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NACIONAL
No es por asustarlos, pero ahí viene otra vez un
alud inflacionario
La aparición de un nuevo billete suele anunciarse
con rimbombancia similar a la de presentación de una
quinceañera en sociedad. Pero eso no aminora las
devastadores consecuencias inflacionarias que trae
consigo la entrada en circulación de papel moneda
adicional. La cuesta de enero se asoma como quien no
quiere la cosa. Y luego que ahí viene López...
Versión impresión
Por Roberto Rojas P.
SEPTIEMBRE, 2018.
Cada vez que se anuncia la circulación de un nuevo
billete, el anuncio suele hacerse con mucha
fanfarria, como si se tratara de la presentación de
una jovencita en sociedad. Eso precisamente acaba de
suceder con el nuevo billete de 500 pesos que el
Banco de México dio a conocer y el cual
eventualmente irá reemplazando los billetes de Diego
Rivera y Frida Khalo que ya llevan buen rato
cambiando de manos entre los millones de mexicanos
que habitamos este territorio.
Lo primero que notamos todos fue el más que
sospechoso parecido de esta nueva emisión con los
billetes de 20 pesos los cuales aparentemente irán saliendo paulatinamente de circulación
supuestamente porque "cada vez se utilizan
menos". Eso es algo relativo: en el caso de su
servidor suelo efectuar una transacción diaria con uno de estos billetes azulitos y el mayor problema que he
encontrado es que con frecuencia éstos con
frecuencia están pegados con cinta adhesiva, lucen rotos por las
orillas o ya comienzan a romperse luego de tanto
doblez. La complicación no pasa a mayores pues
cualquier banco los reemplaza sin mayor problema
aunque sí resulta un tanto molesto que nos den uno
de esos simpáticos billetes en esas condiciones.
Como se ve en la imagen que incluimos en este
artículo, quien aparece es
Benito Juárez, y es
idéntica a la de los billetes de 20
pesos (la verdad ¿no habría posibilidad de darle otro
rostro el Benemérito? Desde nuestra infancia ha sido
el mismo gesto adusto). Eso parece un tanto sospechoso: se trata acaso de irnos haciendo a la idea de que muy
ponto el valor de los 20 pesos equivaldrá a los 500
dentro de poco? Ello suena mal, máxime porque
desde hace rato la máxima denominación ha sido el billete de 500 pesos. Cierto, durante un tiempo
circularon los de 1000 pesos, pero sí de por sí es
una lata "feriar" los de 500, hacerlo con uno de
esos billetes representa una auténtica mentada de
madre a los tenderos. O representaba, quizá diremos
dentro de algunos años.
Sin embargo y luego de tanta faramalla, el que
aparezca un nuevo billete es preocupante. Por un lado,
estamos hablando de una denominación que ya existe
y que, se dice, irá reemplazando a los billetes de
500 de Diego y Frida que todavía hoy andan
circulando. Lo inquietante es que la intención de ir sacando los de 20 pesos. Las señales no
son buenas. Veamos por qué.
Contrario a la creencia de
Nicolás Maduro y otros
idiotas que le hacen segunda, la inflación no es
provocada porque los comerciantes suban los precios;
ellos lo hacen porque les aumentan el costo de los
insumos dentro de la cadena productiva. Afirmar que
la inflación se da porque los empresarios
incrementan los precios es tan pendejo como sostener
que la diarrea es la culpable de que alguien se
enferme del estómago.
El origen de las espirales inflacionaria se da
cuando el Estado imprime billetes excesivamente
para financiar su gasto; dado que es más fácil
imprimir papel moneda que producir un bien de
consumo, es urgente aumentar el precio de éste para
así "colocarlos" en el mercado pues esos billetes al
aparecer no están respaldando valor alguno alguno.
¿Y quién es el único autorizado a imprimir billete
de banco
y el que aumenta los precios de la luz y la
gasolina, áreas que administra monopólicamente? El
Estado mexicano, claro está.
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se ha ido
incrementando la presión financiera. Fue en este
periodo cuando comenzamos a arañar una inflación
mensual de hasta un 4.5 por ciento. Por ejemplo,
en el 2017 la inflación acumulada en México fue del 24.8 por ciento;
al disciplina fiscal con una inflación en decimales hace ratito abandonó el panorama. Y como
habíamos referido en un artículo previo, los economistas oficiales han acudido a un truquito para
esconder el verdadero panorama inflacionario, esto
es, al "separar" los "índices" de los insumos que
han subido de precio.
Es así como, si aumentan los artículos de la llamada
"canasta básica", eso no representa una presión
inflacionaria dado que, nos dicen estos
sabihondos, ello no conduce a una alza
generalizada de
precios que se daría, por ejemplo, si de sopetón
se dieran semejante aumentos, en, digamos, el precio
de las gasolinas. Estupidez inconmensurable, como si
los artículos de esa "canasta" fueran transportados
a pie o en burro y no en vehículos que consumen
gasolina. Dicho de otro modo, según ellos, la inflación ocurre
únicamente cuando se da una alza generalizada de
precios, de lo contrario son "repuntes "
que no merecen mayor atención. El relativismo al servicio de la estupidez.
Parece chiste cruel, pero el anuncio bombástico de
que tendremos nuevos billetes es un anticipatorio de
que se nos viene encima una espiral inflacionaria.
Con su atraco, perdón, reforma fiscal del 2013, el
Estado mexicano ciertamente se hizo de más recursos
que le arrebató a la sociedad pero como sabemos
jamás el dinero sobrará si antes de ello no
rebajamos nuestro ritmo de gastos: según reciente
información de El Universal que cita como fuente al
Inegi, desde los inicios del actual sexenio, un
promedio de 2 mil personas se han integrado cada mes
a la de por sí abultada nómina federal, lo que
no incluye otro tanto a nivel estatal y municipal.
Como se sabe, para pagar a ese ejército de empleados
hay que echar a andar la maquinita de imprimir
billetes.
Lo peor del asunto es
que al gobierno entrante no se le ven ganas, ni
tantitas, de bajar el gasto burocrático: por el
contrario: los delirios
de López, empezando por ese pretendido subsidio a
los ninis, son
apenas la punta de la cuesta de enero que ya se nos
anunció desde hoy.
Aunque a la inflación
la vistan de gala como billete de alta denominación,
inflación se queda. Así que preparados.
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