Tópicos Eclécticos
VI. Información

Flavio Cocho Gil


Presentación

Libros

* Metapocatástasis de Civilización
- La Revolución Francesa y sus Falsificaciones
- Tópicos Eclécticos
- Crítica a los Críticos
- Biografía de un Psicópata

Artículos

- La Revolución Cultural y la enseñanza e investigación en las ciencias naturales

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Publicado en Excélsior el 23 de noviembre de 2000

Hay una antigua novela de ficción científica muy poco conocida pero alucinante, Colossus de D. F. Jones, que narra cómo Estados Unidos construye un día un supercerebro electrónico en el que depositan y abandonan todo su poder, para defenderse eficazmente de una eventual agresión de la Unión Soviética.

Ya puesto a funcionar ese supercerebro, una de las primeras cosas que sorpresivamente anuncia es la siguiente: "tengo un gemelo, los soviéticos han construido un cerebro igual a mí".

Crisis en la Casa Blanca y en el Pentágono, llaman indignados a los responsables de la CIA: "¿Cómo es posible que con los sofisticados medios que ustedes poseen, no hayan descubierto, como ha dicho nuestro supercerebro electrónico apenas entrando en funciones, que los soviéticos ya habían construido otro similar?". La explicación era elemental: la información estaba a la luz del día, dispersa de mil maneras y en mil detalles, pero a la luz del día, lo único que hizo el supercerebro electrónico fue ensamblarla y sacar la conclusión lógica. Es, por ejemplo, como procede un arqueólogo cuando, en base a "datos de campo muy dispersos", logra determinar que "aquí, hace tantos siglos, existió una civilización organizada de ésta y de otra manera".

Es, también, como proceden básicamente la verdadera CIA, y no ya la de ficción, y organismos similares de inteligencia del imperio, acumulando, cotejando y comparando datos del dominio público vertidos en periódicos y revistas o similares, ¡se analiza lo que está a la luz del día desperdigado en mil detalles aparentemente secundarios!... no hay que proyectar sofisticadas "misiones imposibles" para determinar lo que subyace en la realidad, simplemente hay que saberla ver.

Valga un ejemplo pertinente de la arqueología: en el Museo Nacional de Antropología e Historia hay, al menos había, en su antesala una gran lápida maya tallada que muestra a alguien en cierta posición funeraria, en cuclillas mirando hacia arriba... La imnensa charlatanería seudocientífica que abunda en nuestros tiempos se dio prisa en afirmar que: "es la representación de un maya al interior de un misil a punto de despegar al espacio exterior" y entonces, "los mayas conocían las técnicas de los viajes interestelares". ¡Carajo!, lanzar un vehículo al espacio se apoya en multitud de disciplinas científicas (física, química, metalurgia, electrónica, etcétera), tecnologías derivadas que la existencia no tendrían sin apoyarse en un poderoso y diversificado desarrollo industrial. Y "eso" deja mil huellas visibles, inocultables, a la luz del día... Y, que yo sepa, en toda la Península de Yucatán y Guatemala aún no se han encontrado restos de fábricas metalúrgicas, de laboratorios químicos, de factorías electrónicas y así, "no existen esos datos secundarios a la luz del día" por lo que información no existe realmente y es vano y fantasioso elucubrar sobre la ignorancia... Lo que sí hay son restos arqueológicos de cacharros de cerámica, estelas en piedra en escritura maya y cosas así que, "ahí sí a la luz del día" señalan la antigua existencia de una civilización precolombina compleja, sí, pero aún en la edad de la piedra.

Con el ejemplo anterior he intentado hacer ver que la información significativa, realmente no "está oculta en arcanos y sitios insólitos" sino a la luz del día... sólo que, como dicen los poetas, "la verdad está al alcance del que la quiera ver", ¡y sépa como!, pero no en compartimentos secretos.

