Los poemas que aquí se ofrecen son una selección de los cinco libros inéditos de la autora, más una pequeña selección de su libro Atreverse al mar, publicado en Ediciones Vitruvio. Sus poemas abarcan un período muy largo comprendido entre 1990 y la actualidad. El ritmo, la armonía, y la cadencia, en el aspecto formal, y el amor y la búsqueda interior, en lo temático, son constantes en la obra de la autora.

Además, podemos disfrutar de El Libro blanco, colección de pequeños poemas, como diminutas piezas de un jarrón de porcelana. En él van teniendo cabida, día tras día, todas aquellas canciones, versos sueltos, pensamientos, esbozos de poemas... que su autora va pergeñando. Talvez nunca lo publique, o quizás lo haga cuando sean buenos tiempos para la lírica y no éstos, tan lejanos del ritmo y tan cercanos a la mediocridad.

Poeta de las de antaño, de cuando el verso se leía pero también se "escuchaba", Ana nos muestra aquí una pequeña parte de su voz. Disfrutadla.

 

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De El mundo atravesado (1990-1998)

 

 

Los cerezos

 

Retornará la sangre de la tierra

a los cerezos, por cuanto fue hecho

de hambre y de pasión, de la materia

de todo lo que muere. Lo pospuesto

 

tendrá un momento al fin, se hará presente.

El campo tenderá, de sus verdores,

su sábana de prados y de fuentes

a tus pies, a tu sombra, a tus tendones.

 

Verás, milagro!, estío que perdura,

sangre de ayer colorear tu carne.

Volverás, en el tiempo de las frutas,

 

y te verás buscándome en las calles,

pero ya no sabrás dónde se oculta

el corazón que al pairo abandonaste.

 

 

 

 

Las luces de la ciudad,

amapolas de la noche,

paren un cielo de espantos.

 

Las luces de la ciudad,

pariendo un cielo estrellado.

 

Las luces de la ciudad

con el cielo

de la mano.

 

 

 

 

El mundo atravesado

 

Veo el tren que me traía y me llevaba

una y mil veces por la misma estela

en dirección a ti. Mapa que el alma

cobija y atesora y aún recuerda.

 

Aquel mundo redondo, como hoy,

como mañana, me es un mundo extraño

de exactas alboradas en que voy

pasajera en el tren de tus abrazos.

 

Me iba buscando a mi, a través tuyo.

Vagones de tu amor deshabitados.

Todo lo fuiste tú. Tú: árbol; tú: fruto.

 

Máquina para errar. Noctambulado

el pecho y recogido y en un susto.

En dirección a ti, el mundo atravesado.

 

 

 

 

De Canciones para antes de un naufragio (1999)

 

 

             I

 

Las algas maternales

inventándose flores

submarinas. Las tardes

ya de las golondrinas

otoñales.

 

                                 Te he visto,

entre los bulevares

y las flores nocturnas.

Resquebrajas la calle.

 

 

 

Las pollillas

 

A las luces de agosto

se acercan las noctámbulas polillas,

perdidamente altas.

 

De pura timidez parpadeante,

volando de puntillas,

las pierdo tres segundos en su viaje

−ya láctica odisea transparente

sus alas fugitivas−,

y se marchan, se van,... y reaparecen.

 

Hojarasca en pasión por las bombillas

(oh, la luz que cegó...!). Queda en suspenso

su huir, sólo un instante. Todavía.

 

 

 

IX

 

Mi amor te sobrevuela.

−Quién le puso las alas?

−Mi corazón de tierra.

 

Te ha ido sobrevolando

sin que me diera cuenta...

 

Ya ni se si te amo,

de tan lejos mis dedos

de tu cuerpo asombrado.

 

 

 

 

De Versos de la Ciudad Negra (1999-2000)

 

 

Recuerdo incandescente

 

Al menos los fantasmas

me siguen visitando. Soy libre

en la espectral alfombra de los ojos que duermen

lejanos de tu sueño y lejanos del mío.

 

Pétalos de amapola en los párpados mudos

de la ciudad. Neones y putas silenciosos.

