NOVIEMBRE, 2006. ¿Qué más se
puede agregar? Tal vez que, al enterarse de su contratación, Ian Fleming
no estaba muy convencido, pues Connery usaba peluquín ya que sufría
calvicie prematura. Fleming falleció en 1965 cuando James Bond ya había
alcanzado el reconocimiento mundial, pero, según varios amigos del autor,
"Ian nunca quedó muy convencido de que Connery personificara a Bond
en la pantalla".
Vaya ironías. Connery es uno de los
mejores actores que nos dio el siglo XX y, para una abrumadora mayoría,
el mejor Bond que ha habido.
Entre muchas razones para que se le
considere el mejor Bond, destaca el que Connery le dio una personalidad inimaginable para todos aquellos que hayan leído los libros de
Fleming, donde el espía es un tipo frío, adicto a pegarle tundas a las
mujeres, altanero y quien sufre enormes remordimientos tras matar a un
enemigo. Y si bien el Bond de Connery llegó a abofetear, y aun dar cariñosas
nalgaditas a una masajista --escena que suele provocar retortijones a las
feministas-- nunca deja de ser un caballero. Los actores que
posteriormente personificaron a Bond hicieron lo propio como parte del
rol, algo que Connery ha había instituido anteriormente.
"Lo que hace tan irresistible a
Connery como Bond es que en ningún momento le hace perder su Englishmanship
(algo así como "angloidentidad"), escribió Danny Biederman, un
experto en todo lo relacionado con el 007 y autor de un documental sobre
la cinta Diamonds are Forever. "No viste de traje, de bombín
ni lleva bastón, pero lo menos que esperamos de este Bond es que jamás
pierda ni su flema ni compostura, y que tras una pelea la remate con una
frase que lo hace ser nuevamente dueño de la situación".
Por supuesto que la ironía aquí se
encuentra en que, como escocés nacionalista, Connery es en la vida real
menos inglés de lo que representó en la pantalla: es conocido su apoyo a
las causas independendistas de la región que lo vio nacer, simpatías que
no caen muy bien en el Palacio de Buckingham. Pero bueno, el James Bond de
Fleming también era escocés.
Durante la última incursión de
Connery como el célebre espía en Never Say never Again --cinta
"espuria" que compitió directamente con el estreno de For Your
Eyes Only, con el "legítimo" Bond, nos mostró, así fuera por
última vez, al James Bond que el público adoraba, y recordaba. Los
esfuerzos de Roger Moore jamás serán menospreciados, por supuesto. Pero
Sean Connery seguía siendo el dueño del rol, aun si ya no lo
interpretara.