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Adiós a la revista MAD y a su genial pandilla de idiotas

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ABRIL, 2020. A diferencia de otras pandemias donde todo todos permanecían encerrados por varios días sin muchas opciones de entretenimiento, en esta ocasión la mayoría acudimos al Internet y las redes sociales como medio de información para hacer más llevadero el trance. Hay quienes han descubierto habilidades insospechadas como forma de matar el tedio: es el caso de una amiga quien comenzó a rasguear una guitarra que estaba arrumbada en algún clóset de su casa y ya está aprendiendo a tocarla; sé de otra persona a la que el encierro le ha servido para descubrir que tiene habilidad en el dibujo.

Muchos otros acudimos a dos fuentes, Netflix y YouTube, aunque ampliamente sugiero que también se asomen a buscar material interesantísimo en otras plataformas como Dailymotion y bitchute, sitio éste donde hoy se encuentran la mayoría de quienes fueron víctimas de la censura de Youtube. En nuestro caso, no hemos reanudado amistad con Netflix debido a sus contubernios cada vez más woke, lo cual significa, evidentemente, que no hemos visto un solo capítulo de Tiger King (y, francamente, tampoco creemos que nos estemos perdiendo de gran cosa).

Lo innegable es que YouTube también presenta contenidos y documentales de altísimo nivel, además de constituir un magnífico cofre de recursos, incluidos aquéllos que nos traen de vuelta las hazañas que alguna vez disfrutamos o escuchamos en voz de expertos como el añorado "Mago" Septién, en torno a los partidos de Serie Mundial de Beisbol (y, por favor, su alguien quisiera salir con la babosada de "pero por qué Serie Mundial si solo juegan equipos de Estados Unidos", refiérase a otros sitios; no está obligado usted a hacerla al masoquista con nosotros).

Es increíble cómo muchos de estos juegos, aunque hayan pasado décadas y conozcamos el resultado, son capaces de emocionarnos. Para que se dé ese maravilloso efecto se requiere, primero, que quienes los protagonizaron fueran peloteros de gran talento y, segundo, que se le tenga al beisbol uno amor que quizá no se le profesa a cualquier otro deporte. Es verdad que sus reglas pudieran resultar un tanto enredadas para los neófitos y que términos como  "pegar un Texas leaguer". slider, balk, "anotar en bola ocupada", "machuconcito", "estacazo" y "de caballito" a veces requieren explicación detallada que lleva sucesivamente a indagar más vocabulario. Pero cuando se descifra todo esa selva de términos y minucias, el beisbol es apasionadamente entretenido.

Este factor adquiere niveles hiperbólicos durante los juegos de campeonato de lo que el "Mago" llamaba la Carpa Grande. Era entonces cuando el beisbol se transforma en cautivante maquinaria de relojería --enorme ironía si recordamos que es un deporte que no utiliza relojes ni cronómetros-- aunado al impresionante talento de quienes buscan llevarse la primera plana deportiva de cada octubre (y esperamos que ello suceda también este año, con todo y COVID-19 de por medio).

Hay una enorme cantidad de videos breves con referencias hoy históricas como, por ejemplo, el día que Pete Rose hizo añicos la marca de 4,192 hits que impuso Ty Cobb. Sin embargo hay canales como el MLB Vault, el Sports History Channel que, sobre todo el primero, presentan juegos completos, obviamente sin comerciales. A primer juicio cualquiera podría pensar que es una perdida de bytes y de tiempo subir estos encontronazos de serie Mundial que tuvieron lugar hace casi medio siglo o quizá más. Sin embargo, y si hacemos un lado el hecho de que estos pelotero se retiraron hace mucho, que la mayoría tienen hoy en promedio 70 años o que buena parte de ellos, en especial los mánagers, hace rato abandonaron no solo los parques de pelota sino esta existencia, lo que queda es la calidad. ¡Y qué calidad! Quienes presenciaron aquellos agarrones debieron sentirse privilegiados.

