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Celebrity Rehab, de lo sublime a la terapia

Nuestro artista o cantante favorito quizá en este momento sufre problemas de adicción. En este programa, un grupo de ellos deja entrar a las cámaras a una clínica atendida por un especialista. Este reality-show, simplemente, se sintoniza o se le cambia de canal. Juzgue usted mismo

MARZO, 2012. En el libro The Dirt (La Mugre), la biografía oficial de Motley Crue escrita por el periodista Neil Strauss, hay una frase del batería Tommy Lee que resume el ser jna celebridad: "Lo peor que te puede ocurrir es que la fama que tanto deseas llegue a tu puerta. Al principio es una sensación refrescante pero poco a poco comienza a subir por tu cuerpo, y cuando te cubre la cabeza significa que todo se ha jodido. Ningún famoso escapa a esa maldición". Lee sabe de lo que habla, no sólo se ligó a dos de las modelos más deseadas en los años noventa --Heather Locklear y Pamela Anderson-- sino que fue parte de un grupo musical que comenzó en un apestoso departamento de renta en Los Ángeles para de ahí saltar a una fama inesperada. Y los resultados no siempre son alentadores, ya no digamos los que ellos ansiaban.

Con frecuencia los medios norteamericanos publican textos titulados "¿Dónde se encuentran ahora?" acerca de gente alguna vez famosa que volvió a perderse en el anonimato. La mayoría pasó por un problema de drogas o problemas con la justicia y pocos realmente salieron "limpios" de la experiencia y formaron una familia; otros, la minoría, se retiró cansado del ambiente. "La adulación es una droga... todos quienes famosos somos adictas a ella y poseemos un ego enorme. Es un círculo del que pocos logran salir ilesos", refirió hace años el cantante Prince. Desafortunadamente la adulación no es la única droga: dentro del ambiente de las celebridades circula toda una farmacia de barbitúricos y medicamentos de los que se abusa y se termina por ser esclavo. Su cantante favorito, su actor o actriz preferida, el guionista que usted admira, la modelo por la que usted suspira... tenga por seguro que detrás de ese ambiente de glamour existe una batalla de adicción a las drogas.

¿Se ha preguntado usted, por ejemplo, qué pasó con Robin Williams? Hasta principios de la década anterior era frecuente verlo en la pantalla gigante, pero desde entonces se ha apagado. La razón rara vez es discutida abiertamente en Hollywood, aunque un amigo cercano afirmó en el 2005 que Williams había tocado fondo por consumir cocaína, situación que desembocó en un divorcio. Otro caso es el de Christian Slater, uno de los actores más prometedores de los noventa. Hasta hoy no ha podido salir del hoyo en el que lo hundieron loas drogas. "¿Quieren saber porqué los adictos recaemos en las drogas? Por nuestro ego. Te dicesa ti mismo ¡Vamos, soy una celebridad, a mí no puede pasarme esto, son muy talentoso, ustedes están locos...! Si no aterrizas en tu realidad nunca podrás rehabilitarte", dijo Robert Downey Jr. a Rolling Stone en el 2009.

Y aunque para algunos se trata de un show mediático con toques de dramatismo, Celebrity Rehab, que transmite regularmente VH1, viene a ser una ventana de ese sórdido mundo. Difícilmente habríamos pensado que Leif Garrett, ese muchachito de cabellera a la Peter Frampton y quien fue un teen idol adorado allá a finales de los setenta, quedó convertido en un cincuentón abotagado, con una pañoleta en la cabeza y unos ojos inyectados que delatan su condición. ¿Qué diantres sucedió con ese muchacho que provocaba histeria entre las adolescentes de medio mundo? El alcohol y la cocaína simplemente se llevaron a la basura ese rostro de Adonis rubio.

