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Cat Stevens y un retorno entre controversias

Acusado de colaborar con grupos terroristas, Yusef Islam, conocido también como Cat Stevens, busca su regreso formal mientras se baraja la posibilidad de realizar un musical con sus canciones. Un repaso a tres décadas de runrún en torno a este extraordinario compositor

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SEPTIEMBRE, 2012. La primera vez que Cat Stevens sintió el llamado religioso fue en 1967 cuando el tema "Father and Son" comenzaba a escalar los charts británicos. Se encontraba en una playa y decidió meterse al mar hasta que las olas eran ya mayores y apenas se divisaba la costa. Entonces una enorme ola lo arrastró de vuelta con tan buena suerte que siempre logró mantener la cabeza en alto, con lo que evitó ahogarse. "En ese entonces era un hippie, con el pelo larguísimo, al que no le importaba otra cosa más que pasarla bien", recordó el cantante muchos años después. Sin embargo ese día sintió que una fuerza superior lo había rescatado debido a que tenía una misión pendiente en este planeta, "pero a los pocos días ya había olvidado ese llamado y volví a mi vida habitual, que siempre estuvo muy lejos de ser satisfactoria", refirió.

Hijo de un ciudadano griego con raíces chipriotas y una sueca de ideas liberales, Cat Stevens nació como Steven Giorgiu en 1948 en una Gran Bretaña que aún se reponía de la guerra con la Alemania nazi. Obviamente no recuerda nada de esos momentos pero sí del "renacimiento" del ambiente bohemio que se dio ahí en los años cincuenta. "Mi padre administraba un restaurant que se llenaba de gente que se reunía a cantar, a recitar poesía, sabía que algo grande estaba naciendo ahí", recordó. La oportunidad se le dio, como a muchos otros, con la llegada de los Beatles. Inspirado por Donovan y Bob Dylan, Giorgiu tomó una guitarra en 1965 en plena adolescencia y se lanzó a la conquista del mundo. Entonces llegó su primer hit y el incidente que casi le cuesta la vida en la playa. Para entonces su hermano mayor ya se había convertido al Islam pero el cantante, que se consideraba a sí mismo cristiano pese a que sus padres jamás lo obligaron a seguir determinada religión, decidió dijo tiempo después, "que me sedujera el deseo de tener dinero, fama, mujeres y lujos... eso era para mí lo más importante en ese tiempo..."

En 1970 cuando parecía que su carrera se desinflaba, Giorgiu realizó una gira por Estados Unidos y la suerte le cambió totalmente; su mezcla de folk y un pop irresistible le hicieron visitar varias veces las listas con temas como "Morning Has Broken", "Lady D'Arbanville", "Moonshadow" y "Wild World", entre muchas otras más. Conocido ya como Cat Stevens, se le llegó a considerar el James Taylor, o mejor aún, el Bob Dylan británico. Stevens reconoce que en aquellos años consumió drogas: "Eran parte del entretenimiento, del ser 'alguien' en ese mundo, donde solo te importa vivir el presente", expresó. Para mediados de esa década Stevens ya podía considerarse millonario pero no se sentía satisfecho consigo mismo; sufría fuertes depresiones e incluso consideró el suicidio. A mediados de 1977 participó en un dúo con Olivia Newton John titulado "Remember the Day at the Schoolyard" y en una de esa sesiones recordó cómo casi perecía ahogado en esa playa una década atrás. "Aquello era una señal, algo así como 'decidiste no seguirme y tampoco has encontrado la felicidad'. Era momento de abandonar la vida secular".

Cat Stevens en los setenta

Y eso fue precisamente lo que hizo Cat Stevens, quien sorprendió a su mánager y a su disquera Island al anunciarles que se retiraba, que ya no realizaría giras, que vendería sus discos de oro y que jamás volvería a cantar sus canciones. Hubo varios embrollos legales por incumplimiento de contrato pero Stevens estaba decidido: además de cambiar su nombre s Yusef Islam y a dejar atrás a sus fans quienes inevitablemente pensaron que se había vuelto loco. El resto de la década la pasó en Medio Oriente estudiando el Corán, la cultura islámica y ese mundo que hasta entonces le era desconocido, pero regresó a Gran Bretaña donde frecuentemente rechazaba cualquier intento por hacerlo volver a los escenarios.

