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Australia ya le prepara alfombra de lujo a su futuro

Mientras otros países se empeñan en fórmulas tan probadas como fracasadas, este país continente se alista para ser un protagonista más discreto que China conforme vaya avanzando el siglo XXI. Tiene problemas, por supuesto, pero está demostrando amplia capacidad para resolverlos

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DICIEMBRE, 2013. Pocos países, quizá con excepción de su vecina Nueva Zelanda, gozan de tal situación de privilegio: no tienen problemas fronterizos con estados conflictivos, comparten muchas cualidades con Canadá menos un clima que congela hasta el aliento, lleva décadas gozando de estabilidad financiera, no tiene problemas demográficos o de hacinamiento (apenas 26 millones de personas en 5 y medio millones de kilómetros cuadrados, más del doble de México), sus índices de delincuencia son muy bajos y su reputación entre la comunidad internacional es bastante buena. Tal vez una de sus mayores desventajas es que Australia se encuentra lejos de todo, en especial de naciones con las que podría realizar muy buenos negocios.

Hace algunas décadas la película Crocodile Dundee mostraba a un neoyorquino burlándose del visitante australiano a quien le advertía "aquí no tendrás que matar a un animal antes de comértelo", cuando lo cierto es que Australia es tan moderna como cualquier ciudad norteamericana y canadiense. "De hecho en Australia se vive mucho mejor", refiere Reynald Hancock, un residente en Brisbane, ciudad ubicada al noroeste del país, con cara al Pacífico. "Los problemas de racismo son inexistentes y aquí puedes vivir tranquilo y vivir tu vida como quieras vivirla".

Australia también comienza a perfilarse como potencia deportiva. Después de todo este es el país que vio nacer a la leyenda del golf Greg Norman, a la tenista Yvonne Goolagong y a la corredora Kathy Freeman. Por décadas ese país había sido campeón mundial de rugby, el deporte nacional, pero cada vez consigue más medallas olímpicas en natación, canotaje y ciclismo, eso sin olvidar a Michelle Jenneke, la sensual corredora que causó furor en You Tube con sus ejercicios de calentamiento. "A diferencia de Estados Unidos y donde abunda la gente obesa, los australianos somos adictos al ejercicio", dice Hancock. Y es verdad; los parques de las principales ciudades se encuentran repletos de deportistas que hacen jogging antes de irse al trabajo, En ello ayuda el diseño urbano de ciudades como Melbourne, Adeliade y Perth que tienen sus parques cercanos a los edificios de oficinas.

De hecho, todo el país parece haber sido planeado para el futuro. A diferencia de América latina, donde todo desarrollo urbano se hace conforme a la urgencia del momento, los planos que proyectan la expansión de las ciudades están diseñados de modo tal que se procura el balance entre la urbanización y la naturaleza que le rodea. Cuando la bahía de Sydney era una enorme penitenciaría el pueblo crecía desordenadamente y estaba lleno de callejuelas como si fuera la repetición lúgubre de Londres o de Edimburgo. Cuando Australia alcanzó su independencia de Inglaterra, las nuevas autoridades se propusieron reconstruir la ciudad desde cero y derribaron todas las edificaciones viejas, que por lo demás carecían de valor histórico. Por tanto, el sabor del Sydney tradicional es un tanto postizo.

Esa también fue una manera de querer olvidar el ominoso pasado de Australia. La Corona inglesa enviaba ahí a los criminales más peligrosos que había en la isla pero también a aquellos que hoy pasarían como intelectuales o activistas y que le representaban una amenaza a la monarquía.. Dentro de la costumbre carcelaria de esos tiempos todos eran delincuentes y eran confinados en el mismo lugar. Y dado que esos presos habían cruzado 15 mil kilómetros de océano, llegaban a Sydney en condiciones deplorables. Las epidemias eran frecuentes y mataban por igual a guardias y a encarcelados. La fiebre, la disentería y otras infecciones llegaron a ser tan comunes que ser enviado a ese sitio como vigilante o como reo era considerada una virtual sentencia de muerte. Y, como escribió el historiador australiano Edward Jacobsen, "si se lograba sobrevivir a esas enfermedades entonces se moría por el maltrato carcelario".

Michelle Jenneke, la deportista australiana más sensual y una consentida de You Tube

 

 

Más de un siglo después, esas historias de horror parecen inverosímiles con el aspecto actual de la bahía de Sydney, con su Teatro de la Ópera y el Puente que es cruzado diariamente en cuatro millones de ocasiones. Sydney es una metrópoli adornada con vías fluviales, áreas verdes y, sí, un enorme tráfico cuando todos salen del trabajo a las cinco de la tarde.

Otro aspecto de meticulosa planeación en su capital, Canberra, sede de los poderes políticos y de toda la estructura burocrática australiana (Brasilia fue inspirada dentro del mismo concepto). Es una ciudad austera, llena de actividad de lunes a viernes pero los sábados y los domingos es una área desierta. Apenas hay unos 100 mil empleados públicos en todo el país, menos de1 2 por ciento, pero al igual que en otras partes, éstos gozan de altos sueldos y de prestaciones bastante jugosas. En los años sesenta se amplió la edad de retiro de los burócratas de 45 a 56 años. Hubo protestas pero gracias a ello se quitó una presión a las finanzas públicas como la que hoy afecta a Grecia. a España y a Italia.

También en los setenta, cuando el país se veía condenado a ser copado por las multinacionales, el Estado australiano inició una estrategia de apoyo al microcomerciantes con créditos accesibles para abrir sus negocios. Actualmente la fuerza laboral más numerosa se encuentra en el pequeño y mediano comercio, base que ha permitido una clase media en expansión. Lo curioso ers que estas propuestas las realizó un gobierno laborista, es decir, de centro izquierda, temeroso de que Australia fuera engullido por las trasnacionales estadounidenses, como se les llamaba entonces.