Ahora en su cuarta temporada --comenzó a transmitirse en VH1 a partir del 2008--. Celebrity Rehab es conducido por el doctor Drew Pinsky. El reality show es filmado en una clínica de desintoxicación de Pasadena. California, y tiene como objetivo central que los internos vivan en ese lugar durante 31 días en los cuales tratarán de superar sus adicciones, un proceso en el cual, ha dicho el Doctor Drew, "no basta con dejar de consumir y ya; hay que ir al fondo del problema, el cual con frecuencia radica en una falta de afecto". ¿Falta de afecto? Parece una contradicción, incluso una aberración: los internos son figuras envidiadas, y en el caso de Garret, provocaban causaban desmayos durante sus presentaciones. Pero como escribió al respecto el columnista Vittorino Matus en The Weekly Standard: "Sorprendería saber cuántas celebridades provienen de familias disfuncionales. ¿Cuándo fue la última vez que el ganador de un Óscar, de un Emmy, de un Grammy, agradeció a sus padres?" y concluye que "el poco afecto familiar lleva a muchos de ellos a tomar drogas como forma de compensar aquella carencia (...) las drogas atenúan ese dolor pero el costo es altísimo".

Los pacientes están vigilados 24 horas por cámaras colocadas en todos lados de la clínica, excepto en los sanitarios, aunque pequeños micrófonos delatan cualquier sonido como pudiera ser el abrir paquetes de plástico que contienen medicamentos no autorizados. El punto de reunión es un pequeño patio con algunas sillas y un jacuzzi, y una área con varias mesas. El otro punto es el consultorio de Drew, a quien las celebridades consultan para hablar de sus avances. Cumplido el primer mes del tratamiento los pacientes pueden permanecer o ir a sus casas con la promesa de seguir el tratamiento. Sin embargo todos son libres de marcharse cuando así lo deseen. Menos de una cuarta parte lo hacen.

Aparte de Garrett, hay otras celebridades cuyo problema de adicciones era desconocido y solo se sospechaba de éste debido a su esporádica aparición en el cine o la televisión... y aun el beisbol, como el lanzador Dwight Gooden, ganador del Cy Young y al que las drogas hundieron una carrera que muchos consideraban igualaría a la de Nolan Ryan. Otro asistente a la cuarta temporada es Eric Roberts, hermano de la protagonista de Pretty Woman. El cabello rubio de Roberts, uno de los bad guys del cine ochentero, ahora está completamente cano al tiempo que su rostro exhibe ya los estragos del abuso de las drogas y el alcohol. Roberts incluso llegó a estar nominado al Óscar pero al perder, recordó recientemente, "me hundí en una orgía de abuso de drogas que duró varios días, todo por no haber ganado". Otro paciente célebre es Steven Adler, el ex batería de Guns N' Roses, cuyos avances igualan el número de sus recaídas 

También estuvo en el programa, en su primera temporada, Mike Starr, miembro fundador de Alice in Chains, uno de los grupos más representativos de la corriente grunge. Tras la muerte de su vocalista Layne Stayley --quien nunca quiso aceptar tratamiento y falleció de una sobredosis en abril del 2002--, Starr, quien había dejado al grupo en 1993, decidió entonces ingresar a la clínica de Pasadena. Fue uno de los protagonistas de la primera temporada y mostró algunos avances aunque falleció hace exactamente un año en Salt Lake City, aparentemente por haber consumido una cantidad de antidepresivos mayor a la que se le había recetado.

Y como muestra de que nadie escapa al demonio de la adicción, otra inscrita en el programa de rehabilitación es Tawny Kitaen, ex Playmate y quien aparece en varios videos de Whitesnake filmados en los 80. Tras separarse del vocalista David Coverdale, Kitaen comenzó a consumir drogas a un ritmo frenético y hace unos meses fue arrestada por la policía de Los Ángeles por manejar en estado de ebriedad. Y al igual que Garrett, el físico que tantos suspiros despertó en sus videos se ha ido hoy por el retrete. Las drogas han tenido efectos devastadores en el físico de esta ex modelo.

Muchos televidentes consideran que Celebrity Rehab es más la explotación del morbo de un asunto que debiera ser privado. Pero según dijo un ejecutivo de VH1, "al revelar su problema frente a sus fans, estas celebridades se ven obligadas a dar el doble para superarlo". Para otros, y más con la reciente muerte de Whitney Houston, quien llevaba años de adicción, este tipo de programas son, más que buena idea, necesarios. Hay quienes opinan, como el columnista Mike Cano, que estos programas, a los que llama "basura en la que terminan los ricos y los famosos", no deberían transmitirse "por salud mental".

Como sea, Celebrity Rehab mantiene su alto rating en VH1. Y mientras ayude a la rehabilitación de estas celebridades, es preferible al nido de insufribles tonterías en que han desembocado buena parte de los reality-shows.

 

 

 

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