Los poemas que aquí se ofrecen son una selección de los cinco libros inéditos de la autora, más una pequeña selección de su libro Atreverse al mar, publicado en Ediciones Vitruvio. Sus poemas abarcan un período muy largo comprendido entre 1990 y la actualidad. El ritmo, la armonía, y la cadencia, en el aspecto formal, y el amor y la búsqueda interior, en lo temático, son constantes en la obra de la autora.
Además, podemos disfrutar de El Libro blanco, colección de pequeños poemas, como diminutas piezas de un jarrón de porcelana. En él van teniendo cabida, día tras día, todas aquellas canciones, versos sueltos, pensamientos, esbozos de poemas... que su autora va pergeñando. Talvez nunca lo publique, o quizás lo haga cuando sean buenos tiempos para la lírica y no éstos, tan lejanos del ritmo y tan cercanos a la mediocridad.
Poeta de las de antaño, de cuando el verso se leía pero también se "escuchaba", Ana nos muestra aquí una pequeña parte de su voz. Disfrutadla.
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De El mundo atravesado (1990-1998)
Los cerezos
Retornará la sangre de la tierra
a los cerezos, por cuanto fue hecho
de hambre y de pasión, de la materia
de todo lo que muere. Lo pospuesto
tendrá un momento al fin, se hará presente.
El campo tenderá, de sus verdores,
su sábana de prados y de fuentes
a tus pies, a tu sombra, a tus tendones.
Verás, milagro!, estío que perdura,
sangre de ayer colorear tu carne.
Volverás, en el tiempo de las frutas,
y te verás buscándome en las calles,
pero ya no sabrás dónde se oculta
el corazón que al pairo abandonaste.
Las luces de la ciudad,
amapolas de la noche,
paren un cielo de espantos.
Las luces de la ciudad,
pariendo un cielo estrellado.
Las luces de la ciudad
con el cielo
de la mano.
El mundo atravesado
Veo el tren que me traía y me llevaba
una y mil veces por la misma estela
en dirección a ti. Mapa que el alma
cobija y atesora y aún recuerda.
Aquel mundo redondo, como hoy,
como mañana, me es un mundo extraño
de exactas alboradas en que voy
pasajera en el tren de tus abrazos.
Me iba buscando a mi, a través tuyo.
Vagones de tu amor deshabitados.
Todo lo fuiste tú. Tú: árbol; tú: fruto.
Máquina para errar. Noctambulado
el pecho y recogido y en un susto.
En dirección a ti, el mundo atravesado.
De Canciones para antes de un naufragio (1999)
I
Las algas maternales
inventándose flores
submarinas. Las tardes
ya de las golondrinas
otoñales.
Te he visto,
entre los bulevares
y las flores nocturnas.
Resquebrajas la calle.
Las pollillas
A las luces de agosto
se acercan las noctámbulas polillas,
perdidamente altas.
De pura timidez parpadeante,
volando de puntillas,
las pierdo tres segundos en su viaje
−ya láctica odisea transparente
sus alas fugitivas−,
y se marchan, se van,... y reaparecen.
Hojarasca en pasión por las bombillas
(oh, la luz que cegó...!). Queda en suspenso
su huir, sólo un instante. Todavía.
IX
Mi amor te sobrevuela.
−Quién le puso las alas?
−Mi corazón de tierra.
Te ha ido sobrevolando
sin que me diera cuenta...
Ya ni se si te amo,
de tan lejos mis dedos
de tu cuerpo asombrado.
De Versos de la Ciudad Negra (1999-2000)
Recuerdo incandescente
Al menos los fantasmas
me siguen visitando. Soy libre
en la espectral alfombra de los ojos que duermen
lejanos de tu sueño y lejanos del mío.
Pétalos de amapola en los párpados mudos
de la ciudad. Neones y putas silenciosos.
Los mansos basureros recogen ya la noche
y sólo yo en un grito privado, estremecido.
A veces, a la luna
azulada y obtusa de estas noches eternas,
me visitas, me meces, me acompañas... El mundo
se contiene en un soplo de memoria y vehemencia.
En esa oscuridad terrible, alguna noche,
tus recuerdos, amor, fueron incandescentes
y dejaron heridas que aún tengo que curar.
