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Asilo a corruptos; lo nuEVO en política exterior

 

Durante décadas, y algo que casi nadie cuestionaba, México recibió oleadas de refugiados quienes luego dieron a su país adoptivo invaluables aportaciones en lo social, cultural, artístico y empresarial. Por ello el asilo concedido a Evo Morales deja en claro, además de la complicidad con un ex mandatario corrupto, hacia dónde mascan las simpatías políticas lopezobradoristas

 

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NOVIEMBRE, 2019. Contrario a la empalagosa y embaucadora historia oficialista de México, Lázaro Cárdenas está lejos de ser uno de los mejores presidentes que ha tenido el país. Sin embargo uno de sus innegables aciertos fue haber acogido a decenas de refugiados españoles tras el término de la guerra civil y la subida de Franco al poder. Esos grupos migrantes incluían agitadores y vividores, sin duda, pero la abrumadora mayoría eran personas que trajeron consigo una valiosísima aportación cultural, social, literaria y aun empresarial. Al hablar de empresas como Bimbo, Seguros la Provincial y Soriana, por nombrar tres, se alude a una relación directa con los refugiados españoles que llegaron a México en los años del cardenismo.

Décadas después tuvimos otro exilio, el chileno, aunque éste fue menos numeroso. La aportación cultural que trajeron fue también muy valiosa aunque esta segunda oleada se acogió más a la caridad del Estado mexicano que a abrirse camino por su cuenta y de inmediato regresó a su país cuando cayó el dictador Augusto Pinochet. Los refugiados españoles, en cambio, optaron por quedarse en México tras la muerte de Franco en 1975, no solo porque ya habían pasado casi cuatro décadas sino porque el país que dejaron había cambiado radicalmente.

Sin embargo y en rasgos distintos, el hecho que el gobierno mexicano hubiera aceptado a aquellos refugiados tenía una justificación; después de todo, sr trataba de gente honrada, trabajadora y dispuesta a buscarse un mejor futuro, o bien porque sus vidas se encontraban amenazadas a causa de su activismo. Ante ese repaso histórico, millones de mexicanos seguimos preguntándonos: ¿por qué el gobierno de López Obrador aceptó ipso facto dar acogida al hoy ex presidente de Bolivia Evo Morales?

Apenas unas horas antes que Morales huyera del Palacio de Gobierno en La Paz y anunciara su renuncia a escondidas, el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard confirmó que Morales y su familia así como 20 miembros de su gabinete serían aceptados en calidad de refugiados porque, agregó Ebrard, "sus vidas corrían peligro". Al día siguiente y en su "conferencia mañanera", López Obrador dijo que la decisión de recibir a Morales "había sido completamente mía" pero que enviaría la solicitud al Senado el cual, con la mayoría a los pies del "rayito", rápidamente le dio trámite. Si así fueran para aprobar otras iniciativas más ingentes.

Que se sepa, Evo Morales no cuenta con una trayectoria importante en términos académicos, literarios o artísticos como para haberle dado abrigo en México. Se necesitaría ser un tonto de capirote para haber negado asilo al cineasta Luis Buñuel, a Angelines Fernández (la famosa "Bruja del 71" en El Chavo del 8 y quien antes de huir de España fue combatiente en las fuerzas republicanas), al cómico Ángel Garasa (el "paecito" en muchas cintas de Cantinflas), a Lorenzo Servitje, fundador de Bimbo, o a la familia Domecq, fundadora de un famoso brandy.

En cambio ¿qué méritos existen para haber abierto las puertas a Evo Morales? ¿Acaso el haber destrozado la economía de su país en 14 años, de acallar a la prensa opositora o de dedicarse a la venta de hoja de coca antes de saltar a la vida política?

Más aún, ¿se molestó Ebrard en indagar por qué realmente Evo Morales decidió denunciar a la presidencia de Bolivia?

En primer lugar, no se puede hablar de "golpe de Estado", como ya lo hizo el gobierno mexicano, si el mandatario anuncia en público su renuncia. En segundo lugar, la salida de Morales se da dos semanas después de unas elecciones fraudulentas de las cuales éste se negó a aceptar el resultado al punto que la OEA advirtió que investigaría lo que realmente había sucedido. Morales ordenó al ejército que "por cualquier medio posible" reprimiera las crecientes manifestaciones en las calles de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz Las fuerzas armadas se rehusaron y acusaron al mandatario de estar violentando la Constitución la cual, ante tal circunstancia, da derecho a los demás poderes a deponerlo y convocar a nuevas elecciones. Ese es el momento en el qué hoy se encuentra Bolivia, ¿Cuál "golpe de Estado"?

¿Qué va a ocurrir si la inevitable investigación arroja tremendos desfalcos por parte de Morales, de los cuales existen sospechan desde hace buen rato? ¿Qué pasará si la OEA determina que Morales cometió no solo irregularidades administrativas sino violaciones a los derechos humanos y se exija su extradición?

A diferencia de Cárdenas, quien acogió a los refugiados no solo por razones humanitarias sino por afinidades políticas, el dar refugio a Evo Morales se limita a estas últimas, con lo cual el gobierno lopezobradorista se hace cómplice de cualquier corruptela que se le llegue a comprobar al ex líder cocalero. Esto también echa por tierra lo dicho por el propio presidente mexicano en el sentido que no existe ninguna conexión con el chavismo-madurismo, principal financiador y protector del régimen de Morales.

Con este episodio, México cae al mismo nivel de república bananera similar a cuando Alfredo Stroessner, el ex dictador paraguayo, le dio cabida a su amigote y colega Anastasio Somoza de todos modos a las pocas semanas fue volado en pedazos por un bazucazo en una calle de Asunción. De nuevo, ¿qué justifica que López Obrador haya abierto las puertas a quien existe fuertes sospechas que es un pillo que se ha enriquecido a costa de la pobreza de los bolivianos?

Ahí no termina el asunto, naturalmente. Los 20 ex ministros, Morales y sus familias no obtendrán un empleo remunerado en México. Por el contrario, serán huéspedes de un país que no solo les dará vivienda, alimentación, transportación y quizá hasta abundantes bonos de despensa a costa de los contribuyentes mexicanos, faltaba más. .No le hace que en ningún momento durante sus actos de campaña, López Obrador jamás haya mencionado que, ya como presidente, daría asilo a ex mandatarios corruptos procedentes de países a los que dejaron económicamente en la ruina.

Con este hecho, puede el lector estar seguro que el siguiente corrupto al cual el gobierno mexicano abrirá las puertas será el inepto mostachudo de Nicolás Maduro (y a su familia, claro está). A Maduro también se le dará, como ya ocurrió con Evo Morales, una "chaira bienvenida" a costa de la reputación mundial --y los impuestos-- del pueblo de México.

 

 

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