Cuando Panamá nace como república,
el patrón de los nuevos gobernantes del territorio
istmeño, no llego a cambiar, ignoraban los problemas
de los indígenas. Para ellos los indígenas
era el problema.
La
región de San Blas (Territorio Kuna por Naturaleza)
empezó a ser utilizada por muchos no kunas (wagas)
en la explotación del caucho, la pesca indiscriminada
de tortugas, la explotación de minerales, del coco
y la madera. Esta incursión de wagas iba creando
conflictos con los kunas. Se enviaron notas para que se
atendieran estos conflictos, y fueron ignoradas. El conflicto
se fue acentuando.
El
1908 el gobierno de turno crea la Ley 59 del 21 de diciembre,
bajo la cual se dicta la norma de “civilizar por todos
los medios pacíficos a todas las tribus salvajes
del país”. Para tal fin se envían a las
regiones indígenas a misioneros y maestros. También
el gobierno comenzó a dar concesiones de tierras
a no indígenas. Con este mecanismos son diezmados
a su mínima expresión los grupos indígenas
del oeste del istmo.
Para
1912 se dieron concesiones a compañías extranjeras
en territorio kuna. Y es en ese año que el estado
panameño emite la Ley 56 de 2 de diciembre, que
en una de sus partes rezaba así: “...el poder ejecutivo
de acuerdo con el jefe de la iglesia católica procurará
por todos los medios pacíficos posibles la reducción
a la vida civilizada de los salvajes indígenas
que existen en el país”.
Para
apaciguar los problemas entre wagas e indígenas
kunas se crea la figura del Intendente en la región
de San Blas, bajo Decreto 33, del 6 de marzo de 1915.
Con esta figura representativa del gobierno, el estado
se aseguraba que se cumpliera su mandato de “civilizar
a los kunas”, ya que con la intendencia también
llegó la policía.
El
trabajo de la intendencia era velar por la seguridad del
territorio, pero este comenzó a crear impuestos
a los kunas. La cosecha de los productos, por los indígenas
kunas, la mitad, debía ser entregadas a los policías.
Las mujeres debían lavar la ropa de los policías,
hasta el punto que ellas mismas compraban el jabón.
Se comenzó a obligar a las mujeres a asistir a
los bailes, le quitaron la mola, los winis y el aro en
la nariz. Los policías comenzaron a violar a nuestras
madres, de estas uniones obligadas, comenzaron a nacer,
mestizos.
Por
otra lado se empezó a prohibir la celebración
de las diferentes ceremonias. Así, surge la confrontación
entre el kuna y la policía. La represión
no se hizo esperar y la muerte surge en la comunidades.
Algunos
sucesos acaecidos
En
1915 hubo un gran incendio en Niadub, provocado por la
policía y allí muere Oguinia.
En
1920 las mujeres de las comunidades de Yandub (Nargana)
y Diguir (Isla Tigre) son obligados al cambio de la vestimenta
y asistir a los clubes de bailes abiertos por los policias.
En
1921 la comunidad de Kuebdi (Rio Azucar) muchos padres
deciden no enviar a sus hijas a la escuela, al ver el
maltrato que sufrían, al ser despojados de sus
atuendos culturales. Ner Jim era uno de los padres y el
policía kuna, Claudio Iglesias se da cuenta de
aquello y lo persigue a kuebdi, donde muere apaleado por
la comunidad por haber matado a otros comuneros a su llegada.
En
1922 en Ukubseni en una celebración de una ceremonia,
cuando los tinajones estaban en su punto, irrumpe, en
el lugar el policía de apellido Castillo y se dio
a la tarea de romper todos los tinajones y después
en actitud desafiante se sentó tranquilamente.
Oloinguike, siendo argar de la comunidad se llena de cólera
y arremete con su bastón contra Castillo, ante
aquello el policía saca su arma y le dispara matándolo.
Oloinguike muere al defender su cultura.
En
Dad Nacue Dupir (San ignacio de Tupile) llego el barco
San Blas lleno de policías a apresar a Oloelikinia,
un gran inaduled (botánico). Este se resistió
y lo hirieron con un cuchillo. Fue llevado preso a Puerto
Obaldia.
Todos
estos acontecimientos contra nuestro espíritu hace
que nuestros abuelos se levanten a salvaguardar nuestra
integridad como Dules (personas). |