La implacable noche
Filtrarás con tu ser el amor que te envío
y sabrás que lejano mi corazón te nombra.
Por eso, deja ahora la ropa sobre el suelo
porque igual podré amarte sin quitarte la ropa.
Roble de mi mirada, no te alcancen los ojos
de los que en el exceso prefieren la miseria.
Sé siempre transparente en medio de los otros
y sólo pueda verte mi corazón de tierra.
La noche, la implacable, sin que nadie la llame
vendrá a prender en sombra corazones y hogueras.
Desde el ángulo tibio de la cama te miro.
Tú te vistes de espaldas a la ciudad entera.
Los salvajes
Está esa oscuridad
que vence mi memoria…
La ausencia de la luz más engañosa.
La blanca oscuridad de mis recuerdos,
a la que fueron hechos tus ojos y mis piernas.
Y sé bien −lo diré en voz más alta−, sé muy bien
que sabrías de qué hablo sin ponerle
acento a tus recuerdos de mis horas.
(No hay luces verdaderas esa noche.
No aparece la luna. La buscamos
con el tacto finito de los ciegos.)
Está esa oscuridad
redonda que me encierra…
El acople de un sol y una luna eclipsada está en mi gesto
pues mi cuerpo, imposible de desandar los días,
es capaz de encontrar viejas posturas.
Sé que dirías mejor lo que no digo
con tu voz apacible y mentirosa.
Era hermosa la bruma del interior del mundo
que creamos de la nada y luego corrompimos
queriéndolo a la vez rosado y perdurable.
Pero en la calle, amor, yo sé bien que lo sabes,
con hachas homicidas en nuestras manos puras,
éramos dos salvajes.
De Atreverse al mar (2001-2006)
Azul marino
Nada podrá impedir que me derrame,
que me vierta, que llueva sobre ti.
... y tus ojos vendrán, de alucinado.
Tus ojos negros tan, tan negro. Azul marino.
Ven. No pierdas el tiempo. Cada noche se escapa
victoriosa y vencida para los dos, si duermes
y no me estás soñando, como es que yo te sueño.
Y ha de venir la hora
en los números rojos.
Nada podrá impedir que me derrame.
Lloveré sobre ti con lo que quede
de mi después de ti.
Estaba escrito.
En la polifonía
de lunares que surcan
mi geografía.
Constelaciones, eran,
y predestinaciones.
Desorden de tu nombre
sobre mi piel. Tú, escriba.
Mientras te escribo pasan
sobre mí los cometas.
Lejano, silencioso, tú habitas en un mundo
imaginado, ajeno, que acomoda a tu cuerpo.
Te rodean humanos que pueden abrazarte
y hasta amarte. Tu vida. Tu sueño paralelo.
Cábalas orbitales entretienen mi tiempo.
Establezco períodos para cada prodigio
y determino esperas entre presentimientos.
Te han amado esta noche?
Me despertó un silencio
premeditado y frío
como una puñalada.
Abrupto, insomne roquedal te acoja.
Te acune, para luego cercenarte
y disolverte y descomponerte,
para que un semidiós en celo te construya
de nuevo. Lo que eras
en lo que puedes ser.
Como hacen los hijos con los padres,
los amados hacen con los amantes.
Sí. Pedazos de ti. Lo que pensabas,
amaste, odiaste, todo lo leído,
lo aprendido en caídas y sangrados,
en jeringas de sueño encapsulado,
en sueños demudados de algodones,
en blancas anestesias, que no olvidos.
Todo en piezas de ti, más sin romperte.
Para que un dios mejor las estructure
y te enseñe otro tú que en ti habitaba
sin saber que lo habías necesitado.
Podrás luego evocar
hasta el desmembramiento
y decidir que pueda ser amor,
porque desgarra y porque perdura.
Y podrás evocar con deseo el presidio
y hasta el labio que sangra hallar erótico.
Yo no habré de
mentirte.
No te diré: este daño me duele más a mí.
Sino, más bien: Aquí, donde golpeo,
pude poner un beso que
olvidaras.
Olvidarás también este dolor!