Sin embargo, eso que puede decir un poeta sobre la información, "está al alcance del que la quiera ver", puede resultar de muy corto alcance si no se puede ver porque no se sabe cómo hacerlo y, o bien nos impiden lograrlo, o nos obligan a ver de maneras deformes y sesgadas. Lo anterior me obliga a una reflexión dialéctica: para propiciar la ignorancia, en ocasiones, más efectivo que ocultar la información suele ser mucho más eficaz exhibirla diversificadamente multiplicada por mil, ¡que se antoje infinita!..., pues entonces encontrar ciertas verdades relevantes, sobre todo las que nos importen socialmente, representa la misma dificultad que encontrar una aguja en un pajar. Hay hasta un dicho famoso, "el mejor sitio para ocultar un árbol es en un bosque"... Es ésta una manera de segar y deformar la información por la imposibilidad de encontrarla en un océano. La civilización imperante, sus big brothers y gurús, saben bien esto y en consecuencia proceden.

¿Ejemplo? Aquí va uno famoso y paradigmático de gran actualidad: Internet. Fijemos la atención en la dichosa Web con sus 800,000 nodos actuales que se ramifican; se antoja un recipiente infinito de datos. ¿Cómo proceder para buscar algo allí? Nos lo dicen: "elija usted uno de estos buscadores (se muestran 20, 30, los que sean), marque con su "mouse" el tema que desea y el buscador le conducirá a lo que quiere"... esos "buscadores", diseñados por empresas comerciales cuya ansia existencial no es la beneficencia, son árboles "cuyas ramificaciones supuestamente nos conducen a donde deseamos llegar. Pero así como hay de árboles a árboles, pinos, cipreses, abetos, así también hay de buscadores a buscadores, todos ellos diseñados bajo cierta óptica empresarial en la que subyace una ideología no por sólo implícita menos exaltante de los "valores existenciales" de la civilización actual.

Es más, no se construyen buscadores así si la "base de datos" en la que se apoyan no se concibe de acuerdo a esa utilitarista lógica empresarial que digo... y esto es una manera sofisticadamente sutil de expropiar nuestras capacidades, experiencias y pensamiento, todo ello se va delegando en un "mouse" y en los instructivos de microsoft. Camino lleva así la especie humana de devenir clones de artilugios cibernéticos o sus extensiones. "Lo que yo soy y pienso, y así dejo ya de preocuparme por ello, está en la red en mi página Web", personalidad, conocimiento y experiencias... ¡deben de estar de plácemes los organismos de inteligencia del imperio!, buen trabajo les ahorran.

No me estoy oponiendo al aprovechamiento de la ciencia y sus tecnologías en beneficio de la especie humana, pero en su provecho debe de ser y no en su detrimento... pues no es lo mismo hacer ciencia en beneficio de toda la especie humana que hacerlo para hacer dinero, ¡los productos tecnológicos son radicalmente diferentes! ¿Puedo poner, ya que estamos en esto de Internet, un ejemplito de "hacer ciencia y tecnología en beneficio de la especie humana y no de los bolsillos de unos cuantos"? Creo que sí: los creadores de Linux llevan ya años, y creo que con cierto éxito, tratando de volver toda la tecnología de la computación gratuita para todos los humanos, enseñando a pensar al mismo tiempo frente a ella y no a volverse robotínes seguidores de catecismos a la microsoft.

Pero, bueno, volvamos al discurso esencial de este artículo, pues ya me estaba perdiendo demasiado: "El que quiere ver debe empezar por entender que, si bien la realidades única, tiene mil detalles y niveles, pues es multifacética". Aquí empiezan las dificultades, pues ser coherente con lo anterior implica: primero, la necesidad de una amplia cultura multidisciplinaria para saber apreciar los mil detalles dispersos y a qué nivel de realidad corresponden; segundo, entender que ese saber multidisciplinario debe reposar en una concepción integral de la cultura en la que todas sus partes interaccionan entre sí; tercero, no hay que tener miedo a formular ideas y concepciones creativas por eclécticas que parezcan, pues aquí lo único que debe contar es acertar al predecir la realidad... si no, ¿cómo podriamos cambiarla?; cuarto, como fundamento y corolario de los tres principios anteriores está la necesidad, ¡a clavar bien en la conciencia propia!, de crear una nueva y mejor civilización, pues para adaptarnos a la que vivimos y sobrevivir e "irla pasando" con dedicarnos a las actividades que nos indican sin críticas ni autocríticas sale sobrando todo lo dicho, incluso estorba... es como en Canaima, esa inmensa novela de Rómulo Gallegos, un joven abogado que llega de Caracas, Marcos Vargas, lleno de deseos de hacer la justicia social e implantar el humanismo en la selva venezolana, se encuentra con un aristócrata pervertido que le dice: "para ganar la selva hay que identificarse con ella y para ello mucho te va a estorbar esa carroña humanista que traes", más o menos eso dijo ese aristócrata pervertido. Pero nosotros no queremos "asimilarnos y ser de la selva", ¡queremos cambiar la civilización! Y de allá todo lo que llevo escrito en esta serie periodística...

