«Mi Madre os quiere, y  Ella vino aquí para ayudaros

       
           
  

   
  
                       
                 
           LA INMACULADA CONCEPCIÓN
  


Mensaje de la Stma. Virgen María, recibido en Talavera de la Reina,
   
a través de José-Luis Manzano - el 8 de Diciembre, de 1988. 

LA MADRE:
La Paz del Señor Yahvé, vuestro Padre, esté con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Madre.

LA MADRE: Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.

LA MADRE:  
    Ya estoy aquí de nuevo hijo mío, contigo y con todos ellos.  Y veo que ellos han venido a visitarme hijo mío.  Porque hoy es mi día.

   El día es muy especial para Mí hijo mío, pero Yo también miro a las almas. Aunque hoy sea mi día, Yo sigo llorando hijo mío.  Yo sigo pidiendo al Padre por mis hijos; yo sigo llorando por mis hijos.

   Aunque sea mi día, sigo velando por mis hijos. Hoy es mi día, un día especial, hecho para mí hijo mío:  Una Madre que ha visto todo lo que ha pasado por el mundo.
  
  Una Madre que ha visto como entre hermanos se mataban de odio. 
  Una Madre que ha visto a un alma encaminarse, y por las lenguas humanas,  y su mal pensamiento, alejarse de Dios.

    Una Madre que ha visto cómo el Señor, de un alma buena, la hecho más buena aún.  Una Madre que ha visto  cómo sus hijos enfermaban y se marchaban al abismo. Su enfermedad era el pecado hijo mío. 

    Es muy triste lo que ha ocurrido, según ha ido pasando el tiempo.  Pero hoy así es mi día, porque Yo soy vuestra Madre, y vosotros habéis venido a orarme.  A uniros en oración.  Y aquí estoy.

    Tú me ves hijo mío, y ves que aún sigo llorando por mis hijos. Tú ves hijo mío, que aunque sea mi día Yo sigo llorando. Hay hijos, muchos de mis hijos, que se alejan y es porque nunca hijo mío, nunca tuvieron fuerzas para seguir esa cruz que el Señor les enviaba.  

    Se acaba el año hijos míos. Yo ya avisé:
    "Aquél que no haya cumplido, su marca quedará grabada. Aquél que haya obedecido al Señor, quedará limpio de esa marca." 

   Según se dice así será.  Hijo mío, aunque hoy sea mi día, mis hijos, muchos de mis hijos, no me ofrecen este día ni en oración.

 Lo prefieren hacer en diversión, mientras Yo triste le pido al Padre su perdón para esas almas.  Hoy es mi día, y muchos de mis hijos se divierten.  Para ellos es un día más. Para mí es un día grande en el que mis hijos se han acordado de Mí, y han venido a demostrarme que aún siguen ahí, para que Yo pida al Padre por ellos. 

     Ellos hijo mío, siguen allí, ante el Sagrario, muchos tristes y otros les da igual. Pero éstos, mis hijos, están aquí.  Muchos de ellos contentos, otros muy tristes, y a otros les da igual hijo mío. Pero este es mi día.

   Pedid perdón a vuestro Padre hijos míos.
  
(El publico reza el Padre Nuestro.)   

PADRE ETERNO:  Estáis perdonados.   
PUBLICO:  Gracias Padre.    

LA MADRE:
   Besad el suelo. Este acto de humildad sirve por todas aquellas almas, que se han olvidado de mí en este día. Para que así el perdón de vuestro Padre les alcance, borrando su mancha de pecado, su señal.    

EL MAESTRO: 
   Hijo mío, hoy es un día muy especial para mi Madre, pero más lo será el día 25, en el que mi Madre estará contenta.  Recordad lo que sucedió aquél día hace muchos años.  Yo también estoy triste hijo mío, sólo, porque mis hijos no me quiren escuchar. 

    Hijos míos, ¿qué os he hecho Yo?, ¿en qué os he ofendido?  Yo abrí el mar delante de vosotros y vosotros, con la lanza, abrísteis mi costado hijos míos.   ¿Qué os he hecho? ¿En qué os he ofendido? Yo os guiaba con una columna de nubes y tú me guiaste,  pretorio, delante de Pilato.  

     Yo te día a beber del agua salvadora que brotó de la peña, tú me diste a beber vinagre y hiel. 
 
    Yo te dí un cetro real, tú me pusiste una corona de espinas. 
 