Déjate, amor! No haré
más daño del que puedas...
ni una herida que otros deban adivinar.
Déjate. Si lo hiciste, lo sé, en tus otras vidas,
has de negarte a mi, a mi que te amo?
De Autorretrato de desconocida (2001-2006)
Niña improbable
Acunaba un perfume de mujer
que turbaba sobre la piel de niña.
Olor disfraz y beso de jengibre,
y regaliz la lengua sobre el sexo.
No, aún, la mujer de piernas afiladas,
la que compone formas amadoras
bajo farolas que hablan cuanto callar debieran.
Aún no. Sólo premura entonces, todavía.
Brisas de oro sobre el escote pálido.
Zafiro congelado. Inconsecuente
una luna sin luz y sin excusas.
Oscuridad culpable y culpable la hondura
de la boca infantil, mordida y pura.
Cuando la luz
Déseme la luz, cuando yo era
no este azul apagado desafecto
de los coches, las cosas que despiertan
de su insomnio de
liquen.
Madrugadas
de descontentos sobrios y serenos
en las horas borrachas de la escarcha.
Vuelvan a mí los verdes, cuando yo era
no este venir pausado, esta sonrisa
semejante a un anuncio de futuras
subvenciones y prórrogas de vida,
y me dejen en paz
los miserables grises de los humos!
Ven a mí, amada mía,
paz de cuando yo era
no este saco vacío,
sin fibra, sin gusanos
trasmutando sustancias y materias.
O no debe quedar ya nada vivo,
pues ni siquiera púdrense estas piedras
que he tomado por manos.
Déseme aquella luz,
otra vez, ya la última.
Ese rayo viajero, vibrante entre las hojas
que descubrían y cubrían el cielo.
El olor de la vida cuando empieza
uno a adentrarse en ella, a destrozarla.
Silencio
Silencio otra vez...
Para abrir un abismo de belleza
inesperada, leve, puramente mortal,
como es que son las cosas
que merecen amarse.
(La marejada rítmica
de olas de silencio
precipitando instantes
de preludio y post mortem .
Para entonces, silencio
solamente de ausencia.)
De Libiana (1992-2006)
Ángel de los días
Oh, ángel luminoso de los días
que vinieron a mí sobre la arena
y preñados de sol me calcinaron
sin que me diera cuenta!
No habrás, ángel, de serme más custodio,
pues ya mis pies hallaron un sendero
inefable en la sombra de las dunas.
Me dibuja su boca de jazmines
la brújula del cielo, me lo dice,
y amarillo tu viento me lo anuncia.
Cuando caiga la noche, he de alcanzar
el ojo de los cielos sobre el agua,
el oasis final de los sedientos,
el palmeral de todas las miserias!
Cuando la noche caiga, será azul
toda luz sobre el mundo circundante,
y en el nuevo silencio velaré...
Conjuraré a la luna en las colinas
donde un ayer sellamos juramentos,
oh, ángel luminoso de mis días,
que ya no he de romper.
Tierra eterna
Como animal te amo y eso me justifica,
que yo te reconozco como a mi misma especie
y por eso confundo tu olor con las marismas
después de amarte, amor, que soy un perro en ciernes.
Tú, mi paisaje. Flores que cultiva tu vientre
llámenme a confundirme con tus árboles rectos,
con los anocheceres que anidan en tus ramas,
con las anchas semillas que te engendrarán luego.
Seré a tu sombra alondra,
y volveré a morir,
y volveré a nacer...
Todo adquiere sentido
en este corazón
hecho de tierra eterna.
Por los azules
Un sonido que lleva y trae la madrugada,
y que se deshilacha en luz por los azules,
sobrevuela la casa en que vivía
en la otra vida que dicen que tuve.
Una sombra con alas, mucho menos que pájaro,
sin huesos y sin plumas, pura y plástica nada,
se repite en su vuelo sobre antiguos nosotros,
sobre el balcón sin flores en el malva del tiempo,
sobre aquella, la misma, cornisa inmaculada.
El cuerpo que ocupaba aquella vida es mío,
salvado de los vientos para tus manos largas.
Si lo habitaba un alma, no le ha sobrevivido.
No existe esa mujer de la que hablan.
