fasenlínea.com

Análisis, comentario y demás

 
Inicio Nacional Internacional Cine DVDs Medios Literatura Y Demás

Internacional

Tal pa´cual...

Histórica amonestación o más tiempos extra, la encrucijada venezolana

Se acercan las elecciones parlamentarias donde los votantes quizá lo hagan por última vez. El reto es derrotar a Hugo Chávez es formidable, pero del triunfo dependerá si Venezuela inicia el desarme de la incompetente y populista revolución bolivariana

Versión impresa

SEPTIEMBRE, 2010. Para muchos venezolanos, éste fue el colmo de la irresponsabilidad chavista. El Nacional, uno de los diarios más leídos del país, publicó varias fotografías en una morgue venezolana que mostraba a víctimas de la violencia en la capital. La ira del presidente no fue contra el autor del mensaje sino contra el mensajero y emitió un decreto que prohibía a la prensa mostrar "pornografía", como llamó a aquellas imágenes. Lo curioso es que el edicto no abarcaba a un conocido pasquín oficialista que entre sus artículos de "análisis" político presenta fotos provocativas de modelos y aun fotonovelitas pseudoeróticas donde lo que menos importa el argumento, aunque eso sí, muy bolivarianas.

La mecha de la paciencia se le agota a los venezolanos (la ley chavista únicamente puso mordaza a El Nacional y otro par de periódicos) y será este 26 de septiembre cuando tendrán otra oportunidad, no se sabe si la última, de mostrar su descontento contra Hugo Chávez. Las encuestas son un elemento que el gobierno no ha podido borrar pese a que han brotado decenas de "encuestadoras" pagadas por dinero oficial que siempre le muestran un apoyo irrestricto. Los sondeos indican que apenas un 34 por ciento de los entrevistados respaldan al mandatario. Es una baja histórica, e impensable hasta hace apenas dos años cuando se realizaron las elecciones presidenciales. Dentro de cualquier lógica las elecciones parlamentarias del próximo 26 de septiembre donde se renovarán a los 165 parlamentarios (diputados) serían ganadas por los opositores a Chávez. Sólo que la congruencia y lo que al final ocurre no son constantes en Venezuela. Esta será una elección crucial y pese a que las simpatías hacia el presidente muestran una baja histórica, no existe garantía alguna que llegue a perder la mayoría en el Parlamento, dominado por los chavistas desde el 2005.

Entre las razones son que, principalmente, el control que Chávez ejerce sobre los órganos electorales, una maraña que hace imposible cambiar una tendencia que no se sea favorable al mandatario. "La 'caída del sistema' de México en 1988 se da en cada elección venezolana", refirió el analista Carlos Ball. Por otro lado, el organismo ha hecho todo lo posible para entorpecer la labor de los observadores internacionales de modo que los resultados les llegan maquillados o "cocinados" de modo que no quede duda alguna sobre su veracidad.

Otra razón, quizá insalvable, es el ejército de votantes quienes tlal vez no crean mucho en la "revolución bolivariana" pero sí en los 130 dólares mensuales que el gobierno les transfiere y que ya aseguró se incrementarían a 150 en caso que continúa la mayoría chavista en la asamblea. Entre éstos se encuentran alrededor de 250 mil "informales" que han invadido las calles de Caracas y que son controlados por las células chavistas que les ofrecen "adoctrinamiento" y clases de "marxismo-leninismo" cuando no están en sus puestos. Independientemente de la enorme contradicción que representa por un lado inculcarles acerca de los males capitalistas y que por el otro su principal medio de subsistencia sea a través del comercio, este contingente, al que se deben agregar sus familiares ene dad de votar, son genuina carne de cañón prisionera similar al que el priísmo tenía entre los campesinos advertidos de que podrían perder sus dádivas si no sufragaban por el tricolor.

"Mientras más pobres hay, más gente hay que depende del gobierno. Esta es la fórmula que busca el chavismo para perpetuarse en la presidencia", escribe Anastasia O'Grady, del The Wall Street Journal. Según estimaciones del propio gobierno, el número de pobres se ha incrementado en un 36 por ciento desde que Chávez llegó al poder. Como se sabe esas cifras fueron luego maquilladas y el ministro de Economía que las autorizó fue "desautorizado", pero la realidad ahí está. Y qué mejor prueba que la falta de competitividad que Venezuela ha tenido los últimos 13 años. Con una inflación anual cercana al 40 por ciento --la más alta del continente--,. una burocracia cada vez más estorbosa y la presencia omnipotente de Chávez en radio y televisión, son motivos que saturarían hasta el más paciente. Pero el hambre, y el temor de miles de venezolanos a perder ese "bono" mensual pueden resultar más fuertes que dejar que el ente totalitario chavista termine por cerrar los últimos resquicios de libertad.

