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Y DEMÁS/Recuento trágico

Historia de Los Ángeles: Dorothy Stratten

Con la idea de convertirse en la nueva Marilyn, esta canadiense de belleza extraordinaria se fue a Hollywood con un esposo que, carcomido por los celos y su propia mediocridad, terminó con la vida de una chica que ya estaba siendo admirada también por el talento que comenzaba a desplegar. Otra historia de la ciudad de Los Ángeles

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NOTA: Con este artículo iniciamos un seriado de historias que tuvieron un final horrendo en la soleada ciudad la cual, junto con su vecina, la admirada Hollywood, suelen también ser un polo de atracción para hechos violentos inimaginables hasta que éstos suceden en la que muchos consideran es la capital del glamour en Estados Unidos

JULIO, 2020. Apenas se habían realizado las exequias de Marilyn Monroe y en Hollywood ya comenzaba a barajarse a su posible sucesora. Hubo muchísimas candidatas, algunas de ellas con el perfil prefabricado en forma descarada para lograr ese cetro. Una de las que más se acercó, en especial por cómo había construido su carrera, fue una joven canadiense de increíble belleza quien, al igual que Marilyn, había brincado a la fama mundial a partir de una serie de fotografías aparecidas en la revista Playboy. De ahí en adelante esa chica, aún adolescente, llamada Dorothy Stratten, quien además apareció en algunas series de TV y en una película donde cuyo director dijo estar profundamente enamorado de ella, se encontraría en un camino que ya han recorrido otras leyendas.

Como Marilyn y otras que antes se les conocía como femme-fatales, Dorothy Stratten se había acercado a los hombres equivocados, o más específicamente, a uno. El modo en que terminó esa relación marcó simbólicamente el trágico final de los años 70 o, para otros, fue más bien el inicio de los 80. Sobre el asunto se han filmado documentales y películas --una de las más famosas , Star 80, cuya protagonista, Mariel Hemingway, tuvo una vida tan trágica que decidió ella misma ponerle punto definitivo con una sobredosis. Sin embargo y por esas razones, ninguna de estas series ha sido capaz de reproducir enteramente lo que en realidad pasó, tal vez por la crudeza de sus escenas, algo que pudo haber llevado a los productores a caer en lo gore.

El asesinato de Dorothy Stratten y el posterior, cobarde suicidio de su esposo Paul Snider --quien hoy ocupa, ganada a pulso, una de las tantas calderas conque cuenta el infierno-- dejó en shock al sur de California, y eso que ahí ya habían ocurrido otros crímenes hiperaberrantes, como los cometidos por la familia Manson en 1969.

El inicio de la historia no avizoraba ese desenlace. Dorothy Stratten nació en 1960 en un pequeño suburbio de Vancouver, una ciudad donde la gente abarrota sus parques cuando hay días soleados, situación que con esta pandemia seguramente ha bajado. Y aunque es una de las ciudades más hermosas del Pacífico, Vancouver suele producir depresión en la gente que no está acostumbrada a climas tan templados, además de tener fama de ser una urbe aburrida. El padre de la futura modelo abandonó a la familia cuando Dorothy aún era pequeña por lo que es fácil suponer que ella siempre buscó desesperadamente cubrir la ausencia de una figura paterna.

Cuando aún estudiaba la preparatoria, Dorothy buscó emplearse de medio tiempo en una de esas franquicias que venden helados. Había sido una niña flacucha pero al llegar la adolescencia, y gracias en parte a que le encantaba ejercitarse patinando sobre ruedas, Dorothy adquirió una figura muy atractiva además de una belleza que se tornó deslumbrante. Le sobraban los pretendientes pero ella, según dejaron constancia muchas de sus amigas de la universidad, prefería a alguien mayor que ella, quizá lo más cercano posible a ese padre que nunca tuvo en su infancia.

En ese momento apareció en su vida quien parecía llenar esa plegaria, Se trataba de Snider, un cliente al que conoció en esa nevería de Vancouver. Snider se presentó como "fotógrafo profesional" y "promotor" de modelos.  Snider tenía un fuerte magnetismo personal pero también pronto demostró ser un tipo abusivo y de un temperamento endemoniado, además de unos celos patológicos: prohibió a Dorothy seguir viendo a sus amigas --ni se diga de tener amigos varones-- y le ordenaba qué ropa debería utilizar.

Pero también era encantador cuando le convenía: además  de prometer a la madre de Dorothy que convertiría en "estrella" a su hija, logró que firmara un documento donde certificaba que Dorothy era mayor aunque todavía tenía 17 años de edad. Fue así como Dorothy y Snider se lanzaron a la aventura en California luego que él enviara varias fotografías a la revista y donde ella aparecía desnuda.

Para garantizar que estaría a su lado en una ciudad donde sin duda despertaría tentaciones una mujer de una belleza extraordinaria, Snider se casó con ella y se convirtió en su representante.

La belleza de Dorothy había dejado noqueado a Hugh Hefner, el director de Playboy, quien no solo la recibió gustoso en su mansión sino que la puso en contacto con personajes poderosos de la industria del entretenimiento, entre ellos a Peter Bogdanovich, un director "de culto", cincuentón, a quien las adolescentes parecían enloquecerlo. Los sueños de Dorothy parecían hacerse realidad: no solo apareció como Playmate en la revista sino que fue invitada a algunos episodios de las series La Isla de la Fantasía y de Buck Rogers, además de breves papeles en un par de películas. Una de ellas fue dirigida por Bogdanovich, quien se enamoró de ella.