El libro
Blanco
Estos últimos días
en las nocturnas horas
he invocado a las brujas.
Quiero que te conviertan
en una flor nocturna.
Maleficio
? ? ?
Extraordinarias horas
aquellas del amor,
en que era laboriosa
gestora de mi tiempo y mis humores,
del éxtasis y el verso...
? ? ?
... ya ves que el tiempo pasa muy despacio,
no importa lo que diga el calendario.
El inútil tiempo
? ? ?
Un hombre que habla solo.
Consigo mismo habla.
A una parte de sí que no conoce
la llama dios, la adora y la consagra.
? ? ?
Llegué hasta ti
tras sucesivos dones
en forma de dolor.
? ? ?
Se ha hecho la noche
en la Ciudad Negra.
La única luz que alienta
son mis ojos abiertos
de par en par. Espío
el milagro, la vida...
? ? ?
La tiniebla me acecha.
Tras de mí van las sombras.
Atraigo a mi destino por las calles.
Mi destino es la negra noche a solas.
? ? ?
Antes de conocerte te he perdido.
Nuestra belleza no duró un verano.
? ? ?
La causa hallé en tu cuerpo
porque anduve, existí
siempre en contra del viento.
? ? ?
...tal vez el subconsciente
siga vagabundeando
por las calles aquellas.
? ? ?
Retumbaré a las puertas de la iglesia
y
nadie me abrirá.
Los abismos me cercan esta noche
que no tiene final.
? ? ?
En el claro oriente
de la clara perla,
grillitos de nácar,
corazón de arena.
Prendida en tu dedo
madruga la perla.
Canción para
una nena insomne
? ? ?
Yo buscaba el olvido de la absenta,
verde, el sueño del opio,
dependencias que fueran
más fuertes que la tuya.
? ? ?
Quiso mayo ser
una primavera.
(Se quedó en gemido
de agua en la tierra.)
? ? ?
Mi dios marcha conmigo.
Va observando
cómo tropiezo y caigo,
mas no me da la mano.
? ? ?
El corazón del amante
asesina lo que ama,
late en un cuerpo prestado
y la fiebre no lo abrasa.
Mi amado encierra las noches
y los días en su puño
... y nadie sabe su nombre.
? ? ?
Caiga el silencio como un mar oscuro
sobre mi sueño, hastío, mi pereza.
Caigan todos los velos que celaban
el corazón callado del planeta.
? ? ?
La noche no está vacía.
Está habitada de espectros
de una vida que fue mía.
? ? ?
Hay quien me da las alas con tijeras
y hay quien me tuvo presa en todo un mundo.
Hay quien de poseerme me exaspera
y hay quien jamás me tuvo.
? ? ?
Ya las causas han dejado
de producir sus efectos
más o menos calculados
en pro de un orden perfecto.
Y el cosmos que yo creía
dirigido y gobernado
en realidad es desorden,
fruto remoto del caos.
? ? ?
Antifelicidad alternativa
al antipadecer de otra mañana
y no miedo a morir. Miedo a la vida.
Navidad
en la Ciudad Negra
? ? ?
Igual que el vidrio. Igual
de transparente.
Y como el vidrio, igual,
inconmovible.
? ? ?
Si no fuera tan caro mi dolor...!
Pareciera crueldad, esta terapia
de cauterización.
? ? ?
Crezco en tu dirección.
Como una enredadera,
trepo yo a tu mirada
buscando un sol que ciega.
? ? ?
Hoy es la última noche del milenio...
Me volverá a pillar desprevenida
esta vida anterior y nueva al tiempo?
31 de diciembre
? ? ?
Tienen algo tus manos
que jamás había visto.
Como te hallé en un sueño,
lo llamaré destino.
? ? ?
Contemporáneo, dicen.
Pero, qué saben ellos
qué me es contemporáneo
tan solamente a mi?
? ? ?
Creía que te amaba
porque nada era incierto
entre tus piernas blancas.
? ? ?
El hombre que eres hoy
es talvez más amable
que el niño que yo amé.
Pero hoy no podrías
ser mío, como eras,
porque hoy ya eres tuyo.
? ? ?
