Abuelos
Mis abuelos paternos tuvieron por nombre Juliana Núñez (19 de junio de 1901 - 25 de febrero de 1976) y José Marcelino de la Luz Martínez Huitrón (2 de junio de 1896 - 30 de julio de 1992), y, los maternos, Luis Nava Fabila (muerto entre agosto a diciembre de 1936) y María Martínez Chaparro (7 de enero de 1904 - 3 de abril de 1982).
Yo los conocí a todos excepto a mi abuelo Luis que murió muy joven (se cuenta, que tal vez se suicidó por los amores de otra u otras mujeres, cosa que sería difícil saberlo porque son casos muy difíciles de reconocer por parte de mi madre; aunque mi madre reconoce una media hermana, hija del abuelo Luis, de un matrimonio anterior al de mi abuela María).
Mi abuela materna, María, era muy dulce y una excelente mujer que no sabía leer pero que su existencia era una especie de luz que iluminaba donde se encontrara. Recuerdo que una ocasión mientras comía y ella se encontraba en mi casa, yo aún adolescente, me acarició el cabello y jamás olvidaré que en esa caricia me dio todo su ser. Cuando murió me sentí muy triste abrazando a mi madre mientras todos los familiares estaban ahí para darle su adiós. Fue una luz sin saberlo...
Mis abuelos paternos eran un poco más duros con todos nosotros, pero nadie puede negar que fueron personas excelentes. Yo a mi abuela materna la recuerdo menos pues murió mucho antes de que yo tuviera edad de reconocerla como una persona muy bella o al menos una persona que en el fondo era muy sincera y de gran cariño (no en vano tuvo la osadía de tener 14 hijos, entre los que se encontraba mi padre). A mi abuelo lo recuerdo más puesto que convivimos muchísimo y siempre le encantaba jugar dominó, y se enojaba porque no ganaba. Pero a mí, especialmente me respetaba y me charlaba mucho de sus dolencias y de su vida pasada. Él trabajó en el negocio de mi padre por mucho tiempo y cuando murió, a la edad, tal vez, de 95 años, nos hizo darnos una paz inmensa con el amor que nos desplegó.
