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El asombroso (y repugnante) mutis de la prensa ante el Herodes de Filadelfia

El juicio contra alguien que realizaba abortos en Filadelfia podría resultar en el peor asesino serial en la historia de Estados Unidos y sin embargo los medios más importantes de ese país no han difundido una sola nota al respecto, todo por una agenda progresista donde la vida humana importa menos que un cacahuate

ABRIL, 2013. Quien sintonice los canales de noticias norteamericanos se enterará, hasta el último detalle, del vestido que lució Michelle Obama en su última aparición en público, encontrará un programa donde un grupo de panelistas discuten el macartismo, obra de un hombre que falleció hace 55 años, verá a una mujer que tiene un programa en horario estelar en CNBC decir que "los hijos no pertenecen a sus padres sino a la sociedad" y verá cómo actores de Hollywood que participan en películas sumamente violentas piden que se regule la venta de armas. También presenciará documentales de los asesinos en serie como Jeffrey Dammer, quien mató a 17 niños. Y por supuesto, se topará con un programa que recuerde el bombazo en Oklahoma realizado por --algo que se remarcará-- un "supremacista blanco" llamado Timothy McVeigh a quien, por cierto, le fue aplicada la pena de muerte.

Pero puede usted "surfear" por horas en los canales de TV, u hojear las páginas de los principales periódicos y no encontrará una sola referencia a Kermit Gosnell. De hecho, para muchos lectores de habla hispana que saben hasta el día y hora en que Kim Kardashian supo de su embarazo, información cortesía de las grandes agencias noticiosas, será la primera vez que escuchen este nombre.

Salvo una pequeña nota en el USA Today (y escondida entre el aval de links), una columnista se pregunta, indignada "el por qué de ese silencio" ante el juicio de Gosnell por parte de las cadenas de TV y la gran prensa. De hecho, de no ser por redes sociales como Twitter, pocos sabrían quién es Kermit Gosnell y porqué los editores de esos medios, coloquialmente se han "hecho pendejos" en vez de reportar lo cometido por ese sujeto.

Kermit Kosnell es un médico que por años manejó una clínica de abortos en Filadelfia. En el 2011 fue arrestado ante la acusación de haber asesinado a 7 bebés a los que había sacado del útero en etapas avanzadas del embarazo. El juicio comenzó el pasado 10 de abril. La parte acusadora recopiló información y al visitar la clínica se topó con una imagen nauseabunda: decenas de frascos con fetos, refrigeradores repletos con pequeñas extremidades, sábanas llenas de sangre, congeladores con pies y brazos así como médulas espinales cortadas de los bebés a los cuales, según un testimonio, Kosnell "mataba incrustándoles unas tijeras en la médula". Hasta el momento se han contabilizado más de 300 cuerpos en la clínica de este monstruo al que, inexplicablemente, la prensa norteamericana sigue fingiendo que no existe.

Bueno, más bien es bastante explicable. En momentos en que la legalización del aborto sigue siendo tema candente y al cual varios estados de niegan a aprobar, las evidencias de quien en twitter ya es llamado "el Herodes de Filadelfia" resultarían demoledoras para los promotores del aborto, acto que en Estados Unidos recibe el ridículo eufemismo de "choice" (opción) para que no suene tan feo. Las monstruosidades cometidas por Kosnell no son parte de la "agenda" de The New York Times, el Washington Post, ABC, CBS, MSNBC o la Associated Press, las cuales han preferido seguir cubriendo idioteces como que Justin Bieber besó a un maniquí o si Sasquatch realmente existe, noticia que The Philadelphia Inquirer, ciudad donde "laboraba" Kesnell, publicó recientemente en primera plana.

De acuerdo con la información publicada en el sitio español libertaddigital.com (¡hasta dónde hay que buscar esa información de un país con el que México hace frontera!), la clínica de Kosnell había estado "en funciones" desde los 90. Los testimonios son aterradores, y más lo son algunas fotos entregadas al jurado, las cuales publica el sitio pero que nos abstuvimos de reproducir aquí, por el horror que conllevan aunque están disponibles en esa página.