Hoy visita mi lecho
tu sombra de fantasma.
Hembra, todo lo intuyen
tus largas piernas blancas.
? ? ?
Se olvidarán, quizá, el viento y la prisa
las hojas de mi diario?
Volverá este terral, la misma brisa,
mañana a enmarañarnos?
Y, al fin, tendrá su viento
mi risa y mi lamento?
? ? ?
Por mi dolor te amé. Fue casi un arte.
Quise morirme amándo-
te en los brazos de otros
para cauterizarte.
? ? ?
Ya la gente se esparce por la faz de la tierra
bajo tus ojos garzos que todo lo vigilan...
Cuando llega lo oscuro te siento brillar. Eras
la luciérnaga a medias empolvando la noche,
el carmín de juguete, la tómbola de feria.
Eras
? ? ?
Él ha puesto en mi vientre
carbones encendidos
y ya nunca más duerme
lo que estuvo dormido.
? ? ?
... pero ellos hubieran querido que sintiera
prudentemente, mansa, con condición de hembra,
y no tantas ventanas sensitivas,
ni ojos comunicantes, ni vocación de hiedra.
? ? ?
Abrasadas pestañas
de mirarte de frente.
Te nace el sol del pecho.
Se pone tras tus dientes.
? ? ?
La gente repetía
que yo no era feliz
porque me veían sola.
Era justo al revés!
Cómo, felicidad,
alguien que no conoce
la soledad...?
? ? ?
Presumes de venir de extrañas tierras...
Mi linaje de astro
es más viejo que el tuyo.
? ? ?
El sol llega hasta mí, mas no es el sol,
y esta vida sin ti ya no es la vida,
y el rumbo que me guía no es un rumbo,
es una sucesión de acometidas.
? ? ?
Miguitas de pan de nube
en el pico de un gorrión
que
escapa y que se escabulle.
? ? ?
Es otra dimensión la que atravieso
cuando te pienso, lejos,
tan lejos de mis manos
en un mundo de ti que sólo espío
desde cualquier tejado.
? ? ?
Tú y yo. Un vacío
lleno de palabras.
Nunca dicen nada
algunas palabras.
Tal vez en silencio
me hubieras querido.
? ? ?
No es un trozo de pasado
lo que la tarde me trae
suspendido, inmaculado?
? ? ?
Cuántos de aquellos momentos
caben en un verso?
Mano blanca, piel blanca, sangre blanca,
y la bañera blanca, el alma blanca.
Letras, líneas, poemas habitados...
Cuánto de la verdad cabe en un verso?
? ? ?
Si no me elevé más
fue porque el corazón
me pesaba, sin duda.
Justificación
de la mariposa
? ? ?
Yo sé que hay un abismo en mi mirada
que invita a contemplar,
y que su fondo nada, ni el amor, lo alcanza.
? ? ?
…Y, de qué me conoce a mí esta tierra
que desde mi llegada
mil mariposas blancas me reciben,
todas ellas presagios luminosos?
Libya
? ? ?
De nada me quejo
y para ti dejo
cuchillo y telón.
Tango
? ? ?
Yo te sobrevolaba,
libre, como si nunca
te hubiera conocido.
? ? ?
Vivieron sin un dios, y así se amaron,
y así fueron olvido.
Pero yo encontraré el dios de mis mayores
que mis mayores han desconocido.
? ? ?
En ti, por ti, contigo,
materia de mi suerte,
vivo un indulto antiguo.
? ? ?
Esta cama que tanto
criticas y deploras
- porque cruje un poquito,
porque llora a deshora-
tiene guardadas muchas
de tus mejores horas:
las que pasan soñando
tus pestañas reidoras.
Canción primera
? ? ?
Quisiera no ser yo, y al mismo tiempo,
ser todavía más yo que lo fui nunca,
y no fingir, y no cumplir las leyes...
Ser sólo oro y espuma.
? ? ?
Le he dado al mundo todo
la vuelta varias veces.
Creé mi hogar a muchos
kilómetros de aquí.
Pero los embrujados,
brutales, reaparecen.
El mal estaba en mí.
? ? ?
...Sólo tienes que elegir
en cuál de mis dos ojos
prefieres tú vivir.
