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Y DEMÁS/Feminazis
Miss
America, otra víctima de las amargadas feministas
matagozo
Primero fueron las edecanes de la F1, se busca hacer lo
mismo con las porristas de la NFL y toca el turno de cambiar
el formato de Miss Universo donde se busca juzgar únicamente
la belleza interior, ya sin trajes de baño de por medio. Si
se busca quitarnos la tentación a los caballeros, que solo
transmitan la ceremonia por radio... de todos modos casi
nadie la va a sintonizar este año
Versión impresión
JUNIO, 2018. La
verdad, los concursos de belleza siempre me han parecido de
una cursilería considerable. En aquellos años que pasaba
horas sentado frente al televisor, si había uno de estos
certámenes al mismo tiempo que otro programa, solía girar la
perilla del aparato (¿recuerdan cuando se utilizaban
palabrejas como ésas?) y cambiaba repetidamente de canal
hasta que me detenía en el concurso de belleza cuando las
muchachas aparecían, ya lo adivinaron, en traje de baño, lo
cual las hacía lucir mucho más divinas de lo que ya eran.
El otro momento, naturalmente, se daba casi al final cuando
el conductor --en el caso de Miss Universo recuerdo que era
Bob Barker, quien por muchos años fue el anfitrión de The
Price is Right, cuya versión mexicana se llamaba
Atínale al Precio-- anunciaba a las seminifinalistas,
comedero de uñas que aumentaba si entre éstas se encontraba
una compatriota.
A mí no me tocaron los años en que ese forro de mujer que se
llamaba Ana Bertha Lepe llegó a estar entre las cinco
finalistas, pero sí recuerdo muy bien a Lupita Jones. Creo
que esa fue la última vez que me aventé completo el Miss
Universo. (Del triunfo de Ximena Navarrete, otro forro
local, me enteré al día siguiente).
El resto de la emisión consistía en ver los trajes
regionales y cuando el conductor entrevistaba a las
muchachas y éstas invariablemente deseaban "la paz del
mundo", y ya nadie las sacaba de ahí. La cursilería de ese
momento era compensada con ver a estas chicas de todo el
planeta luciendo sensacionales en sus trajes de baño y,
mejor aún, en sus bikinis, modalidad que el comité
organizador de Miss America finalmente aceptó en 1997, para
disfrute de los caballeros y enojo tanto de feminazis como
las amargadas matagozo seguidoras de la vela perpetua.
Hace unos días el comité organizador de Miss America anunció
que para este año se eliminará la pasarela en traje de baño
y que en adelante dejará de ser "certamen" (pageant)
para convertirse únicamente en competencia donde lo que
único que será sopesado por los jueces será "la belleza
interior" de las concursantes, es decir, Miss America
quedará con el segmento más cursi, o quizá ni eso. ¿Quién
duda que en adelante, las participantes en vez de clamar por
la "paz en el mundo", sean obligadas a abogar por "los
derechos de las minorías", "la inclusividad" y "el combate
al cambio climático"?
Aparentemente también se eliminarán los requisitos para las
participantes, es decir, el tener estatura y peso
determinado, y que en adelante podrá inscribirse cualquier
mujer que se le pegue la gana por lo que, no se dude, en la
siguiente competencia veremos un aumento importante de
muchachas "llenitas", lo cual no es malo en sí, aunque hasta
hoy Miss America había seguido sus propias reglas de
estética femenina: después de todo las "llenitas" ya tienen
sus propios concursos de belleza, totalmente válidos y donde
imperan sus propios códigos de estética. (Además, seamos
francos, hay "llenitas" increíblemente atractivas; yo por
ejemplo, no le pongo ningún pero a Ashley Graham).
Lo que estamos viendo es otro movimiento de piezas de las
SJW (social justice warriors, o guerreras por la
justicia social), grupos de activistas que buscan
fastidiarnos y arruinar la diversión de quienes no pensamos
como ellos... gente amargada, pues. Hace unos meses los
sjws lograron que se prohibieran las edecanes en las
pistas de carrera de la F1 y presumiblemente están por echar
fuera a las porristas de la NFL, aunque ésta, urgida de
público, aún sigue analizando esa decisión (ah, y son los
mismos que están matando la franquicia de
Star Wars). ¿Y cuál es
el motivo? Aparentemente, al verlas en traje de baño y
provocarnos suspiros, estas chicas lo único que están
promoviendo es el comportamiento lascivo de personajes como
el asqueroso Harvey Weinstein y que derivaría en más acoso
sexual contra estas muchachas, quienes quedarían a costa de
estos depredadores por andar luciendo lo que la naturaleza
generosamente les brindó.
El argumento rezuma estupidez, naturalmente. ¿Acaso estas
mujeres necesitan de chaperonas, acaso no son seres
pensantes que pueden detectar cuando alguien les está
echando los perros y mandarlos al carajo si así lo desean?
Quizá ahora el comité organizador (y no duden que pronto
ello ocurra) exigirá que las concursantes lleven burka
para tapar sus lindos rostros y evitar que despierten la
lascivia de los caballeros. Pero, curiosamente, hasta hoy
las feminazis no han pedido acabar con esas presentaciones
llamadas chipendale, muy comunes para despedir a una
chica de su soltería, o tapar a los tipos que participan en
Míster America, aunque quizá (y tampoco se dude) las
feminazis pronto exigirán que en ambos certámenes, perdón,
competencias, también se permita la participación de
trasgéneros.
Y sin posibilidad de ver en bikini o traje de baño a 50 de
las mujeres más bellas que cada estado norteamericano envía
a Miss América, ya sean rubias, morenas, afroamericanas,
asiáticas, latinas, mulatas (todas ellas una divinura) ¿que
nos queda? La verdad, nada. El concurso será tan interesante
como asistir a una exposición sin edecanes, a un partido de
futbol donde no se permita mentarle la madre al árbitro u
organizar una barbecue sin carne asada pues esa
costumbre ofende a los vegetarianos.
La consecuencia inevitable será un descenso brutal en el
rating de la próxima competencia porque, la verdad, eso
de juzgar la belleza interna" de las concursantes suena a
aburrición total. Sería tan absurdo como asistir a un
concierto de Shakira y ésta prescindiera de sus prendas que
resaltan el forro que es y en vez de cantar nos ofreciera un
monólogo para que todos descubriéramos su "belleza
interior". Los asistentes quemarían el local, exigirían la
devolución de su dinero y los organizadores serían
afortunados de no terminar sin un rasguño o un hueso roto.
A quienes nos consideramos heterosexuales nos alegra el día
el ver a una bella mujer luciendo con orgullo sus piernas:
está en nuestros genes, en nuestro instinto; nuestra
reacción de admiración cuando vemos desfilar tanta belleza
nada tiene qué ver con querer abusar de ellas ni de querer
buscarlas desesperadamente para invitarles una copita y de
ahí llevarlas a un sitio más íntimo.
El rating para Miss América este año se va a
derrumbar, con enormes pérdidas para los publicistas que se
arriesguen a patrocinar el evento. Ahí está el caso de
Playboy, que optó por
eliminar los desnudos y el número de anunciantes y
compradores de la revista se derrumbó por lo que tuvieron
que dar marcha atrás. Una consecuencia es que hoy esa
publicación se encuentra en terapia intensiva.
O como alguien decía por ahí: que entonces la ceremonia de
Miss America sea transmitida solo por radio. Digo, si se
querer quitarnos la tentación se trata...
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