Las elecciones del próximo 26 de septiembre son importantes por otra causa. Fue en el 2005 cuando Chávez logró la mayoría absoluta en la Asamblea gracias a una pifia cometida por Copei y Acción Democrático, los tradicionales partidos venezolanos, que optaron por retirarse de la contienda en protesta. "Cayeron en el juego de Chávez", señala Ball, "y es fecha que no han podido sacudirse este error, que le permitió un poder omnímodo para cerrar su pinza". A un lustro de aquel momento ambos partidos, y buena parte de la oposición, aún se encuentran desperdigados, con puntos de vista encontrados; no han sido una oposición real a la que, para colmo, debe añadirse el hecho que muchos ciudadanos siguen considerándolos entes corruptos que sólo veían para su propio beneficio (fenómeno sobradamente conocido en México). "Sin las torpezas cometidas por AD y el Copei, Chávez no estaría en el poder", apunta O'Grady.

Una piedra en el calzado chavista para acelerar su "revolución bolivariana" ha sido la clase media, que a diferencia de la cubana, que huyó casi en su totalidad a Miami cuando Castro anunció sus verdaderas intenciones, ha optado por permanecer en Venezuela. Se sabe que las familias más ricas que aún quedan han empezado a adquirir propiedades en la Florida listos para emigrar en caso que Chávez acelere su "revolución bolivariana". Un reciente artículo del Miami Herald señala que desde 1997 han entrado a la Flórida más de 45 mil millones de dólares procedentes de empresarios venezolanos, quienes sólo esperan que llegue el desastre para irse a Estados Unidos, "pero muchos venezolanos de clase media han preferido permanecer, a veces porque resulta muy oneroso salir, a veces como forma de protesta, "no se va a deshacer tan fácil de nosotros (...) a diferencia de Cuba, los venezolanos tenemos vocación democrática", señala una entrevistada por ese diario.

Por ello las elecciones del 26 de septiembre son tan importantes tanto para opositores como para chavistas. Para los primeros, es quizá la última oportunidad que tienen de librarse de Chávez ante sus afanes de reelegirse hasta que sea un anciano (o, peor aún, termine por suprimir las elecciones). Para los chavistas, podría ser la última llamada para comcretar la "revolución bolivariana" antes que estalle una crisis económica que pondría en la lona a Chávez con todo y sus petrodólares... y también, por supuesto, para proteger sus espaldas si eso llegara a ocurrir. Una mayoría parlamentaria compraría impunidad a los más altos funcionarios chavistas en caso de debacle.

La reacción chavista es predecible, y ya desde hoy anuncia que hay un "complot" por parte de la "oligarquía" --que por supuesto nunca señala con nombres y señales-- y el "imperialismo", por lo que ya desde hoy existe un culpable aunque todavía no se comete el delito. "Chávez sabe que las posibilidades de perder la mayoría parlamentaria son más grandes esta vez que en las anteriores", escribió el columnista Raúl Reveles, de El Universal de Caracas. "Si pierde aún tendrá buena parte del poder, pero le será acotado notablemente. Ahora bien, a su favor cuenta con una oposición dividida, caótica a ratos". Agrega Teodoro Petkoff, ex guerrillero y actual director de la revista Tal Cual: "Chávez terminó por fortalecerse con el fallido golpe del 2002, lo cual equivalió a jugar con sus reglas. Si hay que ganarle, deberá ser mediante la mejor arma legal que contamos los venezolanos: el voto".

Si Hugo Chávez logra retener la mayoría el próximo 26 de septiembre contará con todas las barajas para apretar más el cuello del país con su "revolución bolivariana", y si entonces ocurre una debacle económica, hallará el pretexto perfecto para suprimir las libertades que aún quedan a los ciudadanos. El aparato en contra es formidable, pero no imposible de derrotar.

                                              

Copyright 2010 Derechos reservados

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de Internacional

China. asombro incompleto

Independencia africana: muchos aniversarios, pocas celebraciones

Un repaso extrafutbolero al país anfitrión

Un té por la libertad económica norteamericana

Atisbos de la desunión europea

La de Hugo Chávez, una película de horror

Haiti: peor, imposible

 ¿Desea opinar sobre este artículo?

[email protected]

[email protected]

0 comentarios

 

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás