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Muy a su modo, Marlon Brando

Fue una de las más grandes leyendas de Hollywood pero al final su comportamiento parecía renegar de toda gloria que consiguió como actor. En esta biografía se hace un examen sesudo de lo que fue, representó y legó Marlon Brando, uno de los tótems de la actuación de todos los tiempos 

Marlon Brando
Patricia Bosworth
Penguin Lives Biographies/2001


NOVIEMBRE. 2013. Era un gigante del cine, y eso le repugnaba, ganó millones de dólares pero murió ahogado en deudas, miles de jóvenes querían tener un físico como el suyo pero casi al final de su vida estaba deforme y pesaba más de 110 kilos. Fue al mismo tiempo un niño mimado y maltratado que lo mismo atraía físicamente a hombres y a mujeres. Participó en películas monumentales hoy consideradas clásicas pero en un varias ocasiones dio muestras de que eso no podía importarle menos. Háblese de Marlon Brando y encontraremos estas y muchas contradicciones más. Para infinidad de admiradores ese fue el basamento que daría lugar a uno de los más grandes actores de la historia.

Cuando Brando envía a quien se pensaba era una indígena norteamericana para rechazar su Óscar por El Padrino --en realidad era una actriz de origen latino-- Brando estaba harto del sistema de Hollywood y qué mejor modo de mostrar su descontento rechazando la presea más codiciada del cine luego de dar una actuación soberbia, irrepetible. "Sentía Brando que ese sistema del mejor esto, mejor aquello estaba aniquilando al cine como arte". escribe Patricia Bosworth, autora de esta biografía acerca de Marlon Brando. Y en algo que pudiera interpretarse como abierta autoflagelación frente a es academia que se tomaba a sí misma muy en serio, Brando aparece en Superman (1978), un rol que, dijo luego, "acepté para darme el lujo de cobrar lo que se me pegara la gana". Y los productores lo complacieron: 2.3 millones de dólares por aparecer menos de cuatro minutos en la pantalla, mucho más que lo pagado a Gene Hackman, otro oscareado que hace el papel de Lex Luthor, y ya ni se diga de Christopher Reeve, el protagonista, quien recibiría "apenas" 850 mil dólares por el protagónico.

Brando podía finalmente, escribe Bosworth, "cobrar lo que quisiera tras tantos años que sus familia, los productores y sus colegas hicieron con él lo que quisieron. Nacido en 1924 en Omaha, Nebraska con un padre cuya relación siempre fue ríspida y una madre medio desequilibrada, Brando vivió en un mundo en el que tuvo que crear realidades alternas para sobrevivir, "un ambiente de autoridad reducida y presto para la rebeldía", señala la autora. Cansado de la sociedad "obcecada" de Nebraska --ya nunca volvería ahí-- Brando emigró a nueva York donde estudió el famoso método Stalilanvsky de actuación. Era un joven musculoso, de cabello rubio platinado y que lo mismo atraía a mujeres y hombres. On The Waterfront, dirigida por Elia Kazan, es su primera cátedra actoril: nadie se le acerca, ni siquiera James Dean. Este es otro tipo de personaje rudo, lo más equidistante a John Wayne que se pudiera uno imaginar.

Brando participaría en otras películas, entre ellas Un Tranvía llamado Deseo y Viva Zapata, que divulgó en todo el mundo la imagen del revolucionario mexicano, pero por mucho tiempo no consiguió recobrar esa chispa que lo ubicaba como un gigante de la actuación. Contrae matrimonio con su coportagonista de The Caine Mutiny, una muchacha polinesia y tiene dos hijos. El matrimonio naufragará al poco tiempo pese al estoicismo de ella y sus deseos por salvar la relación. "Nunca fui un buen padre", admite Brando años después. Cheyenne, su hijo, es acusado de asesinato y su hija decide ahorcarse poco tiempo después.

"Cuando Brando y Bernardo Bertolucci se conocen, la química es instantánea, al igual que sus desbocados apetitos sexuales", recalca Bosworth. El director le comenta que tiene un guión vagamente basado en el escritor Henry Miller, un norteamericano exiliado en París, y para el efecto se contrata a Maria Schneider, una actriz francesa quien acepta el rol, emocionada por estar en una cinta al lado de Brando y dirigida por uno de los grandes de la industria. El Último Tango en París es un éxito entre la crítica pero Schneider acusaría luego de "pervertidos" y "monstruos" tanto al actor como al director y afirma que la violación anal "con mantequilla" que se ve en pantalla ocurre realmente. Schneider, alguna vez ilusionada por brincar al estrellato, participó en películas cada vez peores hasta su muerte en el 2011.

Ya para entonces Marlon Brando es un "excéntrico" de Hollywood, Pero aún así Francis Ford Coppola lo recluta paras el protagónico de El Padrino (1972). "Cuando gane el Óscar no pienso pasar a recogerlo", le advierte Brando al cineasta antes que inicie la filmación, algo que Coppola tomó como una broma. Pero la caracterización de Don Corleone es tan poderosa que ya desde la nominación se sabe que nadie va a arrebatarle el Óscar. Una actriz que se hace pasar por nativoamericana lo rechaza y alude como razón el maltrato que reciben los indios norteamericanos. Para la autora, Brando estaba ya harto del star system de Hollywood y que mejor manera de demostrarlo con ese rechazo.

Pero un actor también tiene que comer y aparece, como ya se refirió, en Superman. De ahí sus películas irán bajando de calidad al punto que en una de ellas de mofa de sí mismo. Su último gran papel sería como el coronel Kurtz en Apocalypse Now (1980)

Sus excentricidades no paran. Cierto director británico fue a visitarlo durante su estancia en Tahití y Brando le exige dejar una muestra de sus heces fecales pues el actor conserva una colección en frascos de todos quienes lo visitan. Y ya en la decadencia absoluta, Brando se deja engordar sin control, padece diabetes y solo se quita sus anteojos negros para dormir. Defiende a Michael Jackson ante las acusaciones de pederastia e insinúa que el racismo está detrás del asunto. Y en un mundo políticamente correcto, sus declaraciones son atacadas y cuestionadas: "Un crítico de cine lo describe como 'un bufón que dice malos chistes", dice Bosworth. Décadas después de su monumental éxito, Marlon Brando seguía siendo un genio descontrolado.

Marlon Brando muere el 1o. de julio del 2004. El icono desaparece físicamente pero sigue provocando controversias. Pasarán cincuenta años y sus películas seguirán siendo admiradas. En tal sentido Patricia Bosworth hizo un buen trabajo de disección en torno a Marlon Brando: La "leyenda tremenda", como correctamente se le denominó.

 

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