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No lloraremos por ti, Newsweek impresa

Tras varios subibajas en su estructura financiera. el conocido semanario anunció que ahora será publicado únicamente  en edición digital. Pero si persiste su tendencia editorial que simplemente no vende, por lo tendenciosa, no habrá bits que salve al veterano semanario

NOVIEMBRE, 2012. Se esperaba, pero fue antes de lo previsto: Newsweek, el semanario fundado en 1925, anunció que a partir del próximo enero abandonará la publicación impresa y se concentrará únicamente a la edición en línea, con contenido a los cuales se podrá acceder con suscripción. La revista, principal rival del TIME, se sumará así a otras publicaciones que, ante la caída de anunciantes, dejaron de imprimir sus contenidos. El de Newsweek está lejos de ser el primer caso, pero es de resaltarse porque se trata de un medio importante (para los lectores de las ediciones en otros idiomas, incluido el español, la edición impresa continuará normalmente, aunque se sabe que ésta última sigue trabajando en números rojos).

Desde una perspectiva, el retiro de Newsweek de los puestos de revistas pareciera ser el destino de la mayoría de las publicaciones que quieran sobrevivir a los tiempos cibernéticos. Prácticamente ningún medio escrito se encontraba listo para la llegada del Internet ni para la progresiva pérdida de publicidad que ello representaba. Por ejemplo, el sitio printedmedia.com señaló que en 1995 los medios en papel recibían hasta un 46 por ciento de la publicidad total; cinco años después, tras el boom del Internet, la cifra bajó a un 27 por ciento y diez años después había llegado a un alarmante 14 por ciento. Actualmente no existen cifras pero el sitio estima que la publicidad se encuentra entre un 10 y un 13 por ciento. Incosteable para cualquier medio.

La alternativa de Newsweek, según el comunicado, será ofrecer contenidos de paga. La gran paradoja de la prensa escrita es que si bien la publicidad ha emigrado a la red en forma de tsunami, los periódicos y las revistas no han recibido la porción que ellos esperaban y con resultados que no satisfacen a los publicistas. La idea, pues, es similar a la de periódicos como The Wall Street Journal y, en México, Reforma. El problema es que éstos todavía tienen ediciones impresas que los suscriptores también pueden consultar en Internet. Esta fórmula ha funcionado relativamente bien pero aún queda por ver si dará resultados en un medio eminentemente electrónico.

"La clave es ofrecer al visitante de la página algún contenido libre complementado con el contenido premium", refiere el comunicólogo Jorge Lara, "esta es la estrategia que ha dado mejores resultados y sin la cual Newsweek difícilmente sobrevivirá en la red. Primero me debes convencer de que tu contenido es bueno para poderme suscribir..."

Y esa podría ser, precisamente, la pata de la cual cojea Newsweek: sus contenidos no son buenos. La revista había dejado de ser un semanario informativo desde los tiempos que la adquirió The Washington Post para convertirse en vocero oficioso del Partido Demócrata (TIME también tiene tendencia de izquierda pero en sus contenidos trató de maquillarla hasta hace poco). El auge de Internet coincidió con una serie de disputas internas en torno a cómo manejar la información, si en forma de reportaje o en forma de "punch" gráfico, es decir, las llamadas de portadas escandalosas al mejor estilo de The National Enquirer. La fórmula se hizo de rigeour durante los dos gobiernos de George W. Bush, a quien el semanario acusó, entre otras cosas, de torturar a los prisioneros en la prisión de Abu Grahib (cierto), de tirar el Corán a los retretes en Guantánamo enfrente de los prisioneros (falso), de que el ex presidente había falsificado una excusa para no ir a Vietnam en 1972 (falso), y de Sarah Palin la presentó en una foto donde aparecía con shorts de gimnasia, imagen que sirvió como mero pretexto para redundar en lo que Newsweek había dicho desde siempre: que la ex candidata a la vicepresidencia era una inútil.

El punch gráfico también abarcó el terreno de la tontería, como la vez que se publicó un artículo donde se explicaba que los bebés eran "racistas", que Estados Unidos era un país cada vez menos cristiano, información que desmentía cualquiera que revisara el Censo norteamericano. Algunas veces la fórmula representó un repunte de ventas pero si la siguiente edición carecía de algún texto sensacionalista la circulación se iba al suelo. En otras palabras, Newsweek se estaba convirtiendo en un tabloide, especializado en vender escándalo, más que información.

En el 2009 y con las ventas en picada, Newsweek anunció una reducción en su plantilla de corresponsales extranjeros y el enfoque a los reportajes "de fondo" que, sin embargo, no elevaron la circulación. Asimismo terminó su asociación con el canal MSNBC que, quizá no sea casual, presenta un rating bajísimo y firmó una alianza con The Daily Beast, una página web de corte liberal para luego ser adquirida por el mulitimillonario Sidney Harman y quien falleció poco después.

Si ya se ha intentado todo lo que era posible oarea que Newsweek sobreviva como medio impreso, ¿lo logrará como un medio exclusivamente digital?

Por un lado, la respuesta se antoja negativa. Prácticamente todas las revistas norteamericanas han sufrido el embate del Internet, pero el caso es que Newsweek vio reducidas sus ventas por carecer de un lector de base, es decir; "si nadie compra tu revista es porque el lector no está ahí", reza una máxima editorial, algo que se aplica totalmente al semanario. Ni tan de izquierda como Mother Jones, ni tan de derecha como The National Review, la revista cae en un un nicho de personas cuyas convicciones políticas no incluyen comprar revistas. Newsweek llamó "portentos de la protesta" a los organizadores de Occupy Wall Street. Pero el movimiento jamás ha recibido el apoyo popular que rebase el 11 por ciento en esa urbe, según una encuesta de The New York Post. Pareciera que Newsweek se la ha jugado por causas que no venden revistas. 

Y para colmo, quienes leen a Noam Chomski, ven las películas de Michael Moore y escuchan a Rage Against the Machine no se van a molestar adquiriendo una revista como Newsweek a la que consideran parte del establishment. Es como si los organizadores de un concierto de Bach quisieran llenar las butacas con gente que asiste a los conciertos de Pesado o Jenny Rivera. Son públicos hechos. Ante ello, a Newsweek no le quedó otra más que vender escándalo. Pero deberían haber aprendido la lección de News of the World, un semanario amarillista que dejó de circular el año pasado.

"Si a la gente le gusta lo que escribes, te seguirán aunque tengas un medio impreso o publiques en la red y cobres por los contenidos. En el caso de Newsweek creo que la falla está en su línea editorial. Si no la rectifican tendrán grandes problemas como medio exclusivamente electrónico", finaliza el comunicólogo Lara.

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