INTERNACIONAL: Las lágrimas falsas, el nomeolvides de Barack Obama

Conforme se aproxime el fin de su mandato, el presidente norteamericano dará más y más muestras de su totalitarismo aderezado de venganza política hacia sus detractores y quienes ya han dejado de creer en sus huecas promesas. Esperemos, pues, más moretones a la libertad de los norteamericanos de aquí a enero del 2017

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ENERO, 2016. En México ya aprendimos a no confiar en un presidente llorón, que chilló mientras nos dejaba un país en ruinas. Pero a diferencia de López Portillo, Barack Obama tiene ya ganado un sitio como actor una vez que termine su presidencia. Que no se preocupe: sus amigos de Hollywood le ofrecerán gustosos una chambita, máxime si estos últimos nueve años esa industria ha optado por abstenerse de realizar un filme, siquiera uno, sobre las tropelías y pisoteo a la Constitución realizados por este mandatario que, lo veremos conforme se extingue su segundo mandato, exhibirá insólitos actos dictatoriales para un país como Estados Unidos.

A Barack Obama todavía le cala, le duele haber perdido la mayoría demócrata en ambas cámaras. Incapaz de comprender que ello se debió a la voluntad ciudadana --síntoma allegado a los políticos intolerantes-- Obama se ha empeñado en gobernar en contra de esa mayoría que lo rechazó, un acto que evidencia aún más su egocentrismo. En vez de acatar la voluntad popular, Obama quiere imponer su verdad, y si el Congreso le ha puesto un valladar, el mandatario ha optado a irse por la libre, por el decreto, por abusar de su poder (y eso que los legisladores republicanos se han mostrado bastante debiluchos y pasalones, temerosos de que se les tache de "racistas" hacia Obama).

Y si a ello se le agregan unas cuantas conmovedoras lagrimitas, pues qué mejor.

En su discurso de este martes, Obama denunció que "somos la única nación civilizada que ve este tipo de violencia masiva resurgir con frecuencia... no sucede en otros países avanzados, ni de lejos..."

¿En serio, o más precisamente, en realidad Obama habita el mismo planeta que el resto de nosotros? ¿Entonces qué fueron los ataques a Charlie Hebdo y al más de centenar de parisinos que murieron el pasado noviembre? Porque esa que todos sabemos es una "nación civilizada" que es Francia ha visto los últimos tres años ¡nueve masacres! entre ellas una en Toulouse donde murieron 30 inocentes a manos de (¿hace falta recalcarlo?) un fanático musulmán.

Por supuesto que si no incluimos a las "naciones civilizadas", alguien debe recordarle a Obama que en Siria se desarrolla una guerra civil y en éstas suelen darse masacres. O bien que el ISIS ha realizado infinidad de matanzas contra aquellos cristianos que han rehusado convertirse al Islam. Eso sin olvidar a aquellos que han sido decapitados, entre ellos 34 periodistas, algo que no parece preocupar mucho al New York Times o al Washington Post, usuales lamepapos del presidente Obama.

Esas masacres y en las que debemos mencionar las del cine de Aurora, Chattanooga y la más reciente en San Bernardino, no le valieron lagrimitas al presidente Obama.

Básicamente el decreto de Obama, que en Estados Unidos se llama "executive action", concede a los estados el reforzar los requisitos y trámites para la adquisición de armas, lo que representa una abierta confrontación al Congreso. Esta situación, donde el ejecutivo hace lo que se le pega la gana y que en países como México y casi toda América latina se da a diario, es algo inusitado en Estados Unidos. Por eso en este país muchos somos incapaces de comprender hasta dónde llega el abuso de poder de Barack Obama y hay analistas que incluso defienden este tipo de actos. Estamos tan acostumbrados a que nuestros políticos lo hagan a diario que ese tipo de actos rara vez nos escandalizan.

Obama se refirió a las "muertes en Chicago" aunque "olvidó" decir que esa ciudad cuenta con el control más estricto de armas de fuego en todo Estados Unidos, tanto así que es más fácil conseguirlas en el mercado negro... que es lo que finalmente pasará en otros estados si se imponen más restricciones.

Asimismo el mandatario asegura que "en ningún momento" alterará los derechos constitucionales de la ciudadanía con esta acción ejecutiva. Sí, chucha: semejante promesa viniendo de alguien que dijo que con el Obamacare "si a usted le gusta su doctor, podrá conservarlo" para luego enviarla al carajo, o bien decir que para él un matrimonio debería ser entre un hombre y una mujer y desdecirse con toda desfachatez meses más tarde, hace pensar que sus declaraciones son iguales de falsas que las lagrimitas que derramó la mañana del martes.

Es evidente que estas regulaciones que propone Obama servirán de poco o nada, son demagogia pura... excepto, claro, para limitar aun más las garantías individuales de los norteamericanos. Pero eso si, en caso de darse otra masacre, Obama volverá a soltar lagrimitas llenas de hipocresía, máxime por el anuncio casi simultáneo en el sentido de que se reforzará el armamento y personal en su equipo de seguridad. ¿Por qué abroga Obama para el Estado el derecho a portar armas al tiempo que se empeña en prohibirlo para los ciudadanos comunes?

Y esta es apenas una de las primeras muestras del totalitarismo que Barack Obama quiere dejar a Estados Unidos a modo de moretones en su último año de gobierno. Piensa despedirse como lo hizo López Portillo en 1982: llorando y con su país al borde del precipicio.

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