Los mansos basureros recogen ya la noche

y sólo yo en un grito privado, estremecido.

 

A veces, a la luna

azulada y obtusa de estas noches eternas,

me visitas, me meces, me acompañas... El mundo

se contiene en un soplo de memoria y vehemencia.

 

En esa oscuridad terrible, alguna noche,

tus recuerdos, amor, fueron incandescentes

 y dejaron heridas que aún tengo que curar.

 

 

 

La implacable noche

 

Filtrarás con tu ser el amor que te envío

y sabrás que lejano mi corazón te nombra.

Por eso, deja ahora la ropa sobre el suelo

porque igual podré amarte sin quitarte la ropa.

 

Roble de mi mirada, no te alcancen los ojos

de los que en el exceso prefieren la miseria.

Sé siempre transparente en medio de los otros

y sólo pueda verte mi corazón de tierra.

 

La noche, la implacable, sin que nadie la llame

vendrá a prender en sombra corazones y hogueras.

Desde el ángulo tibio de la cama te miro.

Tú te vistes de espaldas a la ciudad entera.

 

 

 

Los salvajes

 

Está esa oscuridad

que vence mi memoria…

 

La ausencia de la luz más engañosa.

La blanca oscuridad de mis recuerdos,

a la que fueron hechos tus ojos y mis piernas.

 

Y sé bien −lo diré en voz más alta−, sé muy bien

que sabrías de qué hablo sin ponerle

acento a tus recuerdos de mis horas.

 

(No hay luces verdaderas esa noche.

No aparece la luna. La buscamos

con el tacto finito de los ciegos.)

 

Está esa oscuridad

redonda que me encierra…

 

El acople de un sol y una luna eclipsada está en mi gesto

pues mi cuerpo, imposible de desandar los días,

es capaz de encontrar viejas posturas.

 

Sé que dirías mejor lo que no digo

con tu voz apacible y mentirosa.

 

Era hermosa la bruma del interior del mundo

que creamos de la nada y luego corrompimos

queriéndolo a la vez rosado y perdurable.

 

Pero en la calle, amor, yo sé bien que lo sabes,

con hachas homicidas en nuestras manos puras,

éramos dos salvajes.

 

 

 

 

De Atreverse al mar (2001-2006)

 

 

Azul marino

 

Nada podrá impedir que me derrame,

que me vierta, que llueva sobre ti.

 

... y tus ojos vendrán, de alucinado.

Tus ojos negros tan, tan negro. Azul marino.

 

Ven. No pierdas el tiempo. Cada noche se escapa

victoriosa y vencida para los dos, si duermes

y no me estás soñando, como es que yo te sueño.

 

Y ha de venir la hora

en que nuestros días cifren

en los números rojos.

 

Nada podrá impedir que me derrame.

Lloveré sobre ti con lo que quede

de mi después de ti.

 

 
 
Lunares

 

Estaba escrito.
En la polifonía
de lunares que surcan
mi geografía.

 

Constelaciones, eran,
y predestinaciones.
Desorden de tu nombre
sobre mi piel. Tú, escriba.

  

 
  
Los cometas

 

Mientras te escribo pasan

sobre mí los cometas.

 

Lejano, silencioso, tú habitas en un mundo

imaginado, ajeno, que acomoda a tu cuerpo.

Te rodean humanos que pueden abrazarte

y hasta amarte. Tu vida. Tu sueño paralelo.

 

Cábalas orbitales entretienen mi tiempo.

Establezco períodos para cada prodigio

y determino esperas entre presentimientos.

 

Te han amado esta noche?

Me despertó un silencio

premeditado y frío

como una puñalada.

 

 

 

 

Amor objeto-sujeto del amor

 

Abrupto, insomne roquedal te acoja.

Te acune, para luego cercenarte

y disolverte y descomponerte,

para que un semidiós en celo te construya

de nuevo. Lo que eras

en lo que puedes ser.

 

Como hacen los hijos con los padres,

los amados hacen con los amantes.

