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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Internacional

                                  Los Presidentes: Richard Nixon

Encasillado como ultraconervador y anticomunista furibundo, fue el primer mandatario en descongelar la guerra fría, además de tener convicciones keynesianas. De no haber sido por Watergate, Richard Nixon habría pasado a la historia como un gran estadista

MAYO, 2006. Un defecto que siempre batalló en controlar fue su temperamento. Una vez que la prensa y sus enemigos políticos detectaron aquello no tardaron en provocarlo, aun en las conferencias con los reporteros donde era evidente su enojo. Fueron estos arranques los que hundieron su presidencia en 1974 cando el Washington Post publicó la transcripción de unas grabaciones que comprometían su reputación pública y donde traicionaba a varios aliados suyos. Era el fin de una carrera brillante, con muy pocos tropiezos y llena de triunfos que no se le han reconocido. Y es que ciertamente es el capítulo de su vida que contaminó a un político al que la prensa luego dio el llamar Tricky Dicky (Ricardito el Tramposo).

Richard Milhaus Nixon nació en 1914 en el seno de una familia de cuáqueros de California. El duro trabajo, la oración diaria y un contacto mínimo con el mundo exterior marcaron los primeros años de su vida. Sin embargo el futuro presidente rompió una tradición familiar que venía de sus antepasados europeos reacios a la educación secular. Al comenzar la crisis de 1929 el adolescente Nixon era ya un lector voraz pero pade´cia dislexia y batallaba para leer en voz alta. Pero al entrar a la universidad, a mediados de los 30, escogió la abogacía primero por vocación y luego para superar su problema. Su empeño dio resultado: cuando se le llamó al Ejército también destacó; le apasionaba la historia sobre la Guerra Civil norteamericana y admiraba a Abraham Lincoln.

Tambien desde entonces Nixon tenía, así fueran pequeñas, sus aspiraciones presidenciales. Tras la Segunda Guerra Mundial le preocupó ver cómo la Unión Soviética se perfilaba como el nuevo enemigo de Estados Unidos tras la caída del nazismo. Sus artículos y discursos contra el estalinismo lo fueron llevando a la política y, de ahí, a afiliarse al Partido Republicano donde ascendió rápidamente para de ahí brincar al Senado. Su relación con Dwight "Ike" Eisenhower fue buena durante los primeros años, algo que le ayudaría bastante en sus aspiraciones políticas, mismas que a nivel personal crecieron cuando Nixon, como miembro del Comité de Actividades Antinorteamericanas de Joseph McCarthy --con quien no llevaba buenas relaciones, por cierto-- atrapó a Alger Hiss, un tipo que desde tiempos de Roosevelt ocupaba altios sitios en las esferas de gobierno y a quien Nixon señalaba como espía soviético. 

Hiss fue juzgado y encarcelado aunque luego salió libre bajo fianza y se fue a Europa Oriental; pese a tan obvia evidencia, los medios trataron a Hiss como "víctima" de la "cacería de brujas" y del que Harry Truman llegó a decir que era "un ciudadano honorable" (sólo hasta que la desaparecida KGB abrió sus archivos y donde Hiss figuraba como agente a sueldo del Komminterm el asunto se hizo discretamente a un lado).

A principios de 1960 anunciaba sus intenciones presidenciales; al contrario de McCarthy, caído en desgracia para morir al poco tiempo, la búsqueda de espías lo había fortalecido, aunque su contrincante demócrata también era fuerte y con una carrera parecida: nacido en 1918, abogado, héroe de guerra, senador y con un carisma arrollador. Ambos coincidían en la necesidad de contener el avance de la URSS en el mundo y en América Latina. Nixon ganó la nominación republicana sin problemas al iguql que Kennedy en la demócrata. 

Otra novedad era que los candidatos debatirían en vivo en la televisión frente a millones de personas. Aquello ayudó a Kennedy pues su contrincante, debido a la premura y al ritmo de la campaña, se veía cansado, oojeroso y además no se había rasurado por lo cual, en blanco y negro, se veía desaseado. De acuerdo con los historiadores, ese detalle decidiría las elecciones en noviembre de ese año pues Nixon perdió por un margen bastante pequeño.

