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Los ninis, prospectos de carne de cañón para López Obrador

 

Una de las promesas del también llamado rayito de  esperanza es subsidiar a los ninis, lo que equivale a atacar las consecuencias en vez de las causas. Si quisiera terminar con este problema, ese candidato estaría proponiendo quitar muchas regulaciones laborales que fomentan el ninismo

 

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JUNIO, 2018. Están lejos de ser un problema reciente, pero esa parte del espectro demográfico llamado ninis han aumentado dramáticamente no solo en los países subdesarrollados sino en los mismos Estados Unidos donde hace unas semanas un tal Michael Rotondo, un treintañero que se la pasaba todo el día frente a la consola de los videojuegos sin preocuparse por obtener un empleo o seguir estudiando, fue obligado por un juez a salir de su casa tras la demanda que impusieron sus propios padres. Difícilmente algo así ocurriría en México, donde el ninismo alcanza, según datos de la OCDE, un 24.7 por ciento de todos los jóvenes en edad de laborar.

Un nini es, por definición, todo aquel joven de entre 19 y 25 años de edad que no asiste a un plantel educativo ni tampoco tiene un empleo, por lo que se trata de un estrato cuya productividad es muy baja, o prácticamente nulo, pero que sí consume, un gasto que corre la mayoría de las veces a cargo de sus padres, quienes les proporcionan dinero para salir, para comprar saldo a sus celulares o para sus gastos regulares. Son, enfatiza el abogado Rubén Galindo, "el sector más improductivo de la economía informal" que, añade, "ha caído en la más aberrante zona de confort que a nuestros padres habría escandalizado". Por su parte, la psicóloga Verónica Celis opina: "Los ninis son consecuencia de varios factores entre los cuales destaco dos, uno, la inmadurez emocional de muchos padres de familia para criar a sus hijos y, dos, una deficiente estructura laboral de la cual alguien más empapada que yo en ese tema podría opinar mejor".

Una de las promesas de López Obrador en caso de llegar a la presidencia será, de acuerdo a los spots que se están difundiendo en radio y TV, es dar a los ninis "apoyos (es decir, subsidios) y abrir centros de capacitación" lo cual, en opinión de Galindo, "es un acto de irresponsable y peligroso populismo por parte del tabasqueño" y el cual, desafortunadamente, "pretende atacar las consecuencias y no las causas de que haya tantos ninis en México".

Hay dos asuntos que preocupan al abogado Galindo en torno a esta propuesta: "El primero, claro, es "cómo se va a determinar quién entra en la categoría de nini y quién no, para recibir su subsidio. Mi hijo Horacio se gradúo el pasado diciembre y aún no encuentra empleo, por lo que técnicamente en este momento es un nini. ¿Significa entonces que calificaría para recibir un subsidio y capacitación? ¿Qué pasa si un día a un nini que entra al programa le ofrecen trabajo en otro lado o decide terminar sus estudios y deja de ser nini, le van a cortar su subsidio? Si el nini ayuda diariamente al papá ¿significa entonces que no podrá ser elegible? ¿Qué requisitos va a tener que realizar el nini para comprobar su condición?"

Y agrega: "Ya sabemos lo que se ve venir: la creación de un fideicomiso, secretaría, comisión, consejo o procuraduría para seleccionar a quienes califiquen como ninis y luego de eso, la creación de planteles para capacitarlos, todo eso, faltaba más, a cuenta de los contribuyentes. Más burocracia, porque definitivamente habrá que pagarle a los 'capacitadores', no lo van a hacer de a gratis..."

En opinión de la psicóloga Celis, "me parece injusto que se premie así a los güevones, a los apáticos, a los que no esforzaron en la escuela, porque si dejaste de estudiar difícilmente fue porque eras el mejor alumno de la clase. Aparte de eso ¿qué ejemplo se le da a quienes sí se esfuerzan, a quiénes sí le echan ganas en su escuela o en su trabajo, cuál es el mensaje que les están transmitiendo: 'para qué me rompo el lomo si por estar de güevón igual el gobierno me va a dar una lana'"?

Complementa Galindo: "López Obrador no se ha molestado en explicar cuánto durará esa capacitación y si en el momento que ésta termina también se acabará el subsidio. Porque de ser así, cuando todo acabe, volverán al punto de partida, esto es, seguir siendo ninis... ahora sí que todo el asunto será un giro de 360 grados".