 

Sí. Pedazos de ti. Lo que pensabas,

amaste, odiaste, todo lo leído,

lo aprendido en caídas y sangrados,

en jeringas de sueño encapsulado,

en sueños demudados de algodones,

en blancas anestesias, que no olvidos.

 

Todo en piezas de ti, más sin romperte.

Para que un dios mejor las estructure

y te enseñe otro tú que en ti habitaba

sin saber que lo habías necesitado.

 

Podrás luego evocar

hasta el desmembramiento

y decidir que pueda ser amor,

porque desgarra y porque perdura.

Y podrás evocar con deseo el presidio

y hasta el labio que sangra hallar erótico.

 

Yo no habré de mentirte.
No te diré: este daño me duele más a mí.

Sino, más bien: Aquí, donde golpeo,

pude poner un beso que olvidaras.
Olvidarás también este dolor!

 

Déjate, amor! No haré

más daño del que puedas...

ni una herida que otros deban adivinar.

Déjate. Si lo hiciste, lo sé, en tus otras vidas,

has de negarte a mi, a mi que te amo?

 

 

 

 

De Autorretrato de desconocida (2001-2006)

 

 

Niña improbable

 

Acunaba un perfume de mujer

que turbaba sobre la piel de niña.

Olor disfraz y beso de jengibre,

y regaliz la lengua sobre el sexo.

 

No, aún, la mujer de piernas afiladas,

la que compone formas amadoras

bajo farolas que hablan cuanto callar debieran.

Aún no. Sólo premura entonces, todavía.

Brisas de oro sobre el escote pálido.

 

Zafiro congelado. Inconsecuente

una luna sin luz y sin excusas.

Oscuridad culpable y culpable la hondura

de la boca infantil, mordida y pura.

 

 

 

Cuando la luz

 

Déseme la luz, cuando yo era

no este azul apagado desafecto

de los coches, las cosas que despiertan

de su insomnio de liquen.
                                             Madrugadas

de descontentos sobrios y serenos

en las horas borrachas de la escarcha.

 

Vuelvan a mí los verdes, cuando yo era

no este venir pausado, esta sonrisa

semejante a un anuncio de futuras

subvenciones y prórrogas de vida,

y me dejen en paz

los miserables grises de los humos!

 

Ven a mí, amada mía,

paz de cuando yo era

no este saco vacío,

sin fibra, sin gusanos

trasmutando sustancias y materias.

O no debe quedar ya nada vivo,

pues ni siquiera púdrense estas piedras

que he tomado por manos.

 

Déseme aquella luz,

otra vez, ya la última.

Ese rayo viajero, vibrante entre las hojas

que descubrían y cubrían el cielo.

El olor de la vida cuando empieza

uno a adentrarse en ella, a destrozarla.

 

 

 

Silencio

 

Silencio otra vez...


Para abrir un abismo de belleza

inesperada, leve, puramente mortal,

como es que son las cosas

que merecen amarse.

 

(La marejada rítmica

de olas de silencio

precipitando instantes

de preludio y post mortem .

Para entonces, silencio

solamente de ausencia.)

 

 

 

 

De Libiana (1992-2006)

 

 

Ángel de los días

 

Oh, ángel luminoso de los días

que vinieron a mí sobre la arena

y preñados de sol me calcinaron

sin que me diera cuenta!

 

No habrás, ángel, de serme más custodio,

pues ya mis pies hallaron un sendero

inefable en la sombra de las dunas.

Me dibuja su boca de jazmines

la brújula del cielo, me lo dice,

y amarillo tu viento me lo anuncia.

 

Cuando caiga la noche, he de alcanzar

el ojo de los cielos sobre el agua,

el oasis final de los sedientos,

el palmeral de todas las miserias!

 

Cuando la noche caiga, será azul

toda luz sobre el mundo circundante,

y en el nuevo silencio velaré...

 

Conjuraré a la luna en las colinas

donde un ayer sellamos juramentos,

oh, ángel luminoso de mis días,

que ya no he de romper.

