Otros textos de
Internacional
Ni "bloqueo", ni pandemia ni mala suerte:
el culpable es el castrocomunismo
Los demócratas y su prensa lamebotas de
repente caen en cuenta;
sí
surgió en un laboratorio
La noche demócrata en que Chicago
murió
¿Desde cuándo el beisbol y las gaseosas son
garantes democráticos? ¿Por Dios!
Peor que Gatell en México: el doctor Fauci
Andrew Cuomo: inepto, corrupto y desalmado...
pero la culpa es de Trump
Archivo
|
INTERNACIONAL
La peligrosa hipocresía de la "Teoría Crítica de
la Raza"
Sus
admiradores prenden incienso a este profesor universitario quien
propone aislar como un bacilo a los blancos para luego
neutralizarlos. Si peligrosa teoría hoy es impartida "a chaleco" en
instituciones escolares y, más aberrante aún, en las empresas más
importantes de Estados Unidos. Y aunque ya ha habido protestas en
contra de esta "idea", su avance es innegable y sigue forrando de
dólares a este sujeto quien, de todos modos, insiste en que ese país
vive como en tiempos de la esclavitud
Versión impresión
AGOSTO,
2021. Desde la muerte de George Floyd a manos de un idiota con
uniforme de policía, los Estados Unidos han entrado de lleno a un
episodio, por supuesto, de muy mal gusto, de la serie La
Dimensión Desconocida. Y su hubiera que citar a uno de sus
principales guionistas, necesariamente debemos referirnos a Ibram X.
Kendi (en la foto) a quien sus fanáticos y seguidores incluso ya lo
han postulado para el Nóbel de la Paz (y dada la espiral de locura
en que ha caído este mundo, es posible que se lo otorguen).
Al tiempo que las escuelas norteamericanas y hasta los centros de
trabajo se están convirtiendo en virtuales centros de
adoctrinamiento, Kendi ha adquirido mayor notoriedad, con su "obra",
por decirlo de algún modo, como la nueva "biblia" del progresismo de
ese país... o más bien, comunismo esta vez arropado con el combate
al racismo, no mediante las ideas de Luther King sino de cientos de
miles de activistas que buscan destruir a los Estados Unidos como
los conocemos, para convertirlos en una versión
totalitaria-corporativista al mejor estilo de la República Popular
de China.
Kendi ha adquirido fama incluso mundial gracias a la llamada "Teoría
Crítica de la Raza" (Critical Race Theory, o CRT) la cual
establece que el primer paso para combatir el racismo es, bueno,
aislar a todo aquel que tenga la piel blanca como si fuera un bacilo
para luego someterlo a un tratamiento que le extirpe todo su pasado
esclavista de su mente, se acepte a sí mismo como un racista y
eventualmente sea obligado a "indemnizar" a los negros
norteamericanos por los deleznables actos cometidos por sus
ancestros cuya memoria ya se perdió en la historia.
Es una teoría claramente absurda y distorsionada pero los seguidores
de la TRC se la toman muy en serio: todos los norteamericanos de
ancestros blanco europeo son intrínsecamente racistas, aunque ellos
no lo sean; lo que sucede en que sus genes llevan la consigna de ver
como inferiores a quienes tienen un color de piel distinto, un gen
ominoso dispuesto a activarse ante la menor provocación. "Quien nace
blanco, nace racista", ha dicho Kendi en varias de sus conferencias.
ESCUCHE
AQUI
NUESTROS PODCASTS FASENLINEA
Para el efecto, añaden los acólitos de
Kendi, es imperativo organizar "mesas de discusión" a las que los
blancos deben ser obligados a asistir para que "expíen" sus culpas y
"rompan el ciclo" de racismo que llevan en la sangre. "Donde hay
disparidades hay racismo", ha dicho igualmente este neogurú al que
The New York Times no ha dudado en llamar "la conciencia
crítica para que los Estados Unidos ya no caigan nunca más en las
políticas de racismo y de segregación", como si no existieran hoy
leyes que penalizan el racismo y la discriminación, así como la
aprobación de incontables enmiendas constitucionales para erradicar
esos prejuicios.
Desde la muerte de George Floyd, y
en vez de
investigar porqué un racista como el agente Derek
Chauvin ingresó al Departamento de Policía de Minneapolis --ciudad
gobernada por los demócratas desde 1962-- y se mantuvo ahí por más
de dos décadas, la izquierda norteamericana sacó del semiolvido el
libro Stomped From the Beginning (Pisoteado Desde el Comienzo),
el primer mamotreto que Kendi puso a la venta. Asimismo y en vez de
investigar las verdaderas razones que llevaron al arresto de Floyd,
estos activistas encendieron incienso al segundo libro de Kendi,
llamado Cómo Ser un Antirracista, libro que apareció con un
envidiable timing. A partir de ese momento el libraco se
convirtió en un éxito de ventas y fue recomendado con demedidas loas
por todos los medios, desde el TIME hasta la otrora confiable
guía Publisher's Weekly. A principios de año el libro comenzó
a ser distribuido tanto en escuelas públicas y agencias de gobierno
como en círculos de profesionistas, todos ellos en busca de
respuestas sobre lo que estaba sucediendo en el país.
Desafortunadamente, todos acudieron a una fuente más que ominosa que
en realidad esconde el odio entre razas cuyo objetivo es despedazar
aun más el tejido social de la sociedad norteamericana.
