Cine

Narnia, singular

Los estudios Disney retoman parte de sus orígenes para ofrecernos una historia de inspiración. Las crónicas  de C.S. Lewis son de imaginación y valor ante la incertidumbre humana, más que un mero relato religioso.

The Chronicles of Narnia: The Lion, the Witch and the Wardrobe
Jim Broadbent, Georgie Henley, Tilda Swinton, Skandar Keynes, Liam Neeeson
Dirigida por Andrew Adamson
Disney/Walden 2005

The Chronicles of Narnia es una serie de libros que C.S. Lewis escribió a mediados del siglo pasado. Este autor también fue amigo de Tolkien, con quien coincidía en dar a Inglaterra su propia mitología; las leyendas medievales abundan en su historia pero, alegaba Tolkien, el campo de los héroes y narraciones mitológicas se encontraba bastante descuidado. El resultado de aquél esfuerzo lo plasmó Peter Jackson en el cine hace un par de años. Ahora toca a C.S. Lewis recibir el mismo tratamiento.

Durante su juventud y parte de su vida adulta Lewis fue un ateo declarado; pero conforme se adentró en la literatura su posición cambió hacia la de una profunda religiosidad, hecho que culminó con estas crónicas. La primera de ellas es la que aborda esta cinta, aunque con algunas diferencias: la historia comienza con los bombardeos nazis sobre Londres, una flotilla que prácticamente cubre el cielo. La madre de los cuatro chicos Pevensie decide llevárselos al campo donde se refugian en la propiedad del profesor Kirke, cuya quietud resulta asfixiante para los niños. Todo cambia cuando Lucy, la hermana más pequeña, descubre un pasadizo secreto dentro de un ropero mientras juega a las escondidas. Es el pasaje secreto a Narnia.

Aunque ha habido comparaciones, quizá inevitables, de Narnia con Jumanji, el hecho es que el mensaje de la primera es mucho más profundo que un simple juego de dados (además que, al final, todo comentario al respecto resulta absurdo). Es éste un sitio donde, por más de un siglo, la Bruja Blanca (Tilda Swinton) ha mantenido el invierno sin permitir la llegada de la primavera. Tampoco durante ese tiempo ha existido la Navidad [casi casi el sitio ideal para los activistas políticamente correctos ¿no?] En ese sitio los animales hablan, y entre ellos destaca el león Aslan (en la versión original, con la voz de Neeson), una clara alusión de Lewis al Redentor.

La llegada de los Pevensie a Narnia no es casualidad. Son parte de una profecía que, en caso de cumplirse, terminará con el invierno. Pero las cosas no son tan fáciles, ni siquiera la unidad de los cuatro hermanos: uno de ellos se alía con la Bruja Blanca, cual Judas Iscariote, y con un desenlace bastante parecido.

Como sucede con las profecías, alguien debe sacrificarse para la redención de los demás, y ello corresponde a Aslan el cual --y no revelamos nada al decirlo-- resucita. Pero ante todo Narnua encierra una historia de perdón, compasión y de encuentro con la fe, es decir, de nosotros mismos. El sentido religioso es claro, pero lo es también el de una historia humana.

Narnia es, en síntesis, una cinta clave para los tiempos actuales. Verla y reflexionarla es acercarnos al mundo de C.S. Lewis lo cual también servirá, aunque parezca curioso, para comprender nuestro presente.