 

 

 

Tierra eterna

 

Como animal te amo y eso me justifica,

que yo te reconozco como a mi misma especie

y por eso confundo tu olor con las marismas

después de amarte, amor, que soy un perro en ciernes.

 

Tú, mi paisaje. Flores que cultiva tu vientre

llámenme a confundirme con tus árboles rectos,

con los anocheceres que anidan en tus ramas,

con las anchas semillas que te engendrarán luego.

 

Seré a tu sombra alondra,

y volveré a morir,

y volveré a nacer...

 

Todo adquiere sentido

en este corazón

hecho de tierra eterna.

 

 

 

Por los azules

 

Un sonido que lleva y trae la madrugada,

y que se deshilacha en luz por los azules,

sobrevuela la casa en que vivía

en la otra vida que dicen que tuve.

 

Una sombra con alas, mucho menos que pájaro,

sin huesos y sin plumas, pura y plástica nada,

se repite en su vuelo sobre antiguos nosotros,

sobre el balcón sin flores en el malva del tiempo,

sobre aquella, la misma, cornisa inmaculada.

 

El cuerpo que ocupaba aquella vida es mío,

salvado de los vientos para tus manos largas.

Si lo habitaba un alma, no le ha sobrevivido.

No existe esa mujer de la que hablan.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El libro
Blanco


 

 

 

Estos últimos días

en las nocturnas horas

he invocado a las brujas.

 

Quiero que te conviertan

en una flor nocturna.

 

Maleficio

 

?    ?     ? 

 

Extraordinarias horas

aquellas del amor,

en que era laboriosa

gestora de mi tiempo y mis humores,

del éxtasis y el verso...

 

?    ?     ? 

 

... ya ves que el tiempo pasa muy despacio,

no importa lo que diga el calendario.

 

El inútil tiempo

 

?    ?     ? 

 

Un hombre que habla solo.

Consigo mismo habla.

A una parte de sí que no conoce

la llama dios, la adora y la consagra.

 

?    ?     ? 

 

Llegué hasta ti

tras sucesivos dones

en forma de dolor.

 

?    ?     ? 

 

Se ha hecho la noche

en la Ciudad Negra.

La única luz que alienta

son mis ojos abiertos

de par en par. Espío

el milagro, la vida...

 

?    ?     ? 

 

La tiniebla me acecha.

Tras de mí van las sombras.

Atraigo a mi destino por las calles.

Mi destino es la negra noche a solas.

 

?    ?     ? 

 

Antes de conocerte te he perdido.

Nuestra belleza no duró un verano.

 

?    ?     ? 

 

La causa hallé en tu cuerpo

porque anduve, existí

siempre en contra del viento.

 

?    ?     ? 

 

...tal vez el subconsciente

siga vagabundeando

por las calles aquellas.

 

?    ?     ? 

 

Retumbaré a las puertas de la iglesia

y nadie me abrirá.
Los abismos me cercan esta noche

que no tiene final.

 

?    ?     ? 

 

En el claro oriente

de la clara perla,

grillitos de nácar,

corazón de arena.

 

Prendida en tu dedo

madruga la perla.
 

Canción para
una nena insomne

 

?    ?     ? 

 

Yo buscaba el olvido de la absenta,

verde, el sueño del opio,

dependencias que fueran

más fuertes que la tuya.

 

?    ?     ? 

 

Quiso mayo ser

una primavera.

(Se quedó en gemido

de agua en la tierra.)

 

?    ?     ? 

 

Mi dios marcha conmigo.

Va observando

cómo tropiezo y caigo,

mas no me da la mano.

 

?    ?     ? 

 

El corazón del amante

asesina lo que ama,

late en un cuerpo prestado

y la fiebre no lo abrasa.

 

Mi amado encierra las noches

y los días en su puño

... y nadie sabe su nombre.

 

?    ?     ? 

 

Caiga el silencio como un mar oscuro

sobre mi sueño, hastío, mi pereza.

Caigan todos los velos que celaban

el corazón callado del planeta.

 

?    ?     ? 

