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LITERATURA

De nuevo, Hollywood intentará tergiversar a Animal Farm

Dado que muchos piensan hoy que Big Brother es un reality-show, se prepara una película sobre la segunda novela más importante de George Orwell aunque ya se advirtió que habrá algunas modificaciones. No se requiere de mucha imaginación para adivinar cuáles serán esos cambios

ENERO. 2014. A la hora de abordar la etapa soviética, Hollywood le sigue jugando al tonto. Cierto, hemos visto películas donde Stalin es retratado como un monstruo --recomendamos una protagonizada por Robert Duvall, donde los jerarcas del soviet aparecen compitiendo en flatulencias-- pero en todo caso se retrata a Stalin como un caso aislado y en ningún momento como el resultado de un sistema político diseñado específicamente para crear tiranos.

En el caso de George Orwell, Hollywood ha mostrado un olímpico desprecio. En 1984 y para aprovechar la fecha, se estrenó la inmortal novela con ese nombre, protagonizada por William Hurt y con música de Euryhtmics. Pero fue una película inglesa y, en todo caso, el Hermano Mayor se parecía más a Hitler que a Stalin.

Otra novela indispensable de Orwell es Animal Farm, publicada por primera vez en 1945. Es una fábula donde el autor previene sobre la falsa promesa del comunismo soviético con la frase que ahí "todos los animales son iguales pero unos son más iguales que otros" y refiere una rebelión contra Mr. Jones, el dueño de la granja, a quien los animales acusan de explotador al que terminan derrocando por lo su perímetro pasa a ser un territorio de igualdad donde cada quien recibirá su recompensa de acuerdo a sus necesidades.

El poder en la granja es asumido por el cerdo Napoleón y por Snowball, quien había luchado a su lado. Pero debido a disputas internas Snowball es expulsado de la granja y pasa de ser de héroe a un personaje reprochable y un títere de los granjeros vecinos, pretexto ideal para que Napoleón siga oprimiendo a los demás animales. No se requería de mucho seso para concluir que Napoleón era Stalin y Snowball era Trostky. Orwell nunca ocultó esta similitud, y de hecho la sostenía.

Animal Farm ha sido llevada un par de veces al cine, siempre disminuyendo o relativizando la figura del protagonista en la vida real; incluso en una de esas versiones, "Napoleón" es, faltaba más, una alusión clara a Hitler. Hay que recalvar que en todos esos casos se trató de producciones británicas.

Los estudios han enarbolado sus razones. El ya fallecido Jack Warner, por entonces presidente de Warner, dijo que la viuda de Orwell se mostraba reacia a ceder los derechos fílmicos tanto de 1984 como de Animal Farm. Para la dama, ambas obras tenían un valor eminentemente lierario, y según escribió Christopher Hitchens, ella temía, con justa razón, que ocurriría una tergiversación de su contenido al ser llevadas al cine hollywoodense.

La viuda de Orwell falleció en 1986 y por fin, casi tres décadas después, Animal Farm será estrenada dentro de unas semanas. Pero los temores de la señora Orwell están a punto de confirmarse. ¿A quién representará Napoleón? Dejemos que Andy Serkis, quien será el director de la cinta, nos dé la respuesta:

"En primer lugar, no estamos filmando una película sobre el comunismo o el estalinismo porque si Orwell estuviera escribiendo la historia actualmente hablaría de otros temas relevantes como la globalización y la avaricia de los corporativos internacionales".

¿Napoleón, un ente corporativo? ¿Una "adaptación" porque las nuevas generaciones ni idea tienen de quién fue José Stalin o los horrores del comunismo? ¿Orwell, un crítico acérrimo de las multinacionales?

Si ese criterio se aplicara en términos generales: ¿por qué entonces se siguen filmando películas sobre el senador McCarthy dado que abundan personajes más actuales? ¿Qué caso tiene filmar otra película sobre los nazis si ya no es un tema relevante dado que todo ocurrió hace siete décadas? ¿Por qué mejor no poner Animal Farm en el contexto de los hermanos Castro, un par bastante bien conocido por los jóvenes del mundo?

A menos que Serkis sea un médium y se comunique con los muertos, es imposible saber lo que Orwell opinaría del entorno político mundial. Suponer que sería un crítico acérrimo del capitalismo salvaje suena más a eso que los norteamericanos llaman wishful thinking. Antes y durante la segunda guerra mundial, Orwell fue un crítico feroz del nazismo y luego, al regresar de Cataluña donde se ofreció como voluntario republicano, atacó con dureza a lo que entonces se veía como "la esperanza soviética".

En realidad, consignó Hitchens, para George Orwell el estalinismo y el nazismo eran dos rostros de un mismo ente, "pero mientras el primero enfatizaba la superioridad de la raza aria sobre las demás, el segundo establecía la superioridad de una clase social sobre las otras, con la encomienda de abolirlas. La diferencia vital es que, para Orwell, el nazismo no escondía sus cartas ni sus intenciones, razón por la cual al final sería rechazado por aquellas razas a las que consideraba 'inferiores', mientras el comunismo soviético ocultaba sus intenciones dentro de una retórica, la de la justicia social".

Si nos fiamos de la declaración de Sarkis, es fácil asumir que Napoleón será alguien así como un Gordon Gekko o el Lobo de Wall Street, de Scorcese. Así como se nos ha hecho creer que el Hermano Mayor es un monstriuo corporativo que refleja los peores vicios del capitalismo --o, peor aún, un reality show-- la idea central será convencernos de que la similitud de Napoleón con Stalin ni siquiera merece ser mencionada pues, dice Sarkis, "Orwell estaría escribiendo contra los corporativos". 

Se ve más probable (y esto puede refrendarlo todo aquél que se asome a sus escritos) que Orwell denunciaría hoy a la dictadura cubana y al desequilibrado que hoy está en el gobierno norcoreano. Sobre todo, es probable que George Orwell censurara la doble moral de Hollywood.

 

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