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La asombrosa red social, versión árabe

Hartos de décadas de represión y de despotismo, los habitantes del Magreb están repitiendo lo que ocurrió en Europa Oriental hace dos décadas. Y si bien aún no se sabe el desenlace, la región jamás volverá a ser la misma. Igual que la reputación mundial de las redes sociales

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MARZO, 2011. Todo comenzó con una "marcha del odio" convocada a través de Facebook y Twitter. Pero a diferencia de ese título orwelliano el objetivo no era apoyar al líder, sino a removerlo del poder. La respuesta fue tal que en una de las movilizaciones en la Plaza Tahir asistieron más de un millón de personas. El antecedente estaba en Túnez donde igualmente una muchedumbre logró derrocar a un gobierno que se desplomó en horas ante la ausencia total de apoyo popular y aun de sus ministros y funcionarios.

Algunos le han llamado la "primera revolución del twitter" pues gracias a esta red social millones de personas pudieron organizar sus protestas fuera del radar gubernamental. Cuando el gobierno egipcio suspendió el servicio de Internet se aceleró la caída de Mubarak, quien había detentado el poder desde 1981 poco después del asesinato de Anwar Sadat.

En estos momentos ninguna sola porción del Magreb se encuentra libre de presentes y futuras protestas ya que, establece Armando Chamut, nacido en Líbano y residente en México desde 1989, "en la región alrededor del 30 por ciento de la población tiene menos de 25 años de edad, jóvenes que gracias al Internet ven cómo viven sus similares en otros países; ellos sienten que el mundo en que nacieron no los representa pero si los explota y no les ofrece esperanza alguna de hacer algo con sus vidas. Por décadas los dictadores de Medio Oriente, llámense Assad, Jadaffi, Mubarak y los ayatollahs prohibieron la impresión de libros promotores de la libertad, pero tratar de hacer lo mismo con el Internet es igual que querer meter el agua a una caja de cartón, al final todo se va a filtrar y a remojar..."


La entrevista se da en un café de la ciudad el sábado de una tarde febreruna. Antes de comenzar Chamut advierte que nos despojemos del estereotipo del árabe que se manifiesta, "muy lejos de la imagen de que usa turbante, monta un camello o es miembro de alguna célula terrorista. La mayoría son iguales que los demás jóvenes del mundo, visten igual que ellos, escuchan la misma música, pasan horas en youtube. Y también, como los jóvenes de otros países, se rebelan contra las reglas impuestas por los mayores..."

--Al mundo ha sorprendido la reacción popular en Egipcio contra Hosni Mubarak, una movilización que terminó por sacarlo del poder, algo insólito en el mundo árabe...
--La gente está cansada y está harta de ver cómo cada vez está más pobre y los dirigentes cada vez más ricos y de que no pueda expresarse libremente para gritar su descontento, por ello lo mismo afecta a países con gran pobreza como Egipto que a otros relativamente prósperos como Bahrein. Son dictaduras que llevan más de 30 años en el poder por lo menos. Lo que hay que preguntarnos es porqué los pueblos árabes se tardaron tanto en reaccionar.

--Se ha llamado a este movimiento la "revolución de las arenas" aunque también se le conoce como la "primera revolución propiciada por Facebook". ¿No se trata entonces meramente de una inquietud democrática?
--Facebook fue, digamos, el catalizador del descontento, lo mismo que Twitter, donde de repente te das cuenta que no eres el único, que otros se identifican con lo que piensas y donde puedes hablar libremente criticando al presidente, algo que hasta hace menos de un mes no podías hacer en ningún medio egipcio. Podías criticar todo, o casi todo, excepto a la religión o a Hosni Mubarak...

--Algo así como en los tiempos del PRI en México donde no podías hablar mal ni del presidente ni de la Virgen de Guadalupe...
--Sí, así es. Pero hasta donde sé, ninguno de sus presidentes se entercó en durar más de lo que se le permitía. En Egipto Mubarak quería eternizarse en el poder, y esa represión es imposible de soportar.


--Algunos medios han querido ubicar a Obama como pieza importante del levantamiento ocurrido en Egipto. ¿Respalda usted esa aseveración?
--En este momento la actitud de Estados Unidos es vista con ambigüedad. Por un lado es cierto que durante su visita a Egipto el año pasado a Obama se le aplaudió y se le vitoreó, pero por otra no hay dudas de que Obama respaldó a Mubarak hasta donde le fue posible... Mubarak era el aliado más fuerte de Estados Unidos en el mundo árabe, y sus ligas estaban directamente conectadas con el dictador al que se agasajó en Washington. En suma no creo que Obama haya servido como inspiración, más bien se le ve hoy como alguien que tardó en definir su postura, y que lo hizo cuando la corriente en contra de Mubarak ya era indetenible.