 

La noche no está vacía.

Está habitada de espectros

de una vida que fue mía.

 

?    ?     ? 

 

Hay quien me da las alas con tijeras

y hay quien me tuvo presa en todo un mundo.

Hay quien de poseerme me exaspera

y hay quien jamás me tuvo.

 

?    ?     ? 

 

Ya las causas han dejado

de producir sus efectos

más o menos calculados

en pro de un orden perfecto.

 

Y el cosmos que yo creía

dirigido y gobernado

en realidad es desorden,

fruto remoto del caos.

 

?    ?     ? 

 

Antifelicidad alternativa

al antipadecer de otra mañana

y no miedo a morir. Miedo a la vida.

 

Navidad
en la Ciudad Negra

 

?    ?     ? 

 

Igual que el vidrio. Igual

de transparente.

Y como el vidrio, igual,

inconmovible.

 

?    ?     ? 

 

Si no fuera tan caro mi dolor...!

Pareciera crueldad, esta terapia

de cauterización.

 

?    ?     ? 

 

Crezco en tu dirección.

Como una enredadera,

trepo yo a tu mirada

buscando un sol que ciega.

 

?    ?     ? 

 

Hoy es la última noche del milenio...

Me volverá a pillar desprevenida

esta vida anterior y nueva al tiempo?

 

31 de diciembre

 

?    ?     ? 

 

Tienen algo tus manos

que jamás había visto.

Como te hallé en un sueño,

lo llamaré destino.

 

?    ?     ? 

 

Contemporáneo, dicen.

Pero, qué saben ellos

qué me es contemporáneo

tan solamente a mi?

 

?    ?     ? 

 

Creía que te amaba

porque nada era incierto

entre tus piernas blancas.

 

?    ?     ? 

 

El hombre que eres hoy

es talvez más amable

que el niño que yo amé.

 

Pero hoy no podrías

ser mío, como eras,

porque hoy ya eres tuyo.

 

?    ?     ? 

 

Hoy visita mi lecho

tu sombra de fantasma.

Hembra, todo lo intuyen

tus largas piernas blancas.

 

?    ?     ? 

 

Se olvidarán, quizá, el viento y la prisa

las hojas de mi diario?

Volverá este terral, la misma brisa,

mañana a enmarañarnos?

Y, al fin, tendrá su viento

mi risa y mi lamento?

 

?    ?     ? 

 

Por mi dolor te amé. Fue casi un arte.

Quise morirme amándo-

te en los brazos de otros

para cauterizarte.

 

?    ?     ? 

 

Ya la gente se esparce por la faz de la tierra

bajo tus ojos garzos que todo lo vigilan...

 

Cuando llega lo oscuro te siento brillar. Eras

la luciérnaga a medias empolvando la noche,

el carmín de juguete, la tómbola de feria.

Eras

 

?    ?     ? 

 

Él ha puesto en mi vientre

carbones encendidos

y ya nunca más duerme

lo que estuvo dormido.

 

?    ?     ? 

 

... pero ellos hubieran querido que sintiera

prudentemente, mansa, con condición de hembra,

y no tantas ventanas sensitivas,

ni ojos comunicantes, ni vocación de hiedra.

 

?    ?     ? 

 

Abrasadas pestañas

de mirarte de frente.

Te nace el sol del pecho.

Se pone tras tus dientes.

 

?    ?     ? 

 

La gente repetía

que yo no era feliz

porque me veían sola.

 

Era justo al revés!

 

Cómo, felicidad,

alguien que no conoce

la soledad...?

 

?    ?     ? 

 

Presumes de venir de extrañas tierras...

Mi linaje de astro

es más viejo que el tuyo.

 

?    ?     ? 

 

El sol llega hasta mí, mas no es el sol,

y esta vida sin ti ya no es la vida,

y el rumbo que me guía no es un rumbo,

es una sucesión de acometidas.

 

?    ?     ? 

 

Miguitas de pan de nube

en el pico de un gorrión

que escapa y que se escabulle.
 

 

?    ?     ? 

