Mis cosas
Nací, en la ciudad de México un jueves 11 de abril de 1957. Fui el quinto hijo (tercer varón) de una familia de 8 hermanos. Mi padre se llama José C. Martínez Núñez, de 78 años (en 2003) y mi madre lleva por nombre Rita Nava Martínez (77 años). Mis hermanos son -en orden de mayor a menor-: Juliana, Victorina, José Luis, Feliciano, María del Pilar, María Asunción y María Teresa, todos nombres católicos impuestos por mis padres católicos (él más que ella).
Asistí a la escuela primaria "Tierra y Libertad" y, por cierto, no era muy buen estudiante hasta el sexto grado, cuando vi el mundo de otro modo. En la escuela secundaria No. 67 "John F. Kennedy me convertí en un adolescente insolente (y no es rima) y logré terminar porque un día mi padre me dijo: "Está bien, si no quieres estudiar no lo hagas, pero por lo menos termina la secundaria". Y, sí, logré terminarla. Por inercia entré a estudiar al Colegio de Ciencias y Humanidades, mi preparatoria, siendo la tercera generación en ese entonces de dicho colegio que, por cierto, tuvo fama de cierto miedo de los profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (luego se los cuento).
Durante mi preparatoria les ayudaba a mis padres en un negocio que construyeron, una papelería, enfrente de la secundaria No. 25. Comencé a ganar dinero y me olvidé de los estudios porque ya no quería estudiar. Tenía un porvenir material y por tanto quería que los estudios se alejaran de mí. Me dediqué a la música, yo quería ser músico y me inscribí a la Escuela Nacional de Música, sólo que tuve que renunciar casi de entrada pues me pedían los instrumentos que elegí (un piano, una guitarra y otro que bien podría ser mi voz), el caso es que comencé a conocer a músicos de grupos musicales de la zona. Para entonces mis estudios de preparatoria iban viento en popa a la ruina. No obstante no pasar materias ni gustarme la escuela leía mucho y aprendía a tocar la guitarra pues yo quería tener conocimientos y ser un buen guitarrista. Entonces, fundé mi primer grupo musical "Fantasía", en donde por cierto les decía a mis compañeros qué tocar, cómo hacerlo, cómo aprender, y hasta les compré los instrumentos que tocaban (y ya no recuerdo si era el cargador oficial de esos instrumentos en las fiestas).
Pronto se precipitó mi vida por mi espíritu emprendedor. Resulta que reprobé todas las matemáticas posibles en el CCH, comencé a deshacer ese grupo "Fantasía", pues me desesperaba que no fuéramos de prisa, mi novia tan querida me botó como a un zapato viejo, asaltaron mi papelería y se robaron mi guitarra (mi amante a quien todavía recuerdo el día de hoy porque tenía unas formas que añoro) y me dije: "anda José, tú puedes rehacerlo todo, anda, ve y lucha".
Un día, con todo en contra, enfermo y con fiebre (vino un ángel al pie de mi cama.... no, en realidad no sé qué pasó), me propuse, sin novia que no me quería, sin estudios, sin música y sin nada (como dice la canción: flaco, cansado, ojeroso y sin ilusiones) me decidí vender mi patrimonio que era aquella papelería lugar donde mi futuro estaba asegurado y me propuse terminan una carrera. Entonces tomé un libro de álgebra (muy grueso y lindo) y resolví todos los ejercicios, y pasé la materia, luego uno de trigonometría, luego uno de geometría analítica, luego otro de cálculo diferencial e integral y, pasé todas mis materias, aprendí matemáticas y me gradué de la preparatoria.
El dinero de la venta de mi papelería sirvió para conseguirme un auto para ir a la universidad. Mientras tanto, nunca dejé mi guitarra, ni mis composiciones, y un día uno de los mejores bateristas del rumbo, "El Caballo", vino a verme y proponerme hacer un conjunto musical ("Mex fire"). Lo hicimos porque él conocía a dos de los mejores guitarristas del cosmos (bueno, no tanto pero algo buenos la verdad, uno de ellos mejor que el otro). Y me dediqué de nuevo a la música, mientras ya pronto entraría a la universidad. Recuerdo nuestro primer ensayo y, no, eso era otro mundo, no tenía que enseñarles nada, como eran buenos los dos yo tomé el bajo eléctrico y me compré unos aparatos y una batería nueva. Uh, no se lo digan a nadie pero de verdad que éramos buenos. Un día, por ejemplo, fuimos a una "tardeada" en una colonia popular de acá y, no me lo van a creer, pero en lugar de bailar mucho, las gentes nos rodeaban como si fuera un concierto. Hicimos muchos planes, estuvimos a punto de grabar un disco, pero por cosas que pasan en las relaciones personales, un buen día, siendo el líder del grupo, les dije o cambiamos, o dejamos de hacer tonterías y nos dedicamos a la música de verdad o esto se termina; y no cambiaron, y eso se terminó un buen día. Entonces comencé la universidad.