Un testimonio fue el de Robyn Reid, quien quedó embarazada a los 15 años. Su abuela la obligó a ir a la clínica aunque ella no quería abortar. Le confesó su deseo a Gosnell y éste, sorpresivamente, le dijo "no tengo tiempo para estas cosas", la desnudó, la sedó y la ató a una camilla

Otro testimonio fue el de Davida Johnson, una adolescente que pese a arrepentirse de abortar fue sedada y cuando despertó el producto ya le había sido retirado del útero. "Las manchas de sangre estaban por doquier, el lugar estaba muy sucio y el material quirúrgico claramente no había sido esterilizado", dijo Johnson, por entonces una adolescente.

Un ex empleado del monstruo refirió que Kosnell les enseñó a "usar las tijeras" para romper la médula espinal de los fetos, muchos de los cuales aún se movían a poco de ser extraídos de sus madres. "Háganlo bien, deben matarlos a la primera", fue el "consejo" que Kosnell daba a sus empleados.

Verdaderas historias de horror. Pero para los grandes medios es mucho más importante festejar el buen gusto de la señora Obama para escoger sus vestidos de gala o Sarah Palin, derrotada hace ya cuatro años, que aún sigue siendo ridiculizada por la prensa. ¿Pero la brutalidad de alguien que deja como principiante a Joseph Mengele en comparación? Ahí se opta por un silencio tan increíble como asqueroso.

Paradójicamente, estos medios son los mismos que se oponen a la pena de muerte --aunque en el caso de McVeigh no les preocupó gran cosa-- y los que piden que se respeten los "derechos humanos" de basura como  Jim Holmes, el sicópata que mató a 16 personas que asistían a un cine el pasado agosto en Colorado. Los medios exigen un "juicio justo" a los terroristas talibán en Guantánamo pero guardan silencio en torno a unos bebés que fueron asesinados sin que jamás se les proveyera de un abogado defensor, víctimas inocentes de crímenes que en nada se diferencian a los cometidos por los nazis.

¿No es este asunto, el sadismo, la nula higiene y la brutalidad con que se practican abortos en Estados Unidos, un tema para que Michael Moore abordara en su próxima película?

Naturalmente que si el monstruo de Filadelfia hubiera tenido una cruz colgando en su consultorio o una de las chicas que abortó fue porque el padre de la criatura era un sacerdote, en este momento la prensa norteamericana estaría volcada en el asunto las 24 horas, y no precisamente para denunciar los abortos realizados a bebés que se encontraban, muchos de ellos, en su último periodo de gestación.

El afán por hacer avanzar la "agenda" progresista en Estados Unidos está haciendo que muchos periodistas se traguen su sensibilidad y sus convicciones, bueno, en caso que las tengan, y se queden callados ante el juicio de este Herodes del siglo XXI. Por el momento, algo es seguro: Kermit Kosnell (¡paradoja mayúscula: su primer nombre es René, el mismo de la rana del show infantil de los Muppets!) ya tiene ganado su pase al infierno donde, si existe eso llamado karma, no tardará en alcanzarlo.

 

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2 Comentarios

rosaperezmartinez escribe 17.04.13

Me temo que los atentados en Boston le caerán de perlas a los medios para olvidarse completamente de este herodes de la era moderna y si antes no les importaba el tema ahora menos, y cada vez que la opinión pública los presione responderán que los atentados son el tema del momento, Mientras tanto mis oraciones están con esos angelitos que fueron masacrados por este desgraciado sin alma

felipillovox escribe 16.04.13 escribe

Los medios gringos se pueden hacer mensos en torno a este monstruo mataniños inocentes pero este infeliz desgraciado no podrá escapar a la justicia divina, le espera una de las calderas más calientes del infierno

 

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