 

Es otra dimensión la que atravieso

cuando te pienso, lejos,

tan lejos de mis manos

en un mundo de ti que sólo espío

desde cualquier tejado.

 

?    ?     ? 

 

Tú y yo. Un vacío

lleno de palabras.

 

Nunca dicen nada

algunas palabras.

 

Tal vez en silencio

me hubieras querido.

 

?    ?     ? 

 

No es un trozo de pasado

lo que la tarde me trae

suspendido, inmaculado?

 

?    ?     ? 

 

Cuántos de aquellos momentos

caben en un verso?

Mano blanca, piel blanca, sangre blanca,

y la bañera blanca, el alma blanca.

 

Letras, líneas, poemas habitados...

Cuánto de la verdad cabe en un verso?

 

?    ?     ? 

 

Si no me elevé más

fue porque el corazón

me pesaba, sin duda.

 

Justificación
de la mariposa

 

?    ?     ? 

 

Yo sé que hay un abismo en mi mirada

que invita a contemplar,

y que su fondo nada, ni el amor, lo alcanza.

 

?    ?     ? 

 

…Y, de qué me conoce a mí esta tierra

que desde mi llegada

mil mariposas blancas me reciben,

todas ellas presagios luminosos?

Libya

 

?    ?     ? 

 

De nada me quejo

y para ti dejo

cuchillo y telón.

Tango

 

?    ?     ? 

 

Yo te sobrevolaba,

libre, como si nunca

te hubiera conocido.

 

?    ?     ? 

 

Vivieron sin un dios, y así se amaron,

y así fueron olvido.

Pero yo encontraré el dios de mis mayores

que mis mayores han desconocido.

 

?    ?     ? 

 

En ti, por ti, contigo,

materia de mi suerte,

vivo un indulto antiguo.

 

?    ?     ? 

 

Esta cama que tanto

criticas y deploras

- porque cruje un poquito,

porque llora a deshora-

 

tiene guardadas muchas

de tus mejores horas:

las que pasan soñando

tus pestañas reidoras.

Canción primera

 

?    ?     ? 

 

Quisiera no ser yo, y al mismo tiempo,

ser todavía más yo que lo fui nunca,

y no fingir, y no cumplir las leyes...

Ser sólo oro y espuma.

 

?    ?     ? 

 

Le he dado al mundo todo

la vuelta varias veces.

Creé mi hogar a muchos

kilómetros de aquí.

Pero los embrujados,

brutales, reaparecen.

El mal estaba en mí.

 

?    ?     ? 

 

...Sólo tienes que elegir

en cuál de mis dos ojos

prefieres tú vivir.

Tu casa

 

?    ?     ? 

 

... envidiar la quietud de los blancos pasillos,

cancelando los sueños de los niños durmientes,

que ahora sueñan agujas y blancos algodones

(los inocentes niños de mirada perdida...).
 

 

?    ?     ? 

 

Este instante febril que consumo

y que pasa, como ola en la playa,

sin dejar huella alguna, yo intuyo

vale todo los años que pasan.

Momento

 

?    ?     ? 

 

Y si todos los hombres fueran ciegos?

No me amarías entonces?- dijo él.

Pero ella se había ido, estaba lejos.

 

?    ?     ? 

 

Mira en la arena cuántos

de nuestros sueños rotos

se van a lomos de olas

pasajeras.

 

Acaricias

el mar de una mirada,

y el mar te lo devuelve

a su manera.

 

?    ?     ? 

 

Él conocía la luz

y la negaba.

Era un ecosistema

de tinieblas.

 

?    ?     ? 

 

Por qué permanecí

tantos atardeceres?

Nada trajeron nuevo a nuestras vidas...

 

?    ?     ? 

 

Amante del vacío

en el que las palabras

no tienen ya sentido

Me intuyes,

no me sabes,

amante solar mío.

 

?    ?     ? 

 

Sombras noctilucientes

fosforeciendo un punto

en ese espacio hueco

donde habitó tu cuerpo.

 

?    ?     ? 