De todos los peloteros que han resucitado a  través del video. dos me han sorprendido sobremanera por su exacerbado talento. Uno, el boricua Roberto Clemente, quien jugó prácticamente toda su carrera en las Mayores con los Piratas de Pittsburgh y el jonronero Carlton Fisk, durante un buen tiempo bujía de los Medias Rojas de Boston, aunque después se fue con otros calcetineros pero de otro color, los Medias Blancas de Chicago. Una jugada que me parece fuera de este mundo por parte de Clemente es cómo lanza la pelota desde el jardín derecho al home con lo que evitó una carrera que habría cambiado el destino de la Serie Mundial de 1971 contra los Orioles de Baltimore. Y no solo el brazo de Clemente como guardabosques era mortífero: en esa misma serie, ya en el juego decisivo, Clemente pega un jonrón por el jardín central el cual le daría la ventaja definitiva a su equipo para llevarse el campeonato. Como se sabe, Clemente falleció el diciembre del año siguiente cuando el avión que llevaba ayuda humanitaria a Nicaragua tras un temblor se desplomó a los pocos minutos de haber despegado. Qué peloterazo.

Por lo que toca a Frisk, su obsceno jonronazo en la parte baja del inning 12 por el jardín derecho forzó a un séptimo juego contra los Rojos de Cincinnati. Sin embargo al día siguiente quedó todo decidido cuando la Máquina Roja impuso condiciones y apagó a domicilio el entusiasmo bostoniano. Después de todo, no olvidemos que en ese róster de los Rojos militaba Pete Rose.

Por cierto, es un deleite desempolvar las hazañas del Charlie Hustle, sobre todo el momento ya referido cuando derruyó el récord de Cobb. Por cierto, uno de los narradores de la NBC de esa serie mundial detectó la leyenda que se estaba cocinando al comentar que, como primera base, Rose era efectivo pero "a la defensiva es doblemente letal; es de los pocos bateadores a los que casi nunca es ponchado; la única posibilidad de hacerle out es con un elevadito o ya en calidad de corredor, pero no puedes neutralizarlo en home". Los miembros del Salón de la Fama que se niegan a darle el reconocimiento que merece deben repasar estos videos: Pedro Rosa (cómo le decía el "Sonny") cambió el rostro del beisbol como espectáculo del mismo modo que lo hicieron Babe Ruth, Mickey Mantle, el "Campy" Campanella y otras leyendas que hace rato ingresaron al recinto.

(Ya que mencionamos al "Sonny", extraña cómo Televisa, que por décadas ha transmitido los juegos de Serie Mundial, no haga lo mismo y suba la red compromisos completos narrados por éste, por el "Mago", por Antonio de Valdés o por Pepe Segarra; en cambio en la red solo existen segmentos, la mayoría dedicados al paso de Fernando Valenzuela por los Dodgers).

Más juegos; la Serie Mundial de 1978 Yankees-Dodgers con nombres que luego se anotarían a la leyenda del recinto: el antesalista Craig Nettles, Thurman Munson, magnífico recepcionista de los Mulos quien dos años más tarde pereció en un accidente aéreo; Reggie Jackson, con toda justicia apodado Mr October, Ron Pingüino" Cey, Steve Garvey, es decir, casi la misma alineación Dódger que se enfrentaría de nuevo con los del Bronx en 1981 cuando los angelinos ya tenían contratado a Valenzuela y se vengarían de los Yanquis cuando ese octubre ganaron la Serie Mundial que habían perdido en aquel trevoltiano 1978. 

A veces ver un juego completo emociona más que revisar únicamente los momentos importantes y decisivos pues ello nos permite disfrutar cómo los mánagers van tejiendo y cambiando sus estrategias; por ello no creo que exageren quienes dicen que el beisbol es como estar frente a un thriller impredecible cuyo guión se va escribiendo sobe la marcha. Eso fue lo que sucedió, por ejemplo con la Serie Mundial de 1969 entre los Orioles y los Mets de Nueva York. Solo un par de juegos están disponibles pero marcan el milagro de los Mets los cuales remontaron una ventaja de 3-0 en lo que se considera fue uno de los más grandes regresos de la historia. Hay otros momentos que conviene revivir en la Serie Mundial de 1988 cuando Kirk Gibson pegó un cuadrangular con todo y que su pierna sufría una sería lesión.

Como se ve, hay muchas maneras de pasar el encierro en casa rememorando estos juegos de Serioe Mundial. Ojalá pronto también estén disponibles también las narraciones originales de Televisa. Por mientras, sumérjase y goce  estos clásicos del diamante aunque no sea octubre.

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