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Lo extrañaremos, Pedro Ferriz Santacruz

Gran comunicador y una presencia indispensable en la televisión por más de 60 años, Pedro Ferriz fue parte de una generación donde estar frente al micrófono implicaba la responsabilidad de cultivar la inteligencia entre su auditorio. Su ausencia será notoria con cada día que pase

SEPTIEMBRE, 2013. Parecerá chiste, pero hubo un tiempo en que quien estaba al frente de un micrófono en México era gente preparada. Hoy esto nos parece increíble pues cada vez que encendemos la radio o la televisión lo que atestiguamos suelen ser rebuznos sazonados con ignorancia (¿recuerda el lector el why the rito?) Los días aquellos de locutores como Álvaro Gálvez y Fuentes o Pedro Ferriz Santacruz quedaron sepultados entre el estercolero parasitario de los "maestros" que hoy tiene asfixiadas las principales vías de la ciudad de México. De hecho es una simbólica ironía que don Pedro haya dejado de existir en un momento que el futuro del país amenaza con irse por el retrete y donde el nivel educativo de un alumno de primero de preparatoria actual equivale al de un niño en tercero de primaria de 1965.

Antes que la palabra locutor cayera en el desprestigio gracias a esos asnos que a gritos lo mismo anuncian mueblerías que conciertos gruperos, mensajes del IFE que programas como "pídela cantando", quienes trabajaban en esa profesión cuidaban el lenguaje e igual sabían que quienes los veían y escuchaban podían confiar en su credibilidad. Y es que la voz de don Pedro Ferriz Santacruz imponía, era como "la de los de antes", como se dice coloquialmente. El auditorio escuchaba su voz y guardaba respetuoso silencio.

Don Pedro Ferriz era de aquellos comunicadores para quienes no bastaba obtener la licencia de locutor, requisito que desafortunadamente desapareció en 1994, algo que ayudó a que las ondas radiales estén hoy atiborradas de borricos. Había que leer, prepararse, tomar lecciones de dicción, modulación de voz, repasar los periódicos todos los días, meterse a los libros, en fin, proporcionar cada día una nueva experiencia a los radioescuchas o los televidentes. Don Pedro sirvió de voz para anunciar decenas de productos comerciales (entre los más famosos: las llantas Uniroyal) pero también participó en casi todos los noticieros, cuyo tufo era de oficialismo priísta, sí --debemos tener en cuenta el contexto de esa época-- pero siempre dentro del respeto y la cordialidad que se solía transmitir a su público.

Don Pedro estuvo en la televisión mexicana desde su mismo inicio, en 1950. Allá por el lejano 1968 fue conductor de El Gran Premio de los 64 Mil Pesos, programa inspirado en el Quiz Show y del que luego Robert Redford dirigió una película. Era un programa sobre cultura general que lo mismo incluyó filósofos griegos, literatura inglesa, revoluciones mexicana y francesa e historia del automóvil. (¡Imaginemos hoy algo así cuando una emisión de concurso lleva por nombre 100 Mexicanos Dijieron!). También fue el anfitrión en programas de debate y segmentos de actualidad. Luego de varias décadas de trabajar en Telesistema/Televisa, don Pedro emigró a la entonces llamada Imevisión cuando los directivos, urgidos de rating, le ofrecieron una oferta para dirigir un noticiero matutino. 

Fue precisamente el 19 de septiembre de 1985 cuando ocurrió el temblor y don Pedro, siempre un profesional, optó por guardar su angustia y permanecer en el estudio en momentos que su hijo Pedro Ferriz de Con se encontraba bajo toneladas de escombro de lo que había sido su cabina radiofónica. Años después don Pedro refirió que su salida intempestiva habría causado más alarma entre los televidentes. (esa mañana Televisa, que perdió sus dos torres de transmisión, estuvo fuera del aire hasta el mediodía).

En Imevisión don Pedro intentó mantener sus dos pasiones. Una, el tema de los ovnis y, dos, el programa de los 64 mil, que por efectos inflacionarios pasó a ser de los 120 mil. Su éxito fue menor, y en el asunto de los extraterrestres, que había manejado con cierta seriedad hasta que optó por abandonarlo, fue superado por Jaime Maussán, charlatán superlativo. Don Pedro regresó a la radio y luego a los canales de cable en Televisa (de paso fue candidato por el PRD) y más recientemente, a Cadena 3 donde estuvo al frente de El Mundo de Pedro Ferriz, un programa de entrevistas. El mes pasado tuvo que dejar el programa para ser hospitalizado.

Y como toda figura pública de los años setenta, bueno, si exceptuamos al presidente de la República, Pedro Ferriz fue objeto de mofa por el dueto cómico Los Polivoces donde Enrique Cuenca, dotado de unas enormes "cejas tapatías", aunque en realidad don Pedro era coahuilense, realizó inigualables imitaciones suyas.

Lo extrañaremos, Pedro Ferriz Santacruz. Gran comunicador, incansable en su búsqueda de información, y una enciclopedia en variadísimos temas. Su ausencia será resentida en nuestros medios con cada día que transcurra.

 

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