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La triste, terrible vida de Hervé Villechaize

Los fantasmas internos de este talentoso actor francés terminaron con la vida de quien encarnó a uno de los personajes más queridos de la TV en los años setenta. Un repaso biográfico a lo que fue con Hervé Villechaize

ENERO, 2019. Es común que cuando termina la temporada de una serie televisiva, los representantes de los actores se acerquen a los productores para exigirles un aumento sustancial en sus percepciones. Pero Aaron Spelling, el productor de La Isla de la Fantasía, derramó el café sobre su escritorio cuando el agente de Hervé Villechaize, coestrella de la exitosa serie, exigía recibir un sueldo superior al del protagonista, Ricardo Montalbán, al que debería agregarse un porcentaje de las ganancias totales producidas por cada episodio.

"No había necesidad alguna de discutir el punto, realmente", escribió Spelling en su biografía A Prime Time Life. "Eran exigencias desproporcionadas. Alguien había malaconsejado a Hervé y era momento de pagar las consecuencias". En vez del ansiado aumento, lo que Hervé Villechaize recibió fue la noticia de que sería reemplazado para la siguiente temporada. No iba a ser fácil, como reconoció Spelling, "pero la estrella del programa era Ricardo, y Hervé había aceptado aquello sin reservas". Más desconcertante aun fue que a poco de iniciar la temporada anterior, se le había dado gusto al diminuto actor otorgándole un remolque en el set de filmación como la que disponía Montalbán.

De hecho, buena parte del staff de La Isla de la Fantasía respiró aliviada cuando se anunció la salida de Villechaize. "Era muy carismático al principio pero se le subió la fama y se hizo insoportable", refirió una de las peinadoras. Lo indudable es que el rating de La Isla de la Fantasía resintió su ausencia y apenas duró dos temporadas más al aire. "Lo que nunca cayó en cuenta Villechaize ni quienes le dieron malos consejos es que el elenco de La Isla eran figuras reconocidas que la gente quería ver en la pantalla; con el tiempo el público lo fue olvidando...", escribió el columnista Vittorino Matus, autoproclamado fan de la serie.

En la carta que grabación que realizó antes de pegarse un tiro, Villechaize sentenció "desde los seis años sabía que aquí no había lugar para mí". Lo irónico es que el sitio que había escogido, el de la industria del entretenimiento, durante casi dos décadas millones de personas en todo el mundo lo adoraronn, esto obviamente debido a sus personajes, pero no por cómo era en la vida real.

"La verdad es que Hervé era una persona muy difícil en el set de filmación, y en ocasiones daba al director consejos no solicitados", dijo hace años el ya fallecido Christopher Lee, con quien trabajó en The Man With The Golden Gun. "Pero dado que Guy (Hamilton, quien dirigió la película) también era de carácter fuerte, entre ambos se logró un balance de fuerzas y la película pudo salir adelante..."

Villechaize nació en París en 1943, y aunque era de origen franco-inglés-polinesio, fue adoptado por un quiropráctico que le realizó un doloroso tratamiento para que creciera de estatura dado que padecía un desorden endocrino que desembocó en enanismo. En la escuela soportó la burla de sus compañeros hasta que optó por inscribirse en la Academia de Bellas Artes donde estudió pintura e incluso llevó a exhibir varios de sus trabajos, lo que le llevó a las inevitables comparaciones con Toulouse-Lautrec. Villechaize era aficionado a las series televisivas procedentes de Norteamérica por lo que decidió irse a radicar a Estados Unidos en busca de fortuna.

Si algo tenía Villechaize era su consumado donjuanismo. En vez de empezar por la galantería y los detalles, el futuro actor expresaba abiertamente a las mujeres sus intenciones y en la mayoría de las veces tuvo éxito, quizá porque en los años 60 el pudor sexual de otrora se había ido al permisivismo total, o quizá porque ese petit
française tenía algo que seducía a las damas, a quienes nunca pareció importarles su estatura. "En eso se parecía, totalmente, a Lautrec", escribió la revista Entertainment Weekly cuando recordó a Villechaize.

El actor apenas podía sobrevivir gracias a pequeñas películas de bajo presupuesto y en breves apariciones en televisión. Optó por trasladarse a Hollywood donde solía dormir en exteriores al lado de un colchón que colocaba al lado de su auto. Fue entonces en 1973 cuando Broccoli y Saltzman, los productores de la exitosa saga de James Bond lo buscaron para otorgarle el papel de Nick Nack, comparsa del villano Scaramanga (Lee) en la película The Man With the Golden Gun. Según dijo Roger Moore años después: "Durante el rodaje en Hong Kong, Villechaize aprovechaba los descansos para ir en busca de mujeres... me juró que había conquistado a unas 36, 'pero recuerda que si tuviste que pagarles entonces no cuenta', le advertí..."

So coestelar, la bella actriz sueca Maud Adams, afirmó que Villechaize le dijo "esta noche iré a tu cuarto, me meteré entre las sábanas y te haré al amor", ante lo cual ella respondió "si lo haces me enojaré mucho contigo..." (Además de eso, Nick Nack fue de los pocos villanos que no mueren al final de la cinta; el otro, naturalmente, fue Mandíbulas, encarnado por Richard Kiel).

Pese a los choques con el director Hamilton, Lee aseguraba que el rodaje "fue uno de los momentos más felices para Hervé, por primera vez se convertía en el centro de atención y si la película era exitosa eso lo proyectaría mundialmente, cosa que afortunadamente ocurrió..."

