Mensaje
de la Santísima Virgen María,
recibido en Talavera de la Reina, Toledo,
a través de José-Luis Manzano García;
El día 8 de Diciembre, de
1990.
El Hermano:
La Paz del Señor está con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu.
El Hermano:
Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El Hermano:
Y a través del tiempo, hermanos, el mundo y el
hombre han ido conociendo mujeres que se entregaron a Dios de
corazón puro y limpio, para poder ayudar a Dios y para la
salvación de este mundo. Mujeres que la estirpe humana no podrá
olvidar, y tampoco aquéllos que ahora comparten con Dios el premio
merecido.
Aquéllos que vivieron con
aquellas mujeres que enseñaron lo que muy pocos han
aprendido. Así como Eva, así como María, y tantas mujeres que el
hombre ha ido apartando y olvidando. Y también María ha sido
olvidada como Madre, como Señora. Pocos son los que la recuerdan.
Pero Ella se siente orgullosa de formar parte de algunos
corazones que la aman, y que no la olvidan. Ella, elegida entre
todas las mujeres para dar al mundo el verdadero hijo de Dios. Elegida entre todas por su pureza,
por ser limpia de alma, y por saber agradar a Dios como mujer, y
como exclava y sierva de Dios.
Ella, mirada entre la multitud, y
escogida y elegida y señalada así por la mano poderosa de Aquél
que todo lo maneja. "¡Tú
eres, María! Tú eres la que has de
entregar al mundo a mi Hijo."
"Tú eres la que llorarás por todos ellos. La que sufrirás sus
errores. Y la que muchos te recordarán como Madre y como Señora." ¡Esa es vuestra Madre! Hoy es su día, hoy es el día de su
Inmaculado Corazón. Para todos hay un espacio en su corazón. Y Ella, Ella pregunta a sus hijos:
"¿Y para mí, hay un hueco
en vuestro corazón?"
Ella no rechaza a sus hijos. Los acoge y los
guarda en su corazón como su mayor tesoro. Los guarda en su
corazón como la mayor riqueza, y les mira en su corazón como si de
niños se tratasen, mira su corazón, ve a sus hijos, les mira con
ternura de madre y unas lágrimas corren por sus mejillas.
¿Porqué lloras
María? Mira, después responde Ella: "Yo que tanto les quiero, que tanto miro
por ellos y de mí se olvidan." Pero una sonrisa envuelve su rostro, y vuelve a mirar a sus
hijos y dice con alegría:
"Pronto, pronto llegará el día que
lejano no está, en el cual todos los hombres se unan con una misma
lengua, con un mismo pais para todos. Y entre todos mirarán mi
Corazón Inmaculado, y lo alabarán en Nombre del Dios
Todopoderoso".
No está lejano el día en el cual todos los hombres se unan a
formar una voz sóla para Mí, que el hombre, la mujer, y los
niños me mirarán como Madre. Y aquéllos enviados, para así
liberar al mundo de los espíritus que acechan, me mirarán como su
Reina. Solo porque Dios me ha mirado con sus ojos y ha dicho de
Mí: "Tú eres de Mí y para Mí."
Y Ella, fiel al Padre, a
su esposo en la tierra, José, y a su Esposo en el Cielo, el
Espíritu Santo, cumple la palabra y así no se olvida de vosotros. Hay dos madres en el mundo hermanos:
la de la Tierra y la del Cielo.
Y la de la Tierra se ocupa de
cuidar vuestro cuerpo y de ayudaros así a caminar por este camino
de esta vida, de este mundo. Pero aquélla Madre
que está ahí mira vuestra alma, y os quiere ayudar a que sigáis el
camino para llegar luego hasta Dios. ¡Esa es vuestra Madre!
Queredla, queredla mucho porque Ella, Ella os quiere a
vosotros. Ella dice: "Se me llena el Corazón
de alegría cuando oigo el Nombre de Dios, y el Mío propio, resonar en sus labios que lo impulsa así el corazón."
Alabadla y dadla gracias por ser una Madre tan
buena, y por no olvidarse de nadie. No como vosotros, solo os
acordáis de aquéllos a quienes vosotros os convienen.
Padre Eterno:
Pero
y Yo donde estoy, Yo en vuestro interior, pocas veces he oido una
oración para Mí. Y muchas veces he oido ofensas para Mí.
La Madre: La
Paz del Señor está con vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu madre.
La Madre: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
La Madre:
Hijo mío, hoy es un día señalado, en el cual este día muchos
hombres, mujeres y niños han recordado este día por su contenido.
