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Vaya Bicentenario

En un año que debió haber sido festivo se agudizaron la violencia, el despilfarro, la impunidad y el discurso populista. Y eso no es lo más preocupante: al sexenio del empleo todavía le quedan 24 meses Toda una barbaridad

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DICIEMBRE, 2010. Debimos haber concluido que este sería un mal año desde el principio cuando entró en vigor un incremento al IVA que a partir del primero de enero pasó a ser del 16 por ciento y en menos de 48 horas la gasolina subió de precio en dos ocasiones. El presidente Calderón había prometido que en el 2009 ya non habría aumentos al combustible pero no aclaró que sólo estaba aplazando lo inevitable. Total, que a lo largo del año la ineficientísima Pemex (¿empresa de clase mundial? Si no fuera por que fue un 2010 sumamente violento, nos estaríamos carcajeando por tanto humor negro) incrementó en promedio un 1.67 pesos el precio de cada litro.

Moisés Saba, el empresario que fue socio del clan Salinas Pliego para fundar TV Azteca aunque luego terminó acremente la relación, falleció en un accidente de helicóptero a pocas horas después de llegar de Nueva York. También fallecieron su esposa y el hijo de ambos.

¿Recuerda el lector a Mel Zelaya? Sí, ese mismo, el bufón que fue depuesto cuando en forma ilegal quiso convocar a un referéndum para reelegirse. Pues bien, una vez que salió de la embajada de Brasil en Tegucigalpa viajó por varios países para denunciar el "despojo" del que había sido objeto, entre ellos México. Zelaya visitó a Calderón, quien le ofreció una cena a toda gala aunque a las pocas horasb "Mel" asistió a un mitin del PRD donde denunció al "espurio" y realizó declaraciones que interferían en política interna. El presidente no entiende: en el 2009 un tipejo también lo insultó no sin antes aceptar un cheque por 140 mil pesos como una beca concedida por el Conacyt.

Fernando Gómez Montt renunció al PAN pero siguió dentro del gabinete. En tiempos blanquiazules tampoco nadie quiere vivir desamparado u olvidado por la Santa Nómina.

El entonces técnico de la Selección Nacional Javier Aguirre dijo en una entrevista publicada en España que México era un "país jodido". Tenía razón, sólo que se le pasó decir que desde el 2004 ya no vive aquí y que si no residía en Madrid lo hacía en su residencia de Miami, donde estudian sus hijos (otro lo hace en La Habana). Pero como mandamás del Tri no le, fue tan jodidamente: la Federación le cubría su sueldo en dólares.

Otra medida que a la distancia de los meses se antoja no sirvió no pa'maldita la cosa es el Registro Nacional de Usuarios de Teléfono. Tanto se insistió que los celulares no registrados serían dados de baja que al llegar la fecha límite había por lo menos 20 millones de unidades que no se habían dado de alta. Total, que se obligó un plazo que aún no termina, pues el acoso y la intimidación telefónica continúan campantes.

Mientras se agravaba la violencia, Calderón lanzó una iniciativa antimonopolio cuyo destino fue similar al del Renaut. Televisa y Telmex simplemente sonrieron ante la ocurrencia del michoacano.

Quien sí supo cuándo retirarse fue la golfista tapatía Lorena Ochoa quien sólo ha jugado en torneos no oficiales luego de haber acumulado una fortuna estimada en 8 millones de dólares, nada mala para alguien que practica un deporte que en su propio país es satanizado y considerado "burgués" en vez de verlo como lo que es, una actividad que garantiza el flujo de inversiones privadas. Pregúntenle a Brasil, que en los años de Lula ha abierto 46 campos de golf en el inmenso territorio carioca.

¡Ah, sí! Enésima vergüenza de "los nuestros" eliminados en su primer juego de segunda vuelta en Sudáfrica.

Como muestra de que a los mexicanos nos gusta comernos la comida del refrigerador ajeno, Canadá dispuso que solicitaría visa a los conacionales que viajaran allá luego que cientos de ellos habían pedido "asilo político" como pretexto para vivir del seguro de desempleo --el "welfare" canadiense-- y que muchos de ellos llevaban hasta cuatro años cobrando su cheque mientras se resolvía su "caso" por lo que no tenían urgencia alguna por trabajar. Ante ello, lo de Arizona está lejos de ser casualidad.

A los asesinatos de alcaldes por parte del crimen organizado se agregó el del candidato priísta a la gubernatura de Tamaulipas, quien fue emboscado mientras se dirigía al aeropuerto. El crimen hasta hoy no ha sido aclarado, como tampoco se sabe lo que pasó con el Jefe Diego, secuestrado cuando llegaba a su rancho. Se publicó una foto --luego autentificada-- del ex senador en cautiverio y aunque a fines de noviembre corrió el rumor de su "liberación", hasta el momento nada ha ocurrido.

