CANCIÓN DE VIDA ROTA
No debería cantarte...
(al menos, no ahora),
pero, ¿acaso hay una hora designada
para esta canción desesperada?
Esta canción amarga
que me brota,
es canción de vida,
tu vida rota...
Vida arruinada,
vida esclava...
de quien cambio su todo
por mi nada...
Es esta canción,
canción sin dueño.
Canción que canta
tan sólo a un sueño,
que cobró vida...
y que por su vivencia es la mía
la que ahora vive...
¿Qué hacer cuando la razón
no nos consigue
satisfacer entera y plenamente?
Tan solo enloquecer es consecuente
con esta sinrazón que me persigue.
¿Alternativas hay? Yo no las veo...
o no quiero mirarlas, o no puedo...
Tengo los ojos
cansados de llorar
esta lokura...
Tengo las manos
cansadas de buscar
lo que no encuentran...
Tengo los labios
cansados de besar
labios ausentes
Tengo la voz
rota ya de gritar:
¡quiero que ocurra!
¡Que mi locura sea de las que tientan
el juicio de las buenas gentes!
Que nos escupa el mundo
sus invectivas...
Que no le temo a nada,
infierno o cielo...
mientras sean tus manos
manos amigas,
mientras sean tus labios
los que yo anhelo,
mientras sean tus ojos
mis salvadores...
mientras tu voz conjure
nuestros temores...
Mientras tus manos,
tus labios,
tus ojos,
tu voz...
y toda tú, con tu todo...
y nada yo, sólo el lodo
que anega tu alma
podamos vivir lokos,
vivir con calma...
Y del mundo y de su vista,
ya perdidos...
podamos sobrevivir...
vivir unidos...
Mi amor,
mi todo,
mi vida,
mi alma,
mi nada,
mi muerte,
mi día,
mi noche,
mi suerte,
mi destino,
mi dolor,
mi agonía,
mi placer,
mi razón,
mi sentido,
mi lokura,
mi juicio ido...
Y mi amor,
y mi todo,
y mi vida...
Y mi alma,
y mi nada,
y mi muerte...
Podría haber sido diferente...
pero así nos sucedió, amada mía...
Loka mía,
mi lokura...
Y un sólo grito:
¡que ocurra!