Snider no tardó en demostrar que detrás de esos celos enfermizos se escondía una inseguridad casi infantil. Era un absoluto patán y si se le soportaba era por Dorothy, cuyo acento irradiaba inocencia y (algo que también provocaba enorme envidia a Snyder) la chica no tardó en revelar más inteligencia y agudeza que él. Cierto, Snider la había "descubierto", y quizá sin él, Dorothy jamás habría abandonado ese empleo mal pagado en ese Dairy Queen de Vancouver. Pero era hora de romper el vínculo.

La pareja compartía un departamento al oeste de Los Ángeles. Snider, cuya paranoia rebasaba lo patético, contrató a un detective para que siguiera a la modelo en todo momento. Éste le confirmó que ella se estaba viendo con Bogdanovich y varias veces habían salido a  cenar juntos. A su regreso Dorothy, lejos de negarlo, lo confirmó: estaba enamorada del cineasta y se mostró dispuesta a darle una buena cantidad a su esposo para acelerar los trámites de divorcio. Todo esto ocurría al tiempo que Dorothy atravesaba por el mejor momento de su vida. No solo Playboy la había nombrado Playmate del Año --lo cual incluía un bono de 20 mil dólares, alrededor de unos 50 mil dólares actuales-- otro contrato cinematográfico y hasta la grabación de un disco.

Dorothy fue invitada al programa de entrevistas de Johnny Carson y ahí confirmó todos esos planes y el bono que recibió como Playmate; y aunque ahí llamó "mi esposo" a Snider, lo cierto es que ya estaba en trámite su divorcio. Ni Carson ni nadie podía imaginar que, a dos semanas de esa entrevista, Dorothy Stratten estaría muerta.

Snider había dicho a sus amigos estar "devastado" por la noticia y se dedicó a promover otras cosas, entre ellas los chippendales, esos bailarines musculosos y en tanguita tan comunes hoy en las despedida de soltera y a quien muchos atribuyen la invención del concepto a Snider. Pero también se hizo de una arma en una venta de garage y luego adquirió una escopeta "como defensa" y "para irme de cacería y despejar mi mente". Una vez que Dorothy se mudó con Bogdanovich, Snider decidió compartir el costo de la renta con dos conocidos d e la pareja.

Dorothy acordó visitar a Snider el 14 de agosto de 1980 para discutir los términos de la separación. Sus amigos le habían advertido que delegara esa labor a un abogado pero ella insistió en que quería "quedar bien" con Snider y que la oferta para formalizar su divorcio "era más que generosa".

Esa tarde regresaron los otros dos inquilinos y encontraron cerrada con llave la habitación de Snider; dado que en la cochera se encontraba un convertible y a que en la sala había un bolso de Dorothy, supusieron que los dos se habían reconciliado. Solo hasta que más tarde llegó el detective a la casa advirtió que Dorothy no había regresado a casa.

Al abrir la habitación se encontraron con un espectáculo horripilante: El rostro de Dorothy había sido desfigurado con un escopetazo mientras el cadáver de Snider se encontraba casi enfrente de ella; se había dado un disparo que le voló los sesos. Sin entrar mucho en detalles macabros, se concluyó que ambos habían muerto entre las 2 y las 4 de la tarde de ese día pues sus cuerpos desnudos ya se encontraban totalmente cubiertos de hormigas.

Solo se pudo especular aunque la conclusión más aceptada es que, luego de platicar en la sala de la casa, los dos subieron a la habitación de Snider. El cuerpo de Dorothy estaba atado a un aparato utilizado para prácticas sadomasoquistas por lo que los investigadores concluyeron que, mientras estaba amarrada, Snider le disparó al rostro casi a quemarropa para después ultrajar el cadáver, y que al trascurrir alrededor de media hora del asesinato de la modelo, Snider apuntó el arma hacia sí y disparó.

La noticia fue devastadora también para Hefner, pues la muerte de la Playmate dañaba enormemente su reputación dado que unos años antes otra chica había fallecido, aparentemente por suicidio, cuando la revista le acababa de otorgar el mismo título. Hefner reconoció en una entrevista posterior haber estado "profundamente impactado" por la belleza de Stratten pero advirtió que "jamás le hice propuesta sexual alguna". Ese fue el detonante para que Bogdanovich, quien por años había sido compañero de parrandas y orgías de Hefner, lo acusara  de haber acosado a Stratten y de forzarla a tener relaciones a cambio de convertirse en Playmate, y tomaba como "fuente" las "confidencias" que al respecto Dorothy había hecho a su hermana Louise poco antes de morir. Y como un extraño giro en esta trageadia, Bogdanovichy terminó casándose con Louise.

Bogdanovich incluso publicó un libro donde daba cuenta de "quién era en realidad Hugh Hefner", y éste, dolido por la traición del cineasta, sufrió un ataque cardiaco pero decidió llevarlo a tribunales donde ganó el juicio por difamación.

Lo más triste fue que Dorothy Stratten estaba a unos pasos de su consagración, la cual seguramente habría conseguido de no haber ido a visitar a Snider, de quien incluso ya había recibido amenazas de muerte.

El cuerpo de Dorothy Stratten fue incinerado y sus restos fueron yacen en el Westwood Memorial Park de Los Ángeles, irónicamente a unos 100 metros de donde se encuentran las últimas moradas de Hugh Hefner y Marilyn Monroe.

 

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