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Joe Biden, apenas medio año en la Casa Blanca y Estados Unidos ya va en caída libre

El espantoso ridículo en Afganistán quizá sea apenas la puntilla de los desastres que se avizoran sobre Estados Unidos con un presidente que, en su afán por deshacer todo lo que hizo Trump, está sumiendo a ese país en un hoyo de negros augurios donde, para colmo, si Biden sale de escena llegará a la presidencia Kamala Harris, una posibilidad que provoca escalofríos. Y es un gobierno que todavía no llega a su primer año

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AGOSTO, 2021. Sabemos que una de las frases que más escozor provoca al escucharla es "te lo dije", pero ni hablar. Solamente el odio patológico a Donald Trump y un desprecio igualmente enfermizo a la verdad, así como el silencio de los medios, pueden llevar a alguien a pensar, en México y en el resto del mundo, que Joe Biden está haciendo un buen trabajo como presidente.

Incluso The New York Times, periódico cuya sumisión a los demócratas habría sonrojado al Pravda en tiempos de la Unión Soviética, reconoció en su primera plana del domingo 15 de julio la ausencia de liderazgo en la Casa Blanca. Más aún, la cadena CNN, igualmente sumisa y vergonzante, ha calificado como "error" el que Biden haya ordenado el retiro de las tropas de Afganistán, lo cual ha permitido que los talibán --que no talibanes, dado que talibán es el plural de talib, "buscador de sabiduría"-- hayan tomado la capital Kabul en cuestión de horas, prácticamente sin encontrar resistencia.

No es todo, por supuesto: el diario británico Daily Mail, que hace el trabajo que evitan los medios estadounidenses, publicó una nota donde señala Hunter Biden, auténtico parásito donde los haya, "perdió" otra laptop que le fue robada por una prostituta rusa. La nota, que fue luego reproducida por el New York Post, incluye un audio donde Hunter afirma que, el disco duro "videos sexuales míos comprometedores" y expresa su "preocupación" dado que en ese momento Papa Joe buscaba la presidencia.

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Y quizá pensando que la mayoría de los norteamericanos son idiotas, el Washington Post afirmó recientemente en una nota que "las fallas" del gobierno de Biden al final "podrían ser una cosa buena", del mismo modo que el pasado mayo el diario enfatizó que la inflación "no era tan mala" y que, lo máximo, "será un fenómeno temporal". (Sí, claro: lo mismo se nos dijo en México en 1973, hace 48 años, y así seguimos).

Cuando los talibán se abalanzaron sobre las principales poblaciones afganas, Biden ordenó el regreso de los efectivos para "asegurar" la salida segura del personal diplomático, situación que aparentemente los cerebros del Departamento de Estado no habían previsto. Y como cerecita en este pastel de vergüenzas, tanto Biden como su esposa, la "doctora" Jill Biden, se fueron a "descansar" a Camp David mientras Afganistán caía en poder de este grupo terrorista que, durante los años de Donald Trump, se encontraba neutralizado.

Pero ante la invasión talibán a Kabul y otras poblaciones ¿dónde está la indignación de las feministas? La página web del movimiento talibán presenta entre sus "postulados" evitar que las mujeres dejen de asistir a la escuela y prohibirles trabajar para que se dediquen "de tiempo completo" a sus maridos. ¿Por que esta actitud, que el feminismo denuncia como "machismo", no parece preocuparles pese a que se avizora una sentencia de muerte hacia las mujeres afganas que se opongan?

Se esperaba que el caos provocado por las políticas de Joe Biden tomaría tiempo, pero por lo visto el mandatario tiene prisa por enviar al carajo al país. Y por supuesto que hay más: en el "paquete!" aprobado recientemente por el Congreso para otorgar "ayudas" y "estímulos", se enfatiza que como receptores de estos recursos tendrán como "prioridad" las minorías raciales y la población blanca, si mucho, les tocarán las sobras, algo escandalosamente anticonstitucional dado que el gasto social no contempla preferencia alguna por el color de piel de los beneficiarios.