Cuando México estaba a punto de llevar a la ONU su protesta por la aprobación en Arizona de la "ley antiinmigrante2 y de denunciar "el abuso y maltrato contra nuestros conacionales", 74 cuerpos de inmigrantes de Centro y Sudamérica fueron encontrados en el rancho San Fernando en Tamaulipas. ¿Con qué cara iba a pedirse algo que en México no se da hacia quienes no llegan a vivir al país sino que van de paso rumbo al American Dream?

La otrora tranquila Comarca Lagunera sufrió tres masacres en menos de seis meses. La primera contra un bar, la segunda perpetrada en un restaurante que había abierto esa misma noche y la tercera en una quinta donde se efectuaba una fiesta de cumpleaños. Más tarde se supo que los autores eran presos del Cereso gomezpalatino que habían salido por las noches con anuencia de la directora del penal. Pese a ello el temor sigue y la vida nocturna prácticamente ha desaparecido en la zona conurbada.

Paulette fue el nombre que exhibió en su totalidad la incompetencia de la autoridad en el Estado de México, el estado que gobierna el recién casado y suspirante presidencial Enrique Peña Nieto. La niña apareció muerta en su casa y aunque primero se dijo que había sido asesinato luego se afirmó que había muerto accidentalmente en un espacio detrás de la cama. El caso sigue abierto pero inquieta sobremanera que todo haya ocurrido en una entidad donde nació alguien que quiere ser presidente de la República en 2012.

El gobierno federal tuvo una ocurrencia que cundió en otros países latinoamericanos, esto es, exhumar los restos de sus próceres, analizarlos y volverlos a enterrar. En el caso de México las osamentas fueron llevadas a un laboratorio donde se les realizaron pruebas de ADN. carbono 14 y otras más. Quizá el presidente Calderón y sus allegados esperaban que el pueblo se volcara sobre Reforma para ver de lejos los restos de sus héroes pero al final la asistencia fue bastante escuálida y no tuvo el efecto mediático esperado. De cualquier manera el show de los huesitos como le llamó Sergio Sarmiento tuvo un costo cercano a los 800 mil pesos, mientras que cada uno de los restauradores recibió en promedio 60 mil pesos por honorarios. Pero todo fue, al final, una vacilada que no sirvió absolutamente de nada.

En agosto el gobierno mexicano quiso reparar algo que nunca debió haberse roto al reanudar relaciones diplomáticas con Honduras tras la ascensión al poder de us nuevo presidente. "Mel" Zelaya había sido depuesto de acuerdo a la Constitución, por lo que la decisión original de Relaciones Exteriores fue un absurdo espaldarazo a Zelaya quien luego cobró la factura insultando al presidente Calderón a domicilio. Meses después el circo de Zelaya se ha apagado y posiblemente hoy viva arrullado en Venezuela con su amigote Hugo Chávez.

Como premio a su incansable trabajar, el Estado mexicano concedió dos días de descanso a sus burócratas para que se unieran a la celebración del Bicentenario. Fue una fiesta bastante lúcida, con música variada, desfiles y coreografías algunas muy buenas. Lo que desconcertó a quienes asistieron al Zócalo fue una enorme figura blanca a la que se le llamó el Coloso, aunque más coloquialmente se la denominó "el monigote" pues nadie sabía qué representaba, a quien se quiso emular o cuál era el honor. El secretario de Educación dijo que era un "símbolo de la mexicanidad" aunque muchos difundieron la posibilidad de que fuera Vicente Fox, Walt Disney o bien el revolucionario Gabino Barreda, lo que provocó otra inútil discusión en torno al desempeño histórico de ese personaje. Reforma apuntó que el mono había costado 60 millones de pesos los cuales se fueron de inmediato a la basura/cuenta bancaria de los "escultores" a menos de una semana de concluida la celebración. El "monigote" ha pasado a ser, desde entonces, símbolo de la manera tan estúpida en que el gobierno mexicano despilfarra recursos.

Cobijado por sus compañeros perredistas --en especial Alejandro Encinas, quien lo acogió en su oficina del Congreso por dos días-- Julio César Godoy logró colarse para jurar como diputado y así obtener el fuero que detenía la acción penal en su contra. Con un cinismo que rebasa todo asombro, el flamante diputado dijo que "no era culpable de nada" y que por ello había ido a San Lázaro. A los pocos días se difundió una conversación telefónica con el principal líder de la "familia" michoacana que no dejaba dudas de sus ligas con ésta. Sin embargo hasta el momento nada ha ocurrido y Godoy sigue campante, presumiendo su fuero.

Y casi para cerrar el año, el presidente Calderón asumió una de sus más fieles evocaciones echeverristas y espetó a los países poderosos de no comprometerse totalmente para combatir el cambio climático. ¿Qué sigue, acaso una nueva Carta de los Derechos y Deberes Ecológicos de los Estados Versión Blanquiazul? 

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