--¿Qué opina usted de la reacción en Estados Unidos en el sentido de que es un grito de libertad propugnado por Barack Obama?
--Lo que pasa es que Estados Unidos siempre quiere abrogarse para sí todo lo que represente luchar contra una dictadura en el mundo, algo así como "¿que tanto tuvimos que ver nosotros en este fenómeno?", lo cual no es cierto si repasamos todas las veces que el gobierno norteamericano ha apoyado a sátrapas como Somoza, Duvalier y a Fidel Castro, así sea indirectamente, a través del embargo. Algo similar ocurrió cuando cayó el muro de Berlín, son los pueblos los que se levantan y no la incitación norteamericana. Los polacos, checos y rusos saben que en 40 años Estados Unidos no hizo absolutamente nada por ellos del mismo modo que los egipcios sienten que nada se hizo con Hosni Mubarak quien, no lo olvidemos, fue un fuerte aliado de Washington, y Obama lo recibió gustosamente. Es una percepción errónea.


--¿Ve usted, por tanto, una actitud antiamericana en el futuro próximo de Egipto similar a la que ocurrió en Irán tras la caída del Sha en 1979?
--Washington no olvida que el antiamericanismo en Egipto existe desde hace rato y que la prueba más clara es Mohammed Atta, el presunto organizador de los atentados del 11 de septiembre a las Torres Gemelas y quien nació en El Cairo. El ciudadano egipcio normal es muy apasionado y vuelca con furia de una causa a otra y aunque la influencia norteamericana es muy clara en sus calles y modos de vida --el turismo que llega ahí de Estados Unidos es considerable-- también es cierto que se sabe que Mubarak era su aliado más fuerte en el mundo árabe.

Respecto a la segunda parte de esa pregunta, supongo que se relaciona a si al final los radicales religiosos o ayatollahs terminarán por hacerse del poder en Egipto, pues se trata de un país con gran tradición secular; alguien como el general Nasser sólo pudo haber surgido en esa parte del mundo árabe. Asimismo, en Irán durante la "revolución" fue un grupo de manifestantes y no los millones que vimos en la Plaza Tahrir. Veo pocas posibilidades que los imams repitan esa suerte dentro de esta serie de protestas multitudinarias...

--En momentos de esta entrevista Moammar Jadaffi parece estar en la cuerda floja ¿Será el siguiente en seguir a Mubarak?
--El poder es una droga poderosísima y Jadaffi ha decidido a que no le arranquen su dosis diaria pues sin el poder no deja de ser un tiranuelo sin mayores aspiraciones en la vida. Quizá logre prolongar su gobierno pero no será por mucho tiempo. Lo que no comprenden los dictadores es que ninguna represión detendrá a un pueblo que ha perdido el miedo.

--Hace rato mencionaba usted a la revolución de terciopelo que puso fin a las dictaduras comunistas en Europa Oriental. ¿En su opinión estamos presenciando una repetición de esos hechos, ahora en el Magreb?
--Hay coincidencias, claro, pero también diferencias. Entre éstas últimas tenemos conque no hay un país predominante en el mundo árabe con el resto de países como satélites suyos. Mubarak era uno de los más fuertes pero su influencia era mínima en, digamos, Bahrein. Entre las coincidencias, habrá dictadores que caerán rápido y otros que tardarán en hacerlo, como estamos viendo con Jadaffi. E igualmente tras este trance podrían surgir viejos rencores que llevarían a otros enfrentamientos, como sucedió una vez que se disolvió Yugolsavia y estalló la guerra en los Balcanes. Pero la coincidencia más importante es la lección que nos dejan ambos acontecimientos: a un pueblo que exige libertad no hay tanques ni bombardeos que los detengan. Hasta el momento el proceso en el Magreb lleva casi un millar de muertos mientras que en Europa Oriental el enfrentamiento más fuerte fue el que derrocó a Ceaceusu en Rumania y que costó alrededor de 200 víctimas.

--¿Considera usted entonces que es un fenómeno indetenible?
--Tanto como el Internet mismo, claro. Una revolución genuina como la cibernética está teniendo consecuencias impredecibles. La política no podía quedar exenta...

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