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Preparando el frente de arranque.
En 1901 la Sociedad Carbonífera
de Matallana pasa a denominarse Hulleras del Torío, sociedad fundada
en Bilbao. Hulleras del Torío arrenda sus minas al propietario
parisino Georges Walravens por un canon anual de 50.000 pesetas. En ese
mismo año 1901 se funda en Bilbao la empresa Hulleras de Matallana,
como filial de La Minera Asturiana, para adquirir y explotar las concesiones
de Hulleras del Torío. Se constituye con un capital de 2.500.000
pesetas, pero tras los pagos a Hulleras del Torío y a La Minera
Asturiana se queda en 500.000 pesetas, capital insuficiente para poner
en explotación un coto tan grande. En breve tiempo la sociedad
pasó por varias manos hasta acabar en poder de una compañía
francesa (Charbonnages de Matallana SA, 1903), que adquirió las
concesiones en 1903 por un total de 1.900.000 pesetas, la cual, después
de preparar instalaciones y accesos sufrió un descalabro financiero
que la obligó al abandono de la actividad hacia 1904.
En 1906, en el área de Matallana, el coste
de la tonelada de hulla en la bocamina era de 6,75 pesetas y puesta sobre
vagón se elevaba a 11,99 pesetas.
Volcador de vagonetas sistema Westfalia,
1912.
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