Un grave problema en Australia es el alcoholismo, causa de accidentes viales y ausentismo laboral que resultan en pérdidas anuales de hasta 200 millones de dólares australianos, aproximadamente 67 centavos de un dólar norteamericano, o alrededor de 9.30 pesos mexicanos. Se han implementado programas para reducir el consumo de alcohol pero no han sido suficientes

Aunque se le considera isla y a la vez continente, las distancias en Australia son abismales. Viajar de Sydney a Perth, al otro extremo, equivale a hacerlo de Atlanta Georgia, a San Diego California, casi 4 mil kilómetros, de ahí que el transporte aéreo sea la opción más frecuente para viajar, pero también se puede recorrer la Gold Coast, en el lado oriental, un trayecto con más de 2 mil 770 kilómetros a lo largo del Pacífico.

La estabilidad económica de Australia ha traído oleadas de inmigrantes. Los primeros pobladores provenían de las regiones más pobres de Londres, Escocia, Gales e Irlanda, la cual tuvo otro incremento en la posguerra cuando se abrieron las puertas a la inmigración para todos quienes desearan iniciar una nueva vida. El flujo europeo fue cediendo su paso a los inmigrantes hindúes, chinos, árabes, vietnamitas, de Laos y de la vecina Indonesia, aunque las recientes olas de inmigración provienen de Turquía y Grecia pero no tanto como los serbios y croatas que llegaron en parvadas hace20 años durante la guerra de los Balcanes. Desde el 2010 también se ha detectado un flujo de inmigrantes procedentes de España.

Todavía en los sesenta la inmigración procedente de América latina en Australia era una rareza. El golpe de Estado en Chile y la dictadura argentina aumentaron el flujo. Pero los últimos años se ha visto un repunte desde Venezuela. Un reciente artículo del Sydney Morning Herald daba cuenta que unas 100 familias venezolanas se han establecido ahí desde el 2005. También han aumentado los inmigrantes mexicanos; se estima que hay alrededor de dos mil 500, aunque éstos prefieren irse a residir a Estados Unidos.

En años recientes se ha dado una inmigración importante de familias iraquíes al área de Sydney, (el flujo de ciudadanos sirios también ha crecido el último par de años). El problema es que muchos adolescentes han formado "padillas islámicas" que ya han cometido asaltos a transeúntes y establecimientos comerciales. "La delincuencia es un problema relativamente pequeño en Australia, pero ello no significa que se deba bajar la guardia", escribió recientemente el periodista Mark McCann de la revista Quadrant. "Tampoco se debe permitir que unas autonombradas 'pandillas islámicas' aleguen ser víctimas de persecución religiosa cuando se les detiene y luego se les deja ir".

Los estrenos de Hollywood y los programas de TV norteamericanos se estrenan simultáneamente en Australia aunque los puristas del lenguaje, como en Canadá, temen que esta americanisation (con s) termine por imponerse en el lenguaje y la cultura australianas. "Esta es un problema sobre todo en la escuela donde el maestro dice theatre, centre o realisation y los alumnos responden que están mal escritas, que es theater, center o realization pues así lo han visto en los programas estadounidenses", refiere Hanckock. En otros casos, como la música country, ésta tiene gran aceptación al punto que existen grupos locales que explotan el género y existen estaciones de radio que lo difunden.

"El antiyanquismo australiano no es tan fuerte como el británico o el europeo, pero muchos consideran en que la influencia de la cultura norteamericana ha sido excesiva", escribió McCann.

Al igual que Singapur, Taiwán y Corea del Sur, Australia parece estar preparada para el siglo XXI. Si el vaticinio de Douglas MacArthur en el sentido de que la historia de los próximos mil años se escribirá en el Pacífico, el país de los canguros ya está velando esa ventaja.

 

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3 comentarios

felipillovox escribe 07.12.13

GUAU!! Esta Michelle Jenneke es una total belleza y nos deja en claro que en Australia hay más que canguros, hay que ir ahorrando para buscar pareja en Australia, el pasaje es caro peor vale la pena! saludos

mario_romero escribe 05.12.13

No hay duda de que Australia ofrece hoy más oportunidades de trabajo que Estados Unidos, lo malo es que está muy lejos de aquí, pero con ver la foto de Michelle Jenneke estoy dispuesto a ahorrar lo que me gasto en cheves para comprar un boleto e irme para allá

marilaura718 escribe 05.12.13

En relación al artículo sobre quienes tengan pensado ir a Australia dejenme comentar lo que me pasó a una amiga y a mí que decidimos viajar allá para evitarnos la engororrosa tramitería de la visa gringa (la cual de todos modos teníamos que sacar porque el avión a Australia hacía escala en San Francisco). Fuimos a la embajada de Australia en el DF y entre los requisitos estaban certificado de buena salud, no antecedentes penales, pasables hasta cierto punto, también deberíamos comprobar ingresos superiores a los 10 mil pesos mensuales, comprobar que no íbamos contratadas a cumplir "servicio doméstico", o sea que nos vieron cara de sirvientas a la dos y si no se cuenta con título universitario es casi imposible que le den la visa, lo cual me parece discriminatorio. La manera más rápida de que se la den es ir respaldado por una compañía multinacional o tener mucha lana ¡salieron peor que los gringos para otorgar visas! Esto para quienes quieran ir a Australia, un viajecito que cuesta unos 25 mil pesos de puro pasaje

 

 

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