Todos los días son especiales, pero éste también hijo mío. Hay
muchos hombres, mujeres y niños, que cuando..., a la luz del día se
han acordado de Mí. ¡Sí hijo mío, se han acordado de Mí!
En cambio otros hombres, otras mujeres, y otros
niños, han preferido divertirse hijo mío, y olvidar este día como
lo que es. Aunque ellos se olviden de este día..., de Mí, Yo
no me olvido ningún día de ellos. Yo permanezco fiel a mi palabra.
Como ya habéis oido: Sois mis hijos:
"Por
mucho que hagáis hijos míos, por mucho que nos ofendáis, seguiréis
siendo nuestros hijos, porque nada cambia para Dios".
Y es triste
hijo mío, que el hombre no quiera comprender los planes que Dios
tiene para este mundo: Para ellos, y para
tí, y para tantos como han vuelto. Muchos miran a su alrededor hijos míos, y solo encuentran
maldad por todas partes.
Otros miran y pueden ver que más allá de
la maldad, al otro lado, hay muchas almas que han vuelto, que
están aquí por vosotros, y vienen a ayudaros.
Tampoco os olvidéis
de ellos, porque ellos serán los que preparen el camino para
vosotros. Pero cuidado hijos míos:
La Bestia es astuta y engaña a los hijos de
Dios, y les confunde con verdades y mentiras para crear
confusión, y para hacer decaer las almas que firmes estaban. ¡Tened mucho cuidado!
Porque a nosotros no nos podéis
engañar hijos míos. No digáis que véis sin haber visto, porque
después seréis vosotros los que veáis el error y será tarde.
El
decir: "he visto", sin ver, es engañaros a vosotros mismos, porque
a Dios nadie le engaña. ¡Cuántos planes tiene Dios
para este mundo, y el hombre quiere destruirlo! Escrito está:
«Se matarán como bestias cuando luchan
por una misma presa, no mirarán lo que hacen, ni siquiera pensarán
que son hermanos en Cristo e hijos de un mismo Dios.
La sangre
correrá por las ciudades más importantes del mundo, y entre ellos
existirán muchas diferencias. Pero en
medio de toda esa maldad relucirá la Luz del nuevo día, y en
medio de esa Luz el Poder Divino, Omnipotente, que perdurará gracias a la palabra de un
príncipe de las almas, de sus descendientes y de aquéllos que han
vuelto para vosotros, porque todo, todo lo hace Dios por vosotros.»
Pedidme hijos míos. (No se entiende lo que preguntan.)
La Madre: Ya
lo sabrás hijo mío. Seguid pidiendo hijos míos.
PUBLICO: ¡Madre!
La Madre: Díme
PUBLICO:
(No se entiende lo que dicen.)
La Madre:
Todo lo que mis hijos..., no solo tú,
sino todo lo que mis hijos hacen con amor para Mí. ¡Todo!, hasta
lo más insignificante. Me agrada cuando se acuerdan de Mí, cuando
lloran conmigo. Pero hay tanta falsedad entre ellos. ¡Sí hijo
mío!
Hoy tengo de nuevo que decir, que ya sí, en nombre de
Dios, se ha descubierto el Tercer Apóstol hijo mío, ya sabéis
dónde está y ya sabéis quién. Como ves todo está cerca, muy cerca.
Pero no olvidéis que con
ellos han vuelto aquéllos que les acompañaron en el otro tiempo:
sus esposas, aquéllos que no les olvidaron. Y el príncipe de las
almas dice: "Solo falta que tú estés, como antes, con
nosotros."
(1)
Pero Yo estoy contigo hijo mío, y con
todos ellos, porque soy vuestra Madre, y vosotros mis hijos. Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Madre.
El Hermano:
Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
Padre Eterno:
Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.
El Maestro: Adiós
hijos.
PUBLICO: Adiós Maestro.
El Hermano:
Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
El Hermano:
Que la Paz del Señor Yahvé y la fuerza del Príncipe de las almas,
y aquéllos que con él han vuelto, estén con vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Hermano.
El Hermano:
Hoy también quiero recordar lo que en este año
también ocurrió, y también de Aquél, el Angel Luchador
(2), el cual enseñó a rechazar el mal y coger el bien:
"Me voy",
dijo, "me he de marchar, pero donde Yo esté, estaré con
vosotros, porque sois mis hermanos. Muchos ya no me volveréis a
oir, pero otros me veréis ahí junto al Padre." Y dijo: "Adiós
hermanos."
Esas fueron sus palabras, las cuales muchos no han
olvidado, porque él siempre estará aquí junto a vosotros, junto a
nuestra Reina y Señora; y, ¿cómo no?, junto a tí. Ave María
Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El Hermano:
Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano._
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