Y DEMÁS: Lo extrañaremos, Prince

Maestro absoluto del pop, el pop y el rock ochentero, este músico y compositor de Minessota fue siempre imposible de encasillar en un género. En un año que se ha mostrado inclemente con las leyendas de la música, recordamos a Prince, el genio púrpura

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ABRIL, 2016. Ya se está convirtiendo en lugar común pero qué remedio: atravesamos por un año devastador para la música internacional. David Bowie, Glenn Frei, Keith Emerson, George Martin, Merle Haggard y ahora Prince, nos dejan en claro que la calidad está lejos de ser un preventivo para que la parca tenga consideraciones. O quizá ésta ya optó por llevárselos en definitiva a sus aposentos para disfrutar de su genialidad como propiedad exclusiva.

Prince Rogers Nelson, conocido desde su primer disco como Prince, es de esas figuras que difícilmente habríamos imaginado verla en un obituario. Al final es un hecho inevitable pero en el caso de este cantante de Minnesota que nunca dejó de grabar discos ni de sorprendernos con su genio, desearíamos que se nos dejara soñar un poquito con su inmortalidad. Pero a sus 57 años, Prince fue encontrado en su estudio de grabación cercano a Minneapolis. Días antes, como se sabe, el avión en que viajaba tuvo que aterrizar de emergencia en Illinois pues el cantante, afectado por una gripe, no se sentía bien.

Al momento de escribir esto aún no quedaban establecidas las causas del fallecimiento de Prince. Pero mientras llega ese momento repasemos algunas de las mejores notas del genio púrpura de Minnesota.

Nacido en 1957 y aunque se consideraba a sí mismo afroamericano, este músico provenía de una mezcla multiétnica que incluía ancestros ingleses, cherokees, mediterráneos y holandeses (la multietnicidad se dio en los cantantes que le rodearon, desde las hermanas Melvoin hasta los demás miembros de su banda). Eso influyó para que desde niño y en una sociedad que todavía a principios de los 60 sufría de muchos tintes racistas, Nelson se refugiara en la música e incluyera entre sus referencias musicales a Beatles, Stones, James Brown, Hendrix, Queen, el chiclebomba y los Funkadelic de Sly Stone.

"Es difícil saber quién influyó más en mi estilo, lo cierto es que procuro no olvidar a ninguno al momento de componer", dijo Prince en 1985 cuando lanzó su primer disco siendo un completo desconocido. Sin embargo ya desde ese momento se ganó el certero epíteto de ser el "Stanley Kubrick del pop" por negarse a jugar con las reglas impuestas a los artistas por las grandes disqueras.

Desde sus primeros discos Prince manejó la ambigüedad sexual y la provocación: apareció en la protada de uno de sus discos con una tanga diminuta, escribió "Darling Nikki" que aludía claramente al incesto y tituló "Sexy Motherfucker" a una de sus canciones. Sin embargo la aparición de MTV en 1981 lo obligó a bajar el tono a sus letras para de paso desarrollar lo que luego sería conocido como el Minneapolis Sound, esto es, una mezcla de funk, rock, sintetizadores y algunos ritmos latinos. El video de "1999" lo ubicó como uno de los grandes del canal; Little Richard dijo de él: "Prince es una imagen de cómo era yo en mi juventud. Y va a llegar muy lejos".

Sin embargo el megaestrellato de Prince llegó con Purple Rain y que fue también el soundtrack de una película. Aunque Purple Rain se dio a conocer con hits tibios como "I Will Die 4U" (ya utilizaba ese tipo de escritura décadas antes del texting), fue con "Let´s Go Crazy" cuando el público descubrió que Prince era un talento emergente del rok. Luego vendrían las sicodélicas "When Doves Cry" y "Purple Rain". Purple Rain, por cierto, ha vendido hasta el momento 15 millones de copias y le hizo ganar un a Prince un Óscar como Mejor Canción. Su fama también catapultó a otros como Morris Day, Vanity, una beldad que luego se convertiría al cristianismo y que falleció el pasado febrero, así como a Sheila Escovedo, hija de un miembro de Santana.

Y aunque Prince ya no recuperó ese momento de gloria siguió grabando otras canciones sensacionales como la también sicodélica "Raspberry Beret" y "Kiss", de la cual el legendario Tom Jones grabó su propia versión. Asimismo Prince escribió temas para otros artistas, entre ellos "Manic Monday" para The Bangles y "Nothin' Compares 2 U" de Sinéad O'Connor, entre varias más.

Vendrían otros discos, entre ellos Parade, Come, Around the World in Day, Diamonds and Pearls, Sing o' the Times (donde aparece totalmente desnudo en la portada) y The Black Album. Al enterarse que Warner había registrado su nombre, fúrico se tatuó un símbolo impronunciable en la mejilla y se hizo llamar el Artista Antes Conocido como Prince no sin antes lanzar Emancipation por su cuenta, un disco triple.

Era una persona difícil: obligaba a su grupo a memorizar hasta 300 canciones, su perfeccionismo exasperaba a los menos curtidos y no en pocas ocasiones ello provocó fuertes fricciones entre los miembros de su banda. "Purple Rain fue creado en medio de gran tensión, con gritos, regaños y frustraciones", reconoció Prince, "pero al final el producto valió la pena".

Tras varios matrimonios fallidos (el único hijo que tuvo con la modelo Mayté García falleció al mes de nacido), de recuperar su nombre y de seguir grabando discos, Prince entró al Salón de la Fama del Rock and Roll, sitio que volvió a visitar hace unos días.

"Todavía no gasten su tiempo en plegarias, espérense unos días más" advirtió Prince en una fiesta apenas el sábado anterior. Palabras proféticas. Como sea, nos ha dejado uno de los grandes del pop ochentero.

Otro talento más que se va de este 2016, año que se ha mostrado implacable.

Adiós al genio púrpura de Minnesota. Lo extrañaremos.

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