Curiosamente, la fama le arrancó al actor el magnetismo de galán que alguna vez disfrutó; quizá porque la seducción sexual "directa" de los años 60 ya no era tan apreciada en la siguiente década, o quizá porque se ganó fama de poco romántico. Como sea --y aunque era asiduo de las orgías que se realizaban en Hollywood-- Villechaize tuvo novias en casi toda su vida adulta.

Pero después de esa película ya no pasó nada más. Villechaize aceptó papelitos aquí y allá de modo que pronto comenzó a tener apuros económicos. Entonces su agente envió un sobre con su trayectoria a la oficina del productor Aaron Spelling, ya famoso por sus series Angeles de Charlie, Starsky & Hutch y El Crucero del Amor. Spelling ya había amarrado la firma de su viejo amigo Ricardo Montalbán pero requería de otro actor que le sirviera de respaldo (entre los probables: Burt Reynolds, John Travolta y Ned Beatty; los tres rechazaron la oferta).

"En cuanto escuché su nombre supe que Hervé era la opción ideal", escribió Spelling en su biografía. "La gente lo reconocía por haber aparecido en una cinta de James Bond, pero me pareció que sería la compañía perfecta para un hombre misterioso como el señor Roarke; su personaje sería la conexión entre los invitados y el mundo terrenal al cual Roarke no pertenecía completamente..."

El éxito de La Isla de la Fantasía fue inmediato. Los guionistas procuraron que Roarke y Tattoo llevaran una relación informal al principio de cada historia y que permitía ir relajando a los televidentes. "De no haber sido por Tattoo, la figura de Roarke fácilmente hubiera pasado a ser la de un personaje tenebroso, un vampiro o algo así", escribió el columnista Matus, "pero con el diálogo amistoso que solían tener al principio y al final de cada episodio, Roarke se humanizaba, obligado a sonreír ante las ocurrencias de su coanfitrión".

Sin embargo las desmedidas exigencias salariales de Villechaize forzaron su salida de la serie. El actor había tenido un enorme golpe de suerte y lo dejó ir por el peso de su ego. Lo peor es que carecía de un "Plan B", quizá seguro que le era indispensable a la serie. Más tarde Villechaize se dio cuenta de su error y buscó una entrevista con Spelling, quien se negó a recibirlo. "Si decides renunciar es porque lo has meditado muy bien. Si buscas regresar, obligas a los productores a decir que siempre no a los actores que han entrado a suplirte", dijo Montalbán en una entrevista, " a Hervé, por lo demás un extraordinario actor, lo aconsejaron mal... definitivamente".

La vida de Villechaize se convirtió en un infierno: se divorció de su segunda esposa, comenzó a abusar del alcohol y a dilapidar todo lo que había ganado por su actuación en el programa, lo que lo hizo caer en profundas depresiones. Entonces la TV española lo invitó a realizar unas parodias del entonces primer ministro español Felipe González, con quien tenía cierto parecido físico. Pero el contrato terminó bruscamente debido al comportamiento cada vez más errático y de "divo" del actor francés. En 1989 regresó a Estados Unidos y se consiguió otra novia; "por primera vez en muchos años me siento feliz con una mujer a mi lado", dijo Villechaize a la revista People.

Villechaize estaba esperanzado a que se acercara algún productor, pero cuando ello ocurrió, el actor sufría fuertes problemas de alcoholismo acompañados de mal comportamiento incluso al momento de ensayar las escenas. Pasó un año y el actor seguía sin recibir una sola oferta de trabajo, con apenas 35 mil dólares en su cuenta de banco, es decir, menos de los 45 mil dólares que estaba recibiendo semanalmente por cada episodio en La Isla de la Fantasía.

Había otro problema, aparte del económico: los órganos internos de Villechaize eran de tamaño normal, lo que comenzó a producirle profundos dolores, en especial el tórax; batallaba para respirar y moverse. Comenzó a sufrir úlceras e infecciones gastrointestinales.

El 4 de septiembre de 1993 su novia Kathy Self salió de compras mientras Villechaize veía una película. Cuando ésta terminó, el actor salió al patio trasero, tomó una grabadora, apretó PLAY y a manera de despedida estipulaba que sus bienes pasaran a ser de su propiedad y recriminó a su familia; "Desde 1955 ustedes no han hecho nada por mí... no merecen nada". Enseguida tomó se colocó un cojín en el pecho, colocó el arma y disparó. La bala cruzó su cuerpo, rompió el cristal de la puerta del patio y se incrustó en la pared. La grabación registró todo el momento, incluso los lamentos de Villechaize de "...estoy muriendo".

Cuando regresó su novia, Hervé aún estaba vivo pero fue declarado muerto al llegar al hospital. La noticia provocó un shock en la opinión pública, aunque no sorprendió a quienes lo rodeaban o habían trabajado con él. "Varias veces percibí que Hervé tenía mucha furia dentro de sí, y cuando te haces famoso es muy difícil manejar eso", dijo Christopher Lee en una entrevista.

Recientemente el canal HBO estrenó un programa sobre la vida de Villechaize, encarnado por Peter Dinklage (Game of Thrones), basado en la historia que el fallecido actor le contó al director británico Sacha Gervasi, quien tuvo tres días de juerga continuos con Villechaize semanas antes del suicidio. "Conforme me contaba su historia sentí que quería que me convirtiera en su biógrafo", dijo Gervasi. Sin embargo, la película tuvo regular éxito en ratings.



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