 

Me he olvidado del mundo

y cómo era

antes de que tu amor

lo sustrajera.

 

?    ?     ? 

 

Los signos que tú lees

son para nigromantes.

Nada tienen que ver

contigo ni conmigo.

 

?    ?     ? 

 

                                                                                                                                                                                                                  

Buscaba tus olores nutritivos

-las reservas de leche,

las despensas de azúcar-

y descubrí que solamente olías

a mis besos, saliva y libaciones.
 

 

?    ?     ? 

 

Como me doy, me quito.

 

Como escalo a tus ojos,

regreso a las mazmorras,

sótano que mi suerte quiso amor.

 

Como me quito, me doy.

 

?    ?     ? 

 

... y si la realidad se volviera un extraño

mundo de monstruos y merodeadores,

aceptaré vivir en esa realidad. Seré tu monstruo.
 

 

?    ?     ? 

 

Tratándose de rosas,

son igualmente bellos

el pétalo y la espina.

 

?    ?     ? 

 

Porque sé que tú temes las palabras,

te las digo a escondidas.

Porque no te despiertes,

me duermo yo en un hilo suspendida.

 

?    ?     ? 

 

Este cuerpo de hombre

fue un hogar para mí.

Pero hoy mi hogar me aguarda

lejos, lejos de aquí.

 

?    ?     ? 

 

... pero yo había llegado a ser muy firme

a base de desdichas y otras artes

terriblemente negras,

y por eso te amaba totalmente

o del todo te odiaba, sin remedio.

 

?    ?     ? 

 

En esta soledad apasionada.

Por esta solitaria condición.

Desde esta apasionada soledad.

 

?    ?     ? 

 

Las nubes devuelven la luz

de algún sol que se pone al otro lado.

 

Nubes azul marino

sobre un cielo turquesa.

 

?    ?     ? 

 

El toro ve en blanco y negro

la arena del redondel

y los toreros también

al toro negro están viendo.

 

En tu negro pensamiento,

blanco el pecado de ayer.

 

?    ?     ? 

 

Ya que has oscurecido el exterior

con el eclipse y caos de tu mirada,

ilumina, si al menos, mi dolor. 

 

?    ?     ? 

 

El olivo moro,

(moro moro moro)

sobre el campo pardo

(pardo pardo pardo).

Túnez

 

?    ?     ? 

 

Es justo que no tengas corazón.

Si tuvieras corazón para romperte,

mi dolor rompería tu corazón.

 

?    ?     ? 

 

Como puñalada, amor.

Con la misma precisión

con la que me atravesaba,

me abandonó.

 

?    ?     ? 

 

Recordarte me trae todo el dolor

de tus innumerables despedidas.

Pero yo te recuerdo. Te recuerdo!

...y es por eso que siempre triste estoy.

 

?    ?     ? 

 

Años sin ti...! Inabarcables.

Yo sigo siendo la misma

(pero ahora nadie lo sabe).

 

?    ?     ? 

 

Como un buey que se ceba con el odio,

mi corazón cebado con tu ausencia.

Malas carnes los dos.

 

?    ?     ? 

 

Entonces te veré...

Tengo que verte

desde mi carne,

antes de marchitarte.

 

?    ?     ? 

 

Como los dedos de mis manos me responden

tus manos y tus ojos. Como míos

los tengo yo y los tomo como míos.

... y los de los demás no nos conocen.

 

?    ?     ? 

 

Las formas aberrantes de un amor

que es animal extinto,

no tiene descendencia...

éramos tú y yo.

 

?    ?     ? 

 

Dar para más de mí...

Dar para más sin ti, que nunca estás.

Y es mejor que no estés, bien es verdad,

porque yo puedo dar y sólo dar

y recibirme luego sólo a mi.
 

 

?    ?     ? 

 

Y en el nuevo silencio recordó

cómo son de ligeras a veces las palabras,

mas la palabra fue la última palabra

y cupo el mundo en ella largamente.

 

?    ?     ? 

 

Humo yo, que la vida me lleva

y me vuelve de nuevo a traer

por la misma vereda escondida,

por los mismos caminos de ayer.

