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INTERNACIONAL/Editorial
París arde: ya es
hora que Europa despierte de su mortal letargo
La mejor manera de no caer
en el juego del fundamentalismo islámico tras los atentados en la
capital francesa será enfrentarlo sin relativismos políticamente
correctos
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NOVIEMBRE, 2015. En lo que podría considerarse será una respuesta "de cajón" de la izquierda mundial, Pablo Iglesias, el dirigente de Podemos, rechazó unirse a luna coalición
antiyihadista al argumentar que "no debemos caer en el juego" de los terroristas
que la noche del pasado viernes realizaron una serie de brutales atentados en París que hasta el momento se han cobrado alrededor de 150 víctimas. La sangrienta masacre ocurrida el pasado enero en el semanario satírico
Charlie Hebdo pasó a ser una simple jugarreta ante el horror sufrido por centenares de inocentes en la capital
francesa hace unas horas.
Pero le tenemos noticias a Iglesias y a los demás acólitos que en nombre de la "tolerancia" y el combate a la "islamofobia" exigirán una actitud
pasiva ante éste y otros atentados: desde hace rato Occidente cayó en el juego del fundamentalismo islámico: lo hizo cuando en nombre del
multiculturalismo, impidió que los inmigrantes árabes se integraran a su nuevo y país, permitiéndoles conservar intactas aberraciones como la "sharia" y los "matrimonios arreglados"; cayó en su juego al denunciar toda crítica a este secuestro de la
libertad europea como "racismo" e " intolerancia"; cayó en su juego cuando sus escuelas y edificios públicos retiran toda
iconografía cristiana, árbol de Navidad incluido, porque "ofenden" a la comunidad musulmana; cayó en su juego
cuando se suprimen tradiciones que llevaban cientos de años porque eran
"insensibles" hacia el Islam, se cayó en el juego cuando
se exige detener la "represión" hacia los jóvenes musulmanes delincuentes por parte de los elementos
policíacos que únicamente cumplen con su trabajo.
Se cayó en el juego del terrorismo islámico cuando se obligó evitar utilizar el término "terrorista" contra los sujetos que entraron a las instalaciones de
Charlie Hebdo y mataron a sus colaboradores, entre ellos su director; se cayó en el juego cuando se dice que estos actos "son aislados" y no representan una forma de pensamiento que busca obsesivamente destruir a la civilización europea para convertirla en una "Eurabia"; se cayó en el juego cuando gobiernos como el canadiense dan entrada a denuncias penales contra
el periodista Mark Steyn, uno de sus propios ciudadanos que escribió un libro donde advierte de atentados como el que París sufrió hace unas horas. Se cayó en el juego de estos extremistas al esparcir la tontería superlativa de que los atentados en
Nueva York del 2001 fueron planeados por Washington y no por un enfermo mental que se masturbaba viendo "infieles" películas porno.
Europa cayó en el juego de los fundamentalistas al dejar que en sus universidades se aboliera las libertad de ideas mediante el activismo políticamente correcto; se cayó en el juego del terrorismo islámico cuando en lugar de formar un bloque en defensa de la libertad de expresión, la prensa mundial dejó solo al semanario danés que publicó unas caricaturas de Mahoma; se cayó en el juego cuando se relativizan todos estos actos de terror y se le atribuyen al "imperialismo" y demás sandeces; se cayó en el juego
cuando no se exige castigo a los responsables de estos actos, como prácticamente lo está pidiendo Pablo Iglesias.
Más recientemente se acaba de caer en el juego al aceptar entrar libremente,
en calidad de refugiados, a miles de personas procedentes de Medio Oriente sobre las que poco o nada se sabe ni se tiene registro
alguno. Entre ellos la mayoría son gente de bien, sin duda ¿pero cuántos no son terroristas en potencia o ya vienen aleccionados desde sus sitios de origen?
¿Despertará finalmente Europa ante lo que ya es prácticamente una guerra? ¿Se reconocerá finalmente que el multiculturalismo ha sido un brutal error y que lo políticamente correcto es un veneno que está matando todo tipo de respuesta lógica ante estas masacres? La comunidad "progresista" del mundo ¿llegará a entender que al mantener la actitud pasiva ante esta afrenta, lo único que se ha conseguido son atentados cada vez más sangrientos? ¿Se seguirá cayendo en el juego del fundamentalismo islámico al advertir que no se debe actuar ante estos grupos porque ello beneficia a los grupos de extrema derecha?
Los atentados en París lo dejan en claro: Europa debe despertar de su
mortal letargo al pensar que cerrando los ojos, el problema desaparecerá. Si no lo enfrenta como lo hizo contra el fascismo hitleriano, el islamofascismo y sus cómplices locales devorarán una civilización a la que buena parte de todos nosotros,
por genes, idioma, herencia y cultura, estamos ligados.
El mundo occidental ya cayó en el juego del fundamentalismo islámico, señor Pablo Iglesias. Ya no le haga al ingenuo. La mejor manera de no caer en su juego es enfrentar y derrotar la afrenta del ISIS,
de la Yihad y demás fundamentalismos, ya sin relativismos idiotas.
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