Otros textos de
Literatura
Dice la verdad sobre las bajas ventas
en Marvel y lo mandan callar
Facebook, tubo de ensayo para la Policía del Pensamiento
¡Qué caray, nos
equivocamos!
Las encuestas vuelven a reflejar deseos, no la realidad. ¿A quién
extraña su desprestigio?
El
servilismo y la podredumbre moral de la prensa norteamericana
Saquemos
unas memorias provechosas
Archivo
|
|
MEDIOS/Televisión
Al mezclar
deportes y política, ESPN pierde parvadas de suscriptores
Los deportes y la política no
suelen dar buenos resultados al mezclarse por lo que el espectador
invariablemente rechaza esa propuesta. En Estaos Unidos, la
creciente agenda progre de ESPN está resultando en una fuga
de suscriptores. Veremos hasta dónde Disney, la dueña del canal,
decide llevar este experimento
MAYO, 2017. Cuando apareció por primera vez
hace 39 años, el éxito fue enorme: un canal en cable dedicado
exclusivamente las 24 horas a la promoción del deporte. Si algo
similar había ocurrido con la creación de un canal de noticias, el
darle promoción a los deportes convencionales y a otros menos
conocidos o rara vez difundidos por TV arrojó un resultado más que
inmejorable: Para 1987, ESPN, siglas de Entire Sports Network, se
había convertido en el líder indiscutible de la actividad deportiva
mundial. Más tarde su cobertura se amplió a Europa, Australia, Japón
y América latina (en México, como sabemos, ESPN tiene hoy contratado
a José Ramón Fernández, quien se fue de TV Azteca luego de varios
choques con Ricardo Salinas Pliego).
Lo que pareciera ser una máxima obvia, esto es, que los espectadores
de deportes por televisión buscan mero entretenimiento también fue
por muchos años la premisa de ESPN. De hecho nos hemos acostumbrado
a que los deportistas se concentren en lo suyo y nos parece hasta
extraño que de repente opinen de política; el deportivo pareciera
ser un campo más exclusivo que otros cuando se aborda determinado
tema. Cierto, hemos visto atletas promoviendo partidos políticos o
incluso postularse para puestos de elección popular, pero ello
suelen hacerlo una vez que se han retirado (Cuauhtémoc Blanco, por
ejemplo), no cuando se encuentran en activo. Algo similar suele
suceder con los comentaristas deportivos, a quien el público rechaza
cuando se avientan a cubrir otro tipo de programas. ¿Alguien
recuerda cómo José Ramón Fernández fracasó en Azteca con un programa
de variedades y entrevistas?
Hace algunos años Disney decidió incursionar en la televisión y
adquirió la cadena ABC para poco después hacerse de ESPN a modo de
ganar presencia en la TV por cable en áreas que no tenían que ver
con sus propias series o películas. Las cosas marcharon más o menos
bien hasta que en el 2012 hubo cambio de directores en el canal y se
optó por darle un giro más políticamente correcto a sus contenidos.
Y como ya hemos referido en otras ocasiones, pocas cosas hay más
políticamente incorrectas en este planeta que la actividad
deportiva, cuya principal fin es demostrar superioridad física y
destreza mental sobre el contrincante.
El choque entre lo PC y los deportes era, es, inevitable. Y al
hablar de censura PC inevitablemente entra la política en el menú de
opciones.
El ex lanzador Curt Schilling fue despedido de ESPN luego de que un
tuit comparó a los terroristas islámicos con un los nazis y en otro
publicó la foto de un hombre vestido de mujer exigiendo entrar al
baño de mujeres. Posterior a ese despido, los ratings de ESPN
comenzaron a desplomarse dado que la emisión del ex lanzador era de
las más sintonizadas en el canal.
Semanas después ESPN dio un reconocimiento por "mérito deportivo" a
Kaithleen Jenner quien, como se sabe, ganó medalla de oro en
atletismo en 1976 compitiendo como Bruce Jenner. ¿Por qué homenajear
a alguien que se retiró hace más de tres décadas a no ser que hace
un par de años se convirtió en trasgénero? Según la página
americanhinker.com, a partir de ese momento el rating de ESPN se fue
en picada.
Ha habido otros momentos: cuando el quarterback de los 49's
Colin Kaepernick se negó a saludar a la bandera norteamericana
porque, según él, "representaba la opresión contra las minorías
raciales", hubo mesas redondas en ESPN donde justificaban o
relativizaban la actitud, por demás hipócrita, de un atleta
multimillonario quien se autoasume como "oprimido por los blancos".
Esa actitud, por cierto, también resultó en una caída en los niveles
de audiencia durante la última temporada de futbol americano.
¿Resultado de esta política? La cancelación de alrededor de 3
millones de suscripciones a ESPN desde noviembre del año pasado y el
reporte de personal de 110 empleados. Lo reiteramos, la gente que
sintoniza los canales de deportes busca entretenimiento, no
politiquería. De hecho Linda Cohn, una de las reporteras de ESPN,
reconoció esto en una entrevista con The New York Post: "El
canal está perdiendo ingresos por suscripción, no solo por reducción
de costos sino porque los espectadores están hartos de que ESPN
inserte asuntos políticos en su cobertura deportiva...
Definitivamente hay un porcentaje que se relaciona con este hecho,
desconozco el porcentaje total, pero quien quiera ignorar este
hecho, está ciego".
¿Esta caída repercutirá en un giro o una modificación en la
programación de ESPN? Dudoso. Lo que ocurrirá es que --todo sea con
tal de mantener una agenda política-- los ejecutivos de Disney
canalizarán millones de dólares que reciben por concepto de sus
parques de diversiones a la "causa" ya que, como se sabe, esos
parques suelen cuidarse de incluir asuntos políticos y mantienen su
espíritu tradicional y familiar que les garantice jugosos ingresos
diarios. Igual que como lo hacen los grandes estudios que destinan
buena parte de la la taquilla por películas infantiles a cintas con
contenido político controvertido o poco comercializable.
Textos
relacionados
Los deportes, nuevo objetivo gestapolíticamente correcto
[Noviembre, 2013]
|
Previo
Dice la verdad sobre las bajas ventas
en Marvel y lo mandan callar
Un alto ejecutivo de la conocida editorial afirmó,
como no queriendo la cosa, que las propuestas de cómics con
mayor diversidad no interesan a los lectores y por ello no se
venden; pocas después le ordenan desdecirse lastimosamente. Queda
algo en claro: la mordaza políticamente correcta está aniquilando a
una industria que hasta hace poco era de las más redituables entre
los medios impresos norteamericanos
|
¿Desea opinar sobre este
texto?
[email protected]
[email protected]
0
comentarios |