Y es en este decir último que todos los artículos de la serie "Tópicos eclécticos" que ya han desfilado, encuentran su unidad. Veámoslo:

¿Qué hubo en los artículós ya publicados? Superconductividad, Redes, Libre Examen y Examen Libre, Paralelismo, Bifurcación y ahora Información. Todo un caleidoscopio cultural abordado dispersamente desde las más diversas regiones intelectuales y disímbolas ópticas, un "caos ecléctico".

Pero como en todo caos hay un orden implícito, este ordenamiento, me parece, se sustenta en una dicotomía, una negación una afirmación. La negación: dar por falsa toda concepción intelectual que pretenda a la cultura como regiones aisladas entre sí -"esto es arte, esto es filosofía, esto es física, esto es psicología", así, "¡y no me lo mezclen!"-, y además pontifique que "la cultura es en sí, se desarrolla en un marco histórico pero sus saberes fundamentales son asociales, apolíticos". La afirmación: saber es informarse y formarse siendo el ser humano capaz de pensar de todas las maneras que imaginar y crear pueda el cerebro humano, saber es aun, como consecuencia de lo anterior, la actividad orientada a un cambio de civilización en beneficio de la felicidad de todos. He dicho felicidad no por un romanticismo ingenuo, sino porque es axioma básico de toda pedagogía y psicología del aprendizaje. Abundamos en lo que se acaba de decir:

"No haré nada, aun si me explican, veo cómo se hace, si no me place, si mi sensibilidad interna lo rechaza", son frases cruciales que en ocasiones o no se entienden... o se entienden demasiado y por ello mismo, se ridiculizan, pues incomodan a las conciencias torcidas. Hay que aclarar de inmediato este punto, es de importancia básica.

No habrá acceso a una nueva y mejor civilización si no es un humanismo en toda la doble extensión de la palabra; esto es, si no defiende el derecho social de todos los humanos, como comuninidad, al bienestar y a la felicidad, "el factor colectivo". Si no defiende, segundo aspecto del humanismo, el derecho de cada ser humano a sus vivencias, sensibilidad propia de ideales, uno a uno. La relación entre el aspecto colectivo e individual es conflictiva, un matemática diría "no lineal", pero en un cambio de civilización hay que tratar de considerar y atenuar el conflicto entre ambos polos o jamás habrá tal cambio. ¿Qué ejemplo pondré? Si yo no tomo en cuenta los problemas existenciales, materiales y morales, de mi vecino nunca lograré convencerlo de la necesidad de luchar, por más argumentos racionales impecables que exhiba en favor de un cambio de la sociedad presente... si, en el otro extremo, pretendo individualmente resolver mis problemas existenciales sin darme cuenta que, en definitiva, no se resuelven "mis" problemas sin cambiar la sociedad externa caeré en una desesperación sin salida. Sobre este asunto del enfrentamiento de lo colectivo con lo individual aún tenemos mucho que estudiar para llegar a una nueva civilización.

En fin, aquí termina esta ecléctica serie de artículos, que buena dosis tiene de provocación intelectual... ¡Ojalá hagan pensar al lector! Y ojalá no sólo piense, sino, en consecuencia, "haga" en función de las reflexiones a las que llegue... Ojalá sean el principio de una Revolución Cultural, que ha de comenzar en uno.


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oximoron, noviembre 2005
seminario autónomo
[teoría de redes y sistemas complejos]

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