Quería aprender todo lo que había dejado de aprender, quise enterarme del mundo que me rodea y tenía un afán enorme por saber y saber. Cuatro años y medio me bastaron para darme una idea de lo que es la Geografía, mi carrera profesional, y las ciencias en general. Obtuve estupendas calificaciones sin proponerme sacar 10 en todas, pero pronto los profesores me respetaban por mis intervenciones. Fue tanto así que mis maestras me invitaron a hacer guías de estudio para universidad abierta y antes de terminar mi carrera di clases a estudiantes de mayor edad que yo. Dos años antes de terminar mi carrera me di cuenta que a mi ciencia le faltaba algo y me propuse a investigar qué era, por tanto, comencé a hacer mi tesis profesional sobre ese asunto. Durante mi investigación comprendí que a mi ciencia le hacia falta teoría, pero no porque no existieran libros de teoría, sino porque esa teoría era positivista. Entonces el tema de mi tesis comenzó a tomar forma. La llamé: "Importancia del materialismo dialéctico como método de la Geografía". Pero tenía un problema. No había nada parecido a eso en el mundo y tuve que inventar de algún modo (más precisamente, tuve que hacer una tesis de verdad) todo lo que ahí escribí. No había ningún maestro que me pudiera ayudar, pues el único que lo pudo hacer, Ángel Bassols Batalla, nunca fue mi profesor ni pude contactarlo.
Al fin me gradué en 1983. Pero mi tesis aún no estaba lista. Y, en lugar de titularme preferí seguir con esa investigación. Al fin eso se tenía que terminar y por fin la saqué a como diera lugar. Entonces vino mi examen profesional. Lo hice a puerta abierta porque yo quería que todos supieran mis resultados. Y, sí, estuvo lleno el auditorio de la facultad. Estudié mucho tiempo para mi examen, pero finalmente no se me preguntó nada de lo que había dicho en la tesis, y el examen resultó un poco hablar de algunas cosas que no había previsto. Total, el caso es que se nos ordenó salir para que deliberaran los sinodales y el presidente del jurado. En los pasillos, mientras me fumaba un cigarro se acercó a mí un hombre ya grande, con traje y cabello cano, a quien no conocía. Me dice, le quiero decir algo: "Yo tengo más de 20 años en la facultad, y vine porque me llamó la atención el título de su tesis, y quiero decirle que a pesar que usted no es filósofo (el Colegio de Geografía se encontraba en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM) nunca he visto tesis ni examen profesional más brillante y quiero felicitarlo". Se despidió en esos momentos y me dije que con eso me bastaba, ya no me importaba el miedo de no ser aprobado en mi examen profesional. No obstante, fui aprobado con mención honorífica.
Me titulé el 24 de julio de 1985. Muchas veces, desde entonces, se me conoció por esa tesis. Algunas personas me citaron en sus respectivas tesis desde entonces. Pero pronto me di cuenta que había que hacer algo por mi ciencia. Yo no elegí meterme a una oficina de la UNAM como investigador porque pensaba que ahí carecería de libertad para investigar. Tuve algunas oportunidades y las deseché. Me dediqué desde entonces a dar clases, y a escribir o investigar para seguir descubriendo detalles sumamente básicos en mi ciencia. Mientras trabajaba me daba tiempo para investigar y completar mi tesis. Mientras tanto colaboré para fundar la Sociedad Mexicana de Teoría e Historia de la Geografía, de la que fui el segundo presidente. Entonces el primer presidente (Luis Ignacio Hernández Iriberri, que escribió la primera tesis teórica de la Geografía en México) y yo colaboramos para organizar los primeros encuentros y Congresos sobre el asunto. Tomamos casi las aulas del colegio de Geografía, invitando a algunos de los más importantes científicos de nuestro país para hablar de la teoría y de la historia de las ciencias. Organizamos mesas redondas, coloquios, conferencias, etc. En nuestros tiempos libres pegábamos carteles de invitación, participábamos en conferencias exponiendo nuestro punto de vista, hasta que un día nos dimos cuenta que éramos personas no gratas, que se nos bloqueaba, que de hecho se nos proscribía de la Geografía oficial de México.
En esos años y durante casi 11 años me dediqué a elaborar mi libro, inédito hasta ahora, llamado "Dialéctica de la Geografía", donde expongo los argumentos científicos de mi ciencia. Pero sin apoyo oficial, sin recursos económicos, y con todo en contra, el libro ni se ha publicado por los intereses económicos de los editores con libros que no venden. No lo he querido publicar porque sin apoyo oficial o real ahí existen ideas y argumentos que podrían ser aprovechados por ciertos vividores de la ciencia que los han tomado de oídas y los han manipulado sin la mayor vergüenza. De algún modo, nuestro sueño de cambiar, o poner de pie, no sólo la Geografía, sino las ciencias, nos fue muy difícil. Por eso, ante tales circunstancias, y con el correr de la vida, esa empresa preciosa quedó un poco rezagada y convertida en algo utópico.
Remitido a aulas con jóvenes a quienes no les interesa conocer el mundo en realidad, con el predominio de la filosofía positivista de lo pronto, de lo rápido y sin esfuerzo, mis estudiantes están lejos de interesarse por lo que yo les he enseñado de Geografía y del mundo. Pero ya que se cerraron las puertas, incluso para impartir cátedra en la universidad a jóvenes que pronto serán geógrafos, el paso siguiente será la publicación de ese precioso libro que terminé en 1991. Mientras tanto, seguiré trabajando en otros libros y temas, como la pedagogía, la didáctica y demás. Tal vez en poco tiempo terminé ese proyecto de lo que yo denominé "Pedagogía concreta", como un legado a mi campo de trabajo desde hace casi 20 años...
