fasenlínea.com

Análisis, comentario Y Demás

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de Literatura

Como profeta, Bill Gates se vuelve a equivocar

Sherlock Holmes, realidad literaria y agregados

¡Crear o Morir! de Andrés Oppenheimer

¿Termina la carrera del escribidor? Averígüelo, Vargas

Verde que te quiero rojo

Óscar Wilde, un juicio perdido y posterior reivindicación

Archivo

LITERATURA/Biografías

Burt Reynolds, la biografía de un pícaro con suerte

Ha participado en películas lo mismo memorables que desastrosas, pero lo innegable es que Burt Reynolds es un icono de Hollywood al que aún no se le da su debido reconocimiento. En este libro donde el actor habla en primera persona sobre sus vivencias, nos ayuda a conocer más detrás de la leyenda

But Enough About Me
Burt Reynolds y Jon Winokur
GP Putnam Publishers/2015

DICIEMBRE, 2015. Brad Pitt es un excelente actor, ni se dude, pero se encuentra muy lejos de alcanzar la categoría de icono del cine norteamericano como la ostenta Burt Reynolds, sobreviviente, junto a Clint Eastwood, de aquel grupo de tipos duros de Hollywood, llámense Charles Bronson, Steve McQueen y Paul Newman. Cuando un actor aún vive y tiene su propio museo lleno hasta el tope de memorabilia, sabemos que estamos frente a tipo lleno de aventuras, anécdotas que contar y cronista viviente de lo que hizo grande a Hollywood alrededor del mundo. No es casual que el crítico John Podoretz haya escrito: "Platicar con Burt Reynolds equivale a hacerlo con Cecil B. de Mille, Clark Gable o Errol Flynn".

Ha habido varias biografías sobre Burt Reynolds, algunas exageradamente destructivas --su ex novia Loni Anderson lo ha acusado de "golpeador", por ejemplo-- y otras donde se le ubica como un semidiós de la pantalla, algo igualmente exagerado. But Enough About Me (algo así como "Basta de hablar sobre mí") ubica a Reynolds como narrador directo de las historia, que debe leerse más como una serie de relatos pues el libro no sigue un paso lineal como suele ocurrir en las autobiografías.

Mencione usted a Burt Reynolds y rápido brincará a la memoria Smokey and the Bandit, de 1977, película estrenada tres meses antes de Star Wars  y a la que en México conocimos como Dos Pícaros con Suerte. ¿Qué nos dice esta leyenda, actualmente con 79 años de edad y con su inseparable bigote, salvo por un lapsus a inicios de los 80?: "Me llama mi agente para proponer el guión de un tipo evasor de la ley que es simpático y nadie puede decirle que no. Estoy a punto de declinar la oferta cuando me llega la noticia de que Sally (Field) estará en el elenco. Como ustedes ya sabrán, acepto participar en esa película, que es un éxito total", esto al tiempo que Reynolds y su coestelar comienzan a enamorarse frente a las cámaras, algo que, agrega Reynolds "fue parte esencial para que el público se apropiara de los personajes". La relación dura un par de años y se desmorona entre duras recriminaciones. "Lamento no haber puesto más atención en nuestra relación (...) seguía creyéndome galán mientras tenía una pareja y eso no está bien..."

Otro lamento, y que constituye una de las revelaciones del libro, ocurre en Nueva York a fines de los cincuenta durante una fiesta. Una mujer elegante, cerca de los 50 años, le saca plática al joven Reynolds y lo invita a continuar la charla en su cuarto de hotel ante lo cual éste declina la oferta. ¿El nombre de la dama? Greta Garbo. Reynolds confiesa: "Han pasado tantos años de ello y aún no termino de arrepentirme".

La historia comienza en Georgia aunque Reynolds da un dato que por años se la pasó desmintiendo, el hecho de que nació en Michigan. La pasión de Reynolds es el futbol americano universitario pero un accidente de auto lo deja bastante malherido e incapaz de volver al campo. Entonces decide probar suerte en Broadway. Fueron pequeños papeles que le ayudaron a darse a conocer.

Reynolds entra al piso grande de Hollywood con The Longest Yard donde se le da oportunidad de recrearse como ese gran jugador de futbol americano que no pudo ser en la vida real y casi de inmediato aquel descendiente de indígenas cherokee se convierte en sex-symbol. Luego vendría Deliverance, una cinta donde Reynolds aparece junto a Jon Voight --el papá de Angelina-- y Ned Beatty, película que también fue inmortalizada por el tema "Duelo de Banjos". Reynolds la considera aquí "la favorita de todas mis películas". A partir de entonces comenzó a destacar por sus roles de pícaro y conquistador aunque el campanazo lo daría en 1977 con Smokey and the Bandit. "Conocía a Jackie (Gleason) desde hace muchos años pero jamás pensé que iríamos a trabajar juntos. Gran tipo. Se adueñó tanto del personaje que aun fuera de cámaras seguía siendo Smokey". Quizá percibiendo que el pícaro Bandit ya había dado todo de sí, Reynolds participa brevemente en la segunda parte pero rehúsa una tercera. Previsiblemente, fue un bodrio.

