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De héroe a demonio: Elon Musk destruye la bilis de esa izquierda que hasta hace poco tanto lo admiraba

El magnate de los automóviles eléctricos dio un paso sorpresivo al adquirir la red social más influyente de la red, situación que provocó la ira de quienes hasta hace poco le encendían incienso. Y así, en cuestión de horas, Elon Musk pasó de ser "visionario" y "pieza clave en el combate al cambio climático", a un monstruo autoritario, racista y ególatra. Pero difícilmente el magnate habría tomado esta decisión sin tener algunos ases escondidos, algo que atestiguaremos los meses siguientes

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ABRIL, 2022. Al principio se antojaba una broma, sobre todo porque unos días antes Elon Musk, el hombre más rico de este planeta, había criticado a twitter por, escribió, " su evidente censura hacia usuarios que a su juicio dicen cosas indebidas". A los pocos días el multimillonario de origen sudafricano anunció que se convertiría en socio de esa red social con el 9 por ciento de las acciones, pero a los pocos días la noticia cambió: Musk tenía reveló su propósito de comprar la red social más influyente de la red. ¿El precio? 41 billones de dólares (es decir, 41 mil millones de millones de dólares)

La noticia cayó como patada en salva sea la parte para la izquierda norteamericana la cual desde el 2010 --casualmente, el segundo año de Obama en la presidencia-- tiene totalmente copada a esa plataforma, aplicando censura a todo aquel usuario que publica "noticias falsas"(es decir, contrarias a la "narrativa") y que incluso llegó a cerrarle la cuenta a un presidente norteamericano. Desde que Musk anunció que se formalizaba la compra de twitter el pasado lunes 25 de abril, esa izquierda cuya hipocresía ya le es endémica, denunció que el magnate "busca apagar las voces discordantes, en especial de las mayorías raciales, y busca eliminar la libertad de expresión para únicamente publicar lo que conviene a las voces intolerantes", como dijo la conductora Joy Reid... precisamente lo que twitter ha estado haciendo los últimos años. Hipocresía más allá de la náusea.

La decisión de Musk trae a colación aquella historia legendaria de un hotel donde se hospedó el multimillonario Howard Hughes quien luego antes de irse se quejó por la calidad del servicio. El gerente del hotel le respondió que, si no le parecía el servicio, "¿por qué no lo compra y hace con él lo que se le pegue en gana?", a lo que Hugues respondió; "eso haré con tal de despedir a empleados como usted". Ese mismo día Howard Hughes adquirió el hotel y cumplió su palabra: el gerente fue echado a la calle.

La izquierda recibió así una sopa de su propio potaje: quien tiene más dinero manda en casa; lo que tantas veces esa izquierda ha hecho en complicidad con los magnates de los grandes medios y los grandes consorcios, Musk le regresó la medicina. Y por lo visto no les está gustando ni tantito.

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Y vaya contrastes: apenas en el 2017, la revista Rolling Stone elogió a Musk llamándolo "el arquitecto del mañana" no solo por haber fundado Tesla, la fabricante de automóviles más grande del mundo, sino por ser un magnate "que contribuye enormemente a combatir el cambio climático" asi como ser "un emprendedor decisivo en la conquista espacial", o bien la revista TIME que lo puso en portada en el 2020 como "Persona del Año".

Pues bien, en un reciente artículo, la publicación que mejor debería dedicarse a escribir exclusivamente de música, denuncia que la compra de twitter por parte de Musk "tiene como objetivo obligar a sus empleados a servir en el abuso racial de la extrema derecha". Así es: Musk decidió adquirir twitter porque se trata de un "racista" (aspecto que ni uno solo esos medios hoy tan indignados que supuestamente realizan investigación a fondo detectó hasta hace unos días).

Igualmente, qué rápido se le olvidó a esa izquierda que Musk es dueño de Tesla, el principal promotor del uso de automóviles eléctricos, la alternativa que la mayoría de los gobiernos, encabezados por el de Joe Biden, esperan sustituyan al uso de vehículos que requieren combustibles fósiles para el 2030. Si Musk es un racista, como tanto insisten ahora, ¿será acaso que el uso de unidades que utilizan baterías recargables en vez de gasolina también tienen como objetivo promover el "privilegio blanco"?

(De hecho, el tachar a Musk de "racista" solo por el hecho de haber nacido en Sudáfrica durante los años del apartheid como lo hizo la cadena MSBNC es un estereotipo igual de ominoso como suponer que todos los habitantes del Bronx son delincuentes. Otro detalle innegable: Musk es técnicamente afroamericano: ¿no es racista suponer que todo aquel que tiene raíces africanas debe tener la piel oscura, como si no habitaran ahí también personas de origen árabe?).

