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Telosa, la ciudad woke que como otras utopías, se hundirá sin remedio

Un ex ejecutivo de una conocida multinacional tiene pensado erigir en Estados Unidos una ciudad ecológica donde no existirán ni el racismo, ni el egoísmo capitalista y todos vivirán tomados de la mano, una utopía que solo podrá conseguirse si en esa pretendida urbe solo sería exitosa si no es habitada por seres humanos. Ejemplo claro de terquedad y soberbia woke

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OCTUBRE, 2021. El venezolano Carlos Rangel, autor de Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario, advertía de esos activistas obsesionados con, escribió, "defendernos de nosotros mismos" y argumentaba del "profundo ánimo totalitario" de estos activistas: "buscan imponer su visión utópica mediante la transfiguración de una buena causa. Al final se derrumba la utopía, no sin antes causar un tremendo daño a todos aquellos que buscaba salvar y proteger".

Rangel, desafortunadamente fallecido de forma prematura, sin duda quedaría sorprendido de que ese afán, ominoso, ingenuo y que al final reproduce las causas que busca combatir, se está presentando actualmente en Estados Unidos, considerado por muchos años el paraíso de la libre empresa.

Como hemos repasado constantemente en este sitio, ese país atraviesa por una sórdida guerra cultural entre los valores que han distinguido a ese país y otra corriente que busca destruir el pasado para erigir en su lugar una sociedad multicultural, impulsada por los wokes, una jauría que brincó de los planteles universitarios al mundo empresarial y del entretenimiento. Los wokes suponen, dentro de su egocentrismo rayano en lo absurdo y donde se consideran dueños históricos de toda la verdad, que una sociedad multicultural resolverá per se los problemas de la humanidad; su filosofía, si se le puede llamar así, resume todos los problemas que sufre el mundo actual en dos puntos: el racismo y su hijo putativo, el capitalismo.

Pero a diferencia de otras corrientes de izquierda que veían al empresario como compadre del mismísimo Satanás, lo woke se ha infiltrado en las megaempresas norteamericanas que han comenzado a promover esta peligros bazofia (y, por tanto, esa izquierda ha dejado de exigir por la nacionalización de esos emporios, faltaba más).

Y es aquí donde entra en escena uno de esos personajes que advertía Carlos Rangel: Marc Lore es un ex ejecutivo de cadena Wal Mart y accionista del equipo de básquetbol Utah Jazz quien se convirtió en potentado del Internet mediante do sitios de compraventa y quien ya no tiene necesidad alguna de trabajar. El proyecto de Lore , en apariencia, pareciera encerrar el ideal humanista que tantos se ha perseguido en la historia: una sociedad multicultural donde todos queden atrás pecados como la envidia, el odio y el racismo; quienes se opongan a ese ideal amoroso quedarán fuera y no se les permitirá la entrada a ese edén de justicia social.

El proyecto de Lore todavía no se materializa pero ya tiene nombre: Telosa, derivado del griego telos y que significa "un alto propósito". Según este empresario woke, "Telosa será una ciudad habitada por 'colonos' que aseguren diversidad e inclusión. La selección de estos 'colonos' probablemente se desarrollará luego de un proceso de aplicación para escoger a los mejores prospectos", según una entrevista concedida al USA Today.

Telosa es un proyecto que ya está en marcha: un total de 50 voluntarios donde hay arquitectos, economistas, ingenieros, expertos en clima, historiadores y diseñadores. "todos ellos están colaborando con el diseño, construcciones y los servicios", añadió Lore en ese diario.

Según Lore, la ciudad tiene contemplado un presupuesto de 4 mil millones de dólares y la comunidad, asegura, "será abierta y dará la bienvenida a todos". ¿Entonces, nos preguntamos, para qué realizar un "proceso de selección" si la convocatoria estará abierta para todos". Clara señal de un proyecto totalitario.

Por si hubiera dudas, Lore refirió en esa entrevista: "Yo no quiero ser el gobernante de la ciudad, se trata más de un servicio público. Lo que quiero es proporcionar un lugar con potencial de crecimiento. La intención no es que sea una ciudad privada, es una ciudad abierta para todos, como un innovador medio de vida".

Quizá Lore no lo sabe --y si lo sabe es peor-- pero ya existió un proyecto, esta vez llamado Prora. Originalmente un complejo turístico, su concepto original era ser un lugar de retiro apodado "Fuerza a través de la alegría". Con el paso de los meses Prora tuvo como objetivo convertirse , decía la publicidad, "en un sitio de armonía que también servirá para escapar de las presiones cotidianas", para más adelante especificar que el complejo, "será un santuario ecológico, en armonía con la naturaleza".

(¿Qué es Prora? Con gusto le respondemos: fue un proyecto erigido en la Alemania nazi y que fue detenido en seco cuando estalló la segunda guerra mundial; sus ruinas aún existen en la isla de Rügen, en el Mar Báltico).