Según la misma OCDE, México es el miembro que ocupa la tercera posición con más ninis, por debajo de Turquía, con un alarmante 36.6, e Israel, con un 27.4. Esas cifras corresponden al 2010, por lo que, estima Galindo, "en este 2018 deben ser un poco más altas. Si trasladamos todo esto a números fríos, si contabilizamos que somos 125 millones de habitantes en este país, estamos hablando de unos 5.3 millones de ninis en todo México ¡Imagínate darle subsidio a ese mar de gente! ¿De dónde diablos piensa sacar López Obrador el dinero para subsidiarlos? Por eso digo que estamos ante un peligrosísimo cóctel populista que, obviamente, suena a canto celestial a muchos ninis en edad de votar".

Y es ahí, concluye Galindo, donde está el verdadero objetivo de subvencionar a los ninis, "igual que como lo hizo Lázaro Cárdenas con los ejidatarios quienes producían muy poco y por lo tanto estaban amarrados a los subsidios oficiales; todo ellos fueron una conveniente e importante carne de cañón electoral para el PRI durante las siguientes décadas".

Por su parte Celis recuerda que "hace apenas unos años la máxima en una familia era ¿ya no quieres estudiar, chiquito? perfecto, pues entonces mañana mismo te me pones a trabajar'. Sin embargo ahora vemos que los padres no solo parecen aceptar gustosos que sus hijos se queden todo el día en casa sin hacer absolutamente nada. Hemos creado, como dice un colega mío, una generación de monstruitos que se siente con derecho divino a que sus padres los sigan manteniendo de por vida y sin aportar nada a la economía familiar". Parte del problema lo atribuye Celis a "un relajamiento en la disciplina hacia los hijos, a una permisividad ante el temor de ser acusados de violar sus derechos humanos al aplicarles un correctivo, algo que ya se ha dado con niños que han denunciado a sus padres porque les dieron de nalgadas por portarse mal; muchos padres temen que si sin más estrictos con sus hijos podrían ser acusados de maltrato infantil..."

Igual pasa en las escuelas: "Muchos maestros de escuela han sido acusados ante la Comisión de Derechos Humanos por aplicar la disciplina en el salón de clase. No se trata de volver a los tiempos en que a los alumnos se les pateaba, se les jalaba de las patillas o se les gritaban insultos, pero la permisividad total que estamos viendo tampoco ayuda en nada y estimula la creación de futuros ninis".

Pero a final de cuentas, dice Galindo, "los ninis no surgieron por generación espontánea, como cree López Obrador, ni tampoco son consecuencia del neoliberalismo salvaje. Si vemos que el país con más ninis es Turquía y nos asomamos a sus leyes laborales, encontraremos una interesante conexión, esto es, el hacer casi imposible para un joven integrarse al mercado de trabajo con una legislación que exige, entre otras cosas, un salario mínimo y ocho horas laboradas para acceder a un empleo; en Turquía los trabajos de medio tiempo casi no existen pues resultan incosteables para el empleador".

Añade: "Algo parecido sucede en México, a lo que se debe agregar el salario mínimo que inhibe la creación de empleos laborales". Y como prueba de esa conexión leyes laborales que inhiben la creación de empleo = más ninis, Galindo apunta que "en Alemania hasta hace unos años no existía el salario mínimo y era el país de la Unión Europea con menos ninis, pero desde que se implantó con Angela Merkel ha habido un aumento significativo de ninis, aunado a los ninis potenciales que llegaron a Alemania en calidad de refugiados procedentes de medio oriente. ¡Ahí está el origen de los ninis, en un mercado laboral que no les da oportunidad de ingresar! Y eso nos lleva al otro aspecto del problema, esto es, que si muchos ninis no ingresan al mercado laboral es porque están deficientemente preparados", afirma.

"Yo pregunto aquí a López Obrador: ¿cuántos de esos ninis provienen de planteles públicos y cuántos de planteles privados? y a partir de esa respuesta actuar en consecuencia, aunque de antemano ya sepamos la respuesta", continúa Galindo. "Estar subsidiando a los ninis no va a resolver nada y por el contrario solo agravará el problema en las décadas siguientes".

Pero para Galindo lo que busca López Obrador con los ninis es claro: "Convertirlos en carne de cañón electoral, como se hizo con los ejidatarios, con los maestros... ese señor quiere fortalecer al corporativismo que tanto daño ha hecho a la productividad en México. ¿Y qué se podía esperar si en este momento él mismo es un nini?"

 

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1 opiniones

luis_barrueto_solis escribe 21.06.2018

Qué tal, en su artículo sobre los ninis el entrevistado Rubén Galindo comete un error cuando dice que cuando se acabe el subsidio a los ninis "ahora sí que todo el asunto será un giro de 360 grados", como es que los editores y correctores no se dieron cuenta que en realidad debe ser de 160 grados. Saludos desde San Luis Potosi

NOTA: Nuestro entrevistado estaba ironizando su opinión pues un giro de 360 grados representa un círculo completo, por lo que el abogado Galindo dio a entender que las cosas terminarán igual que al principio.