    Yo te levanté con gran poder y tú..., tú me colgaste en el patíbulo, de la Cruz.  Hijos míos, ¿qué os he hecho Yo?

    ¿En qué os he ofendido, que ni a vuestro Señor queréis seguir?  ¿Qué os he hecho Yo, que cuando váis al Sagrario deviáis vuestra mirada? 

    Y  Yo triste, esparando a que mis pequeños hijos  vayan a  tomarme de carazón. ¿Qué os he hecho Yo?  ¿En qué os he ofendido? 

    Pedidme hijos míos.

PUBLICO: ¡Maestro!   
EL MAESTRO: Dime.

PUBLICO: ¿Porqué muchas almas de las que te pedimos, todavía están con la duda?

EL MAESTRO:
   Hijo mío, y es así: Muchas almas de las que seguís, dudáis, y dudáis mucho.  Muchos porque no ven nada para abrir sus ojos. Pero Yo dije así: "Dichoso aquél que cree sin ver."

    Otros porque dicen ver cosas que no son así.  Aquél que ve lo que otros no ven nunca verá lo que jamás han visto. Seguid pidiendo.  

PUBLICO: ¡Maestro!   
EL MAESTRO: Dime. 

PUBLICO: Yo te quiero por el mucho sacrificio que hiciste por nosotros para perdonar nuestras almas, y no te lo agradecemos Maestro. 

EL MAESTRO:
    Y Yo hoy os voy a decir, hijos míos: 
"A muchos de vosotros así os oigo, y muy triste, muy triste me pongo, y me ofendéis mucho cuando oigo lo que Yo oigo"

  Sale de vuestra boca hijos míos, y se clava en mis manos, perforando mis piés, y a la vez abrasando mi frente, y así, al mismo tiempo entrando en mi costado derecho.   Hijos míos, mi Madre os quiere, y Ella vino aquí para ayudaros, para ayudar a esta familia.

   Y después de que esta fimilia, a mis hijos. Os ayudan, aún así os atrevéis a hablar lo que no debéis de hablar. ¡Pobres almas!

    Hay muchas almas que dicen así, a la cara de otros: "¡Allí está el Señor!"  Y a las espaldas de los demás dicen que el Señor jamás estuvo aquí.  Siempre la misma cara para todo, con el amor y la verdad. 

   Yo oigo decir así: "Hay muchas cosas que no son de Dios"...

PADRE ETERNO: "No juzguéis..."  

EL MAESTRO: "Y no seréis juzgados."  El que debe de juzgar es vuestro Dios, y estoy muy ofendido con lo de vuestras bocas. Así sale rasgando mi frente y entrando cruelmente en mi Sagrado Corazón.

LA MADRE:
   También a Mí, vuestra Madre, me perfora el Corazón cuando así juzgáis de estas almas que solo pretenden llevaros a vosotros por el buen camino. Hoy es mi día, tratad de no ofenderme. Adiós hijos.     

PUBLICO: Adiós Madre.

PADRE ETERNO: Adiós hijos.               
PUBLICO: Adiós Padre.

EL MAESTRO: Adiós hijos.                   
PUBLICO: Adiós Maestro.  

EL HERMANO:  Adiós hermanos.         
PUBLICO: Adiós Hermano.

EL HERMANO: 
Que la paz del Señor Yahwé y la fuerza del Guerrero quede con todos vosotros. 

PUBLICO: Y con tu Espíritu Hermano.

EL HERMANO:  Ave María purísima.  
PUBLICO: Sin pecado concebida.

EL HERMANO:  No ofendáis más a Dios con vuestras palabras porque ya está bastante ofendido. Adiós hermanos

PUBLICO: Adiós Hermano.__
 
 

    «Mírales,  mis hijos,  y decidles que sean fuertes en el mundo, que carguen con su Cruz,  como Yo cargué con la mía.  Que no miren quién queda atrás, que solo miren quien va por delante. Así podrán ver que no son ellos sólos los que cargan con la Cruz, son más.»  -Mensaje 5.7.1989.  
 

  
 «Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y con mentira digan contra vosotros todo género de mal, por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque grande será vuestra  recompensa en los Cielos.»  -Mt. 5, 11-12  

             http://es.geocities.com/aparicionesymensajes2002   
   
 
AparicionesMensajesProfecías  devociones, oraciones 

Hosted by www.Geocities.ws

1