Asimismo y pese a aparecer unos minutos en Silent Film, de 1976, Reynolds llama "patán" a su director Mel Brooks de quien dice, "tiene un sentido del humor tan ácido como molesto. Le pregunto si llego a ser el estelar en una de sus películas pondría mi nombre al inicio y responde 'por el contrario, haría cualquier cosa para poner tu nombre al último'".

Tras varias películas de acción exitosas, entre ellas Hooper, Reynolds regresa a la comedia, primero con Cannonball Run al lado de Roger Moore y Sammy Davis Jr. Luego vendría The Little Warehouse in Texas junto a Dolly Parton. En eso Reynolds recibe una llamada de Blake Edwards, el director de las películas de La Pantera Rosa y lo invita a participar en The Men Who Loved Women, la historia de un escultor que, aun sin proponérselo, atrae a las mujeres, incluida su terapeuta Julie Andrews, situación que lo mete en problemas. "La película trataba de ser una parodia pero irremediablemente quedó ligada la idea de que era yo en la vida real", escribe Reynolds.

Hubo mucha conquistas en el camino --Jill Claybourgh, Farrah Fawcett, Candice Bergen, Goldie Hawn y Sally Field entre las más sonadas-- pero también problemas financieros. "Gané dinero en abundancia durante varios años pero jamás se me advirtió que en consecuencia habría que pagar impuestos en abundancia", escribe. Adquiere una propiedad en la Florida, una casa campestre para recibir a sus amigos y gente del medio. El rancho incluye campo de beisbol (que sirvió como set para una de sus películas) aeropuerto y un lago privado. Pero una auditoría del fisco se lo confisca y deja devastado a Reynolds. La propiedad es rematada pero ante la falta de compradores, hoy es una ruina. Esto llevaría a Reynolds, junto con el declive de su carrera, al consumo progresivo de drogas: "No recuerdo el momento exacto en que comencé a consumirlas pero sí recuerdo que fue por la enorme presión que sufría en ese momento", escribe.

Reynolds conoce a Loni Anderson, actriz de un sitcom ochentero, e inician un romance que, en apariencia, era perfecto pues incluso adoptaron un niño. "Los primeros años con Lori fueron grandiosos pero al final te das cuenta que todo ha sido una gran actuación de ella". El rompimiento fue poco amigable y la actriz le ha entablado varias demandas, algo que orilló a Reynolds a seguir trabajando en más películas, entre ellas Boogie Nights. la leyenda cuenta que Reynolds, furioso, despidió su agente al terminar la filmación, un rol que, irónicamente, le daría su primera nominación al Óscar. Veamos lo que al respecto escribe Reynolds:

"Y ahora, la verdad: En Boogie Nights soy Jack Horner, un director de cine porno que rompía la imagen que tenía ante el público, por lo que fue una decisión riesgosa. Trabajar con gente como (el director) Paul Thomas Anderson, Mark (Wahlberg) y Julianne (Moore) fue grandioso, una experiencia completa. Pero al terminar la filmación mi agente exige un aumento de sueldo de casi 50 mil dólares más otra compensación por haberme conseguido ese papel. Lo despido y poco después veo en los diarios que yo soy el villano. A veces creo que es inevitable tratar con gente así".

Con motivo de su declaración políticamente incorrecta en torno a Charlie Sheen (y le damos la razón, por cierto) se da otro aliciente para asomarse a este libro).

Hay otros comentarios, su relación con Al Needham, quien lo dirigió en casi todas sus películas exitosas, en torno a Strip Tease, la que sí justificaría haber despedido a su agente pero esas preferimos guardarlas. Lo que hemos visto aquí son apenas un pizco de las historias que Burt Reynolds tiene para compartir con nosotros. A diferencia de las aburridísimas biografías sobre actores y actrices de Hollywood, Enough About Me es entretenidísima. Léase con morbo o con admiración, da lo mismo. Su autor de uno de los grandes, y eso es algo para sopesar.

 

Textos relacionados

 

 

Al tachar de inepto al sistema económico que lo convirtió en el hombre más rico del planeta, el exitoso ex nerd desaprovechó una oportunidad para guardarse su hipocresía. Afortunadamente, los libros impresos recientemente han logrado silenciar sus peroratas al sobrevivir a un veredicto suyo que pronosticaba su desaparición

 

 

Previo

Como profeta, Bill Gates se vuelve a equivocar

Al tachar de inepto al sistema económico que lo convirtió en el hombre más rico del planeta, el exitoso ex nerd desaprovechó una oportunidad para guardarse su hipocresía. Afortunadamente, los libros impresos recientemente han logrado silenciar sus peroratas al sobrevivir a un veredicto suyo que pronosticaba su desaparición

 

 

 

¿Desea opinar sobre este texto?

[email protected]

[email protected]  

 

0 comentarios

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás

3