Igualmente esos medios que distorsionan la verdad y se distinguen por sus interminables contradicciones, denunciaron la "incongruencia" de Musk "quien apenas unos días antes había criticado fuertemente a esa plataforma social", otra muestra prístina de su doble moral.

Es entendible la furia de todos estos grupos prototalitarios: aunque se estima que es utilizada por 450 millones de personas en el mundo --una bicoca si consideramos que facebook e instagram cuentan con mil millones de usuarios cada una y que whatsapp tiene dos mil  millones-- twitter es la plataforma más influyente de la red. Desde que fue copada por la izquierda, la red social del pajarillo azul ha sido elemento clave para meter acelerador a la censura contra quienes piensan diferente al "discurso", esto a través del #metoo hasta la llamada cancel culture.

Twitter ha jurado y asegurado que todo usuario que viole los "términos y condiciones", que incluyen el "discurso de odio, la promoción de actitudes y posturas racistas", los tuiteros de Al Kaeda, Hamas e ISIS que entre otras cosas promueven la "exterminación del pueblo de Israel", o el reverendo Louis Farrakhan que exige "meter en campos de concentración a la población blanca" y hasta llegó a cuestionar la veracidad del Holocausto, siguen campantes sin recibir amonestación alguna.

"Twitter tiene mucho menos usuarios que las otras plataformas pero el activismo del poder político se encuentra concentrado ahí", refiere el especialista en medios Joaquín Ayala. "Otra ventaja es su inmediatez: tu puedes revisar los tuits con rapidez en cualquier parte que te encuentres con tu teléfono celular, mientras un video de YouTube, por ejemplo, toma más tiempo en 'bajarlo' y, además, es mucho más rápido escribir y subir un tuit que un video".

Súbitamente la izquierda pide al Departamento de Justicia y a otras instancias para que "impidan" la adquisición de twitter por parte de Musk; de repente esa red, amenaza con convertirse en "monopolio de la desinformación", como dijo la vocera presidencial Jan Psaki, como si hasta hace unos días twitter hubiera sido otra cosa. Y, en especial, a esa izquierda le provoca pánico que Donald Trump regrese a la plataforma donde antes de "cancelarlo", cada uno de sus tuits era visto por 44 millones de suscriptores, esto en comparación con los 3 millones de suscriptores que tiene Joe Biden en twitter. ¿Por qué temen que regrese Trump a esa plataforma si se supone que el actual presidente le ganó la presidencia con más de tres millones de diferencia?

La furia izquierdista y la de los grupos de poder en Estados Unidos, relación que hasta hace poco se consideraba contra naturam se da, en primer lugar, porque este golpe les viene de alguien que, se suponía, es aliado de la causa progresista, situación que --quizá no casualmente-- ocurrió con Donald Trump cuando anunció sus aspiraciones presidenciales y, segundo, porque Elon Musk parece representar el retorno del espíritu libertario de los primeros emprendedores de la red. Por ello, razón no le falta a Mónica Showalter, colaborabora de la página americanthinker: "Elon Musk es la continuación del ideal de libertad en la red que Steve Jobs defendió hasta el último día de su vida".

Y aunque Musk aseguró que su objetivo es crear un twitter "abierto a todo tipo de opiniones, incluso aquellos que me atacan", parece que no será tan condescendiente con buena parte de esos empleados que, sin duda, intentarán sabotearlo desde adentro. Hay muchos empleados dentro de esa empresa totalmente aterrados a una red social donde exista el respeto a la libertad de expresión, una generación mayoritariamente conformada por jóvenes adoctrinados en los planteles universitarios. Ese será el mayor reto de Musk cuando tome las rienda de twitter.

"Es de risa loca saber que muchos empleados de twitter han expresado su 'trauma' y su 'ansiedad e incertidumbre' porque Elon Musk está  punto de comprar twitter", refiere el especialista Ayala. "Esta gente vive en un mundo irreal, lejos de la realidad donde vivimos el resto del mundo y donde los empleados que son capaces no deben temer que la empresa cambie de dueño. Lo que más les aterra es que twitter dejará de estar bajo su control y su discurso absurdo, totalmente desconectado de la realidad, se caiga a pedazos. Solo nos queda ver si Musk podrá soportar lo que se le viene encima aunque confío que sí  podrá lograrlo, sobre todo porque el discurso de quienes buscan destruirlo está basado en mentiras e incongruencias".

 

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