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Manténgase bien estresado: por salud mental, ya deje de ver noticieros

Barras informativas al despertarnos, a la hora de la comida y poco antes de irnos a dormir... ¿a quién extraña que los asiduos a esas emisiones ya estén experimentando pesimismo, angustia y hasta principios de neurosis? En la lucha despiadada por los ratings, donde se sabe perfectamente que la mala noticia vende, el sintonizar los noticieros no es precisamente la mejor manera de estar bien informado. En otras palabras, evítelos de hoy en adelante

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DICIEMBRE, 2021. La mayoría de los noticieros se autopromocionan con la frase "manténgase bien informado". Vaya ironías: desde hace rato los noticieros tienen como última meta el informar, lo suyo es lo contrario, desinformar, distorsionar la realidad y manipular a la opinión pública aparte de estresarla hasta el paroxismo y tenerla en un estado de angustia permanente. Es una fórmula a la que se debe agregar el máximo elíxir de cualquier proyecto televisivo: conseguir alto rating.

Hace unos años se puso en línea en Dinamarca un canal especializado en buenas noticias, aquellas que hicieran sentir inspirado al público para que iniciara su día con una sonrisa. Hasta parece innecesario recalcar que el proyecto fracasó a poco un mes de iniciado con lo cual los productores descubrieron --o quizá confirmaron sus temores-- de que las buenas noticias sencillamente no venden.

Sin embargo hay algo que refuerza cada día la idea de que, en el entendido de que los noticieros transmiten en su mayoría malas noticias, las repercusiones son nocivas y enormes para la salud mental del televidente; más aún, si se sigue fielmente cada una de estas emisiones en los horarios que, no casualmente, son aquellos en los que la especie humana necesita desconectarse un poquito del mundo para al menos interactuar con aquellas personas que le son cercanas, el efecto es doblemente devastador.

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Sin saberlo, miles de personas se provocan un daño emocional considerable poco después que suena la alarma matutina del despertador y lo primero que hacen es encender el televisor para ver las noticias. ¿Y qué encuentran? Primero, un listado de los accidentes automovilísticos ocurridos a lo largo de la noche--sin faltar la transmisión "en vivo" donde vemos el auto destrozado-- lo que nos lleva a pensar en aquel amigo que en la tarde anterior nos dijo que asistiría a alguna fiesta que terminaría hasta tarde. ¿No le habrá pasado algo a ese amigo, qué tal si aparece en la lista de accidentados? A partir de ese momento y por detalles como éste, nuestro día ya se ha trastocado.

"Cuando nos despertamos por la mañana nuestro cuerpo se encuentra en un estado relajado, preparándose para enfrentar un nuevo día. Lo peor que podemos hacer a nuestra mente en ese momento es atiborrarla con una dosis de noticias desagradables", refiere la psicóloga Verónica Celis. "Es el equivalente a que tu mente aun no está aclarada del todo luego de levantarte y te dices a ti mismo ¡'otro día en esta porquería de mundo!'"

De acuerdo con el columnista Rod Dreher de la revista American Conservative, "el ver noticias negativas por la mañana, además de acelerar el ritmo cardiaco, estimula los niveles de cortisol y nos distrae de lo que debiera ser una mañana concentrados en nuestro trabajo: de hecho una pregunta que se hacen las personas que ven noticieros con regularidad es '¿qué tanto ha empeorado el mundo desde anoche?" Y eso lleva a otra interrogante que Dreher da una repuesta: "una encuesta realizada por la Organización de Encuestas y Contenidos (SNO por sus siglas en inglés) señala que de 100 personas encuestadas que veían noticieros con regularidad, 73 de ellas expresaron tener una visión pesimista de la vida, un  porcentaje que baja al 36 por ciento entre los encuestados que afirmaron 'nunca o casi nunca' sintonizar los noticieros de la televisión".

Pero si ese napalm matutino no fuera suficiente, los noticieros también han acaparado los horarios del mediodía, es decir, la hora en que la gente se reúne para comer y, de nuevo, los contenidos negativos de esas emisiones dan al traste con lo que debería ser la hora de convivencia y relajación al platicar entre la familia las andanzas de cómo va el día. "Los noticieros de mediodía están esencialmente dedicados  a las actividades de los políticos, como si lo que hace esa gente fuera lo más importante en un país o en el mundo, o peor aún, en nuestros hogares", escribió Dreher.