                                              La carga ajena

A fines de los cincuenta lo que había sido una colonia francesa comenzaba a enfrentar brotes subversivos, esto en momentos que Vietnam vivía sus primeros meses como nación independiente. Para garantizar el proceso, Estados Unidos envió contingentes mientras que Francia, silenciosamente, se desentendió del asunto. Pero para 1961, el primer año de Kennedy, las cosas comenzaban a complicarse; cuando la invasión a Bahía de Cochinos fracasó miserablemente, el ejército optó por permanecer el Vietnam, país amenazado con partirse en dos.

Tras su derrota electoral, Nixon entró en un periodo de depresión y descuidó su carrera política. Sin embargo para 1965 estaba de vuelta dispuesto a llevarse nuevamente la nominación presidencial. Cada parte de su discurso resaltaba el tener "una solución" para el ya entonces enredado conflicto en Vietnam y que, irónicamente, como se vería después, había corroído el prestigio del Partido Demócrata. Por su lado Nixon conquistó la nominación de su partido para las elecciones de 1968 donde su contrincante fue Humbert Humphrey quien proponía una "solución negociada" en Vietnam. Nixon ganó los comicios con un margen bastante amplio.

La oposición a la guerra en Estados Unidos se convirtió en un enorme movimiento del cual la prensa --que desde los cincuenta veía con recelo al ahora presidente-- dio enorme cobertura. Durante su primer año Nixon buscó el fortalecimiento de sus relaciones con Europa mediante la OTAN, esto a manera de demostrar cohesión frente a la Unión Soviética antes de iniciar pláticas sobre desarme nuclear con Moscú, y en disuadir a esos países para no coquetear con Europa del Este.

Por el lado de la "solución negociada" Nixon encargó la misión a su secretario de Estado Henry Kissinger y quien constantemente le conseguía treguas con el Vietcong que duraban apenas unos días. Poco a poco crecía el cuestionamiento hacia la guerra en Vietnam pero aparte de no haber sido declarada por el Congreso había quedado como una "operación de bajo perfil" proclive a muchos movimientos ilegales. 

Por si fuera poco, el gasto en defensa comenzaba a formar una burbuja inflacionaria y un déficit en la cuenta corriente. Sin embargo aquello no preocupó gran cosa a Nixon: cierto, su convicción política era anticomunista pero en lo económico aplicó varios programas de tendencia keynesiana como era el estímulo al consumo y la impresión de papel moneda para incrementar la producción. Por tal motivo, a partir de 1971 los precios comenzaron a subir en decimales y luego en números redondos, algo no visto en Estados Unidos desde 1947.

Al frente en Vietnam se abría otro, el del terrorismo palestino con un Yasser Arafat, fundador de la Organización para la Liberación de Palestina. El atentado más fuerte de este grupo ocurrió durante los juegos olímpicos de 1972 cuando once atletas israelíes fueron asesinados por un comando de la OLP. Mientras tanto, en Estados Unidos la campaña presidencial se encontraba en su momento clave. El candidato demócrata George McGovern, quien en su discurso tomó como suyas las demandas de los pacifistas, aseguró que "de inmediato retiraría a las tropas de Vietnam" en caso de resultar electo. Pero los votantes pensaban distinto: aquel conflicto, se pensaba, aún podía ser ganado aunque ya existía enorme desmoralización entre los soldados y muchos que regresaban del frente eran recibidos con insultos y escupitajos. Y pese a lo que parecía una gigantesca oposición a la guerra, Nixon derrotó con buen margen a McGovern en las elecciones presidenciales de 1972.

Algo que ayudó bastante a Nixon para conseguir otro mandato obedeció a que parecía haber aplacado a los soviéticos. Firmó con Leonid Brezhnev el SALT, un acuerdo de no proliferación de armas nucleares con lo que ambas potencias se comprometían a reducir su armamento y a realizar una especie de detente (tregua) en sus zonas de influencia en Europa Occidental. Cuando Nixon manifestó su intención de ir a China y entrevistarse con Mao Tse Tung sus asesores temblaron ¿Se había vuelto loco el presidente? Pero Nixon estaba decidido y realizó el viaje hasta Beijing (entonces Pekín). 

La visita fue cordial y, contra lo que se esperaba, bastante fructífera; las divergencias entre Mao y Brezhnev sirvieron de apoyo a un mandatario que necesitaba amarres en Asia ante la eventual caída de Saigón en manos comunistas.