"Estamos conscientes de que los inicios de la ciudad serán pocos convencionales... tendremos que arrancar de una manera poco convencional pero esperamos que con el tiempo la gente vaya creando su propia cultura". Eso lo dijo Lore al US Today, no a los capitostes nazis, pero si analizamos su supuesto idealismo, las coincidencias son más que preocupantes.

Y aunque todavía no se ha determinado cuál será la ubicación de Telosa, el equipo de Lore está en la búsqueda de sitios en los estados de Nevada, Utah, Arizona, Texas y la región de los Apalaches. ¿Pero por qué, se pregunta uno, Telosa va a erigirse en estados que son prósperos, y casi todos ellos, actualmente con gobiernos republicanos? ¿Por qué a Lore y sus asesores no se les ha ocurrido crear Telosa en estados "progresistas" (y por tanto caóticos) como California, Minnesota o Nueva York? ¿Por qué no construir allá esta empebrecida fantasía de alegría socialista?

Según la página web del proyecto (tómese antes de revisarla algún medicamento contra la náusea, por si acaso), apunta que los potenciales colonos se encuadrarán en una visión económica llamada "Equidad" donde los terrenos en que se construirá la ciudad serán donados en forma comunal. A cambio, "los residentes serán dueños de sus casas y eso les servirá para enriquecer el proyecto. Más adelante los residentes estarán en disposición de adquirir la donación de terreno".

¿Y cómo diantres será "sustentable" esta ciudad? Permitamos que Lore nos dé la respuesta: "Los impuestos que paguen los ciudadanos se regresarán en infraestructura --caminos, túneles y puentes-- de manera que todos sepan exactamente el destino de su dinero". ¿Acaso Telosa será una ciudad donde no habrá burócratas o éstos, igualmente emborrachados de idealismo, también serán voluntarios que no cobrarán sueldo?"

Agregó Lore en la misma entrevista: "El objetivo básico de la ciudad es superar su mayor reto, el crecimiento rápido de la brecha entre ricos y pobres, lo cual amenaza con echar abajo a Estados Unidos. Dado que el actual sistema económico es una máquina de crecimiento, también ha desarrollado mayor inequidad, la equidad incluye un crecimiento inclusivo para todos".

Aparentemente a Lore no le ha pasado por la cabeza que su éxito empresarial paradójicamente lo convierte a él en parte de la brecha entre ricos y pobres que a él tanto le ha beneficiado; es el equivalente a que los dueños de un casino que esquilmaron a los apostadores les dan palmadas asegurándoles que no, que no se preocupen, que los dejaron en la calle pero que de todos modos les ofrecen todo su respaldo moral.

Lo que sostiene Lore, por otro lado, es parcialmente cierto: la brecha entre los ricos y pobres en Estados Unidos no "amenaza" con destruir a los Estados Unidos, ni es tan grave como para impedir que cientos de miles de personas anhelen vivir en ese país pese a ser un país "racista" y "opresor", como alegan Lore y sus amigos wokes.

Lo que amenaza la supervivencia de Estados Unidos es un país cada vez más intervencionista en la economía, la educación doctrinaria, el veneno divisorio de la sociedad como la teoría económica de la raza y el estrangulamiento de la actividad productiva del pequeño comercio. Y eso no se va a resolver construyendo ciudades utópicas como Telosa sino retomando el espíritu que hizo de ese país la locomotora económica del mundo y permitir que las innegables heridas dejadas por el pasado racista --que no fu exclusivo de los colonos norteamericanos: la esclavitud fue un fenómeno que se dio también en el resto del continente, aunque de ellos se habla poco-- terminen por cicatrizar.

"Mi intención no es hacer dinero", agregó Lore. "Lo estoy haciendo por lo que significa para otros y para su futuro. Si este intento no funciona entonces habrá cosas que aprender e inspirarán a otros a realizar sus proyectos". Si, claro...

Las calles de Telosa "darán prioridad a las bicicletas y a los peatones y el uso de automóviles eléctricos será obligatorio", establece la página web del proyecto. Una engañifa, por cierto, algo que sin proponérselo descubrió Michael Moore: ¿nadie ha reparado en el hecho de que la energía eléctrica proviene de los combustibles fósiles como el petróleo?

¿Qué esperar de Telosa, la ciudad que se tiene proyectado sea una realidad para el 2030?

Un fracaso, sobre todo porque Telosa se basa en premisas falsas, y porque no será la primera vez que se tiene la intención de crear una "ciudad utópica". Quienes deciden vivir en una comunidad aislada dentro de un ideal de igualdad, humanismo y armonía no tardan en darse cuenta que se trata de una tarea imposible dado que todos tenemos diferentes objetivos en la vida. De hecho, la mayoría de las ciudades que ha creado la especie humana han tenido como objetivo el conformar una comunidad depurada, mucho mejor y armónica que las ya existentes. Ninguna ha logrado ese propósito, y jamás se conseguirá.

El otro extremo de este idealismo, algo que no debemos olvidar ante estos proyectos emborrachados de idealismo, es lo que sucedió con Guyana en 1978. Las ciudades utópicas no van a ningún lado, aunque algunas veces terminan llevando a sus habitantes a otro mundo.

 

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