"Cuando sintonizamos la llamada barra informativa, sin darnos cuenta comenzamos a llenarnos la cabeza con los problemas de otra gente", dice la psicóloga Verónica Celis, "problemas de gente real, no de una serie o de una telenovela que sabes que no existen. A la larga eso representa también un desgaste a nuestra estabilidad emocional, algo en que los noticieros contribuyen enormemente".

Y por lo menos en Estados Unidos, el ataque continúa a media tarde, las 6 de la tarde, cuando los noticieros transmiten sus evening news, es decir, otra carga de notas pesimistas cuando la mayoría de la gente regresa a casa para la cena que, inevitablemente, acompañan con esos noticieros que escupen noticias ya sea sobre corrupción, contagios al alza y accidentes viales.

En México y otros países latinoamericanos el horario varía un poquito, generalmente a las 9 ó 10 de la noche cuando la mayoría de la gente regresa a casa y está cenando o acaba de cenar. Y  es aquí donde la psicóloga Celis advierte sobre "el efecto más que negativo" que encierra la costumbre de ver noticieros por la noche. "En la mañana ya fuimos bombardeados de malas noticias, a la hora de la comida se nos vuelve a atacar y al regresar a casa por la noche, con las preocupaciones de la escuela o la oficina a cuestas y todavía le echas encima al un niticiero que te deprime los ánimos hasta el suelo... ¿cuándo le das oportunidad a tu cuerpo para relajarse, para reponerse de la jornada del día?", se pregunta.

Lo conveniente, coinciden el columnista Dreher y la psicóloga Celis, "es disminuir el tiempo que dedicamos a las noticias por la mañana y por la noche",y en vez de eso levantarse con música tranquila, relajante e igual hacerlo por las noches. Muchas personas sintonizan los noticieros para enterarse de la hora, "pero lo mismo puede hacerse escuchando una estación de radio musical, toda ellas dan la hora; además de ello, el reloj de nuestro cerebro ya está corriendo desde que nos despertamos y la única manera en que se nos haga tarde es distraernos viendo los noticieros, por ejemplo".

Dreher agrega que, según el estudio de la SNO, "50 voluntarios dejaron de ver noticieros por un mes y 42 experimentaron mejoría en su ánimos, durmieron mejor y se sintieron más llenos de energía durante el día". En este punto Dreher establece la diferencia entre los noticieros de TV "que requieren toda tu atención" y los noticieros de radio que la gente suele escuchar mientras va a sus oficinas, "en éstos últimos simplemente estás recibiendo información que suele estar más centrada en la nota que en el sesgo que se le quiere dar a la nota".

Tampoco se trata, naturalmente, de "desconectarse" del mundo y dejar de ver noticias que lo mantengan a uno en contacto con el mundo. "Lo recomendable es repasar los periódicos en línea y seleccionar las noticias que realmente nos interesan", dice la psicóloga Celis. "El Internet nos da la oportunidad de ser nuestros propios editores. Pero, por favor, desde hoy mismo hay que evitar seguirnos causando más daño emocional viendo noticieros saturados de negativismo, de pesimismo a los que solo les interesa tener alto rating", y compara el asunto con la revista Alarma!, desaparecida hace años y donde se presentaban escenas gore de accidentados y víctimas de crímenes: "Los mismos activistas que prohibieron la publicación de revistas como esa por 'explotar el morbo' son las mismas que hoy sintonizan los noticieros de la televisión o aparecen en ellos. El Alarma! buscaba las altas ventas vendiendo el morbo y esta gente hace exactamente lo mismo.

"La diferencia", finaliza la psicóloga Celis, " es que ninguno de nosotros lo primero que hacía al levantarse era leer las páginas del Alarma! Pero al final entre esta revista y los noticieros que hoy tenemos ya no hay diferencias visibles.¿Entonces por qué seguirnos arruinando el día sintonizándolos?"

Pero aún existe el lado optimista de los noticieros, como ha dicho un amigo nuestro. "Lo único que vale la pena de los noticieros son las chicas del clima, bellísimas todas ellas y que nos hacen volver a ser optimistas en torno a la humanidad. Pero una vez que ya me deleité viendo cómo estará el clima ese día, dejo de sintonizar el noticiero".

 

 

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