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El amor en los tiempos de Farrah

Fue el máximo sex symbol de los setenta gracias a una serie de TV y, ya con medio siglo de edad, posó para el Playboy. La actriz de la sonrisa kilométrica en una remembranza

NOVIEMBRE, 2007. ¿Cuándo comenzó Farrah Fawcett a convertirse en un icono pop? Algunos podrían ubicarlo en Charlie's Angels, aquella serie de televisión donde caracterizaba a Jill Munroe. Otros más dirán que desde el momento en que sus pósters comenzaron a venderse por millones en todo el mundo (uno de ellos, donde aparece con bikini blanco y subida en una bicicleta, fue luego fusilado flagrantemente por Britney Spears). Para muchos, en cambio, Farrah fue el símbolo pin up, la Bettie Page de los setenta, cuando las hormonas dieron sus más tempraneros picotazos.

Los setenta fueron la década indiscutible de las rubias. Ahí estaban la supermodelo Sheryl Thiegs, quien posó para una portada para el Sports Illustrated con un bikini hecho de red y provocó una catarata de cancelaciones por parte de los suscriptores. También estaba, aunque ya en los albores de la década, la tejana Morgan Fairchild y, naturalmente, Farrah Fawcett, quien por aquel entonces llevaba como apellido el Majors debido a su matrimonio con Lee El Hombre Nuclear Majors. El "peinado Farrah" comenzó a pulular una vez que la serie de televisión despegó en varios países, un tipo de peinado que requería que las damas pasaran un par de horas arrulladas por el sonido de una secadora de pelo.

Recuerdo una revista que rodaba por la casa (Activa, ya desaparecida), a la cual, derrotado por el morbo, comencé a hojear. La foto que aparecía en el artículo es la misma que complementa este texto: "¡La fórmula para lucir como Farrah!", advertía el encabezado, seguido de una serie de instrucciones donde al final la modelo de la foto lucía un peinado más parecido al de Jacklyn Smith --mucho más bella, a mi entender--, sólo que con algunas diferencias: no era rubia y su parecido con Farrah era el mismo existente entre Mike Tyson y Harry Potter.

Farrah adornaba también las paredes de algunos bares, en especial con una foto donde se le veía sentada de bruces, con riguroso bikini y mostrando unos muslos esplendorosos. La agitación que producía esa imagen en mi púberes hormonas permaneció por horas. Mi debilidad entonces era por las rubias --hoy va más hacia las morenas-- y, claro, Katherine Bach, la Daisy de Los Dukes de Hazzard (y de quien escribí en el primer número de fasenlinea), con quien Farrah compartía el mismo tipo de peinado; los alcances de la Farramanía se prolongaron hasta que Cindi Lauper puso de moda el estilo de cabello tipo me-acosté-en-una-wafflera.

Lo que sí es cierto es que Farrah comenzó a perder fuerza y adeptos cuando abandonó su personaje de Jill Munroe. Los Ángeles de Charlie (1) sobrevivieron un par de años más. Aún es difícil de explicar la decisión de Farrah. Quizá se quedó esperando un papel más "serio" que nunca llegó; quizá tenía horror a encasillarse, o tal vez los celos de su nuclear marido (y supuestamente envidioso de que le estuviera yendo mejor que a él) la convencieron de optar por el retiro temprano. El caso es que Farrah salió de la televisión y sus pósters dejaron de venderse.

En los ochenta Farrah, ya treintañera, estaba separada de Majors y se había casado con Ryan Historia de Amor O'Neal, otro actor que tampoco fue capaz de mantener su éxito inicial. La nota apareció perdida, lo mismo que su peinado que la hizo famosa. Aaron Spelling continuó realizando series, a ninguna de las cuales invitó a la ex diva rubia. Luego se barajeó la posibilidad de una película, una programa especial donde las tres se reunían... y nariz boleada, como luego se dice.

De repente, a fines de los setenta, Farrah reapareció en The Apostle al lado del gran Robert Duvall. Ahí caracterizaba a la esposa de un predicador que enfurece cuando ella le pide el divorcio, imaginamos inspirada en la reacción de O'Neal cuando éste escuchó la misma petición. La cinta tuvo éxito mediano pero sirvió para recordar que Farrah ahí estaba. Y estaba conservada, como lo demostró cinco años después al aparecer, con más de medio siglo de vida encima, en las páginas de Playboy. Habría sido mejor haber dado el paso cuando el mundo la conocía como Jill, pensamos, pero al final nos quedó claro que, literalmente, Farrah sigue siendo Farrah.

Y a propósito, el nombre Farrah, como pueden intuir los lectores, es árabe. Los abuelos maternos de la rubia emigraron de Palestina a Estados Unidos en los años 20, aunque en México el nombre era relacionado más con farra, esto es, una parranda. Farrah nos emocionó cuando olíamos a espíritu adolescente y hoy, que ella se acerca a la dulce sesentería, nos provoca una apacible sonrisa. Alguna vez fue ángel de Majors, luego de O'Neal. Hoy lo es de nuestros recuerdos setenteros.

(1) Cierta ocasión que platicaba con un amigo éste decía que la traducción correcta debiera ser "Las Ángeles de Charlie", pues se trataba de tres mujeres. Right on!, diría Shakespeare).

© copyright, Derechos Reservados, 2007 

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3  comentarios

 felipillovox escribe 09.11.07

Farrah Fawcett-Majors ¿cómo olvidarla? Yo no sabía que tenía sangre árabe, bueno pues su rostro es mucho más agradable que el de esos mullahs y esos talibanes de barba y turbante. Por cierto, es una lástime que el espíritu original de Los Angeles de Charlie se haya perdido con dos películas mediocres, las cuales están disponibles en DVD desde hace rato pero la serie hasta donde yo sé, aún no sale a a la venta. Ojalá algún lector pudiera ayudarme al respecto.

chegagutierrez escribe 03.11.07

Hace tres años en un vuelo de Los Angeles a México me topé con Jacklyn Smith, y sigue siendo tan bella como siempre aunque ya tiene más de 50 años. En mi rudimentario inglés logramos platicar un poco y déjenme decirles que es una persona sencilla, bastante accesible y bastante atractiva en persona. Me comentó, por cierto y cuando le dije que era mexicano, que tiene antepasados latinos, de ahí sus facciones y su cabello oscuro. Cuando estaban de moda los Angeles de Charlie Jacklyn Smith era mi favorita de modo que fue una gran emoción conocerla aunque fuera unos cuanto minutos pues tenía que tomar un vuelo. Todo esto se los cuento porque no estaría mal que hablaran de Jacklyn Smith. Quizá no vendió tantos posters en traje de baño como Farrah pero tenía gran personalidad y, porque no decirlo, muy bonitas piernas.

sergei_estevane escribe 3.11.07

HABIA OTRA ANGEL DE CHARLIE IGUAL O MAS SENSUAL UE FARRAH FAWCETT QUE SE LLAMABA TANYA ROBERTS, UNA RUBIA SENSACIONAL QUE LUEGO SALIÓ EN UNA PELÍCULA DE JAMES BOND, EN SUS PRIMERAS APARICIONE SSALÍA CON EL CABELLO NEGRO PERO LUEGO SALÍA COMO GÜERA. ESTÁ DE RECHUPETES, OJALÁ TAMBIÉN ESCRIBIERAN ALGO SOBRE ELLA...

 

 

 

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