 

Esa vida en retiro continuó invariada hasta 1989 cuando al salir de su casa un periodista le preguntó su opinión sobre la fatwa que el Ayatolla Jomeini había decretado contra el escritor Salman Rushdie por la publicación de Los Versículos Satánicos (La fatwa o "sentencia" es una condena a muerte contra los apóstatas del Islam y puede ser revertida si el culpable pide "perdón" por su insolencia. Sin embargo Jomeini no aceptó la disculpa de Rushdie y falleció meses después por lo que la fatwa nunca perderá su vigencia).

Stevens-Islam respondió estar de acuerdo; "Si Rushdie cometió esa falta, merece ser castigado", dijo. Lo que el cantante ignoraba es que esa fatwa implicaba la pena capital por lo que la prensa inglesa manejó la nota como "el respaldo (de Stevens) para matar a Salman Rushdie". La indignada reacción fue enorme: las difusoras norteamericanas sacaron temporalmente del aire todo su repertorio e incluso el grupo 10 000 Maniacs pidió a su disquera Elektra que eliminara su versión de "Peace Train" de su disco. "¿Cómo es posible que alguien que escribió algo tan brillante en favor de la paz esté de acuerdo con un régimen brutal como el de Jomeini?", se preguntó su vocalista Natalie Merchant al tiempo que miles de ex fans realizaban piras con sus discos. (Ese era claramente un mundo distinto al actual: tras los atentados del 2001 ahora es el mundo árabe el que amenaza y quema libros y cualquier opinión crítica desde occidente es considerada políticamente incorrecta).

Lo irónico es que en ese momento Stevens preparaba un regreso a la música secular el cual tuvo que posponerse ante las opiniones adversas. "Yo no puedo justificar la violencia ni la pena de muerte bajo ninguna circunstancia, pero si un líder de la religión a la cual pertenezco considera que se ha mancillado al Profeta, es una decisión que me veo obligado a respetar", escribió en el Times de Londres, y volvió a recluirse aunque grabó algunos CDs con interpretaciones del Corán. Y entonces ocurrieron los atentados en Nueva York y Washington; esta vez, y cuando era muy fuerte la posibilidad de que hubieran sido planeados por Osama bin Laden, un terrorista islámico, Steven se cuidó de hablar con la prensa y guardó inapelable mutis.

Pero la idea del disco secular ya no lo abandonó, pero mientras preparaba las canciones ocurrió otro atentado, ahora en Londres también atribuido a Al Kaeda así que esperó hasta el 2006 cuando, por fin, completó el álbum y lo puso a la venta, un material que sería acompañado con una discreta gira de conciertos, solo que surgió otro problema: el Departamento de Inmigración de Estados Unidos le negó la visa de ingreso por supuestos nexos con esa organización terrorista; un argumento manejado por esa dependencia establecía que Stevens habría dicho a la prensa inglesa que los ataques "podrían ser considerados como una respuesta a la arrogancia de Washington hacia una región y una cultura que tiene su propia forma de pensar y de ver el mundo". Quedaba claro que Stevens no podía hablar con los medios sin meter la pata.

Por ello, y tras viajar a Canadá una vez que fue rechazado en Estados Unidos, Stevens emitió un comunicado cuidadosamente redactado donde recalcaba "mi profundo amor y admiración por los Estados Unidos, un país que siempre me recibió con calidez" pero más adelante reprobó "el aire de intolerancia que comienza a respirarse ahí, el aire donde todo prejuicio hace que unos seamos culpables aunque no hayamos hecho nada".El mensaje iba evidentemente dirigido al entonces presidente George W. Bush; finalmente le fue permitida la entrada en el 2008 para luego aparecer en un concierto para juntar fondos del entonces candidato demócrata Barack Obama. El nuevo disco, por cierto, se hundió sin remedio aunque su catálogo de los setenta sigue vendiéndose bastante bien, incluso en ITunes.

Con todo, Yusef Islam ha recidido retomar su antiguo nombre para una gira mundial de conciertos y, casi seguro, otro disco secular, el segundo en seis años. Quizá jamás alcance la gloria que tuvo hace décadas pero probablemente logrará reconciliarse con ese pasado musical, aunque es también un momento adecuado para conseguirse un publicista que evite meterlo en nuevos líos extra musicales.

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2 opiniones

maruca_gonzales escribe 20.09.12

Desde niña me gustaba mucho la música de Cat Stevens pero si piensa regresar prefieron seguir escuchando sus viejas canciones y más por las sospechas de que es simpatizante terrorista

manuel_moreno escribe 17.09.12

VÁLGAME DIOS CUANDO VI ESA FOTO DE CAT STEVENS PENSE QUE ERA FACUNDO CABRAL (QEPD), DE CUALQUIER MANERA LOS DOS SON GRANDES ARTISTAS SALUDOS

 

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