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Y siguen en la Luna...

Dentro de pocos años se confirmará, vía las naves chinas y europeas, que Estados Unidos sí puso un pie en la Luna. ¿por qué se ha creído que tal hazaña nunca ocurrió? Más que sencillo: porque la consiguió el país más envidiado de la historia

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MAYO, 2014. Ya desde el momento mismo que el mundo estaba frente a sus televisores presenciando uno de los mayores logros de la humanidad, el diario soviético Pravda soltó el término "pantomima" para señalar que todo era una "farsa" con claros propósitos propagandísticos. La bola no tardó en rodar: un grupo de "expertos" convocados por el diario parisino Le Monde puso en clara duda la hazaña y afirmó, con el rostro serio, que "todo ocurrió dentro de unos estudios de la NASA en Houston... nunca hubo viaje a la Luna".

Cosa rara que la KGB soviética, que en ese momento tenía infestada de espías a la NASA, no hubiera desenmascarado la farsa para así desacreditar a su enemigo ideológico; en vez de ello, Moscú se limitó a escupir acusaciones sin aportar una sola prueba de la "pantomima" (al final, su tirano de turno, Leonid Breznhev, felicitó al presidente Nixon). Ello no detuvo a los escépticos, quienes aludían, entre otras evidencias del engaño, que la bandera norteamericana ondeaba en un lugar donde no hay aire, que los cohetes y las cápsulas iban vacíos, que... bueno, ¿para que repetir esa sarta de sandeces que ya todos conocemos?

Para colmo, en 1978 se estrenó una película para TV llamada Capricorn One donde tres astronautas eran amenazados por el gobierno para evitar que hablaran sobre una abortada misión a Marte y que son forzados a escenificar en un estudio dados los millones de dólares en juego. Hubo quines tomaron el asunto muy seriamente, entre ellos la desaparecida revista mexicana Duda donde señalaba que el guión estaba basado en lo ocurrido con el Apollo IX, el de la misión de Neil Armstrong, y que de algún modo se había infiltrado a la opinión pública. Por supuesto que la "conspiración" del Capricorn One era una idiotez. ¿Y cómo podía ser de otra manera si uno de los protagonistas era O.J. Simpson?

Muchos de estos escépticos, por cierto, creen fervientemente en el "fenómeno ovni", del cual hay muy dudosas evidencias. Si estos seres interplanetarios pasaban a cada rato encima de la Luna ¿no bastaría que, de favorcito, tomaran una foto de su superficie para dejar en claro que los gringos jamás pusieron ahí sus patotas?

Porque esa es la esencia del asunto. No se duda tanto si el hombre ha llegado a la Luna; se desdeña y se cuestiona que hayan sido unos discípulos del Tío Sam quienes lograron la proeza. ¿Recuerda el lector que estos escépticos hubieran acusado alguna vez de "fraude" el primer vuelo tripulado alrededor de la tierra realizado por el cosmonauta soviético Yuri Gagarin, o el sacrificio de la perrita Laika o las misiones Soyuz? En los setenta se polemizaba sobre la existencia del Skylab, una especie de resort para los astronautas y que según se decía, en realidad era un proyecto de espionaje a cargo de la tenebrosa CIA. Cuando el Skylab concluyó su ciclo y sus restos cayeron en medio del desierto australiano, hubo quienes buscaron pruebas de que ahí se había escondido el equipo que supuestamente fue enviado a la Luna.

La NASA tiene mucho de culpa en esto. Dado que las imágenes enviadas por los astronautas duraban apenas unos segundos, se tardaban hasta 15 minutos en llegar a la tierra y se congelaban con frecuencia, se optó por "recrear" la hazaña lunar en unos estudios de Houston. Una de esas escenas muestra a Armstrong como el primer humano dando su primera caminata por el satélite natural. Pero si ese es el caso ¿quién diablos estaba filmando todo pues claramente se le ve parado lejos de la nave? Los presentadores --en Estados Unidos Walter Cronkite, en México Pedro Ferriz y Jacobo Zabludovsky-- advirtieron que muchos de las imágenes que vería el espectador serían "simuladas", pero no fue suficiente para que se evitara un boom de escépticos.

Pero pronto se sabrá si los gringos son unos embusteros o nos están diciendo la verdad. Tanto la Unión Europea como China anunciaran que en menos de un decenio enviarán una misión tripulada a la Luna. Pero los problemas financieros que hoy enfrenta la UE, se antoja más probable que los chinos sean los primeros en aventarse en trompo a la uña. Así se develará el misterio, a menos que luego algunos también duden de la versión dada por los chinos.

Lo que sí encontrarán los futuros visitantes a la Luna será la chatarra de un cohete soviético que se impactó ahí en los años cincuenta; probablemente también hallarán restos de satélites desactivados o extraviados y, por supuesto, el Moonlander, ese autito lunar, y la constancia de que la bandera norteamericana realmente se cayó poco después de que Armstrong la colocó sobre la superficie lunar.

Cuando ello suceda, todos habremos comprobado que el hombre sí llegó a la Luna, y que lo siguió haciendo hasta 1972, cuando concluyeron las misiones Apolo. Si para entonces alguien lo sigue negando recibirá el apelativo, nunca mejor empleado, de ser un lunático.

 

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