 

?    ?     ? 

 

Todo el oro del mundo me cabe

en estas pobres manos

asidas como garfios a una carne

apenas conocida.
 

 

?    ?     ? 

 

El agua en la que me diluyo

sería la de un bautismo, si quisiera.

 

?    ?     ? 

 

... pero yo callé incluso

parte de mis dolores,

parte de tus pecados

de amante traicionero.

 

?    ?     ? 

 

Tu devoras las almas y luego las condenas,

como el ladrón nocturno cuando no encuentra el oro.

Yo te daré mil almas que devorarme puedas.

 

?    ?     ? 

 

Y de tu luz,

en torno el aire queda

circunciso y azul,

envuelto en tibia seda.

 

?    ?     ? 

 

En el puño cerrado

guardo tu nombre.

Yo me reinvento el mundo,

tú lo corrompes.

 

?    ?     ? 

 

Y hasta valdría la pena atreverse al olvido

si otro dolor igual te hiriera lo bastante.

Mas yo no me expondré jamás a ese castigo

pues sé que me sería insoportable.

 

?    ?     ? 

 

Este dolor de ahora

es el amor de entonces

ya rendido y exhausto. Ya de vuelta.

 

Sólo el haberte amado

permite que subsista

en estas circunstancias.

 

?    ?     ? 

 

Ya sé, ya sé, no debo, no debiera...

Pero me gustan tanto

aún las aceradas

agujas...! Me he hecho a ellas.

 

?    ?     ? 

 

Hubiera merecido

la pena que existiese

uno sólo de ellos,

alguno de sus dioses,

para poder retarlo

encaramada a ti...
 

 

?    ?     ? 

 

Beso

tus manos. Cedo

cada derecho en ti.

Toma

para siempre mi vida.
Te la doy

si es cierto que la quieres todavía.
 

 

?    ?     ? 

 

Ya ves que no he perdido mi optimismo.

Sigue en mi fe que un día no estaré.

 

?    ?     ? 

 

Qué belleza, las nubes,

mismas sobre los dos!

 

Todo nos cubre. Sendos

cielos en tu cabeza

sobre mi pecho.

 

?    ?     ? 

 

Bendita sea mi carne, pues la amas!

Pues tus ojos la buscan, sea de mí

eso cuanto perdure y se preserve.

 

Pues que es de mí también, bendita sea,

la estupidez que te postre a mis pies.

 

?    ?     ? 

 

Era escarcha, seguro,
aunque brillaba.


Era escarcha y por eso

entre tus manos tibias

yo soy mujer de agua.

 

?    ?     ? 

 

Quién amará la flor, ya sin espinas,

cuando rinda su cáliz al final de la tarde,

demasiado afrutado, colmado en demasía?

 

Quién se vendrá a admirarla, en porcelana

azul -de nuevo tu jarrón, aquel jarrón?-

Quién la amará después, tierna y ajada?
 

 

?    ?     ? 

 

Sierpe, y por qué? Quizá de nacimiento.

Por qué, sierpe, el inútil apremio de morder?

Cuando no se conoce,

quién distingue el veneno, cuando no...?

 

?    ?     ? 

 

Ven. Hoy te amo
por mañana y ayer,
si no lo hubiera,
si no pudiera ser.
 

 

?    ?     ? 

 

Amo tanto tu cuerpo, eres en mí
tan puro, tan entero,
que incluso ya no sé si es que te quiero
o tan sólo me matas. No lo sé.

 

?    ?     ? 

 

Todas las formas toma

el amor. De tu mano

he vencido demonios,

ángeles me han amado.

 

Y es porque tú me agitas

con tu voz. Desandamos

tú y yo cada camino cada día

y le das cuerda al mundo que yo amo.
 

 

?    ?     ? 

 

Canto primero de tu amor.

Canto de los que pasan desvelados

las noches por el beso de un extraño...

 

?    ?     ? 

 

 

 

                                                          

  

    

                                                          

                                                          

 

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