a Trump que por el futuro de su país? Porque si Trump finalmente pierde, simplemente se irá a su casa y listo mientras las consecuencias durarán cuatro, quizá ocho años, con una alguien totalmente radicalizada como Kamala Harris. No parece haber sido la decisión más inteligente.

Los demócratas no deben olvidar que gobernarán a partir del próximo enero con la mitad del país que no votó por ellos. Si se empeñan en aplicar políticas totalitarias, no tardarán en darse cuenta porqué el destino que escogen la mayoría de quienes han huido de los "paraísos socialistas" son quienes huyeron de éstas, y difícilmente querrían repetir la experiencia.

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Foto: cortesía reuters

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