                                                Atrapado y humillado

La relación de Nixon con la prensa no dejó de empeorar. Además de la cobertura --casi por completo negativa-- en torno a Vietnam, también hubo una serie de artículos que condenaban su presidencia. En 1971 The New York Times publicó una "investigación" de Anthony Russo y Daniel Ellsberg de documentos considerados confidenciales y que referían zonas de apoyo logístico, ubicaciones militares y estrategias de choque del Ejército en Vietnam. El diario se escudó en la encomienda en torno a la libertad de expresión aunque el gobierno quedó bastante perjudicado.

En 1973 Estados Unidos entró en una recesión consecuencia de un incremento en el gasto público. Para colmo, Nixon envió al Congreso una iniciativa que creaba la Drug Enforcement Administration (DEA) con el fin de combatir el consumo de drogas y estupefacientes en el país. Como sea, hacia mayo de aquel año la inflación era del 3.3 por ciento lo cual incrementó las tasas de interés y redujo la actividad productiva. También fue aprobado un paquete impositivo al que se sumó la crisis energética producto del boicot de los países árabes de la OPEP para surtir petróleo a Estados Unidos. Sin embargo la popularidad de Richard Nixon era aún alta pues veían todo aquello como una coyuntura y aún confiaban en que se daría la victoria en Vietnam. (Sin embargo en el Departamento de Defensa era cada vez mayor el desánimo y el deseo de retirar las tropas de ahí cuanto antes).

El siguiente año parecía pintarle mejor a Nixon. La inflación comenzó a ceder, hecho que mantuvo alta su popularidad mientras la situación económica tendía a mejorar. Sin embargo los medios no dejaban de cuestionar la honestidad del Presidente hasta que éste los retó y se quejó abiertamente de los directivos de los principales diarios norteamericanos. 

La afrenta no tardó en ser respondida: Luego de una investigación periódística que llevó año y medio, el Washington Post publicó la transcripción de unas cintas sustraídas de un edificio llamado Watergate en la capital. Los reporteros Bob Woodward y Carl Bernstein eran los autores del texto donde Nixon, en conversaciones secretas, habría prometido "hacer lo posible" y "ganar" (sobornar) legisladores para obtener la reelección, así como el apoyo político a cambio de favores, de grupos industriales, constructoras y demás grupos afines al Partido Republicano.

La serie de transcripciones, publicadas por el Washington Post cimbró a la Casa Blanca; en un principio Nixon desdeñó las acusaciones pero optó por el silencio cuando el Congreso, dominado por los demócratas, y aun muchos republicanos, exigió un juicio político dadas las "tácticas ilegales" --como dijo el Post-- y aun la insólita posibilidad, en pleno Estados Unidos, de un golpe militar. Finalmente, el 9 de agosto de 1974, el mandatario dio un discurso donde, primero, aceptó toda su culpa en el escándalo y, segundo, renunciaba a la Presidencia "por no tener ya tiempo suficiente para atenderla" y para "no obstruir en las investigaciones". Así Nixon pudo esquivar el juicio político aunque quedó pendiente el proceso judicial.

Watergate también había arrastrado al vicepresidente Sphiro Agnew de modo que el Senado optó por escoger a Gerald Ford, un senador republicano opuesto a Nixon que tomaría la decisión, en 1975, de sacar a las tropas de Vietnam en lo que fue la primera --y más grande-- derrota militar para Estados Unidos. Sin embargo y a manera de evitar una posible escisión republicana, el presidente Ford, con anuencia del Poder Judicial, eximió a Nixon.

Fuera ya de la actividad política, pero siempre resguardado por el servicio secreto, como ocurre con los demás mandatarios, Nixon publicó sus Memorias en 1982 y poco a poco se fue perdonando su proceder. A principios de los 90 su salud se deterioró hasta que falleció el 22 de abril de 1994. Fue inhumado con todos los honores con la presencia del Presidente Clinton, quien en su juventud participó en varias protestas antibélicas y donde además se reconoció el esfuerzo del mandatario por acercarse a China y haber ayudado a destensionar la relación con la URSS.

 

 

Condensado de Presidentes de aquí, de allá y que ya no están aquí, libro ensayo de Oscar Fernández, 2005. Copyright en trámite.

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