Nacido con el nombre de Ibram Henry Rogers, Kendi se autoasume como
un "subversivo radical", factor que no le ha impedido recibir
aplausos y su obra adoptada por monstruos corporativistas como
Coca-Cola, Good Year Oxxo y la cadena Starbucks, las cuales han
impartido a su personal "sesiones de teoría crítica de la raza" a
las que deben acudir, sobre todo si son blancos, so pena de ser
despedidos.
No deja de ser paradójico que este sujeto, quien no duda en poner en
el mismo casillero al capitalismo y al racismo, sea hoy el
consentido de publicaciones especializadas en finanzas como
Forbes y BusinessWeek. Más aún, desde la llegada de Joe
Biden a la presidencia, la CRT se ha colado a las instituciones
gubernamentales y a los planteles públicos, incluido el kínder.
Dentro de la CIA, el FBI y las Fuerzas Armadas se han estado
impartiendo "cursos" donde los la población blanca es satanizada y
las demás etnias, en especial de origen afroamericano, son ubicadas
como víctimas históricas del éxito que han representado los Estados
Unidos.
Para Kendi todo es racismo: según él, éste puede detectarse en el
modo en que se califica a los alumnos en las escuelas, la
impartición de justicia en las cortes, la adquisición de un crédito
bancario, las sentencias a los reos y la selección de personal. Todo
esto debe ser rectificado utilizando lo que claramente es un
oxymoron y que Kiden denomina "discriminación antirracista" y sus
principales conceptos.
Y no importa que esa persona blanca hoy esté casada con alguien de
una etnia distinta y tenga descendencia con esa persona. Por lo
visto, y como ha dicho el brillante crítico Kyle Smith, "la única
manera en que un blanco deje atrás su pasado racista desde la óptica
de Kendi, es que se convierta al progresismo más abyecto".
Quizá esa sea la razón por la cual el principal sindicato de
maestros de Estados Unidos --el equivalente en México al SNTE--
advirtió que "apoyará y defenderá" a todos los profesores que se
obstinen en enseñar la "Teoría Crítica de la Raza" en las aulas: la
mayoría de sus altas autoridades, junto con los directores de los
principales periódicos, los dueños de las grandes televisoras, de
los estudios de Hollywood, los equipos deportivos y megaempresas son
abrumadoramente de raza blanca.
"Ese es la máxima paradoja (algunos le llamarían estupidez) de la
Teoría Racial Crítiica y de Kendi mismo: que entre sus principales
promotores dentro del mundo de los negocios, la enseñanza y el
entretenimiento no aparece ningún afroamericano", señala Kyle.
Razón de más para insistir en que la CRT tiene más motivos políticos
que otra cosa. Como ejemplo, otra de las autoras "antirracismo" más
populares es Robin J. Di Angelo, quien recientememne publicó un
libro llamado White Fragility (Fragilidad Blanca), cuyos
conceptos, apunta el vloguero Shapiro, "si fueran dirigidos a otrp
grupo racial, serían prohibidos de inmediato para su venta en Amazon,
pero ahí siguen".. Pero ningún admirador de la TCR se ha preguntado
cómo alguien de piel blanca y origen europeo--es decir, de la región
donde provienen los explotadores de este mundo, según ellos-- esté
pontificando contra el racismo blanco en los Estados Unidos. (¿no
habíamos quedado que nadie tiene derecho a opinar si no es través de
su propia experiencia racial?)
Otro punto es cómo una teoría que supuestamente tiene como objetivo
erradicar el racismo es racista en grado superlativo. Shapiro
resalta que, más que integracionista, la TCR "promueve el
segregacionismo en el entendido que la población blanca es racista
solo por el color de su piel. Si equiparamos los lineamientos de
esta teoría hacia cualquier otra etnia, las acusaciones de aberrante
racismo serían obvias e inevitables".
Sin embargo, los promotores de la TRC han encontrado inesperada
oposición por parte de muchos padres de familia, preocupados por un
discurso que abiertamente promueve el odio racial. "Un día llega mi
hija y dice estar avergonzada de ser blanca y de que sus amigos sean
blancos", dijo una mujer entrevistada por el diario The New York
Post. "¡Mi hija tiene apenas ocho años de edad, cómo es posible
que le estén enseñando esas cosas en la escuela!" Peor aún, agregó
la mujer, "su maestro le pidió que no mencionar a sus padres que
había recibido esa sesión de teoría crítica de la raza".
La ofensiva ha logrado detener la propagación de la nociva teoría en
estados como Texas y Florida mientras en otros estados los padres
han decidido sacar a sus hijos de los planteles donde se les están
enseñando cosas, dijo la entrevistada por The New York Post,
"que nada tienen qué ver con los valores de Estados Unidos".
"Precisamente ese el punto", refirió el comentarista Bill Whittle en
uno de sus videos. "La teoría crítica de la raza busca resolver
problemas que no existen o que ya quedaron atrás, todo con el
objetivo de dividir radicalmente a este país luego que la izquierda
no ha podido lograrlo por otros medios".
Kendi no oculta este hecho, antes bien se enorgullece de ello: "El
único remedio ante la discriminación pasada es la discriminación
presente", un argumento que emana absoluta estulticia, equivalente a
asumir que el único remedio para combatir una gripe pasada es que
vuelvas a tener gripe de nuevo.
Textos relacionados
¿Qué demonios pasa con Estados
Unidos? Un análisis [Septiembre, 2020]
¿Desea opinar sobre este texto?
[email protected]
[email protected]
0
opiniones |