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Literatura/Libros
Elvis and Me de Priscilla
Presley, memorias tras el trono
Pocas personas conocieron tanto a Elvis Presley en sus momentos de fama y decadencia como Priscilla
Beaulieu, a quien conoció en Alemania cuando ella tenía apenas 13 años. Una biografía completa, sin escandalera e íntima, un relato de lo que ocurría bajo el escenario
ABRIL, 2009. Algún crítico musical llegó a llamar a Priscilla Presley "la
Yoko Ono de Elvis", esto debido a su relación de pareja que se prolongó por dos décadas. Por el contrario, fue ella la que tuvo que amoldarse al hecho de ser novia de un cantante que en vida ya caminaba sobre el piso de leyenda. Y también por esa cercanía quizá no haya voz más autorizada para ofrecernos un perfil exacto del llamado Rey del Rock and Roll, una descripción que va más allá de los trajes de lentejuelas, las patillas largas y los anteojos de sol de un Elvis en decadencia y que se detestaba a sí mismo.
Detrás de esa figura intocable, nos reitera la autora, existía un ser humano abrumado por la fama, las obligaciones
contractuales y su preocupación por no ser un padre perfecto para su hija Lisa Marie. Fue también un hombre generoso, siempre consciente de haber nacido en la pobreza del Medio Oeste norteamericano en plena Depresión, aunque su generosidad fue aprovechada por esos "amigos" a quienes prestó dinero y que nunca regresaron o, peor aún, escribe Priscilla, "se dedicaron a lucrar desvergonzadamente con la figura de Elvis".
Elvis and Me rompe muchos clichés en torno a quien es considerado el mejor intérprete de rock and roll de la historia del mismo modo en que destaca muchas contradicciones del cantante: odiado por las buenas conciencias fue siempre un buen hijo que jamás desobedeció a Vernon, su padre; fue acusado por infinidad de ministros y predicadores de "amenazar a la religión" pero grabó excelentes discos de góspel, y por más que quiso convertirse en un actor serio nunca pudo lograrlo; este fue un hombre mucho más complejo de lo que se piensa en la superficie.
Priscilla Beaulieu vivía en Alemania cuando conoció a Elvis, en 1957, cuando éste fue allá a cumplir su servicio militar. Era hija de un sargento del ejército quien la adoptó como suya cuando su padre falleció en combate en el Pacífico (su madre entonces estaba embarazada de meses). Era apenas una chiquilla de 13 años cuando el cantante se fija en ella, situación que naturalmente escandaliza a la familia Beaulieu, en especial a su Paul, su padre, a quien nunca le intimidó su
abrumadora fama: "Tu puedes conseguir cualquier chica que quieras con solo un chasquido de dedos ¿por qué te entonces te interesa mi hija?", llegó a preguntarle. Cuando Elvis regresa a Estados Unidos no tarda en invitarla a que lo visite, acompañada, claro.
Los viajes serían más frecuentes, primero en California, luego en la
Mansión Graceland, una finca a las afueras de Memphis que Elvis redecora a su gusto; le pone caballerizas y hasta un pequeño aeropuerto. Cuando
ella cumple 18 años Elvis se le declara formalmente pero evita tener relaciones con ella pese a que, escribe Priscilla, "lo deseaba vehementemente". Sin embargo es un noviazgo cuya devoción solamente dura mientras él se encuentra cerca de manera que ella no se espanta al descubrir que en cada gira, como decía papá Beaulieu, con un chasquido de dedos él puede conseguir a la mujer que quiera, entre ellas Ann Margret, a quien Elvis conoce cuando filman
Viva Las Vegas en 1963.
Finalmente y una década después de conocerse, Elvis y Priscilla se casan en 1967, una boda efectuada en Las Vegas que se difundió mundialmente y que rejuveneció los ánimos del cantante para recuperar su sitio: menos de dos años después regresaría al número uno de
Billboard con "Suspicious Minds". Pero al nacimiento de Lisa Marie, la única hija de ambos, marcaría el inicio de su separación, quizá de modo inconsciente: para Elvis una mujer que daba a luz dejaba de representarle un interés sexual --quizá por ello esperó tanto para tener descendencia con Priscilla.--, un factor que, junto con muchos otros, dio por concluida su relación en 1973. Sin embargo no dejaron de frecuentarse, tanto así que la autora conoció a varias de las novias del cantante, entre ellas Jean, con quien Elvis pasó la última noche de su vida.
Luego de la muerte vendría la leyenda, un hecho que la autora ha tratado de asimilar de diversas formas. Una de ellas fue abrir al público la Mansión
Graceland, que desde entonces recibe anualmente más visitantes luego de la Casa Blanca, otra más fue entrar a la Cienciología a consejo de su amiga, la actriz Christie
Alley, y de ahí se llevaría a su hija Lisa Marie, quien luego conocería y se casaría brevemente con Michael
Jackson, también autonombrado "rey".
¿Es ésta la biografía más completa de Elvis Presley? Independientemente que esa no era la intención de Priscilla
Presley, lo que aquí tenemos es un acercamiento con alguien que, aislado de esa fama que él disfrutaba aunque también lo
asfixiaba, fue un ser humano con excepcional fortuna que al final no pudo superar el haber estado lejos de
Gladys, su madre, cuando ésta falleció en 1958. "No me critiques ai antes no has estado en mis zapatos", es la frase con que abre Elvis and Me. Ello resumiría lo que Priscilla Beaulieu nos presenta en este libro que podríamos llamar una biografía compartida.
Elvis
and Me
Priscilla Presley con Sandra Harmon
Berkley Books 1986
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