Tu casa
? ? ?
... envidiar la quietud de los blancos pasillos,
cancelando los sueños de los niños durmientes,
que ahora sueñan agujas y blancos algodones
(los inocentes niños de mirada perdida...).
? ? ?
Este instante febril que consumo
y que pasa, como ola en la playa,
sin dejar huella alguna, yo intuyo
vale todo los años que pasan.
Momento
? ? ?
Y si todos los hombres fueran ciegos?
No me amarías entonces?- dijo él.
Pero ella se había ido, estaba lejos.
? ? ?
Mira en la arena cuántos
de nuestros sueños rotos
se van a lomos de olas
pasajeras.
Acaricias
el mar de una mirada,
y el mar te lo devuelve
a su manera.
? ? ?
Él conocía la luz
y la negaba.
Era un ecosistema
de tinieblas.
? ? ?
Por qué permanecí
tantos atardeceres?
Nada trajeron nuevo a nuestras vidas...
? ? ?
Amante del vacío
en el que las palabras
no tienen ya sentido
Me intuyes,
no me sabes,
amante solar mío.
? ? ?
Sombras noctilucientes
fosforeciendo un punto
en ese espacio hueco
donde habitó tu cuerpo.
? ? ?
Me he olvidado del mundo
y cómo era
antes de que tu amor
lo sustrajera.
? ? ?
Los signos que tú lees
son para nigromantes.
Nada tienen que ver
contigo ni conmigo.
? ? ?
Buscaba tus olores nutritivos
-las reservas de leche,
las despensas de azúcar-
y descubrí que solamente olías
a
mis besos, saliva y libaciones.
? ? ?
Como me doy, me quito.
Como escalo a tus ojos,
regreso a las mazmorras,
sótano que mi suerte quiso amor.
Como me quito, me doy.
? ? ?
... y si la realidad se volviera un extraño
mundo de monstruos y merodeadores,
aceptaré vivir en esa realidad. Seré tu monstruo.
? ? ?
Tratándose de rosas,
son igualmente bellos
el pétalo y la espina.
? ? ?
Porque sé que tú temes las palabras,
te las digo a escondidas.
Porque no te despiertes,
me duermo yo en un hilo suspendida.
? ? ?
Este cuerpo de hombre
fue un hogar para mí.
Pero hoy mi hogar me aguarda
lejos, lejos de aquí.
? ? ?
... pero yo había llegado a ser muy firme
a base de desdichas y otras artes
terriblemente negras,
y por eso te amaba totalmente
o del todo te odiaba, sin remedio.
? ? ?
En esta soledad apasionada.
Por esta solitaria condición.
Desde esta apasionada soledad.
? ? ?
Las nubes devuelven la luz
de algún sol que se pone al otro lado.
Nubes azul marino
sobre un cielo turquesa.
? ? ?
El toro ve en blanco y negro
la arena del redondel
y los toreros también
al toro negro están viendo.
En tu negro pensamiento,
blanco el pecado de ayer.
? ? ?
Ya que has oscurecido el exterior
con el eclipse y caos de tu mirada,
ilumina, si al menos, mi dolor.
? ? ?
El olivo moro,
(moro moro moro)
sobre el campo pardo
(pardo pardo pardo).
Túnez
? ? ?
Es justo que no tengas corazón.
Si tuvieras corazón para romperte,
mi dolor rompería tu corazón.
? ? ?
Como puñalada, amor.
Con la misma precisión
con la que me atravesaba,
me abandonó.
? ? ?
Recordarte me trae todo el dolor
de tus innumerables despedidas.
Pero yo te recuerdo. Te recuerdo!
...y es por eso que siempre triste estoy.
? ? ?
Años sin ti...! Inabarcables.
Yo sigo siendo la misma
(pero ahora nadie lo sabe).
? ? ?
Como un buey que se ceba con el odio,
mi corazón cebado con tu ausencia.
Malas carnes los dos.
? ? ?
Entonces te veré...
Tengo que verte
desde mi carne,
antes de marchitarte.
? ? ?
Como los dedos de mis manos me responden
tus manos y tus ojos. Como míos
los tengo yo y los tomo como míos.