El caos no termina ahí, por supuesto: luego de desconocer el acuerdo que se tenía con los constructores del muro que separa a México de Estados Unidos, la frontera se salió de control al punto que el secretario de Seguridad Interna, Alejandro Mayorkas, reconoció que "si nuestra frontera es nuestra primera línea de defensa, vamos a perder, no podemos continuar así, nuestro sistema no podrá soportarlo", un audio que contrasta con las declaraciones públicas del funcionario en el sentido de que "todo está bajo control". Sin embargo, y eso queda totalmente claro, luego de echar atrás las medidas de Trump, sencillamente se carece de estrategia.

Una encuesta reciente del Pew Research Center señala que la popularidad del presidente "descendió" a un 50 por ciento, cifra que la mayoría de los norteamericanos simplemente no cree. "Sin estar empapado en los métodos y estadísticas para realizar estos sondeos, no me parece que estén reflejando la realidad", agregó el analista Bonigno. "Muchos encuestados prefieren no decir lo que realmente piensan ante el temor de ser estigmatizados. (Esa encuesta se realizó antes del ridículo en Afganistán por lo que inevitablemente sus niveles de popularidad hoy deben haber descendido aún más).

Pero lo innegable es que hay una parte que, entre ilusa y con escaso cacumen político, sí votó por Biden sin pensar en las consecuencias. "Nadie en este país puede decir que no se le advirtió acerca de Joe Biden", señaló recientemente el analista Bonigno. "Lo que pasa es que el desastre está sucediendo tan rápidamente que millones de personas apenas y lo pueden asimilar".

Y es que, como lo refirió el vloguero y analista Ben Shapiro, "los medios pueden distorsionar la realidad, pero al final la realidad termina imponiéndose", y agregó en un reciente programa: "Tu le puedes decir a la gente que con Biden todo va, que solo están ocurriendo maravillas pero ves que los precios suben, que tu libertad de pensamiento está amenazada y que hoy te sientes más inseguro en las calles pese a que te machacan sin cesar la idea de que si dejamos de financiar a la policía tendremos una mejor sociedad. Ningún norteamericano con sentido común ve reflejada en su vida diaria las mentiras de los grandes medios".

Pero para millones de estadounidenses, miles de ellos simpatizantes demócratas, lo que viene detrás de Joe Biden, es decir, Kamala Harris, amenaza con ser mucho peor que un presente que ya se antoja ominoso.

"Nadie olvida que (Kamala) quedó en penúltimo lugar entre los candidatos por la presidencia el año pasado, apenas abajo de Michael Bloomberg", señala el analista Bonigno. "Por más que se hagan documentales que la ensalzan hasta los cielos, que haya aparecido en las portadas de las revistas más importantes, que se le quiera presentar como una campeona del feminismo, algo de lo que no existe una sola evidencia, la gente tiembla ante la posibilidad que Kamala Harris remplace a Joe Biden en la presidencia, y peor aún, que lo haga sin haberse sometido a un proceso de votación".

La monumental pifia en Afganistán ha logrado que algunos medios ¡por fin! comiencen a ser críticos del presidente. El influyente The Wall Street Journal rechazó abiertamente el infantil intento de la Casa Blanca para culpar "a mi antecesor" --es decir, Trump-- de la debacle que se dio cuando Biden ordenó el retiro de las tropas pese a que dos semanas atrás aseguró que "el ejército afgano ha sido debidamente entrenado para hacer frente al talibán": "Responsabilizar a Trump equivale a que Churhill hubiera culpado al ex primer ministro Neville Chamberlain por lo ocurrido en Dunkerke", escribió ese diario. Simplemente no fue Trump, sino Biden, quien ordenó el retiro.

Inflación amenazante, gasolina carísima --todavía en enero, en los últimos días de Trump, el galón costaba 2.30 dólares; hoy ronda los 3.40-- educación transformada en sesiones de adoctrinamiento que también ya se imparte en cientos de empresas así como políticos corruptos que mienten sin que nadie les exija cuentas... todo esto son constantes en el gobierno de Joe Biden, algo que refrenda lo que dijo Obama, una de las pocas veces en que habló con la verdad: "Nunca subestimen la capacidad de Barack Obama para joderlo todo".

Y solo van siete meses, es decir, apenas es el comienzo de lo que le espera a Estados Unidos.

 

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