... y los de los demás no nos conocen.
? ? ?
Las formas aberrantes de un amor
que es animal extinto,
no tiene descendencia...
éramos tú y yo.
? ? ?
Dar para más de mí...
Dar para más sin ti, que nunca estás.
Y es mejor que no estés, bien es verdad,
porque yo puedo dar y sólo dar
y
recibirme luego sólo a mi.
? ? ?
Y en el nuevo silencio recordó
cómo son de ligeras a veces las palabras,
mas la palabra fue la última palabra
y cupo el mundo en ella largamente.
? ? ?
Humo yo, que la vida me lleva
y me vuelve de nuevo a traer
por la misma vereda escondida,
por los mismos caminos de ayer.
? ? ?
Todo el oro del mundo me cabe
en estas pobres manos
asidas como garfios a una carne
apenas conocida.
? ? ?
El agua en la que me diluyo
sería la de un bautismo, si quisiera.
? ? ?
... pero yo callé incluso
parte de mis dolores,
parte de tus pecados
de amante traicionero.
? ? ?
Tu devoras las almas y luego las condenas,
como el ladrón nocturno cuando no encuentra el oro.
Yo te daré mil almas que devorarme puedas.
? ? ?
Y de tu luz,
en torno el aire queda
circunciso y azul,
envuelto en tibia seda.
? ? ?
En el puño cerrado
guardo tu nombre.
Yo me reinvento el mundo,
tú lo corrompes.
? ? ?
Y hasta valdría la pena atreverse al olvido
si otro dolor igual te hiriera lo bastante.
Mas yo no me expondré jamás a ese castigo
pues sé que me sería insoportable.
? ? ?
Este dolor de ahora
es el amor de entonces
ya rendido y exhausto. Ya de vuelta.
Sólo el haberte amado
permite que subsista
en estas circunstancias.
? ? ?
Ya sé, ya sé, no debo, no debiera...
Pero me gustan tanto
aún las aceradas
agujas...! Me he hecho a ellas.
? ? ?
Hubiera merecido
la pena que existiese
uno sólo de ellos,
alguno de sus dioses,
para poder retarlo
encaramada a ti...
? ? ?
Beso
tus manos. Cedo
cada derecho en ti.
Toma
para siempre mi vida.
Te la doy
si
es cierto que la quieres todavía.
? ? ?
Ya ves que no he perdido mi optimismo.
Sigue en mi fe que un día no estaré.
? ? ?
Qué belleza, las nubes,
mismas sobre los dos!
Todo nos cubre. Sendos
cielos en tu cabeza
sobre mi pecho.
? ? ?
Bendita sea mi carne, pues la amas!
Pues tus ojos la buscan, sea de mí
eso cuanto perdure y se preserve.
Pues que es de mí también, bendita sea,
la estupidez que te postre a mis pies.
? ? ?
Era
escarcha, seguro,
aunque brillaba.
Era escarcha y por eso
entre tus manos tibias
yo soy mujer de agua.
? ? ?
Quién amará la flor, ya sin espinas,
cuando rinda su cáliz al final de la tarde,
demasiado afrutado, colmado en demasía?
Quién se vendrá a admirarla, en porcelana
azul -de nuevo tu jarrón, aquel jarrón?-
Quién la amará después, tierna y ajada?
? ? ?
Sierpe, y por qué? Quizá de nacimiento.
Por qué, sierpe, el inútil apremio de morder?
Cuando no se conoce,
quién distingue el veneno, cuando no...?
? ? ?
Ven. Hoy te amo
por mañana y ayer,
si no lo hubiera,
si no pudiera ser.
? ? ?
Amo
tanto tu cuerpo, eres en mí
tan puro, tan entero,
que incluso ya no sé si es que te quiero
o tan sólo me matas. No lo sé.
? ? ?
Todas las formas toma
el amor. De tu mano
he vencido demonios,
ángeles me han amado.
Y es porque tú me agitas
con tu voz. Desandamos
tú y yo cada camino cada día
y
le das cuerda al mundo que yo amo.
? ? ?
Canto primero de tu amor.
Canto de los que pasan desvelados
las noches por el beso de un extraño...
? ? ?